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4.8.25

No estás a salvo, para nada. Necesitas ser consciente, responsable y reflexionar.

SUPONIENDO LO PEOR                         

Solía ​​pensar que la gente era muy inteligente. Es decir, si caminaba por la calle o por un centro comercial lleno de gente, podía estar bastante seguro de que la mayoría de la gente con la que me cruzaba tenía cierto nivel de inteligencia. ¿Qué dicen? ¿Que el CI promedio es 100? Y cuando el CI empieza a ser muy bajo, la cantidad de personas con ese CI más bajo se reduce cada vez más. Es como la clásica curva de campana. El centro de la curva de campana representa la cantidad de personas con un CI de 100; los valores atípicos a ambos lados son más bajos o más altos. Eso es lo que solía pensar.

Por alguna razón, me sentía más seguro sabiendo que la mayoría de la gente que "veía" no era completamente imbécil. Incluso si interactuabas con gente en tiendas, o por casualidad te topabas con alguien e intercambiabas palabras, no era como si estuvieras en un planeta lejano intentando conversar con un alienígena humanoide (o un hombre lagarto) sin ninguna experiencia comunicándose con un humano real.

28.7.25

Tatuarse ya es una obligación social. El que no se tatúa queda fuera del grupo

TATUAJES                                                              

Cuando la estética se convierte en envenenamiento crónico.

Cuando uno se tatúa, no está decorando su cuerpo, está cargándolo de veneno. Y no en sentido metafórico. Literalmente. Porque las tintas de tatuaje están compuestas en gran medida por metales pesados, hidrocarburos aromáticos policíclicos y otras sustancias que, inyectadas bajo la piel, no permanecen ahí inmóviles como pigmentos de una cerámica, sino que migran lentamente, atraviesan el organismo, se acumulan en ganglios linfáticos, hígado, bazo, torrente sanguíneo, y se incorporan a procesos fisiológicos que en ningún caso estaban diseñados para gestionarlos. 

El cuerpo, al recibir estos materiales, no los reconoce como inocuos: activa su sistema inmunitario para tratar de eliminarlos, lo que provoca una inflamación persistente de bajo grado que lo mantiene en estado de alerta crónica. En otras palabras: el tatuado está envenenado, y lo estará mientras lleve esas tintas en el cuerpo. Cada segundo.