CÓMO LIBERAR NUESTRO CÓDIGO FUENTE
Una cosa es jugar a ganar y otra jugar a no perder, no son lo mismo. Tampoco es casualidad que nuestra actitud sea más reactiva que activa. Parece que les gusta hacernos saltar, para ver qué hacemos y para comprobar el efecto; siguen teniendo la voz cantante por marcarnos la tendencia, qué debemos pensar y en función de qué lo hacemos.
La granja prisión se nos queda pequeña
A pesar de que la población está muy aborregada y
condicionada socialmente, el coste de mantenernos ocupados y
despistados, en cuanto a lo que realmente nos afecta, es cada vez
mayor. La frecuencia con la que se ven obligados a bombardearnos con eventos,
noticias y catástrofes, es ya prácticamente constante.
En este sentido, el ciudadano medio ya está curado de espanto y podemos decir, que cada vez le sorprende menos, cualquier globo sonda que nos suelten en los medios de comunicación, con la intención de generar un impacto predecible. Cada vez somos menos sensibles y no reaccionamos contundentemente, si es que llegamos a hacerlo. Opinamos, protestamos, nos quejamos y ya podemos ser “contenidos” dentro de una respuesta predecible.