27.5.21

No van a permitir que nosotros tengamos el margen para decidir estar fuera o dentro

ATADOS DIGITALMENTE BAJO UNA IA GLOBAL

No nos paramos a pensarlo, pero quién puede hacernos la vida más cómoda, en base al conocimiento que tiene sobre nosotros, también puede hacer justamente lo contrario: si quiere también puede hacernos la vida imposible, apoyándose en ese mismo conocimiento que previamente le hemos facilitado, o que ha sido capaz de averiguar. 

Es una forma clara de ver que el verdadero poder sobre las personas, es la información que se tiene sobre ellas y sobre el medio. Si dispones de ambas fuentes, entonces puedes decir casi literalmente que el mundo es tuyo. No somos conscientes de la cantidad de información que liberamos al medio, y que está siendo aprovechada sin que nos percatemos de ello.

El control de la IA resumido

A las empresas les encanta hablar de omnicanalidad, porque de cara al usuario se supone que es algo muy cómodo. Apoyándonos en esta omnicanalidad, podremos definir en unas cuantas funciones, cómo puede controlarse de forma práctica, a un ciudadano medio a través de su actividad diaria, e interacción con distintos dispositivos. Podría ser algo así:

― Ubicar y reconocer a los usuarios a través de los dispositivos concretos que utilizan y forzarlos a emplear sus datos biométricos, para acceder a la tecnología.

― Identificar los distintos canales de acceso que emplea ese usuario particular, según las plataformas, webs o redes sociales dónde está registrado. 

― Memorizar los contenidos por categoría que se identifican con ese usuario en cada uno de sus canales.

Se puede hilar mucho más fino, pero si queremos tener a una persona pillada, con estas tres líneas tendremos más que suficiente. Con información en nuestro poder tanto para tenerla satisfecha, como para hacerle la vida imposible. Mientras estas tres funciones no las realice la misma entidad, habrá cierto margen de libertad. Omnicanalidad ¿recuerdas?

De hecho creemos, o mejor dicho, confiamos que las entidades que gestionan nuestros datos, no tienen un enlace común al menos que sepamos. Y en cada plataforma los datos, son captados por canales diferentes, y volcados en ficheros de distinta titularidad, distintos formatos… Bueno, ya nos encargamos nosotros de unificarlo todo en nuestros dispositivos.

La réplica virtual y la suplantación de identidad 

El verdadero peligro de la inteligencia artificial, no es que nos vaya a quitar puestos de trabajo, sino la suplantación de identidad, en base a toda la información disponible sobre nosotros, gestionada ya por algoritmos, y a que se podría replicar un perfil virtual de cada uno de nosotros, que reprodujese nuestra actividad, dejándonos literalmente fuera.

De igual manera que se puede replicar virtualmente el perfil de cualquiera de nosotros, puede replicarse una empresa, un lugar, un sistema monetario... No tiene porqué estar construido en la realidad, para que en un sistema tenga el mismo efecto económico o legal, que a día de hoy ya se está dando. La confianza es un valor que nosotros elegimos dar. 

Si añadimos la posibilidad real de un hackeo, que aunque no sea global, pueda afectar a varias de las plataformas como ya ha ocurrido en el pasado reciente, o bien se haga un uso ilícito de la cesión de datos a terceros, como también ha ocurrido, nos damos cuenta, que la posibilidad de crear un modelo de realidad paralela con datos robados, es viable. 

Esta idea, de materializarse, podría generar un modelo matemático lo suficientemente potente, como para crear una realidad paralela virtual, que pudiera no hacer distinción entre lo humano y lo alfanumérico, ya que le bastaría con replicar los procesos y mecanismos, que se dan en la realidad, teniendo además todos nuestros datos como combustible.

Lo mejor de nosotros mismos utilizado en nuestra contra

El paso definitivo es robar la legitimidad, suplantando los mecanismos que hoy tenemos como reales, según el interés de quién poseyera esta especie de   Inteligencia Artificial global. El siguiente paso al hackeo, es el desplazamiento lateral del usuario legítimo, que una vez usurpado, pasará a crear nuevos “usuarios legítimos” bajo las nuevas condiciones.

Podemos ser muy estrictos a la hora de facilitar información personal en un simple formulario, sin ser conscientes de la cantidad de información que puede haber sobre nosotros dispersa en distintos medios, para cuya captación no se ha necesitado ningún tipo de permiso, al no ser información catalogada legalmente como sensible.

Imagina cuántas horas de vídeo grabadas puede haber tuyas en los últimos años, a través de cámaras de seguridad, cada vez que has ido a hacer la compra, cada vez que has ido al centro de salud, cada vez que has utilizado transporte público, o pasado por la puerta de un establecimiento con videovigilancia, sin ni siquiera haber entrado. etc.

Tu historial médico, o tus huellas biológicas recogidas en analíticas y procesadas por la sanidad pública, que como cualquier sistema tiene vulnerabilidades. Incluso esta información podría pasar a formar parte, de esa réplica de cada uno de nosotros, haciendo que los nuevos perfiles generados, reflejaran esos datos exclusivamente humanos, en ese entorno virtual simulado.

La tan temida singularidad: un enemigo descentralizado

Ni siquiera es necesario que se manifieste la tan temida singularidad, porque damos por hecho que la inteligencia artificial, necesita comprender lo que está haciendo y le damos un valor mayor de consciencia que realmente no tiene ni tendrá. De igual manera que en ese modelo virtual en el que se nos replica, no es necesario tener un cuerpo físico o robótico.

La ciencia ficción nos ha dibujado un enemigo robot al que hay que temer, y casi siempre lo pintan con cuerpo antropomorfo salvo excepciones, porque así es más fácil para nosotros identificarlo, dándole un cuerpo. Pensamos que si el enemigo está contenido en un cuerpo, es más fácilmente derrotable. La realidad de la robótica industrial o domótica no es esta. 

Es más fácil temer y enfrentarse a algo que tienes ubicado y que puedes reconocer, cuando el peligro de la Inteligencia Artificial global, es precisamente su descentralización. La imagen cinematográfica que se nos ofrece de Skynet, en Terminator como un cerebro central, o la IA de WestWorld, desde un punto de vista de inteligencia militar, no sería eficaz.

En la realidad un “cerebro central” comprometería la seguridad de esta hipotética entidad. Si está ubicado puede destruirse, y si tiene cuerpo puedes matarlo. Esa es la idea ¿verdad? Los verdaderos peligros a los que nos enfrentamos, son precisamente la descentralización de los nódulos de inteligencia, y la ausencia de presencia física del enemigo.

El interés de tenerlo todo atado digitalmente

Si el objetivo es la creación de una realidad digital paralela, en la que pasaremos a ser usuarios que han de cumplir una serie de restricciones para mantener un estatus de derecho, y continuar formando parte de la sociedad, no van a permitir que nosotros tengamos el margen para decidir estar fuera o dentro, ya que “fuera” no lo pueden controlar.

Y si ese “fuera del sistema” se diera en la realidad, de igual forma que la legitimidad se gana porque hemos decidido dar confianza al sistema, se puede perder, al existir una alternativa mejor. De ahí el interés de pisar el acelerador, para no darnos margen de reacción en nuestra capacidad creadora, para que no tengamos tiempo a crear vías alternativas.

Es por ello que el modelo ya prevé una división social, e incluso propone canales para la disidencia controlada, de forma que ningún ciudadano se plantee salir realmente, estando dentro manteniendo un perfil controlado. Bajas reales en el sistema, serían por ejemplo, rechazar tu Nº de la Seguridad Social, dar de baja tu DNI o la muerte física. 

Desconozco si la ley tiene previsto cómo actuar en casos, en los que un ciudadano rechaza frontalmente su pertenencia al sistema, y por tanto deja de ser ciudadano. Sospecho que la respuesta iría más por criminalizar al sujeto, que consintiendo su nuevo estatus. El objetivo sería volver a procesarlo dentro del sistema cuanto antes, para no crear más precedentes.

Si estas bajas se dieran a escala masiva, el sistema terminaría por colapsar. De ahí que pretendan atarlo todo digitalmente, para ni siquiera dar ese ¿más que improbable? espacio.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

https://www.desesperadostv.com/2021/01/atados-digitalmente-bajo-una-ia-global.html  

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