21.10.25

Buscamos la vida en el cosmos cuando podría ya estar aquí y venir de nuestro futuro

EL ENIGMA DE LA EVOLUCIÓN        

¿NACIMOS PARA SER LOS «GRISES»?

La audaz teoría que postula a los alienígenas como nuestros descendientes, forjados por la tecnología y el inexorable paso del tiempo. Son los grises los humanos del futuro? ¿Y si la verdad no estuviera ahí fuera, -como postulaban en la serie televisiva X Files sino aquí mismo, en nuestro propio  futuro?

Esta es la fascinante y provocadora pregunta que se ha planteado el biológico Michael Masters con su Modelo Extratempestrial, una teoría que está poniendo patas arriba la ufología clásica.

Masters, con la solidez de la antropología y la biología evolutiva como cimiento, sugiere que los enigmáticos seres descritos por innumerables testigos —los famosos “grises”— no son alienígenas de un mundo distante, sino la culminación de la evolución humana. Nuestros descendientes, altamente evolucionados, habrían dominado la tecnología del viaje en el tiempo  y habrían regresado a nuestro presente para observarnos y estudiar su propio pasado evolutivo.

La coherencia biológica de los «grises»

La clave de la hipótesis de Masters radica en la sorprendente coincidencia entre las descripciones de los supuestos  extraterrestres y las posibles proyecciones de la evolución humana a lo largo de millones de años. En su obra, Masters detalla cómo las características físicas atribuidas a estos seres encajan de forma inquietante con las tendencias evolutivas ya observadas en el registro fósil.

Pensemos en el rasgo más icónico: el aumento del tamaño del cráneo. La paleontología humana ya nos muestra que nuestro cerebro se ha triplicado en los últimos dos o tres millones de años. Según Masters, esta expansión cognitiva continuará, haciendo que los humanos del futuro posean cabezas mucho más grandes y redondeadas, muy similares a los arquetipos alienígenas. Otros cambios serían adaptaciones a un entorno altamente tecnológico o incluso espacial. Por ejemplo, los ojos se volverían más grandes y oscuros, adaptados a ambientes con poca luz o al uso constante de realidad virtual. La nariz y la boca serían más pequeñas debido a dietas procesadas y a la asistencia tecnológica en la respiración. El cuerpo, más delgado y alto, podría ser una adaptación a una menor gravedad o a un estilo de vida más sedentario. Incluso la pigmentación podría cambiar, tornándose más pálida o gris por la falta de exposición solar.

¿Es esta descripción un mero producto de la casualidad o una huella biológica de nuestro propio destino?

Máquinas del tiempo y científicos del futuro

Si aceptamos la premisa de que los “grises” son futuros humanos, su presencia y sus acciones se vuelven sorprendentemente lógicas. Los OVNIs se transformarían en máquinas del tiempo  sofisticadas, y las famosas  abducciones con exámenes médicos serían, en realidad,  investigaciones antropológicas de campo.

Para abordar la clásica paradoja temporal (la posibilidad de alterar el pasado), Masters recurre a la mecánica cuántica, sugiriendo que estos viajes se realizarían a líneas de tiempo paralelas. De este modo, los viajeros temporales evitarían interferir con su propia historia, creando en cambio versiones alternativas de la realidad.

La fuerza de este enfoque interdisciplinario es innegable: combina la ciencia dura con el misterio, y nos obliga a reconsiderar la etiqueta de «extraterrestre».

La duda como cimiento de la verdad

Por supuesto, la hipótesis extratemporal no está exenta de críticas. Sus detractores señalan la falta de pruebas empíricas de la viabilidad del viaje en el tiempo y advierten sobre la incertidumbre de cualquier extrapolación evolutiva a tan largo plazo. Al fin y al cabo, la evolución es caprichosa y no sigue una ruta preestablecida.

No obstante, el mérito de Michael Masters es obligarnos a mirar el fenómeno ovni con una  óptica crítica e innovadora, ofreciendo una alternativa coherente a la explicación extraterrestre tradicional. ¿Y si la razón por la que los gobiernos no pueden explicar el fenómeno es porque no están buscando fuera, sino adelante?

La pregunta que resuena es clara. Considerando las notables similitudes entre la descripción de los «grises» y las proyecciones de nuestra propia evolución biológica, ¿es más sólida la teoría de visitantes de un sistema estelar distante, o la de nuestros propios y evolucionados descendientes viajando al pasado para estudiarnos?

Si estos seres son antropólogos del futuro, ¿qué clase de información están recolectando sobre nosotros? Y la pregunta más importante para la gestión de la información y la verdad oficial es:  ¿por qué las agencias espaciales continúan enfocando la búsqueda de vida en el cosmos sin considerar la posibilidad de que la anomalía inexplicable ya esté entre nosotros y proceda de nuestro propio futuro?

Fuente: https://www.espaciomisterio.com/

Visto en: https://maestroviejo.blog/el-enigma-de-la-evolucion-nacimos-para-ser-los-grises/  

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