1.7.25

Una forma más alta de libertad: aquella en que ya no se vive, sino que se es vivido

TODO ES ESPONTÁNEO                          

Hay en el fondo de toda búsqueda espiritual una trampa sutil: la ilusión de que somos sujetos autónomos que pueden alcanzar la verdad, apropiarse de ella y hacerla suya. Pero, hemos de darnos cuenta de que no somos el centro desde el cual emana la experiencia; somos, más bien, la expresión momentánea e impersonal de una totalidad que no se deja poseer.

Pensarse como dueño de la propia existencia es aún moverse dentro de los límites del ego, ese artificio que se aferra a la idea de control. Pero la vida verdadera —la que fluye sin nombre, sin medida, sin propósito— no obedece a ese yo construido. Ella se vive a sí misma a través de nosotros de forma espontánea.