27.1.22

Tener escondido nuestro poder no quiere decir que no tengamos acceso a él siempre

© RECORDANDO LO QUE REALMENTE SOMOS   

Todos los indicadores apuntan a un apaciguamiento de la situación con la retirada de restricciones y, cualesquiera que sean las intenciones del “gran poder”, debemos aprovechar la ocasión para impulsar decididamente nuestra posición y consolidar nuestra recuperación anímica.

Necesitaremos toda nuestra energía y convicción para enfrentar la nueva fase de la agresión general que empezó hace dos años y que se irá intensificando y diversificando en otros campos siempre con el ojo puesto en nuestro control y subyugación

La ventaja con la que contamos es que ahora somos conscientes -aunque nos duela- de que somos el objetivo que quieren aniquilar a toda costa.

Su maldad, antes oculta, se ha puesto de manifiesto de forma abierta y descarada, por eso ahora sabemos dónde estamos y lo que nos jugamos.

Sabe muy mal tener que asumir que nos hayan engañado siempre y en todo, que nada es lo que parece ser y que nuestro paso por este mundo es un verdadero reto para el que necesitamos toda la determinación y confianza.

Por descontado que tenemos herramientas para movernos en este escenario irreal y la más importante es la conciencia que nos permite distinguir el bien del mal y nos da la fuerza para hacer nuestro camino.

Quizás tendremos que imaginarnos inmersos en un enorme videojuego donde somos a la vez los jugadores y los personajes que aparecen, lo que explicaría bastante bien nuestra realidad en este mundo.

La cuestión es no perder nunca de vista que somos espíritus en una experiencia humana y por tanto todo lo que acontece en nuestro entorno no es más que un juego, una aventura, una experiencia en esta dimensión 3D.

La verdadera esencia nuestra es trascendente, va más allá de esta realidad en la que quisimos participar voluntariamente. Así pues, tal y como estuvimos dispuestos a entrar, también podemos salir cuando lo decidamos.

Resumiendo: Tenemos poder, conciencia y voluntad para escoger nuestro camino y la forma de recorrerlo. Las “amenazas” que nos envuelven y distraen no han de impedir que disfrutemos de nuestra encarnación. Son un ingrediente del “juego” en el que, si así lo deseamos, podemos participar o no.

El “gran poder” no es más que un participante del juego que tiene asignada la función de esparcir el miedo entre aquellos participantes que ingenuamente se toman el juego como una realidad. Por ello la mejor decisión es no entrar al trapo, no caer en un hechizo cuya única finalidad es distraernos de nuestras grandes capacidades.

Todos y cada uno de nosotros somos seres poderosos que hemos aceptado participar en esta realidad rigiéndonos por unas determinadas reglas. Tener escondido nuestro poder no quiere decir que no podamos acceder a él si lo necesitamos.

No lo olvidemos nunca, en nuestro interior está toda la fuerza del universo



EL PODER DEL AMOR

Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com

27 enero 2022

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