9.7.20

El papel de cada uno es simple: ser tal como somos y estar donde tenemos que estar

 ©  LA SINFONÍA UNIVERSAL                                                

¿Cómo nos sentiríamos si nos planteáramos que somos una "nota" en una "sinfonía universal"?

O que cada uno de nosotros somos un "instrumento" (el ser humano) del que brota "la música" (la vida) que hace sonar el universo (la energía divina).

Una tríada formada por MÚSICO, INSTRUMENTO, MÚSICA que conjuntamente hacen posible "la vida" (la sinfonía universal).

Esta metáfora musical está en la línea de que todos somos una sola cosa y nos debemos unos a otros como la agrupación de notas de una orquesta hacen la melodía.

Hay bastante consenso en que en el universo todo es "vibración" (energía que vibra)

Partiendo pues de esta premisa, la asignación de los diferentes roles en el esquema de los tres componentes mencionados se puede hacer de varias maneras según las creencias de cada uno.


Mi opinión es que el ser humano es el instrumento que hace sonar la energía divina y a través del cual se expresa la vida.

Nuestra tarea es mantenernos bien "afinados" para que la melodía suene mejor: Que la vida resulte bien armónica.

Es evidente la dificultad de armonizar una "orquesta" de 7.500 millones de instrumentos y conseguir que no "chirríe" muy a menudo.

Siempre hay pero aquellos sectores mejor acoplados (los violines, las trompetas...) que cuando suenan destacados del conjunto proporcionan el placer esperado.

En cualquier caso la "sinfonía" es un gozo para el oído y un elemento aglutinador básico para todos los integrantes de la gigantesca orquesta que somos los humanos.

El papel de cada uno de nosotros es bien simple y a la vez indispensable: ser tal como somos y estar donde tenemos que estar. Una consigna aplicable a todos, donde nadie puede hacer nada más que dar lo mejor de sí sin meterse en lo que hace el otro.

O ¿es que puede un "instrumento" hacer que otro instrumento suene mejor? Sólo afinar el sonido propio es lo que tiene a mano y ya es bastante responsabilidad.

En esta simplificada metáfora habría que preguntarse por el papel que juega el "libre albedrío" que a primera vista se limitaría a sonar bien o mal. Porque está claro que no se puede "elegir" sonar "diferente".

En este punto es donde encajaría el concepto "reencarnación" que podría dar opción a quien había sido un "violín" iniciar un nuevo ciclo vital como una "trompeta"... Pero dentro de cada ciclo sólo tenemos una opción!

¿Es esto una refutación del tema del libre albedrío?

Quizás deberíamos enfocarlo al conjunto de las diferentes encarnaciones en las que sí podemos ir escogiendo nuestro "instrumento".

Artículo relacionado: UNA CÉLULA DEL UNIVERSO


LA QUINTA SINFONIA
____________________________________________________

Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com
8 de julio 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario