28.7.20

Estamos sumergidos en un bote gigantesco de radiación, con intensidad en aumento

SOBRE LA GRIPE Y LA ELECTRICIDAD                      

Dos artículos del cronista estadounidense John Kaminski (johnkaminski.org). Ambos textos (Flu Is Not Contagious y We Are Being Electrocuted) son una revisión y comentario del libro de 2017 The Invisible Rainbow del científico, investigador y activista estadounidense Arthur Firstenberg (1950).

LA GRIPE NO ES CONTAGIOSA

La economía mundial destruída por una patraña. 
El distanciamiento social y la cuarentena son fraudulentos.

LAS VACUNAS NO PUEDEN CURAR UNA ENFERMEDAD ELÉCTRICA
Una revisión de "The Invisible Rainbow. A History of Electricity and Life", de Arthur Firstenberg, 2017.

     Ésta es la mejor novela policíaca alguna vez escrita. La gripe no es contagiosa. Esta cuarentena es todo un horrible fraude, deliberadamente impuesto sobre el mundo para inaugurar el gobierno mundial totalitario. La gripe no es contagiosa. Ninguna gripe ha sido nunca contagiosa.


     Arthur Firstenberg ha cambiado el futuro y merece un Premio Nobel por la publicación de su libro The Invisible Rainbow, que demuestra, entre otras cosas, que...

     La gripe es una enfermedad de origen eléctrico. El desencadenante, escribe Firstenberg, está relacionado con variaciones estacionales en la radiación solar, como muchos han sugerido durante los pasados dos siglos.

     Hace mucho que los informes han mostrado que las epidemias de gripe tienden a ocurrir durante los años de máxima actividad solar, y que los casos pueden elevarse y caer con el número de manchas solares.

     Los pensadores famosos que han vinculado la gripe con las manchas solares van desde Noah Webster a Fred Hoyle. En 1836 Heinrich Schweich observó que era una creencia común el que la acumulación de electricidad dentro del cuerpo humano causaba la gripe. Su opinión nunca ha sido refutada, reporta Firstenberg.

     El período entre 1645 y 1715 es conocido como el Mínimo Maunder, donde ninguna mancha solar ni aurora fueron vistas. Tampoco hubo ninguna pandemia mundial. No fue sino hasta 1727 que las manchas solares se contaron en más de 100 por primera vez en más de un siglo. En 1728 la influenza llegó en oleadas sobre la superficie de la Tierra y duró, según algunos relatos, hasta 1738. Aproximadamente 2 millones de personas murieron, escribió Firstenberg.

     La pandemia de 1889-1894 barrió el planeta entero. Firstenberg teoriza que eso acompañó a la primera electrificación del planeta con luces eléctricas encendiéndose por todas partes. Una larga lista de citas de los pasados dos siglos todas declaran la conexión entre brotes mundiales de gripe y el ciclo solar.

     Firstenberg apunta a los comienzos de falsos diagnósticos de una enfermedad una vez llamada neurastenia, o sensibilidad eléctrica, por parte de Sigmund Freud, quien la clasificó como una "neurosis de ansiedad" en 1894, terminando la investigación acerca de las causas eléctricas de la gripe hasta este mismo día.

     "Por causa de él", escribe Firstenberg, "estamos poniendo hoy a millones de personas a tomar Xanax, Prozac y Zoloft en vez de limpiar el medioambiente".

     Así, toda esta estúpida charla actual acerca de "distanciamiento social", cuarentenas y cierres comerciales son imposturas deliberadas de parte de médicos charlatanes que han devastado a la población con vacunas venenosas para la enfermedad causada por la sensibilidad eléctrica. Una exhaustiva investigación seguida de detenciones y demandas judiciales por negligencia son totalmente apropiadas para los criminales que procuran destruir los gobiernos del mundo con información deliberadamente falsa. Las vacunas para la gripe han sido impuestas al público durante muchas décadas, y la investigación de Firstenberg muestra que siempre han sido totalmente inadecuadas, por no decir criminales.

     "The Invisible Rainbow" fue primero publicado en 2017 y desde entonces ha sido publicado de nuevo en una edición más económica.

     Haré una revisión más completa dentro de poco, pero tienen que ser aplicados los frenos sobre este secuestro legislativo y médico de la república estadounidense y de todos los gobiernos del mundo llevado a cabo por políticos criminales, médicos y millonarios que planean matar a millones de confiadas víctimas con sus vacunas venenosas que son totalmente inadecuadas para la enfermedad de sensibilidad eléctrica que ellos han convertido en una fuente estable de ingresos para los inescrupulosos fabricantes de vacunas.

     Firstenberg también escribió que varios prominentes virólogos han admitido a través de los años que la vacunación no ha hecho nada para detener las epidemias y que la enfermedad todavía se comporta como lo hacía hace mil años.

     "El embarazoso secreto entre los virólogos consiste en que desde 1933 hasta el día presente no ha habido ningún estudio experimental que demuestre que la gripe o el virus o la enfermedad es transmitida alguna vez de persona a persona por medio del contacto normal" (cap. 7).

     En Septiembre de 1918 decenas de millones de personas murieron a causa de la así llamada Gripe Española, pero nunca hubo ninguna evidencia de que fuera causada por contagio. Había hemorragias nasales y de otro tipo. La sangre no coagulaba y había mucha pérdida de cabello por el uso mundial sin precedentes de ondas de radio.

     Se hicieron numerosas tentativas para hacerla contagiosa pero todas ellas fallaron.

▪   En 1889 comenzó la radiación armónica de línea de energía. Power line harmonic radiation (PLHR) se refiere al fenómeno de que las ondas electromagnéticas, que son típicamente producidas por redes de energía eléctrica en la superficie de la Tierra, penetran en la ionósfera y la magnetósfera en frecuencias armónicas elevadas, lo que tiene un alto impacto sobre el medioambiente.

 En 1918 comenzó la era de la radio.
 En 1957 comenzó la era del radar.
 En 1968 comenzó la era de los satélites.

     Éstos fueron los tiempos significativos cuando se hicieron grandes cambios en el campo eléctrico de la Tierra. Cada uno fue acompañado por una significativa pandemia de gripe. Y cada vez el público fue engañado por fraudulentos intentos de vacunas que aquellos que las administraron sabían que no funcionarían.

     Luego vino la era inalámbrica y HAARP, el High Altitude Auroral Research Project, que será examinado cuando este informe continúe en la segunda parte.

     Mientras tanto, las medidas impuestas a los pueblos del mundo en base a falsa información de inescrupulosos médicos y políticos deben ser inmediatamente revertidas. La vida debe volver a la normalidad y aquellos responsables de este fiasco de abuso totalitario deben ser castigados con el máximo rigor de la ley.

     El distanciamiento social, el poner en cuarentena y el cierre de negocios son absolutamente innecesarios porque ninguna gripe es contagiosa. La tramposa comunidad médica le ha jugado una broma a un público ignorante a fin de convertir el estilo de vida estadounidense, amante de la libertad, en un diabólico campo de concentración comunista, aparentemente con la idea de reducir la población con vacunas venenosas totalmente innecesarias.

     Difunda estas noticias ampliamente. El tiempo es breve. Y las fuerzas del mal están desplegadas contra toda la Humanidad, con el poder de los corruptos medios de comunicación y políticos comprados, todos dispuestos a acabar con la libertad con esta cínica andanada de evidentes mentiras que ha interrumpido al mundo entero y que ha dejado a su población aterrorizada. Para este sucio engaño no hay perdón.
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ESTAMOS SIENDO ELECTROCUTADOS
por John Kaminski
31 Marzo 2020

LA HUMANIDAD BAJO AMENAZA MIENTRAS LA MAFIA MÉDICA NIEGA LA PRUEBA OBVIA QUE VINCULA A LA ELECTRICIDAD CON LA ENFERMEDAD

Una revisión de "The Invisible Rainbow. A History of Electricity and Life", de Arthur Firstenberg. Segunda parte.

     "Vivimos en un mundo donde la información no hace aumentar el conocimiento, ni abre ojos. Las barreras culturales son demasiado grandes. La sociedad ha estado rechazando admitir la verdad durante demasiado tiempo. Y no obstante es imposible seguir el camino actual por más tiempo. Se están tomando decisiones para intensificar la lluvia global de microondas, antes de 2020, desde una llovizna estable a un chaparrón" (Arthur Firstenberg, The Invisible Rainbow, cap. 17).

     La gente está comenzando a comprender que nuestro mundo no tiene ningún futuro que podamos reconocer. Atrapados en nuestras casas por orden de nuestros gobiernos, somos incapaces de comunicarnos con otros y alcanzar un consenso de que esta histeria del Coronavirus es realmente un recurso para paralizarnos de pensar críticamente a medida que somos formados como sumisos robots por una despótica mafia médica e impedidos de actuar al unísono para salvarnos del arma más diabólica alguna vez inventada.

     El libro de Arthur Firstenberg tiene la clave para el verdadero problema que esta cuarentena gubernamental nos impide entender. Lo que la creciente electrificación del mundo ha hecho es solamente causar un aumento de enfermedades a lo largo del siglo XX, y ahora se espera que el gigantesco salto hacia el 5G mate a muchos millones de personas que sufren ya de diabetes, enfermedades cardíacas, cáncer y un grupo de otras dolencias causadas por lo que fue llamado una vez "enfermedad de onda de radio" (radio wave disease, o radiation sickness).

     "El problema es que todos estamos siendo electrocutados a un grado mayor o menor, y porque la sociedad ha estado negándose a admitir la realidad sobre esto durante más de 200 años, hemos inventado términos que esconden la verdad en vez de hablar en lenguaje sencillo y admitir lo que está sucediendo", escribe Firstenberg, que ha investigado este asunto toda su vida porque él es electro-sensitivo, y representa a un gran número de la población que sufre de la misma desconcertante aflicción.

     "Tal como la lluvia sobre una fogata, los campos electromagnéticos empapan las llamas del metabolismo. (...) Cada persona en el planeta es afectada por la lluvia invisible que penetra en el tejido de nuestras células. Cada uno tiene un metabolismo más lento, está menos vivo, que si aquellos campos no estuvieran allí" (Firstenberg, cap. 10).

     Mientras la primera parte de esta revisión se concentró en la conclusión de que la gripe no es contagiosa sino que más bien es causada por los efectos de la electricidad sobre el cuerpo humano (revelando que la actual cuarentena mundial que está paralizando a la sociedad humana y el pánico que ha engendrado son un fraude que tiene una segunda intención), el resto de esta revisión será igualmente inquietante.

     El autor concluye que el impacto de las ondas de radio que surgen de la panoplia de dispositivos tecnológicos de los cuales el mundo moderno ha llegado a depender, es la causa principal de las crecientes epidemias de diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer, así como de una generalizada devastación medioambiental.

     Lo que es peor es la terrible evaluación del autor en cuanto al futuro humano. "Usted no puede contaminar el circuito eléctrico global con millones de señales eléctricas pulsadas y moduladas sin destruir toda vida".

¿Tiene Usted un Dolor de Cabeza?

     «Incluso para aquellos que realmente no tienen dolores de cabeza», escribe Firstenberg, «sus teléfonos celulares afectan su sueño y su memoria. El cantante folk Pete Seeger me escribió hace 20 años. "A la edad de 81 años", dijo él, "es normal para mí comenzar a perder mi memoria. Pero cada uno al que digo esto, dice: "Bien, yo parezco estar perdiendo mi memoria también"».

     Con teléfonos celulares y torres telefónicas que ahora dominan los paisajes de la mayor parte del mundo y afectan a las poblaciones con una desconcertante serie de frecuencias de modulación, Firstenberg escribe: "Al igual que la proverbial rana hervida, estamos todos sumergidos en un bote gigantesco de radiación, cuya intensidad está aumentando, y cuyo efecto, aunque inadvertido, es sin embargo cierto".

     Una condición conocida como "corazón irritable" fue primero observada durante la Guerra Civil estadounidense, que fue también la primera guerra en la cual fue usado el telégrafo eléctrico. Decenas de miles de soldados que durmieron y lucharon bajo cables de telégrafo quedaron dañados permanentemente por dolores de pecho y falta de respiración.

     La enfermedad realmente no fue vista otra vez sino hasta la Primera Guerra Mundial, cuando a los hombres del ejército británico se le proporcionaron equipos de radio móviles, y nuevamente los soldados experimentaron falta de aliento y palpitaciones de corazón. Eso a menudo es visto en el mundo moderno como ataques de pánico.

     Luego en la Segunda Guerra Mundial la debilidad retornó de nuevo, cuando el radar se unió a la radio como armas importantes en el conflicto, y los soldados otra vez se enfermaron. Esa vez fue llamado por su nombre original: neurastenia.

     Aunque muchos de los soldados que aparecieron con eso fueran acusados de ser enfermos fingidos, aquellos hombres no eran casos psiquiátricos, escribe Firstenberg, sino que fueron advertencias para el mundo.

     Hacia 1986 los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) llamaban a esa enfermedad Síndrome de Fatiga Crónica, una tendencia que no duró mucho tiempo. Pero no pasó mucho tiempo antes de que fuera comprendido que mientras más electrificación, más enfermedad cardíaca aparecía.

     El aumento de ataques cardíacos entre atletas estadounidenses en 1996 coincidió con el año en que los teléfonos celulares digitales salieron por primera vez a la venta. Dentro de poco a partir de entonces el Congreso aprobó una ley que prohibía la regulación de torres de celulares sobre la base de preocupaciones de salud. Fue firmada como ley por el Presidente Clinton.

     Pero hasta hoy la comunidad médica continúa ignorando la electrificación como la causa principal de la enfermedad cardíaca, a pesar de que esa desconcertante dolencia que Freud había llamado "desorden de ansiedad" fue muy a menudo diagnosticada a partir de síntomas cardíacos.

     Los electricistas y otros trabajadores eléctricos siempre han estado plagados por leucemia, linfomas y tumores cerebrales. El famoso inventor de lo inalámbrico, Marconi, sufrió diez ataques cardíacos antes de su muerte prematura.

     El cáncer, la diabetes y la enfermedad cardíaca han estado todos relacionados con la electrificación residencial, y sin embargo su causa ha permanecido INEXPLICADA durante 70 años.

Enfermedades Electrificadas

     Thomas Edison y Alexander Graham Bell ambos tenían diabetes. Eso solía ser raro. La dieta sola no es responsable de esa pandemia. Cuando la nación de Bután fue electrificada, la diabetes llegó con ello. Los indios de Norteamérica que están en reservaciones tienen las tasas más altas de diabetes en el mundo. Cuando la electrificación llegó a las reservaciones, la diabetes llegó con ella.

     Ellos se hicieron diabéticos debido a la reducida capacidad de sus células para metabolizar grasas. Los teléfonos celulares interfieren con el metabolismo de la glucosa. Sumando todos los números, más de la mitad de todos los estadounidenses tiene elevados niveles de azúcar en su sangre. En ningún país en el mundo la diabetes, o la obesidad, está disminuyendo.

     La relación de la electricidad con la enfermedad cardíaca también contiene un enigma. La electricidad industrial en cualquiera de sus formas siempre perjudica. Si el daño no es demasiado severo, también prolonga la vida. Las ondas de radio aumentan la duración de la vida aunque pueden disminuir la calidad de aquella vida. La medicina todavía no pretende entender el proceso del envejecimiento, y sin embargo la edad máxima al momento de la muerte ha estado elevándose constantemente.

     En el capítulo "Cancer and the Starvation of Life" Firstenberg hace la conexión que la hemoglobina en la sangre hace posible la respiración, pero los tumores tienen la capacidad de crecer sin oxígeno.

     Firstenberg concluye que el cáncer siempre acompaña a la electricidad. Muchos casos de cáncer pulmonar pueden ser atribuidos a ondas de radio en cuanto a los fumadores. La mayor parte de lunares y melanomas ocurren en áreas no expuestas. Y se da la misma curva ascendente en un gráfico para el cáncer en cuanto a la enfermedad cardíaca y la diabetes.

     "Una guerra mediática ha puesto a los científicos independientes que reportan una triplicación o quintuplicación de las tasas de cáncer cerebral entre aquellos que han usado sus teléfonos celulares durante diez años o más, contra los científicos de la industria que no reportan ningún aumento de cáncer en absoluto", dice el autor (cap. 13).

     A principios de los años 2000 la Administración de Veteranos (de Guerra) inexplicablemente dejó de reportar muertes por cáncer. Un oncólogo en Suecia, después de un largo estudio, insistió en que la utilización tanto de teléfonos celulares como de teléfonos inalámbricos aumenta el riesgo de alguien de contraer cáncer cerebral.

     "Estamos todos, hasta un grado que ha estado intensificándose durante 160 años, en un estado moderado de animación suspendida. Vivimos más, pero estamos menos vivos, que nuestros antepasados", escribe Firstenberg (cap. 14).

Un Fantasma Indeseado

     Algunas personas, en particular los electro-sensitivos, pueden oír la electricidad (yo mismo podría ser uno; Firstenberg definitivamente es uno de aquellos que pueden oír el perturbador ruido que la electricidad puede hacer). El fallecido gurú del Poder de la Pirámide Patrick Flanagan demostró eso cuando inventó el Neurófono, que permite que los sordos oigan.

     Pero para la ciencia predominante, la química es el rey y la electricidad es omitida de la mayor parte de los cálculos y evaluaciones. Entonces para la mujer que podía oír en la Aurora Boreal el sonido de la seda susurrando, no hay ninguna parte donde acudir por ayuda.

     Todas las corrientes de alta frecuencia que recorren la Tierra, y los campos electromagnéticos de alta frecuencia que vibran a través del aire, enferman a millones de personas. La sociedad ha estado, y está, rechazando aceptar la verdad sobre eso, escribe Firstenberg.

     En Michigan, funcionarios intentaron ignorar el problema hasta que sus vacas se enfermaron, lo que dañó a su economía. El zumbido escuchado en Oklahoma está relacionado con el radar aerotransportado que recorre el mundo en busca de enemigos potenciales.

     Firstenberg nota que la tendencia mundial hacia las ampolletas de energía eficiente es un gran error porque contienen vapor de mercurio, el cual emite radiación ultravioleta cuando es activado por el alto voltaje. Los vertederos de basura por todo el mundo están siendo contaminados por el mercurio de esas ampolletas rotas.

     Los interruptores reguladores del voltaje (dimmers), los cables eléctricos, y los medidores "inteligentes" de electricidad todos contribuyen al coro demoníaco del ruido electrónico que ensordece a los oídos electro-sensitivos.

     La epidemia mundial de tinnitus incluye a gente que oye sonidos en total silencio. La única explicación consiste en que ellos pueden oír el eco del ruido de microondas que emana de computadores y toda clase de dispositivos electrónicos.

Animales bajo Ataque

     Los gorriones están desapareciendo por todo el mundo. Se puede culpar a las microondas de teléfonos celulares y radios de policía. Las aves perciben la radiación por medio de sus plumas. Los polluelos sin plumas no fueron afectados por microondas sino hasta que sus plumas comenzaron a crecer.

     "Anexar un dispositivo radio-rastreador a un animal salvaje es como dar al animal un teléfono celular para que lo lleve consigo", escribe Firstenberg, como una advertencia a los naturalistas de alta tecnología.

     La capacidad de navegar de los pájaros migratorios ha sido seriamente afectada. El desorden de colapso de la colonia en las abejas está totalmente relacionado con microondas.

     Firstenberg culpa al HAARP, la serie gigantesca de antenas en Alaska que dispara electricidad hacia la ionósfera, como "un acto irresponsable de vandalismo global" que ha destruido un número significativo de abejas en todo el mundo.

     En 2002 una zona de 2 millones de millas cuadradas de la selva tropical del Amazonas fue electrificada por un sistema de radares y sensores construido por Raytheon tan penetrantes que los funcionarios brasileños insisten en que ellos pueden oír el chasquido de una pequeña rama en cualquier parte en aquel importante bosque.

     La gente en Colorado ahora se lamenta por la pérdida de la mayor parte de sus álamos color de otoño que un observador llamó "un suicidio en cámara lenta".

     ¿Cuánta gente, pregunta Firstenberg, se requerirá para decir: "Tu teléfono celular me está matando"?

     A medida que se disparan las tasas de mortalidad en toda clase de enfermedades, una doctora médica con «un constante flujo de pacientes con un "síndrome viral", típicamente con un dolor de cabeza insoportable, dolor de oído, glándula aumentada dentro del cuello, congestiones nasales de las que no podían deshacerse, dolor facial, dolor de garganta, y a veces deshidratación profunda», relata que la mayoría de sus pacientes no estaba respondiendo a la medicación.

Ningún Modo de Escapar

     "Los invisibles tentáculos de la civilización, en la forma de torres para teléfonos celulares, instalaciones de radar y antenas parabólicas de dos direcciones, han hecho ubicua la radiación, imposible de evadir, no importa a qué distancia usted vaya y cuánta tierra usted compre. E incluso si usted encuentra uno de los últimos santuarios escondidos, aquél puede ser destruido en un instante, invisiblemente y sin advertencia. No hay ninguna protección. Muy por el contrario: han sido aprobadas leyes que impiden que los ciudadanos se protejan a sí mismos, o que funcionarios electos hagan algo en cuanto a la radiación. Nadie está inmune" (Firstenberg, cap. 17).

     Las mujeres de 20 y 30 años que guardan sus teléfonos celulares en sus sostenes adquieren un tipo distintivo de cáncer de mama directamente debajo de donde ellas guardan sus teléfonos.

     Las tasas de reemplazo de cadera total han aumentado enormemente desde que los teléfonos celulares comenzaron a vivir en los bolsillos traseros de sus pantalones.

     Un estudio estadounidense llevado a cabo entre 2003 y 2013 encontró que los hombres jóvenes tenían menores cantidades de esperma que sus padres por primera vez en la historia humana.

     En 2019, el informe de la Blue Cross Blue Shield Association [federación estadounidense de compañías de seguros de salud] titulado "La Salud de los Millennials"   mostró que no sólo la salud de esa generación da un giro agudo para peor a la edad de 27 años, sino que también la prevalencia de muchas enfermedades médicas se había elevado considerablemente en sólo tres años.

     "La única explicación razonable de la alarmante declinación en la salud de la generación  millenial  es la irradiación durante toda su vida de sus cerebros y cuerpos desde sus teléfonos celulares. (...) La radiación de microondas es responsable del trágico estado de la salud de la generación millenial  comparada con la salud de cada generación que los precedió a ellos".

     El libro de Firstenberg es el nuevo Silent Spring, el manifiesto de 1962 de Rachel Carson contra el uso del DDT que primero estimuló la oposición al envenenamiento medioambiental.

     El nivel seguro de exposición a ondas de radio es cero.

     "La especie humana está ahora dispuesta a, y es capaz de, finalmente realizar la promesa original del telégrafo, puesta en palabras hace un siglo y medio. Aquella promesa, sin embargo, es el Caballo de Troya final, que contiene dentro de sí una amenaza no sospechada: la aniquilación o el empobrecimiento severo de la vida misma" (Firstenberg, cap. 17).


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