UNA PELÍCULA DE TERROR
Lo que estamos
viviendo parece irreal.
Un proceso tan
aterrador que resulta inconcebible y tan desconcertante que cuando se observa
con atención produce la más absoluta perplejidad, como si viviéramos un mal
sueño.
Muchos lo considerarán
una paranoia: pero si no actuamos con rapidez, dentro de 25 años nuestro mundo
será un auténtico infierno y los seres humanos habremos perdido nuestra
libertad y nuestra esencia.
Habremos perdido los
últimos atisbos de conexión con la madre naturaleza y con nuestro planeta.
Seremos poco más que una máquina con base biológica.
Y llegaremos a ese
estado de degeneración sin darnos cuenta, a pasitos cortos pero constantes,
como en una pesadilla.
De hecho, ya hemos
dado algunos de estos pasos, muchos de ellos cruciales: Internet es un paso; la
telefonia movil generalizada es otro paso; la creación de la nube es otro paso
más…todos ellos son pasos basados en la generación de dependencias.
Pasos que no
permiten una vuelta atrás sin romperlo todo.
Y pronto acabaremos
de dar uno de los pasos más determinantes: la instauración de la identificación
biométrica
En algunos países,
ya se están probando sistemas de pago mediante escaneo de la palma de la mano o
mediante identificación facial.
Es terrible, pero pronto
nuestra propia cara o nuestro propia mano se utilizarán para controlar y
realizar un seguimiento de todo lo que hagamos.
Nuestro propio
cuerpo será el chivato que nos delatará a las autoridades.
De momento, la
seguridad biométrica aún no es algo obligatorio, pero es solo cuestión de
tiempo que se convierta en algo indispensable en nuestra vida diaria, sobretodo
a la hora de realizar pagos, cobros y transacciones de todo tipo.
De hecho, y como nos
dicen los siguientes párrafos extraídos de un artículo de The Truth, ya se está
probando un “método de pago alternativo” mediante la exploración de la palma de
la mano en Suecia.
“El escaneo de la
palma de la mano se ha convertido en un método de pago alternativo para la
gente de la ciudad de Lund.
Terminales de
escaneo de los vasos sanguíneos de la mano se han instalado en 15 tiendas y
restaurantes de Lund gracias a un estudiante de ingeniería, el cual concibió la
idea hace dos años mientras esperaba en la fila para pagar.
Unas 1.600 personas
se han inscrito ya en el sistema, que según su creador, no sólo es más rápido,
sino también más seguro que los métodos de pago tradicionales.
‘El patrón de las
venas de cada individuo es único, así que es imposible cometer fraude con este
sistema’, dijo el investigador Fredrik Leifland”
Pero antes de que la
identificación biométrica se implemente ampliamente para los sistemas de pago,
es probable que lo veamos aplicado de muchas otras maneras.
Por ejemplo, los
escáneres biométricos ya se están utilizando en los comedores de varios campus
universitarios de los Estados Unidos…
“Durante años, los
lectores de geometría de mano han sido bastante comunes en los campus
universitarios, pero las implementaciones más recientes aprovechan también las
huellas dactilares e incluso la biometría del iris para vincular a los
estudiantes con las transacciones que realizan. El acceso físico a los recintos
ha sido la aplicación biométrica más común, pero ahora la tecnología ha ido
ganando popularidad a la hora de servir comidas y otros productos.
‘El estigma social
asociado a la biometría está desapareciendo, ya que los estudiantes se sienten
cada vez más cómodos con esta tecnología’, dice Brian Adoff, vicepresidente
ejecutivo de NuVision.
La inclusión de un
escáner de huellas dactilares en el último modelo de iPhone es sólo un ejemplo
más de que las generaciones más jovenes se sienten cómodas con la biometría.
“Curiosamente, los
administradores sienten más recelo por la tecnología que los estudiantes”, dice
Bob Lemley, director de desarrollo de software en el Grupo CBORD. “Los
estudiantes han crecido con la tecnología y por eso no sienten rechazo hacia
ella”
Video acceso al
comedor (http://vimeo.com/90797886 )
“La Georgia Southern
University puede dar fe de este hecho. La escuela implementa la biometría del
iris en su comedor y sólo dos estudiantes de 5400 se negaron a inscribirse”,
dice Richard Wynn, director del Programa Eagle Card de la Universidad.
Precisamente esta es
la baza que se está jugando a la hora de implantar toda esta tecnología de
control: la fácil aceptación por parte de las generaciones más jóvenes.
Un buen ejemplo de
ello lo estamos viendo en los propios parques de atracciones norteamericanos,
donde se estan implementando todo tipo de mecanismos de control, como por
ejemplo los escáneres biométricos mediante huella dactilar en el parque de Six
Flags o las “MagicBands” en los parques de Disney, consistentes en un brazalete
con dispositivos de rastreo RFID, que permiten comprar productos, acceder a las
atracciones y ser localizados en el interior del recinto.
Incluso en África se
aplica el control biométrico:
“Algunas de las
soluciones biométricas están ayudando a resolver problemas de suministro de
vacunas en África. Hoy en día, un registro de vacunación biométrico ayuda a
garantizar que millones de niños de corta edad reciban la vacuna que necesitan
para salvar sus vidas. Y al saber quién se ha vacunado, estos preciosos
medicamentos que salvan vidas no se desperdician por un exceso de vacunación en
unos y falta de vacunación en otros”
Quedan claros los
subterfugios que se van a utilizar para justificar el avance de estas
tecnologías de control masivo: los niños enfermos, la seguridad, la lucha
contra la delincuencia, los pobres ancianitos incapacitados o los gatitos
perdidos.
Cualquier excusa que
toque la fibra es y será utilizada a la hora de aplicar el control masivo al
que pronto nos veremos sometidos todos.
Y con ello, de paso,
conseguiran que cualquiera que se niegue a aceptarlas o que exponga sus
peligros, quede de cara a la opinión pública como una persona paranoica,
retrógrada y fanatizada.
No faltaran
ejércitos de voluntarios, absolutamente embobados por su amor a la tecnología,
dispuestos a atacar y descalificar ciegamente a quien ponga en duda estos
“progresos”, incapaces de ver las implicacions a largo plazo.
Y es que lo que
estamos viviendo parece propio de una película de Hollywood.
Un ejemplo de ello
es la base de datos de reconocimiento facial del FBI que forma parte de su
programa “Next Generation Identification”.
“Se proyecta que el
FBI habrá compilado 52 millones de imágenes faciales para el año 2015″
Dicho en otras
palabtras: en pocos años, el FBI será capaz de identificar y monitorear a
cualquier persona que camine por la calle solo grabándola con alguna de los
miles de cámaras que ya copan las ciudades norteamericanas, al más puro estilo
de la serie de TV “Vigilados” (Person of Interest).
Muchos se
autoconvencerán de que eso solo sucede en EEUU, un país que prácticamente se ha
convertido en un estado policial y que en el resto del mundo quizás nunca
lleguen a implementarse métodos de control de este tipo.
Bien, en España
todos tenemos las huellas dactilares registradas en nuestro DNI desde hace
años, algo que para los ciudadanos de otros países representaría una intrusión
inaceptable en su intimidad.
Y sin embargo nos
parece la cosa más normal del mundo, ¿no?
Si a estas alturas
alguien sigue creyendo que estos sistemas de control no se extenderán a Europa
y en una década al resto de países del mundo es que tiene un grave problema con
su ingenuidad.
Visiten cualquier
ciudad del mundo.
En todas ellas
encontrarán computadoras, Internet, smartphones, tablets, Mcdonald’s,
Coca-Cola, VISA y Mastercard, Starbucks, Zara, Ikea, Nike o cualquiera de las
franquicias que como una infección planetaria estan destruyendo la riqueza
cultural de la que ha disfrutado el mundo durante milenios.
Entonces ¿por qué
razón no deberían implementar en todo el mundo estas tecnologías de pago,
monitorización y control?
¿Acaso no son un
negocio tan rentable como los anteriormente mencionados?
UNA MANIOBRA
REPETIDA
Y es que la
extension de estas tecnologías será sutil, como lo ha sido la propia expansión
de Internet.
Recordemos que hace
tan solo 15 años Internet era prácticamente un lujo.
En poco tiempo se
convirtió en una herramienta de gran utilidad.
Ahora ya es
imprescindible.
En el siguiente
gráfico se muestran las principales tendencias y previsiones para todo el
ecosistema de productos conectados a Internet, incluyendo televisores, coches,
dispositivos informáticos portátiles y todo tipo de herramientas empresariales
y de usuario que pronto estarán conectadas al conocido como “Internet de las
Cosas”.
Por poner un
ejemplo, en el gráfico se prevé que en el año 2018, en el mundo ya habrá más de
18000 millones de dispositivos conectados a internet…y ésto solo será el
comienzo…
Y ese es el mismo
proceso que nos llevará al control absoluto. Se basa en una estructura bien
sencilla:
·Primero: se
presenta una herramienta útil y llena de ventajas que atrae la atención
·Segundo: el uso de
la herramienta crece rápidamente, sin fronteras ni regulaciones que ralenticen
su expansión, sustituyendo a las herramientas más antiguas, incapaces de
competir con sus funcionalidades
·Tercero: una vez
generalizado su uso, la herramienta se convierte en imprescindible
·Cuarto: una vez
creada la dependencia general de toda la sociedad, la herramienta se convierte
en un órgano de control masivo
Es tan simple como
esto.
Y una vez quedan
establecidas las dependencias y las funcionalidades de cada herramienta, a
medida que se producen nuevos avances tecnológicos solo tiene que sustituirse
una herramienta por otra más avanzada sin que ello vaya en detrimento, jamás,
de la dependencia social hacia esa herramienta.
Dicho en otras
palabras: en esencia, Internet, las Google Glass o los Smartphones nunca se
marcharán de nuestras vidas. En todo caso seran sustituidos por dispositivos
más avanzados, más sutiles, más perfectos y ante todo más invasivos.
Y es que la
estrategia está muy clara: sumergirnos en un rutilante carrusel de novedades
tecnológicas que van apareciendo sin cesar…
(Ver unos artículos)
Y mientras asistimos
maravillados y boquiabiertos al desfile de novedades, pegándonos codazos por
ser los primeros en adquirir el último chisme, la maquinaria continúa con su
avance imparable, con el objetivo final de introducirse directamente en nuestro
cerebro.
¿Creeis que esto es
una exageración paranoica?
También lo habríais
dicho hace 15 años si alguien os hubiera advertido de la vigilancia masiva de
la NSA, ¿no?
Lo siguiente ha sido
extraído de un artículo de USA Today:
En la Universidad de
Yale se llevó a cabo un sorprendente experimento: un individuo miraba un grupo
de fotos de caras y utilizando un escáner cerebral, los investigadores fueron capaces
de identificar a cada momento, que cara miraba el individuo en cuestión.
Pero en la
Universidad de California-Berkeley, los científicos van aún más allá de la
“lectura” de pensamientos simples y buscan predecir, directamente, lo que
alguien va a pensar antes de que lo haga.
Por su lado, en el
Carnegie Mellon, en Pittsburgh, el neurocientífico cognitivo Marcel Just tiene
una visión que hará que las Google Glass se conviertan en una anticualla
ridícula del siglo pasado.
En lugar de utilizar
el ojo para mover un cursor para, por ejemplo, encontrar el número de teléfono
de un taller mecánico, Just fantasea con crear un dispositivo que marque el
número del taller mecánico solo interpretando tus pensamientos acerca del
coche.
“En principio,
nuestros pensamientos algún día serán legibles”, dijo Just, “No creo que
tengamos que preocuparnos de esto en los próximos 5 o 10 años, pero es
interesante pensar en ello. ¿Qué pasaría si todos nuestros pensamientos fueran
públicos?”
“Se puede imaginar
una versión terrorífica de ese futuro, donde las autoridades leerían nuestra
mente con el fin de controlarnos. Pero prefiero imaginar un mundo más positivo,
con dispositivos de lectura de la mente que ofrezcan oportunidades a las
personas con discapacidades”
(lo vemos de nuevo:
el argumento propagandístico del débil y el discapacitado, como subterfugio
para justificar el control)
Y según Jack Galan,
líder en el campo de la lectura mental en la Universidad de Berkeley:
“La decodificación
del cerebro nos permite saber qué tipo específico de información puede ser
recolectada del cerebro. Y también se podrá utilizar para construir una
interfaz cerebro-ordenador”
Repasemos lo que
acabamos de leer, pues hay varios aspectos dignos de mención:
-El primero es la
profunda inconsciencia de estos investigadores. Uno podría pensar que son
incapaces de comprender las terribles implicaciones que pueden tener sus
investigaciones de cara al futuro de la humanidad.
Pero ese seria un
punto de vista ingenuo y casi pueril: son personas inteligentes y saben
perfectamente cuáles van a ser las consecuencias de sus actos.
Lo que pasa es que
no les importa en absoluto.
Solo les importa
satisfacer su ego, ser los primeros en realizar los descubrimientos pertinentes
y sentirse en la cresta de la ola del avance tecnológico y científico.
Y si eso implica
dejar sus descubrimientos en manos de un grupo de desaprensivos que hagan un
mal uso de ellos, pues “¡mala suerte para el mundo!”
Para este tipo de
personas, lo único importante es que les dejen jugar con sus chismes, recibir
fondos para sus experimentos y que su nombre figure en los más alto.
Su forma de pensar
es muy parecida a la de otros grandes científicos y personajes de la historia y
sobretodo es muy próxima a la de los jóvenes creadores de Google o Facebook:
saben perfectamente a quién están sirviendo sus brillantes creaciones y las
graves implicaciones que tendran en un futuro…pero tanto les da.
Así pues, poco
importa que sean inteligentes y que hayan desarrollado grandes herramientas o
hayan hecho grandes hallazgos: desgraciadamente todos ellos se han convertido
en un cáncer para este mundo, porque nada les importa más que la satisfacción
de su ego.
Pero más allá de la
valoración que hagamos sobre este tipo de personajes y sus motivaciones, hay un
segundo aspecto destacable en lo leído anteriormente.
Fijémonos que el
neurocientífico Marcel Just nos habla de un plazo de 5 a 10 años antes de que
estas tecnologías empiecen a ser factibles.
Es decir, el tiempo
necesario para generalizar a escala planetaria no solo el uso de Internet y la
implementación de la nube como único espacio virtual de almacenamiento de
datos, sino de todos los mecanismos de control biométrico en desarrollo en
estos momentos.
Dicho en otras
palabras, ya estan trabajando a marchas forzadas en la sustitución de los
dispositivos que aún se estan implementando en la actualidad, por otros que les
permitan introducirse directamente en nuestro cerebro y a medio plazo, no
limitarse a simplemente reconocer nuestra cara por la calle, sino acabar
leyendo directamente nuestros pensamientos e integrar nuestra mente en
Internet.
No nos lo acabamos
de inventar. Estan invirtiendo y trabajando en ello a marchas forzadas.
Lo peor del asunto
es que muchas personas no se lo quieren creer.
Prefieren pensar que
todo esto es una fantasía y que estas tecnologías seran utilizadas para nuestro
bien, como lo ha sido el teléfono o la licuadora.
Dicho en otras
palabras: la mayoría de gente opta por la negación, para no tener que
enfrentarse así con una realidad impactante y terrorífica. Algo que exigiría
comenzar a luchar sin más dilaciones por salvar nuestro futuro como seres
humanos.
Y claro, eso es algo
demasiado incómodo que la miserable y acobardada mayoría de la población no
está dispuesta a afrontar…
Y si por si todo
ello no fuera lo suficientemente terrorífico, las esperanzas de luchar contra
esta maquinaria se diluyen con cada año que pasa.
Por lo visto, poco o
nada podremos esperar de las generaciones futuras a la hora de salvar cualquier
atisbo de nuestra libertad como seres humanos.
Lo siguiente son
extractos de un artículo de The Telegraph:
La Asociación de
Maestros y Profesores Británica advierte del aumento de niños incapaces de
realizar tareas simples, como el uso de bloques de construcción (por ejemplo,
tipo Lego), debido a su “adicción” a los Tablet PC y a los smartphones.
El año pasado, un
médico confirmó que hay un número creciente de jóvenes (entre ellos uno de tan
sólo cuatro años de edad) que requieren de terapia por su comportamiento
compulsivo al ser expuestos a Internet y a dispositivos digitales desde su
nacimiento.
Dirigiéndose a la
conferencia anual de la ATL (Asociación de Profesores y Maestros británica) en
Manchester, Colin Kinney, un profesor de Irlanda del Norte, afirmó que:
“He hablado con
numerosos profesores de pre-escolar preocupados por el creciente número de
alumnos jóvenes que saben manipular la pantalla de una Tablet, pero que no
tienen habilidades manipulativas para jugar con bloques de construcción o
similares, o alumnos incapaces de socializar con otros alumnos, pero cuyos
padres hablan con orgullo de su capacidad para utilizar una tablet o un
smartphone”
“Los brillantes
conocimientos de informática mostrados por los alumnos son compensados por
sus deterioradas habilidades utilizando lápiz y papel, porque lo basan todo en
el apoyo inmediato de la computadora y a menudo son incapaces de aplicar lo que
deberían haber aprendido de los libros de texto”
Éstas son las
generaciones del futuro.
Generaciones no solo
adictas a la tecnología sino absolutamente dependientes de ella.
Generaciones que
crecerán aceptando el control masivo biométrico como la cosa más normal del
mundo y que dentro de 15 años seran los adultos del mañana, justo en el momento
en que empiece a implementarse la tecnología de control más invasiva, la que
penetre en nuestros cerebros.
¿Podemos esperar que
ellos luchen contra eso?
¿En quién recaerá
tal responsabilidad?
¿En los viejos que
vivieron el salto de lo analógico a lo digital?
Es triste aceptarlo,
pero no hay esperanza en el futuro.
La lucha debe
empezar ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde.
Y se deberá hacer LO
QUE SEA para salvar nuestra libertad y salvaguardar nuestra esencia como seres
humanos. LO QUE SEA
Sí, estás viviendo
una película de terror…¿aún no te habías dado cuenta?
GAZZETTA DEL
APOCALIPSIS
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