LOS
"DEAD" MANDAMIENTOS
Diez cosas que te servirá saber sobre la muerte cuando llegue el
momento y que puede que condicionen sin remedio tu experiencia de la
misma.
A
pesar de la innegable realidad de que todo el mundo ha de morir por
necesidad
¿por
qué resulta que nadie desea oir hablar del tema? Con toda
probabilidad, el popular miedo a la muerte es la aportación del
propio guión del Juego, a través del adoctrinamiento y el
condicionamiento genético secuencial, para provocar nuestra completa
inmersión
en
el mismo: naturalmente, si todo el mundo supiese de buena mano lo que
existe más allá de la muerte, es bien probable que, especialmente
en las condiciones en las que nos obligan a subsistir, más de uno
decidiera poner fin a semejante estado de ansiedad, de miedo y de
estrés, para dejar de sufrir de una vez por todas. De así ser,
huelga mencionar que el Juego de la Tierra se convertiría en un
colosal fracaso
en
el que nadie estaría dispuesto a participar
.
Hace
poco soñé que conducía un coche, tan rápido, que temí salirme de
la vía en la siguiente curva. Dicho y hecho, para que luego digan
que los sueños no responden a nuestros deseos. Tras salirme de la
curva me estampé literalmente contra un muro. Bueno, lo de “me
estampé” es un decir porque en realidad lo atravesé
como
si fuera de mantequilla. Tan “real” (o tan imaginario) lo juro,
como que
estoy aporreando este
teclado.
Acostumbrado
ya a lidiar con este tipo de incongruencias oníricas el hecho de
atravesar la pared me devolvió la lucidez. El escenario era
hiperrealista,
joder, las sensaciones físicas de la vigilia palidecen
en realismo con
las de aquél sueño.
Entonces
me descubrí en el suelo rodeado de gente intentando ponerme, tan
estúpido como suena, una prótesis en la cadera. Y de repente, sin
transición alguna ni cambio de consciencia de por medio, me
encuentro viendo pasar por mi ojo mental una ristra de imágenes de
aquella presunta vida a toda velocidad. La famosa “revisión de
vida” que llaman en el contexto de las experiencias cercanas a la
muerte. Insisto, decir “realista” es quedarse muy
corto.
Entonces me acojono y pienso “coño, ¡que me acabo de matar!”.
Ya
de pie acompaño a unas personas con una bandeja en la mano, como si
fuésemos a coger la comida de un bufet, y les pregunto “oye,
¿estoy muerto? ¿Es esto el astral?”. Alguien me responde que sí.
Finalmente
me despierto dudando mucho de que, a tenor del hiperrealismo de la
aventura, la verdadera
muerte
pueda llegar a sentirse de cualquier otra manera. Qué cosas, no me
muero en 2012 y “palmo” hace unos días.
¿Sabéis?
He consultado el significado de mi aventura en uno de esos utilísimos
diccionarios de sueños: dice que significa…
¡ja!…
¡que
me tengo que morir algún día!
En
cualquiera de los casos, si tantas civilizaciones a lo largo y ancho
de la Tierra y del tiempo se han tomado tantas molestias para
intentar navegar más allá de ella, de la muerte, pues por algo
será.
Y, ahora, vayamos con mi
particular “dead-cálogo”:
1º
Todo lo que desde pequeños hemos escuchado de la muerte es una gran
mentira para
variar ¿por qué? Pues porque es lo
que nos contado;
2º
Por la forma en que los telediarios “informan” de la escalada,
por ejemplo, de los fallecidos en accidente de tráfico cualquiera
diría que a los responsables de la DGT le importan algo nuestras
vidas ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad. Si en algún
momento te llega a parecer que el gobierno se interesa por que no
mueras es (i), porque somos sus “vacas” a quienes ordeña a base
de impuestos y una vaca muerta deja automáticamente de producir; y
(ii), porque la mayoría de “minions” suele entrar en pánico
cuando
se les menciona el asunto de la muerte, sobreestimulando con ello su
instinto de supervivencia y suspendiendo
por
diseño, con ello, su capacidad de
raciocinio;
3º
Si crees que no ha venido nadie del “otro mundo” para asegurarnos
que nuestro continuo de experiencias no termina con la muerte del
cuerpo es solo porque no has investigado lo suficiente, lo cual no
significa necesariamente advierto, que no lo haya hecho nadie (ni
volver ni investigar). Pero no hace falta que averigües si te
sientes cómodo entre los límites de tus creencias, porque para
eso están.
Admite la posición y el lugar de tu encarnación particular dentro
de la escala evolutiva de tu Yo Superior, o de Quien Eres Realmente.
Te aseguro que esta información ya ha llegado hasta donde tenía que
llegar;
4º
Si tu vehículo físico se estremece cuando escucha la palabra
“muerte”, recuerda que no es más que tu
cuerpo quien perece,
quien con el trance desaparece. El 95% de nuestros procesos
psicológicos y físicos son inconscientes y buena parte de ellos se
emplean solamente para someter al espíritu que habita el cuerpo en
cuestión. Así no extraña que patalee
cuando
se acerca su fin. Agradece su propósito y continúa por la senda del
espíritu…
según
lo previsto;
5º
La muerte es el despertar del “sueño” de la Vida. Y no, esto no
es
ninguna metáfora. La muerte no es el fin del todo sino la natural
continuación de la partida en la siguiente “pantalla” del
videojuego;
Lo
normal es que, cuando bebas, veas doble a otros.
Pero si te ves doble
a tí mismo ¡date por muerto!
6º
Nadie se muere ni antes ni después de tiempo. Así que, si sigues
vivo, es porque todavía te quedan cosas por terminar.
7º
Cuando alguien fallece, tenlo claro, ¡su Misión ya se ha acabado!
Enhorabuena
para él.
¡Hasta la vista, Rita! Ahora bien, cuando muere un ser querido ¿por
qué lloras en realidad? ¿porque se marchó sin más.. o porque ya
no le tienes a tu lado? Como se puede comprobar, ni es lo mismo ni es
igual;
8º
Tras la muerte nada se acaba para siempre. Tras el trance nadie
se “ilumina” de repente,
el asesino continúa siendo un asesino y el cartero un cartero;
9º
Ya me jodería caer muerto sin
darme cuenta siquiera
de que acabo de morir. Que nadie se ría, porque todo apunta que los
entornos “no físicos” son tan realistas que mucha gente no se
entera de haberse muerto y, debido a la plasticidad
del
entorno, a la exagerada respuesta el mismo al pensamiento humano, el
difunto termina generando involuntariamente una copia virtual de su
vida en la Tierra indistinguible
de su pasada “realidad”.
El 100% de los relatos de exploradores del “más allá” coinciden
en destacar el increíble realismo
de
muchos de los entornos encontrados pero, sobre todo, del poder
creativo de nuestros pensamientos.
Confía pues en aparecer después de muerto en
algún entorno edificado a la medida de tus creencias:
si crees que no hay nada tras la muerte, puede que te descubras en
una espesa y profunda negrura (en 3D para más señas); si crees
en
el puto niño Jesús seguro que apareces a su diestra jugando a las
cartas; si te suicidas sin la convicción necesaria y te embriagas
del sentimiento de culpa verás como te catapultas a un escenario
dantesco sembrado de demonios y de calderos de fuego,…
Aquello
en lo que crees,
recuerda, es lo que se crea.
En la Tierra pasa lo mismo, cierto, pero tarda más tiempo.
10º
Si en algún momento os encontráis perdidos por alguno de estos
sitios desconocidos pedid ayuda
a
gritos, literalmente. Recordad que seguís siendo el “muñeco”
del videojuego y que vuestro
controlador (Quienes Sois Realmente) os VIGILA y os PROTEGE
incansable
y cómodamente desde algún “sofá”…
en
la 5ª densidad.
Insisto,
lo mismo da lo que ahora penséis sobre esta entrada o sobre el
fenómeno de la muerte, sobre si existe algo más en realidad o sobre
si se termina todo para siempre. Lo mismo da, digo, porque cuando nos
llegue la hora ya lo descubriremos todos por vosotros mismos.
Quedad
tranquilos, sin embargo, porque tras la sorpresa
inicial
siempre podéis recordar esta entrada.
Pregunta: ¿Es la
vida después de la muerte una teoría, o crees que podrá ser
demostrada
científicamente en un
futuro?
Respuesta: Para mi, la
vida después de la muerte es una experiencia, no una teoría. Cuanto más experimentas este
estado de consciencia que trasciende la consciencia física tanto menos necesitas
convencerte de que la vida post mortem es una realidad. Ni siquiera
me interesa ya convencer a
nadie de ello porque para mi se ha convertido en tal obviedad que hacer
lo propio depende solo de cada cual. Convencer a otros sería como
convencer a alguien de que el agua está húmeda, no tiene sentido.
Tarde o temprano todo el mundo se enfrentará con ello. El gran
beneficio de descubrirlo por ti mismo en vida es que disipa buena
parte de nuestros miedos existenciales, de lo cual mucha gente
saldría beneficiada. La prueba científica de la vida después de la
muerte no disipará los miedos; tan solo la experiencia puede
hacerlo, no las teorías ni las creencias. De manera que la prueba
científica con sirve de nada.
http://www.bienvenidosalatierra.com/los-dead-mandamientos/
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