EL
ENTRETENIMIENTO DEL FUTURO
SINOPSIS:
Si
el ciudadano moderno cada día necesita con más frecuencia -y
urgencia- una vía de DESAHOGO que le aparte brevemente del estilo de
vida NEOESCLAVISTA que el Sistema viene construyendo desde hace
tiempo para la mayoría ¿cuál creéis que sería en un futuro la
forma de ENTRETENIMIENTO definitiva?
Una
día leí cierta cita que, supuestamente atribuida a Karl Marx, venía
básicamente a decir que cada varios años el Sistema le permite a
los oprimidos decidir qué delegados de la clase opresora
habrán de representarle (para poder seguir reprimiéndoles,
lógicamente) en referencia clara a la sobrevalorada “democracia”.
En
la práctica, el período sugerido parece extenderse hasta los cuatro
años en buena muestra de los países del mundo coincidiendo
milagrosamente con la horquilla de tiempo que separa la celebración
de los eventos deportivos internacionales más relevantes, como son
por ejemplo los Juegos Olímpicos o los Mundiales de fútbol. ¿Y de
aquella leyenda urbana de cambiar de coche cada otros cuatro años
también?
Personalmente,
mucho me cuesta creer que dicho período sea casual. Si nada lo
es a mi modo de ver ¿por qué habría de serlo esto? Y si bien las
fuentes consultadas nos remiten a las olimpiadas griegas originarias
en busca de la semilla de la cifra cuestionada, el enigma sigue
siendo por qué los antiguos mandatarios helenos consideraron
celebrar sus juegos cada cuatro exactamente, y no cada tres,
dos o cinco años.
¿Será
posible que la psicología humana esté diseñada como una especie de
olla a presión que no soporta más que 48 meses consecutivos de
tensiones y que, por ello, se celebren las formas de
entretenimiento y/o renovación mencionadas con la regularidad
acordada? ¿Y qué mejor que una dosis de “responsabilidad”
personal y de ilusión de poder y de control que permitirle a
un perfecto neoesclavo elegir a sus señores feudales cada póquer de
años?
Por
fortuna para el ciudadano, el estilo de vida moderno le atiborra de
placeres animales (comida, bebida y fiesta) a mucha mayor
cadencia de la supuestamente demandada por la naturaleza humana como
frecuencia de escape.
Y
si ahora estás temiendo por el futuro de sus hijos y por el de sus
nietos, no te inquietes, porque dentro de unas décadas la evolución
de la tecnología ya les ofrecerá a los neoesclavos del mañana vías
de entretenimiento -de desfogue- tanto más elaboradas.
Bien
pensado: ¿para qué preocuparse uno por el “qué dirán”
cuando
todos son AVATARES digitales como NOSOTROS?
Puede
que en este sentido el mejor ejemplo siga siendo la película de
Jonathan Mostow titulada “Los sustitutos” (2009), la cual dibuja
magistralmente un escenario en el que los avances en materia de
tecnología han permitido a los aborregados ciudadanos despistar a su
manifiesta infelicidad interactuando con la calle también,
pero de forma remota esta vez: a través de un robot humanoide
prácticamente indistinguible de un humano de los de verdad.
Pero si bien es cierto que un humanoide alternativo podría servirnos
para vivir toda clase de experiencias incompatibles con nuestra
supervivencia -e imposibles por tanto para nuestro físico y
personalidad verdaderas- el problema sigue siendo el mismo si os dais
cuenta: y es que, compartiendo todavía “realidad” con los
auténticos humanos, el “sustituto” sigue estando obligado a
RESPETAR por fuerza las normas sociales impuestas.
Y
creo que podemos tener todos bien claro que cuando dicha tecnología
se desarrolle en un futuro -que lo hará- el más emocionado no será
tanto el usuario como su gobierno en su lugar, porque entonces
la ciudadanía –ya esclavizada para siempre desde la cuna-
encontrará una vía al menos para desquitarse puntualmente
por los estilos de vida neofeudales imperantes (hoy ya
previsibles para cualquiera que tenga ojos en la cara y que por
supuesto no trabaje para la Organización
Nacional
de Ciegos de España).
Y
si a alguien le parece una “flipada” la película mencionada, que
por favor le eche un ojito al proyecto “2045” del magnate ruso
Dmitry Itskov, porque en cuatro fases sucesivas pretende asegurar
nada menos que los siguientes logros:
Avatar
A:
Una
copia robótica de un cuerpo humano controlada remotamente por un
interfaz cerebro-ordenador (2015-2020);
Avatar
B:
Un
avatar (mecánico, se entiende) al que se le ha trasplantado un
cerebro vivo al final de la vida de su propietario (2020-2025);
Avatar
C:
Un
avatar con un cerebro artificial al que se la ha transferido la
personalidad del cliente antes de morir (2030-2035);
Avatar
D:
Un
avatar holográfico (2035-2045).
Personalmente,
creo que el señor Itskov corre demasiado. Pero claro, a lo mejor el
caso es solo iniciar el proyecto para que después puedan venir los
secuenciales detrás a colocar legalmente su tecnología
(“legalmente”, digo, en atención a la regla del Juego que les
prohíbe intervenir más de la cuenta en los asuntos de la
Tierra simultánea).
De
regreso al tema original de la entrada, creo que la vuelta de tuerca
al invento de la película, la forma de entretenimiento definitiva,
llegará con la capacidad tecnológica necesitada cuando, en lugar de
interactuar con la vida cotidiana a través de un autómata, se le
ocurra algún día a alguien construir un sistema que consiga lo
propio esta vez, pero a través de un avatar DIGITAL en el seno de
una RÉPLICA virtual del mundo real, porque
allí nuestras acciones ya NO TENDRÍAN CONSECUENCIAS
-ni legales ni penales- de vuelta a nuestra vida maestra.
Así
podremos seguir siendo todos INFELICES esclavos en la vida “real”,
mientras la compañía progubernamental de turno proporcione a la
ciudadanía la manera de simular -en un entorno controlado de
realidad virtual esta vez, y a modo de “ensueño” tal vez-
la libertad de pensamiento, de actuación y de expresión, ya
extintas, que en su día proporcionara la Tierra simultánea
original.
En
realidad, la plataforma ya está creada, así que ahora solamente
falta adaptar la salida de vídeo, hoy en pantalla, para un interfaz
más inmersivo y realista.
Dicho
lo cual y volviendo al asunto de moda en el blog ¿estamos
completamente seguros de que nuestra existencia actual no está ya
basada en algún tipo de recreación virtual como esta que
refiero?
Permitidme
que vuelva a aludir al mensaje del experto en psicofísica Ignacio
Morgado en entrevista esta vez para el diario ABC:
“Nada
de lo que hay aquí está realmente fuera, todo son
ilusiones que crea nuestro cerebro”
“«El
mundo es una ilusión creada por el cerebro»” (Abc.es, 15/05/2015)
Vaya,
creo que se puede dedir más alto, pero no más claro.
Eso
sí, de las consecuencias que para la Vida de su enunciado se
derivan, de eso ni hablar. Porque, claro, si cada cerebro humano
construye (o crea) para cada uno POR SEPARADO -como se deduce
de las palabras del experto- su propia “realidad”, pues a mí
sinceramente no me salen entonces las cuentas: un cerebro crea una
“realidad”; dos cerebros, dos “realidades”, y así
hasta siete mil millones de ellos ¿no?…
Vale
¿y cómo decís que explica la Física que siete mil millones de
cerebros DISTINTOS operen CONJUNTAMENTE sobre otras tantas
“realidades” particulares DIFERENTES?
BIENVENIDOS
A LA “REALIDAD” IMPOSTADA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario