Hace muy poco, descubrí
muchos de los puntos grises que han afectado mi vida y de qué forma,
un sistema que busca desalentarnos en todos los sentidos, ha logrado
tanta efectividad en reducirnos a nada.
Una de las ideologías que pululan en
la red y tienen como origen, en parte, la filosofía
nacional-socialista, expresada principalmente en los escritos de
Nimrod de Rosario, es la de que el espíritu increado, atrapado en la
materia en forma involuntaria, odia -necesariamente- a la vida y sólo
puede reaccionar contra ella con violencia.
Esto, sumado a la creciente sensación
de asfixia que vivimos los humanos en este sistema (y a mayor
consciencia, mayor sentimiento de ahogo) nos lleva a arrastrarnos
penosamente por la existencia y principalmente, a despreciar
cualquier propuesta de lucha en este plano.
En la espera de un salto cuántico
hacia la 5ª dimensión, menospreciamos la vida en esta dimensión
actual y parece no importarnos quién se adueñe de ella.
Por otro lado, están los convencidos
de que este mundo no es de dios, sino del diablo (lo cual es cierto,
como es cierto, también que “su dios” es ese mismo diablo) y
esperan pacientemente el “rescate”, la “salvación”, el
“rapto” que provendrá obligatoriamente de otro mundo y otra
voluntad.
Con una u otra forma, además de
muchas otras que no menciono, han logrado su objetivo: que cedamos
nuestra voluntad a la voluntad de otros, ya sean gobierno,
extraterrestres o dioses.
Jehová murió hace mucho y con él,
su designio de dominación, capricho, egoísmo y miedo… pero los
hombres han tomado su insignia y mantienen vigente su mandato.
Si no es el clero, será el gobierno
y si no, tu vecino o amigo más cercano o hasta tu pareja… porque
las mentes y los corazones ya están tomados por esta idea de
sometimiento y horror por la vida.
Hombres de barro, pecadores,
violentos, abusadores… el mensaje está claro en todos los
discursos y en todos los noticieros.
El resultado es que abandonamos la
voluntad de vida y libertad en este plano, por el sueño de una
existencia plena en otros planos, dimensiones, planetas o cielos…
Mientras, los que son conscientes de
la mentira y la han aprovechado y propagado en su beneficio, se
quedan con todo, hasta con nuestra energía individual, sometida a
trabajos monótonos e infructuosos.
Ya no importa si son humanos, élite,
sionistas, dioses o alienígenas… hasta es posible que sean todos
ellos, lo que importa es que están ganando terreno, habida cuenta de
nuestra propia desidia.
Nos olvidamos de nuestra
inmortalidad, de nuestra grandeza espiritual y sobre todo y como no
me canso de repetir, de que somos EXPLORADORES y no TRABAJADORES.
Somos espíritus increados o mejor
dicho, estamos ligados a uno, pero nuestra existencia en este plano,
marcará la pauta de si debemos ascender a otro. ¿Cómo sería eso
si nuestra existencia aquí no ha cumplido con su cometido? ¿Cómo
alcanzaríamos la deseada libertad si nunca hemos luchado por ella
donde fuimos sometidos?
Siento que, tal vez, tenemos que
recapitular sobre nuestra falta de protagonismo en esta existencia,
la aceptación inconsciente de nuestra esclavitud, la incapacidad de
vivir una vida plena, la aprobación que hemos dado a circunstancias
limitantes como el matrimonio, el empleo, la dependencia social, la
“fe” y todo aquello que, de una forma u otra, convierte nuestras
vidas en deleznables monotonías.
¿Por qué pensamos que en otro plano
seremos premiados con lo que no ganamos en este? ¿Por qué se nos
entregará una tierra promisoria, si hemos abandonado ésta en manos
de los depredadores?
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