© HA LLEGADO LA HORA
Tenemos las amenazas a la vista. Es hora de poner manos a la obra.
Toca cambiar de chip si realmente queremos empezar un nuevo
modo de estar en el mundo, un nuevo modo de relacionarnos, de disfrutar de la
vida y del entorno.
Hay que hacerlo ahora cuando todavía estamos a tiempo… si
tenemos claro que queremos hacerlo
Debemos tener presente que, para coger algo nuevo, antes hay
que soltar lo viejo. Primero hemos de saber exactamente lo que queremos para
así poder conseguirlo.
¿Qué sociedad queremos? ¿Para cuándo la queremos? ¿Cuántos somos los que la queremos?
Tarea complicada la de llegar a consensos generales en
aspectos tan personales y trascendentes!
Si ya es un reto para uno mismo dar respuesta a estos interrogantes, mucho más lo es para un grupo de personas, aunque tengan una base de afinidades compartidas.
Pero estamos en una encrucijada histórica que nos interpela
vitalmente y nos empuja a tomar decisiones sobre la forma de vivir y convivir.
La situación se nos plantea por la agresividad de las élites
dominantes que están forzando a la humanidad hacia senderos nada propicios,
empujados por sus propios errores o por su codicia.
El callejón sin salida en el que nos vamos adentrando parece
sin lugar a dudas que nos ha de perjudicar tanto en el ámbito de la pura
supervivencia física como en el de la trascendencia vital, sea cual sea la
interpretación que le demos a esto cada uno.
La postura habitual de acomodarse a “lo que venga” es una
tentación muy grande quizás más que por pereza, por no intuir alternativas válidas.
También se le suma una impotencia real frente a las fuerzas que tenemos
delante.
Deberemos zambullirnos bien a fondo dentro de nosotros para
encontrar el poder y la luz, que aparentemente nos faltan y de los que seguro
disponemos, para hacer frente a cualquier reto que la vida nos plantee,
teniendo siempre presente que NUNCA se nos plantea ningún problema que no
podamos solucionar.
Quizás lo que necesitamos es actuar “como si” ya tuviéramos
lo que queremos: Autonomía, libre albedrío, libertad, responsabilidad,
capacidad de convivir, intercambiar, dar, amar, perdonar, respetar la vida
(humana y natural), priorizar lo espiritual sobre lo material. Honestidad,
sinceridad, solidaridad, confianza en la vida y en la gente... en definitiva
AMOR.
Ningún pensamiento de miedo ni sometimiento debe empañar
nuestro corazón ni nuestra mente. Necesitamos centrarnos en construir y
compartir, en escucharnos, en ayudarnos, en apoyarnos, sin distraernos ni un
momento con el torrente informativo agobiante y distorsionador
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ESCRITOS PROPIOS: https://masacriticaconsciente.blogspot.com/p/escritos-propios.html
6 de octubre 2022
Buena tarde Joan, por eso hay que escuchar a nuestro corazón, y si el nos invita a surfear la ola, al menos debemos probarla, intentar surfearla, por que, puede que te lleguen más olas, pero aquella que no surfeaste no volverá, y además, que no te satisface el viaje de esa ola que cojiste, pues te bajas y cojes otra. Si mi querido Juan Salvador Gaviota, se hubiese quedado esperando al resto de la bandada, jamás hubiese partido. Claro esta todas las gaviotas que lo intentamos después mantuvimos contacto y cercania con otras bandadas, haber si les animabamos a otras gaviotas a intentarlo jaja pero es fundamental que a las que quieran quedarse en la bandada o en la cueva platoniana las respetemos su decisión, sin que por ello se rompan los vínculos y esa unión que forja la amistad.
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