© LA VIDA… ¿UNA BROMA CÓSMICA?
Como en una inmensa lotería, aparecemos en ese mundo. Algunos en hogares acomodados, otros en lugares precarios. Unos como mujeres y otros como hombres... con la piel negra o blanca, delgados o gordos, altos o bajos, sanos o enfermizos, incluso tullidos!
En fin, una tómbola –según como algo siniestra- que nos
esparce en un espacio habilitado para la vida, en un rincón de un universo que
se presume de un tamaño enorme y con posibilidades de más lugares habitados... a
saber pero de qué características.
Centrándonos en nuestro entorno “conocido” hay que decir de entrada que “de la misa sabemos la mitad” porque todo parece un grandioso “show de Truman” por donde andamos una multitud de seres ignorantes de la mayoría de cosas "reales" que nos rodean.
Y así estamos: conjeturando sobre qué, quién y cómo, más
perdidos que unos turistas despistados. Y es que cuesta mucho no tomárselo con
humor porque el asunto es bien cómico, sino fuera tan dramático. Nadie tiene ni
puñetera idea de qué hacemos por aquí y si alguien lo sabe se lo guarda para
él.
Vamos vistiéndolo todo de reflexiones trascendentales para
tratar de darle algún sentido pero al final siempre topamos con una pared, como
el pobre Truman, aunque éste al menos encontró su salida.
Y quien dice encontrar la salida dice encontrar la
explicación, que, por muy ominosa que sea, siempre sería mejor que esta
desorientación en la que nos movemos.
La gran pregunta que nos hacemos: ¿Quién es el verdadero
responsable de esta gran movida?
Nos gustaría salir de dudas, al menos, para dejar de dar
vueltas a la cabeza inútilmente.
Porque a ver, aquí hemos venido sin que se nos haya
consultado (al menos que lo recordemos) y en las condiciones que nos han tocado
en la rifa cósmica, ¡sin derecho a reclamación!
Al menos, ahora que ya estamos aquí, deberíamos saber cuál
es el verdadero juego al que hemos estado abocados y entonces, con conocimiento
de causa, cada uno podría hacer lo que creyera más conveniente.
Desentrañar la cuestión nos facilitaría sentirnos parte de
lo “qué sea” en el nivel “que sea” y así poder contribuir conscientemente en el
proyecto general (?!)
Quizá sea una elucubración gratuita pero la explicación está
ahí... bien escondida eso sí.
¿Queremos tener acceso a ella o nos da miedo saberlo?
Pienso que siempre es bueno saber de qué mal has de morir...
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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com – 31 de agosto 2023
OTROS ESCRITOS DEL MISMO AUTOR
https://masacriticaconsciente.blogspot.com/p/escritos-propios.html
Decía la canción, que no se rompa la noche, que no se rompa, así te lo deseo mi apreciado Joan, trovador, no dejes de componer, que no se rompa tu prosa, la cual siempre es de agradecer y bueno haciendo referencia al título, Yo fui uno de los de la movida ochentera pero para nada Orwelliana jaja y puedo dar fe de que cada cual era responsable de su movida, unos eligieron autodestruirse y otros quisimos VIVIR LIBREMENTE y tanto en esas movidas, como en las actuales, y como fue siempre a lo largo de la historia plagada de movidas constantes, la cuestión principal es como gestiones esas movidas PROMOVIDAS por supuesto, incluso en épocas de máximo esplendor de libertad tampoco se supo aprovechar y gestionar de buena manera ese privilegio, ya que libertad no concede al individuo libertad alguna para hacer lo quieras, hacer lo que te venga en gana, LIBERTAD ES, HACER SIEMPRE LO QUE ES CORRECTO, ÉTICO, Y JUSTO, HONORABLE. otra cuestión es el libertinaje en donde la degradación de las normas y esas mínimas formas que sostienen la sociedad, se hacen añicos, y el MAL, la corrupción, la demencia y la inconguencia, el sinsentido, lo absurdo, y el vicio se apodera de las mentes de los Gobernantes y de las mentes de los ciudadanos y bueno es cuestión de revisar la hemeroteca, para saber que ocurrió a todos esas DECADENTES SOCIEDADES Y CIVILIZACIÓNES EN ESTADO TERMINAL que decidieron abandonar el camino de la virtud, la Ética, el Honor y la integridad, dejándose seducir por el camino del vicio, que como dijo Don Quijote: es ancho y espacioso. Al contrario del otro, que es angosto y estrecho y nada fácil.
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