INTERCAMBIO DE NECESIDADES
¿Qué es el dinero?
El dinero es el modo establecido comúnmente por la ley y la costumbre
para el pago de deudas, y también puede ser considerado como todo medio
generalmente aceptado en el pago de bienes y servicios. El euro, como cualquier
otra moneda, sea el dólar o la libra esterlina, es dinero porque así se ha
decidido y dispuesto, por imposición legal, en los distintos países. La
ciudadanía acepta intercambiarlo por bienes y servicios tangibles e
intangibles.
Hasta principios del siglo XX, y parte de él, los billetes y monedas de
un estado estaban amparados por la cantidad de oro en poder de dicho estado, y
en base a ello se emitían billetes y monedas. Es lo que se conoce como el
“Patrón Oro” o “Gold Stardart”.
¿Qué es el oro?
El oro es un mineral noble, poco común, escaso, de apariencia
brillante, pero que no se puede comer, no cura enfermedades ni se puede
construir con él. Hoy es un “valor refugio”, porque dada su escasez y nobleza,
tanto el Estado como los bancos, así como los propios particulares, están a
favor de poseerlo, pues siempre habrá alguien dispuesto a cambiarlo por moneda.
Sin embargo, al ser preciso cada día más dinero (billetes y monedas) para la adquisición
de la misma cantidad de oro, el mismo dinero se devalúa, en términos reales.
En la actualidad, el oro sólo sirve para garantizar en parte, y sólo en
parte, la riqueza de cada país, otra vez mediante un acuerdo en el que se le
otorga ese valor abstracto que por sí mismo no tiene. Además, hoy en día no hay
oro suficiente en el mundo para respaldar el número de billetes y monedas en
circulación. Gran parte del dinero que mantiene la economía responde a simples anotaciones en
cuentas del Estado y de los bancos. Los Estados solo emiten billetes y monedas
en función de las necesidades de liquidez de sus economías, o lo que es igual,
el dinero, representado por billetes y monedas, tan sólo tiene un valor
abstracto.
Así que podemos decir que tanto el oro como el dinero en sí se han
convertido en valores digitales. Mucha de esa nueva riqueza no es más que un
número anotado en un ordenador y registrado en su hardware, con los riesgos que
ello conlleva. Un fallo en el sistema informático o el ataque de un hacker
podrían poner en peligro su existencia.
Una oveja, una mesa, un libro, un tomate, una casa, una aspirina, un
litro de agua, un coche, la enseñanza, todas estas cosas son reales, sirven
para algo; se pueden tocar, se pueden medir e intercambiar. Sin embargo, hemos
sustentado nuestra sociedad y nuestro sistema económico sobre algo que NO ES
REAL.
Además, el dinero está supeditado a cambios, movimientos y variaciones
planificadas por las grandes corporaciones financieras. Variaciones que muchas
veces escapan a nuestro conocimiento, dada su complejidad y el empeño constante
de estos mismos agentes por hacerlas incomprensibles para la mayoría; casi
siempre en su propio beneficio.
ESTO SIGNIFICA QUE SE PODRÍA VIVIR PRESCINDIENDO DEL SISTEMA LLAMADO
“DINERO” QUE ELLOS HAN CREADO, MEDIANTE EL INTERCAMBIO DE BIENES Y SERVICIOS, DIRECTAMENTE
ENTRE NOSOTROS.
Hemos permitido durante demasiado tiempo que personas cuyo único mérito
ha sido conseguir grandes sumas de dinero, gestionen los bienes y recursos de
cada país, de nuevo casi siempre en su propio beneficio. Si bien es cierto que el dinero podría ser usado con equidad, también es cierto
que siempre que exista la posibilidad de su manipulación sin control por parte de los representantes de la
ciudadanía, serán muchos los que estén dispuestos a
hacerlo, alterando así la realidad económica, siempre en perjuicio de los más
débiles.
LA ALTERNATIVA: INTERCAMBIO DE NECESIDADES
El texto que vas a leer a continuación no es un tratado de economía, ni
de política. Tan sólo es una propuesta que pretende que personas de todo el
mundo puedan cubrir sus respectivas necesidades, sin la obligación de recurrir
al dinero como instrumento necesario.
Para ello, necesitaríamos, en primer lugar, concebir este planeta como
una comunidad global real. Capaz de poder realizar un intercambio justo de
bienes y servicios entre todos sus habitantes. Esta comunidad se retroalimentaría,
siempre en función de lo que la gente que participe en ella se quiera
involucrar. Es un planteamiento que podría funcionar tanto a pequeña escala (partiendo de
comunidades de vecinos, por ejemplo) como a gran escala (sirviéndonos de
Internet y de otras formas de comunicación para el intercambio entre distintas
comunidades o, incluso, países). Cuanta más gente se uniera a participar en el
intercambio de necesidades, mejor podríamos cubrirnos los unos a los otros.
Podríamos empezar con pequeños intercambios, como por ejemplo, la idea
que se ha puesto en marcha con los bancos de tiempo, donde se puede conseguir
cubrir necesidades concretas a cambio de que cada persona ofrezca sus
servicios, sin que sea necesario devolver el servicio a aquél que te lo prestó.
A través de la red, el servicio puede ser devuelto a un tercero, un cuarto, un
quinto… conformando así una comunidad gestionada por los propios individuos
interconectados, no solamente a través de las redes sociales, sino también a
través de teléfonos móviles o del cara a cara.
No estamos hablando de renunciar a la propiedad privada, simplemente de
compartir parte de nuestro tiempo, nuestras capacidades y conocimientos en
beneficio de todos. En definitiva, un nuevo concepto de compartir Bienes y
Servicios sin intermediarios, pues tenemos los medios para poder hacerlo.
Cada cual sería libre de negociar sus propias condiciones con otra
persona en función de sus capacidades y del tiempo de que disponga.
El punto de origen estaría inicialmente en las asociaciones de vecinos,
que a su vez formarían parte de barrios y distritos, y de ahí a ciudades,
provincias y países… Si esta idea se propagara, crearía un sistema global que permitiría
cubrir las necesidades básicas de todos los ciudadanos, independientemente del
país en el que vivan.
Y ello no supondría que dicho país perdiera su esencia o sus raíces,
que permanecerían intactas… Necesidades como los alimentos, la sanidad, la
vivienda, el transporte, la cultura y la educación; todas ellas podrían estar cubiertas
si se lograra coordinar una red lo suficientemente eficiente de intercambio de
necesidades.
CONCEPTO DEL TRABAJO
Podría plantearse la posibilidad de que cada ciudadano con capacidad
física y mental para trabajar tuviera sus necesidades básicas cubiertas con un
empleo de media jornada. Al no existir el dinero, un empresario podría tener
contratadas, por cada empleado actual, a dos personas en distintos turnos, lo
que daría lugar a la creación de más puestos laborales con horarios más
flexibles.
Gracias a este compromiso laboral, los trabajadores tendrían lo
necesario para vivir dignamente, además de sustentar las infraestructuras y de
cubrir las necesidades de los miembros de la sociedad que no estén en posición de
trabajar (niños, minusválidos, ancianos…).
Este sistema dejaría mucho tiempo libre para dedicarlo a la familia, a
los amigos, a las actividades lúdicas, al desarrollo cultural, e incluso a
seguir trabajando para aumentar tu nivel de vida, con los lujos que tus capacidades
y tu tiempo te puedan proporcionar.
En principio no sería necesario alterar ninguna institución y todos los
servicios seguirían funcionando de la misma manera. Policías, médicos,
bomberos, funcionarios, panaderos, obreros, transportistas, comunicadores, artistas,
etc. seguirían funcionando de la misma forma, pero en lugar de recibir una
retribución económica, recibirían una retribución material. Por ejemplo, un
agente de Policía que termina su jornada de cuatro horas podría ir a una tienda
a abastecerse de lo que considerase necesario, después ir al cine y después
disfrutar de su casa (techo, luz, agua…) sin pagar por nada con dinero, ya que
ha pagado por todo con su trabajo.
Existen recursos naturales, energéticos y alimenticios; tenemos la
capacidad, la mano de obra y la tecnología necesarias y en abundancia, por lo
que las necesidades básicas de todo el mundo deberían estar cubiertas. Sólo hay
que eliminar el dinero, y que tod@s podamos contar con tod@s para conseguir lo
que necesitamos.
CONCLUSIÓN
El dinero ha sido antepuesto como valor legítimo,
por delante de otros valores más necesarios para un desarrollo más natural de
la sociedad. Si lo tienes, vives; si no lo tienes, mueres.
El INTERCAMBIO DE NECESIDADES significa más tiempo
libre, una sociedad más humanizada, sin inmigración obligada, sin estrés, sin
desigualdades sociales y sin hambre, entre otras muchas cosas.
Para que una propuesta de estas características
pudiera llevarse a cabo de una forma eficiente, deberíamos ser muchos los que,
fijando una fecha de comienzo, emprendiéramos este proyecto de una manera
íntegra, honesta y responsable, entendiendo que tal vez al principio haya que
renunciar a alguna comodidad individual en favor del beneficio colectivo. Por
supuesto, el Poder podría intentar arruinar un movimiento como éste, cortando
los suministros de agua, comida, medicinas y transporte. Pero también es cierto
que si somos muchos, será más difícil tomar una decisión así, ya que, por
ejemplo, quien tuviera que cortarnos el agua seguramente tendría familiares o
amigos que se verían afectados por tales medidas.
Rubén Pacheco, Francisco Pacheco y Ramón Paso http://www.noneedmoney.net
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