EL PLANETA "X" EXISTE Y ESTÁ DONDE SE ESPERABA
Hace dos
años, publicamos aquí mismo varios
artículos relacionados con la posible existencia de un planeta X en nuestro
sistema solar. Algo
que todavía no habíamos visto, pero que desde la antigüedad y las más avanzadas
culturas antiguas nos estaban mostrando a través de sus grabados, escritos y
restos.
Recomendamos leer primero los siguientes artículos para entender mejor de que
va esto del Planeta X: El Planeta X
Las
teorías han sido muchas y el descrédito de los científicos hacia ese grupo de
personas que siempre ha defendido la existencia de este hipotético planeta, ha
sido mayor aun. Recordemos que del planeta X lleva décadas hablándose, no es nuevo el hecho de
que existe una teoría que relaciona las
catástrofes cíclicas de la tierra (y así lo reflejan las culturas antiguas), y las perturbaciones en las órbitas de varios planetas de
nuestro sistema solar, con el
hecho de que todo ello debe ser provocado por un cuerpo celeste mayor que
todavía no se ha descubierto.
Ahora
resulta que como son varios los científicos de renombre que han planteado esta
hipótesis con ciertas pruebas sobre la mesa, parece que algunos ya se lo toman
más en serio.
Al final, el
famoso Planeta X podría convertirse pronto en realidad. El conocido astrónomo Michael Brown, descubridor de Eris y Sedna, acaba de aportar, junto a su
colega Konstantin Batygin, las mejores evidencias que
existen hasta ahora de la existencia de un nuevo y distante planeta gigante en
los confines del Sistema Solar. Su trabajo, que está revolucionando a la
comunidad científica internacional, acaba de publicarse en The Astronomical Journal.
Todo parece
indicar que estamos más cerca que nunca de descubrir el noveno planeta del Sistema Solar. Y no se trata esta vez de pequeños mundos
helados más allá de la órbita de Plutón, como el que anunció la Institución Carnegie el pasado mes de noviembre, ni tampoco de un simple
objeto transneptuniano, sino de un auténtico gigante de tamaño comparable a Neptuno y que, de confirmarse
definitivamente su existencia, entraría por la puerta grande en el selecto club
planetario del que la Tierra forma parte y del que, en 2006, fue expulsado el
propio Plutón. En otras palabras, podría tratarse del famoso y
escurridizo Planeta X, ese que los astrónomos
persiguen desde hace más de un siglo y que la cultura popular ha terminado por
convertir en leyenda.
Los autores del
trabajo, un equipo de investigadores de Instituto de Tecnología de California,
le han bautizado como «Planeta Nueve». Tiene entre cinco y diez veces
la masa de la Tierra, gira alrededor del Sol una vez cada 15.000 años y, aunque aún no lo han observado directamente, Michael
Brown y Konstantin Batygin han deducido su existencia a partir de las órbitas
de toda una serie de planetas enanos y otros objetos extremos de nuestro
Sistema descubiertos recientemente.
Se sabe desde hace
tiempo que las extrañas «maniobras
orbitales» de estos
pequeños mundos podrían explicarse gracias a la perturbación gravitatoria de un
hipotético planeta gigante nunca visto hasta ahora. Brown y Batygin creen que
el nuevo planeta pudo ser «expulsado»
lejos del Sol y al
espacio profundo hace miles de millones de años, como consecuencia de un
«empujón gravitatorio» de Júpiter o Saturno.
Las Dudas
Los investigadores
saben que su trabajo será sometido a toda
clase de revisiones por
astrónomos de todo el mundo. No es la primera vez, en efecto, que se anuncia el
hallazgo del misterioso Planeta X, cuya búsqueda está plagada de errores y
exageraciones. Por eso, Brown y Batygin se han
preparado contra la
inevitable ola de escepticismo con una larga serie de datos, análisis orbitales de otros objetos
distantes y sesudas simulaciones informáticas. «Si dices que tienes evidencias del planeta X -afirma
Brown- prácticamente cualquier astrónomo dirá: ´¿Otra vez? Estos chicos,
claramente, están locos. ¿Por qué esta vez debería ser diferente a las demás?´.
Esta vez es diferente porque esta vez tenemos
razón»
Los dos astrónomos
dedujeron la presencia del «Planeta Nueve» por la singular agrupación de seis
objetos previamente conocidos y cuyas órbitas se encuentran más allá de
Neptuno. Según sus datos, solo hay una entre 15.000 de que esa agrupación se
deba a una simple coincidencia. Mucho más probable es que un planeta con
la masa de diez tierras esté guiando a los seis objetos
en sus extrañas y peculiares órbitas elípticas, muy inclinadas con respecto al
plano del Sistema Solar.
Del mismo modo,
también la órbita del nuevo planeta está inclinada, y también estirada hasta
distancias tan grandes que obligarán a revisar
algunas de las ideas más establecidas sobre la dinámica planetaria dentro de
nuestro sistema.
Cifras
Espectaculares
La mayor
aproximación del Planeta Nueve al Sol lo sitúa hasta siete veces más lejos que
Neptuno, a 200 Unidades Astronómicas (UA) de distancia. (Una Unidad Astronómica
es la distancia que hay entre la Tierra y el Sol, 150 millones de km). Pero en
su periplo orbital, el recién descubierto Planeta X podría llegar a alejarse
periódicamente del Sol entre 600 y 1.200 Unidades
Astronómicas. Es
decir, mucho más allá del cinturón de Kuiper, la región de los pequeños mundos
helados más allá de Neptuno, que empieza a «solo» unas 30 UA.
Hace años, la
investigación de Brown y Batygin no iba encaminada a descubrir un nuevo
planeta, sino todo lo contrario, a demostrar que el Planeta Nueve no existía. Pero el trabajo de otros dos astrónomos, que descubrieron
una inusual agrupación de pequeños mundos
helados en una
remota región del Sistema Solar, les hizo cambiar de idea. En 2014, además, un
estudio publicado en Nature por Scott Sheppard Y Chad Trujillo, de la
Institución Carnegie, apuntaba a la existencia potencial de un planeta gigante desconocido, uno cuya gravedad, precisamente, estuviera
afectando a las órbitas de todos esos cuerpos más pequeños. Al principio Brown
pensó que era una locura, y trató de
demostrarlo con una serie de ecuaciones y simulaciones informáticas que, al
final, terminaron por demostrar que la del planeta gigante oculto era la mejor de
las explicaciones posibles.
Según sostienen
Brown y Batygyn, si el Planeta X está ahí fuera, los astrónomos deberían
encontrar muy pronto más objetos en «órbitas
reveladoras»,
influenciadas por el gigante oculto. Aunque Brown sabe muy bien que nadie creerá
de verdad en el descubrimiento hasta que el Planeta X, en todo su esplendor,
sea detectado por fin con un telescopio. «Hasta que no haya una detección directa -afirma el astrónomo- estamos ante una hipótesis». El equipo
de investigadores utilizará ahora sus cálculos para «cazar» al escurridizo planeta con uno de los grandes telescopios instalados en Hawaii. Y
no cabe duda de que, con los datos de su trabajo en la mano, muchos otros
astrónomos intentarán hacer lo mismo.
Telescopios en
Marcha
De hecho, grandes telescopios de dos continentes están tratando ya de poner la vista
encima al Planeta X, que sería, por tamaño, el quinto mayor del Sistema Solar, después de Júpiter,
Saturno, Urano y Neptuno. Pero a
tanta distancia, no se trata de una tarea sencilla, ya que el Planeta Nueve, o
X, refleja tan poca luz solar que pone a prueba la capacidad de los mejores instrumentos
de observación disponibles.
Resulta irónico
que sea precisamente Michael Brown el descubridor del noveno planeta del
Sistema Solar. De hecho, fue él quien, en 2005, descubrió Eris, un pequeño y distante mundo helado del mismo tamaño de
Plutón y que demostró que el hasta entonces noveno planeta de nuestro sistema
era más que uno entre muchos mundos similares del cinturón de Kuiper. Fue precisamente su descubrimiento el que provocó que,
apenas un año más tarde, en 2006, la Unión Astronómica Internacional reclasificara a Plutón, privándole de su título planetario y degradándolo a
planeta enano. El propio Brown contó este proceso en su libro «Cómo maté a
Plutón». Unos años antes, en 2003, Brown también protagonizó el descubrimiento
de Sedna, otro pequeño y lejano mundo, aunque menor que Eris y
Plutón.
Reflexiones para
el Lector
Pero
ahora vienen las grandes preguntas para reflexionar un poco. Si la teoría del
Planeta X es pura ficción de un grupo de frikis, o de conspiranoicos: ¿Cómo es
que ha aparecido un planeta desconocido que justifica tales hipótesis?
¿Es casualidad que el planeta tenga el tamaño, órbita y situación en
el sistema solar que ya se decía años atrás?
¿Cómo y porque iba
la gente a inventarse tales datos técnicos
sobre un planeta inexistente con tanta precisión?
Al igual
que con otras noticias sobre el espacio, como los descubrimientos de agua y
vida en marte, planetas similares a la tierra, y agua en la lunas de Júpiter y
Saturno, etc…
¿Podría
pasar que quisieran darlo a conocer ahora para justificar ciertos hechos y
sembrar la incertidumbre en la población, como forma para implantar políticas y
medidas que de otra forma no podrían ser llevadas a cabo?
¡ Como siempre, la
opinión es libre !
No hay comentarios:
Publicar un comentario