LA HISTORIA COMO CICLOS DE CONCIENCIA
Entre las muchas herejías que ha propuesto la arqueología
alternativa en las últimas décadas, destaca la osada propuesta de que la
historia de la humanidad no es un hecho lineal y progresivo –como defiende el
actual paradigma científico evolucionista– sino que es un continuo ciclo (o
sea, un círculo sin inicio ni final prefijado) en que se van repitiendo unas
determinadas fases a lo largo de periodos de tiempo extraordinariamente
extensos. Cabe remarcar, empero, que esta teoría de la historia cíclica no es
nada nuevo pues se asienta en las tradiciones y mitologías de numerosas
antiguas culturas, que insistían en la existencia de varias humanidades que
habían nacido, crecido y desaparecido a causa de diversos fenómenos catastróficos.
De entre todas estas tradiciones sobresale poderosamente la
historia cíclica hindú, que quedó reflejada en las escrituras sagradas
sánscritas, los Vedas. En efecto, estos textos nos hablan de un universo en
constante movimiento cíclico de la conciencia humana a lo largo de miles y
millones de años. Este conocimiento quedó relegado durante milenios al ámbito
de la religión y las creencias, hasta que a finales del siglo XIX, un erudito
indio, Sri Yukteswar, reveló la existencia de un mensaje de tipo histórico y
científico difuminado entre estos textos.
Con el tiempo, varios estudiosos occidentales han recogido
el legado de Yukteswar y lo han aplicado al estudio histórico y arqueológico
moderno, siendo su mayor exponente el conocido autor Michael Cremo. En esta
ocasión, me complace presentar el trabajo de otro investigador norteamericano,
Joseph Selbie, que en 2010 escribió junto con David Steinmetz un libro
tituladoThe Yugas: Keys to Understanding Our Hidden Past, Emerging Energy Age
and Future Enlightenment[1], que supone un amplísimo y riguroso trabajo basado
en las propuestas de Sri Yukteswar para tratar de demostrar que los “misterios”
del pasado (léase las cosas que no cuadran, sobre todo en cuanto a
conocimientos avanzados en épocas muy remotas) y que las referencias de tipo
religioso-espiritual tienen una traducción objetiva en términos de fechas
históricas y de hechos comprobados.
El siguiente artículo es una breve introducción a este
trabajo, que supone una interesante inmersión en una sabiduría ancestral que
conecta de algún modo el conocimiento espiritual con el conocimiento científico
más avanzado, aportando además una lúcida visión sobre el concepto de
conciencia y su proyección en la historia de la humanidad.
Un nivel más alto de conciencia explica muchos misterios
del pasado
Existen muchos ejemplos interesantes de conocimientos
anómalos en el antiguo pasado: conocimientos de anatomía y fisiología y
tratamientos médicos modernos ya en uso en el 2.500 a. C. en Egipto, China e
India, construcción de precisión en la Gran Pirámide en 2.600 a. C. (o quizás
antes), y conocimiento preciso de matemáticas y física, incluyendo el tamaño y
la naturaleza del átomo, introducido en los Vedas de la India, que datan del
sexto milenio antes de Cristo, sólo por mencionar unos pocos.
El campo de la historia alternativa ha buscado durante mucho
tiempo la respuesta a de dónde vino este conocimiento avanzado, y por qué no
sobrevivió.
Una teoría, familiar para la mayoría de nosotros, es que los
extraterrestres llegaron a la tierra en el remoto pasado y concedieron un
conocimiento al hombre que estaba más allá de su comprensión. Como dice dicha
teoría, cuando –con el tiempo– los alienígenas se marcharon, el conocimiento se
extinguió rápidamente porque el hombre aún no estaba preparado para ello.
Otra teoría, presentada a veces por los apologistas de la
arqueología ortodoxa, es que tal conocimiento avanzado pudo haber existido en
el pasado antiguo, pero que fue debido únicamente a combinaciones casuales de la
tecnología primitiva y el genio individual, un descubrimiento fortuito. Como
defiende esa teoría, cuando desapareció ese genio particular, o circunstancia
fortuita, el conocimiento se extinguió rápidamente porque el hombre aún no
estaba preparado para ello.
Sin embargo, existe otra explicación para el conocimiento
avanzado en el pasado: una explicación que proviene del mismo pasado antiguo, y
que no depende de los alienígenas o de la casualidad. La explicación es que el
hombre tuvo en el pasado una conciencia más avanzada que la que posee en la
actualidad, y que fue esta conciencia avanzada, natural al hombre, la que le
permitió desarrollar un conocimiento avanzado por su cuenta, sin necesidad de
la intervención alienígena o de la casualidad.
Si bien esta explicación alternativa no se basa en las
visitas extraterrestres, tampoco se opone a ellas. Pero en lugar de antiguos
astronautas que llegan a un planeta lleno de seres primitivos, puede ser que
los extraterrestres fuesen recibidos por una población tan avanzada como ellos
mismos. Por otra parte, la avanzada conciencia del hombre en el pasado bien le
podría haber permitido que fuese él mismo el que viajara a través de las
estrellas para visitar otros planetas.
Lo característico de esta explicación, que nos ha legado la
propia antigüedad, es la idea de que la conciencia del hombre pasa por un ciclo
de desarrollo, en el que la concienciación, la percepción y las habilidades del
hombre avanzan y luego disminuyen en un ciclo que se va repitiendo. Este concepto
ha sido parte de la tradición cultural de numerosas culturas desde muy antiguo.
Quizás la más conocida para nosotros en Occidente sea la descripción de la
antigua Grecia del descenso de edades: desde la Edad de Oro, pasando por la de
Plata y la de Bronce, para llegar finalmente a la Edad de Hierro. La tradición
de las edades descendentes existe en todo el mundo. En la obra Hamlet’s Mill,
de Giorgio de Santillana, se exploran los casos de tales tradiciones.
En la India la tradición de las edades descendentes se
conoce como los yugas o el ciclo yuga. (Yuga simplemente significa “edad”.) El
ciclo yuga, sin embargo, se distingue de las otras descripciones tradicionales
del mismo fenómeno. Así, los modernos proponentes del ciclo yuga, como Sri
Yukteswar, cuya descripción del ciclo yuga aparece en su libro “La Ciencia
Sagrada”, escrito en 1894, ofrecen tanto fechas como explicaciones del ciclo.
Sri Yukteswar proporciona fechas específicas para el
comienzo y el final de cada edad o yuga. Además, a diferencia de la mayoría de
las tradiciones de las edades descendentes, que establecen que el hombre
todavía está en el punto más bajo de su desarrollo, Sri Yukteswar afirma que el
hombre llegó a su punto más bajo en el 500 d. C. pero que desde entonces ha
empezado a avanzar una vez más, como se puede ver en el diagrama de abajo.
Tal vez aún más importante que la determinación de las
fechas para explicar el lejano pasado es la descripción que hace Sri Yukteswar
de la conciencia del hombre en cada yuga. Su descripción clara de la conciencia
y la capacidad del hombre antiguo también puede permitirnos entender,
finalmente, algunos de los misterios más perdurables de la antigüedad.
El caso en cuestión: el Treta Yuga y los Vedas
El Rig Veda, una colección de más de 10.000 versos en
sánscrito, es el trabajo espiritual más antiguo conocido en el mundo, y se
puede remontar a una fecha tan antigua como 7.300 a. C. El Rig Veda es la
fuente de conocimiento espiritual de lo que conocemos como el hinduismo y ha
permanecido así durante más de nueve mil años. El Rig Veda está escrito en
sánscrito, con toda probabilidad, la lengua más antigua en la tierra, y hasta
la fecha sigue siendo el sistema de comunicación más preciso y consistente
internamente del mundo. La estructura y la gramática del sánscrito han sido
estudiadas por los desarrolladores de lenguajes de programación para ayudarles
a crear lenguajes de programación carentes de ambigüedad.
Los Vedas fueron transmitidos con exactitud de generación en
generación en la India en virtud de un sistema extremadamente metódico de
transmisión oral que implicaba cantar cada estrofa de diez maneras diferentes
para tener una verificación cruzada de su integridad. Se cree que sólo dos
palabras se han dañado en más de nueve mil años.
Tal eficaz y elaborado sistema de transmisión oral es
sorprendente en sí mismo, pero más sorprendente aún es que hay una gran
cantidad de conocimiento astronómico, matemático y físico incrustado en los
Vedas, un conocimiento que hasta ahora se ha creído que no fue descubierto en
Europa hasta el Renacimiento o más tarde.
Los científicos contemporáneos han encontrado los siguientes
conocimientos introducidos en los Vedas:
El Sol y los planetas son esféricos
Cada uno de los siete colores del arco iris lleva una cantidad
diferente de energía
El Sol es la fuente de toda la energía para la vida en la
Tierra
La Tierra gira alrededor del Sol
El Sol, la Tierra y otros planetas giran sobre sus propios
ejes
La rotación de la Tierra crea la noche y el día
La ruta orbital de la Tierra y su inclinación axial dan como
resultado las estaciones
Los polos tienen días y noches de seis meses de duración
Las dos trópicos y el ecuador están separados por 24 grados
La Tierra tiene una órbita ligeramente elíptica
La causa y el momento de los eclipses solares y lunares
Debido a su órbita alrededor del Sol, el planeta Venus es a
la vez la estrella vespertina y la estrella matutina
El movimiento aparente de las manchas solares se debe a la
rotación del Sol vista desde la Tierra, la rotación completa del sol dura 27
días
La órbita de la Tierra alrededor del Sol crea un plano,
sobre el cual se sitúan las doce divisiones del zodiaco
La precesión de los equinoccios
La duración de un año solar es 365,244 días
La luz de la luna procede del reflejo de la luz del Sol
La energía del Sol se genera por un proceso continuo en su
núcleo
El Sol es gaseoso
La superficie de la Tierra está cubierta en un 70% por agua
Las nubes consisten en vapor de agua producido por el calor,
que a su vez dan lugar a la lluvia
Las estrellas son “innumerables”
Las estrellas se agrupan en colecciones (niharikas), o
galaxias, que giran alrededor de sus propios puntos centrales
La Tierra y el Sol forman parte de una galaxia que gira
alrededor de un punto central El mundo físico se compone de átomos
Los átomos tienen una estructura interna que se asemeja al
sistema solar
El símbolo y el concepto de cero
El sistema decimal de notación
El concepto de infinito
El concepto de progresión aritmética
El concepto y el valor de pi
La fórmula para calcular el área de un círculo
El concepto de un número de hasta 1018
El teorema de las diagonales (el Teorema de Pitágoras)
Los medios para determinar las raíces cuadradas y raíces
cúbicas
El concepto de números negativos
El concepto de ecuaciones algebraicas usando símbolos de
letras para las cantidades desconocidas
La concepción y la expresión de las ecuaciones cuadráticas e
indeterminadas
La geometría del triángulo, el paralelogramo, el rectángulo
y el círculo
La geometría de la esfera, el cono y la pirámide
¿Cómo se explica esto?
Los Vedas son, después de todo, herramientas espirituales,
escritura sagrada. Los versos de los Vedas son mantras cuya finalidad es elevar
la conciencia de quien los canta. Los versos de los Vedas expresan una relación
íntima entre el hombre y la divinidad. Sin embargo, al mismo tiempo contienen
conocimiento científico, un conocimiento que actualmente se cree que sólo puede
alcanzarse a través de las matemáticas desarrolladas de forma secuencial, de
instrumentos científicos como el telescopio, y de una metodología de
experimentación rigurosamente aplicada.
De acuerdo con Sri Yukteswar, en el Yuga Treta más reciente
(6.700 a.C. a 3.100 a.C.), durante el cual se compusieron los Vedas, el hombre
era capaz de comprender directamente que todo se compone de ideas o
pensamientos. La sintonía del hombre del Treta Yuga con el pensamiento también
lo hizo muy intuitivo, capaz de percibir las verdades sin necesidad del
engorroso proceso de experimentación.
Si el hombre en el antiguo pasado poseía esa concienciación
y comprensión, no habría tenido necesidad de utilizar las herramientas de la
ciencia tal y como las entendemos hoy en día. Habría percibido estas verdades
directamente a través de la intuición. Las verdades “científicas” de los Vedas
se percibieron conjuntamente con las verdades espirituales, como parte de la
misma realidad indivisible.
Si tal explicación parece rebuscada, permítanme ofrecerles
un ejemplo interesante de forma intuitiva derivada –y muy precisa– de información
científica que se descubrió intuitivamente en los inicios del siglo XX.
Annie Besant y C. W. Leadbeater, destacados miembros de la
Sociedad Teosófica, llevaron a cabo investigaciones intuitivas sobre la
naturaleza de los átomos. Así, compilaron un gran número de descripciones y
dibujos de lo que observaban mientras estaban en trance profundo. Sus
descripciones y dibujos eran bastante detallados y complejos; de hecho, más
complejos que los hechos conocidos en aquellos días.
Muchos años después del fallecimiento de Besant y
Leadbeater, el físico Dr. Steven M. Phillips comenzó a estudiar sus diarios.
Publicó sus hallazgos en 1980 en la obra Extra-Sensory Perception of Quarks. Un
examen minucioso de sus investigaciones psíquicas llevó Phillips a la conclusión
de que Besant y Leadbeater habían descrito con precisión el número y la
naturaleza de los quarks, unas partículas subatómicas que componen las
estructuras más grandes del núcleo del átomo, tales como protones y neutrones,
muchos años antes de su descubrimiento por la física moderna.
Los yugas, como han sido explicado por Sri Yukteswar, no
requieren ninguna influencia externa para explicar los misterios del pasado.
Los yugas dicen simplemente que a medida que avanza la conciencia del hombre,
sus conocimientos, percepción y habilidades avanzan también. El hombre no se
limita a saber más con el avance de los yugas: el hombre es más.
Mi co-autor, David Steinmetz, encontró huellas arqueológicas
e históricas sorprendentemente claras que coinciden con las fechas y la
conciencia de cada yuga. Pero tampoco tenemos que depender de lo extraño,
inhabitual o controvertido para ver esas huellas. Se puede apreciar una visión
clara del arco de los yugas en las tendencias generales y los hechos aceptados
del pasado y del presente. Creemos que el ciclo yuga podría servir como marco
para los descubrimientos y el trabajo de muchos investigadores y autores en el
campo de la historia alternativa.
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