18.1.21

Desesperación al ver la trampa y no poder hacer despertar de la estúpida ceguera

TE ESTÁN ROBANDO LA VIDA...                                 

… porque no haces nada por defenderla

Casandra, la voluptuosa hija del rey de Troya, era sacerdotisa. El dios Apolo, desesperado por poseerla, le prometió regalarle un don si ella accedía a sus requerimientos. Retozaron largo rato en una nube, y Apolo, más que satisfecho, le regaló el don de la presciencia, la capacidad de ver las cosas mucho antes que el resto.

Pero Apolo se enamoró y quiso dar continuidad a aquel encuentro fugaz. Casandra, que era independiente, le ofreció únicamente lo que hoy llamaríamos una amistad con derechos (pero sin garantías ni exclusividad). Apolo lo tomó a mal y la maldijo, ella vería el futuro, pero nadie le creería y se burlarían de sus advertencias.

Así ocurrió cuando Casandra advirtió una y otra vez de que el Caballo de Troya era un regalo envenenado. Se rieron de su prevención, la llamaron conspiranoica, y luego, como insistía, la encerraron por loca. Del caballo surgieron soldados, abrieron las puertas y Troya ardió durante siete días. Solo se salvó, escapando por un pasadizo, un pequeño grupo que, si bien no creía del todo en Casandra, sí guardaron la precaución necesaria para no verse sorprendidos por el ardid del enemigo.


Para los griegos Casandra representa la desesperación del que ve la trampa, pero nada que diga puede hacer despertar a las masas de su estúpida ceguera.

Hace nueve meses un grupo pequeño de personas en todo el mundo advertimos que nos estaban colando un Caballo de Troya con el cuento del virus, que es la vieja gripe con otro nombre. "Nos van a encerrar solo por dos semanas, para preparar los hospitales", decía la gente, incapaz de imaginar que la iban a encerrar de por vida, destruir su trabajo, sus relaciones, sus afectos.

"Uso el barbijo porque puedo ser un enfermo asintomático", razonaban (es un decir) los que no se pararon jamás a analizar un concepto absurdo y contradictorio, mientras se sometían a un bozal que es un símbolo de despersonalización, cuyo fin es enfermarte en tu propio cultivo de hongos y gérmenes, privándote de oxígeno.

"La vacuna nos va a salvar, la OMS, el Gobierno y las Asociaciones Médicas nos cuidan, Bill Gates y Soros usan su fortuna por nuestro bien, China quiere ayudarnos" insisten los que nunca se han informado de cómo funciona una guerra de cuarta generación, e ignoran que lo que quieren inocularles no es una vacuna, sino un compuesto transgénico, experimental, mil veces más peligroso que la gripe ésta. Y no es una sola inyección, van a ser varias al año, un negocio perfecto para los "filántropos".

La verdad es que estamos hartos, tratando de romper el cerco de mentiras de los medios de comunicación masivos y los gobiernos, demostrando desde el primer día que las fotos de muertos en las calles y tumbas colectivas eran falsas, que muere la misma cantidad de gente que todos los años, publicando los videos de los Médicos por la Verdad, Abogados por la Verdad, antes de que los den de baja.

La verdad es que cada vez con mayor frecuencia sentimos la tentación de mandarlo todo al diablo y dejar que la gente viva la vida de esclavitud que se ganó. Pero entonces vemos a un niño de tres años ahogándose con un inmundo bozal, con media cara robada de por vida, y de alguna manera, seguimos.

Nos ha costado amigos, burlas, esfuerzos; en cambio los apóstoles de la mentira reciben dinero de las Fundaciones de Soros, de Gates, de Ford, de China.

El dinero de los poderosos y la estupidez de los ignorantes están aniquilando la mejor forma de vida que hemos conocido en el pasado. Sobre todo la estupidez de los ignorantes. El fanatismo es una forma bastante retorcida de fe y la fe mueve montañas. ¿Quieres saber a quiénes van a sepultar esas montañas en breve?

Después de poner en el disparadero a los ancianos, a los jóvenes y niños -a los débiles siempre- vienen por los animales domésticos. La OMS dice ahora que los visones trasmiten el virus y ha ordenado exterminarlos. En Dinamarca ya mataron a 15 millones, en Holanda van grupos por los canales y los matan a palazos. En España mucha gente los tiene de mascotas, pero los vecinos los denuncian, y entra la Guardia Civil derribando puertas. Espero que alguna gente los pueda ocultar y se salve la especie.

¿Y las asociaciones animalistas? ¿Y Greta? Bueno, es incómodo decirlo, son financiadas por fundaciones que han comprado su complicidad. Son meros títeres de la nueva normalidad.

¿Cómo sigue esta pesadilla? La Fase Cuatro, en breve, consistirá en "descubrir" que otros animales "trasmiten el virus". Los que ellos quieran, los visones fue una prueba piloto. Pueden ser los gansos, las vacas, (los cerdos no, ese es un negocio de China y China es socia en esta farsa global, salvo que afecte a todos los cerdos menos los chinos, ¿o te crees que en Wuhan la gente está encerrada y con bozal, y los chicos sin clases?). En última instancia tu perro, tu gato -inocentes sin voz ni voto- están condenados.

A eso van, ya lo hicieron en Corea del Norte y ciertas regiones de China. En dos semanas Corea exterminó a un millón de perros y gatos.

¿Por qué van a matar tu mascota? Por lo mismo que te privaron de viajar, de ver a tu familia, de reunirte, de celebrar las fiestas, de bailar, de abrazar, de besar. Porque está demostrado que tu animalito impide que te derrumbes psicológicamente, y necesitan quebrarte para que seas el esclavo ideal.

Están empobreciendo rápidamente a las masas. Para el 2030, dice el informe del Foro Económico Mundial, no tendrás nada, pero serás feliz.

O, en todo caso, no podrás decir que no lo eres. Y esa será solo una de las muchas cosas que ya no podrás hacer, al menos sin permiso.

La única salida de esta dictadura sanitarista global, que va a terminar siendo la más horrorosa de la historia humana, es que te des cuenta del engaño. No te pido que escuches a Casandra, dale el beneficio de la duda, solo acércate al caballo de madera que te dejaron "gratis", examínalo, dale golpes. Está hueco, se escucha las respiraciones en su interior, el ruido de espadas. Es un regalo envenenado.

No poseerás nada: ni derechos, ni dignidad, ni intimidad, ni alma.

La habrás vendido a cambio de la mera supervivencia.

No les permitas seguir destruyendo tu vida y la de tus hijos.

Bienvenido a la lucha.
Horacio Rivera

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