LOS HUMANOS ESTÁN DESPERTANDO
En esta línea de trabajo te enfrentas a mucha desesperación. Cuanto más aprendes sobre los mecanismos del poder, más desesperadas se presentan las cosas a primera vista.
El sistema político está totalmente bloqueado, y cualquiera
que intente revertir el statu quo es agresivamente saboteado por los medios de
comunicación y su propio partido político.
Esa tecnología, que los futuristas vienen proclamando desde hace mucho como
el deus ex machina liberador de la humanidad de sus formas
autodestructivas, es propiedad de plutócratas interesadísimos en mantener el
statu quo, y su infiltración por agencias de inteligencia asesinas permea todos
los niveles.
Incluso los intentos de difusión informativa sobre los peligros de la guerra, el
ecocidio y la oligarquía son sistemáticamente saboteados por la censura en
Internet, la desinformación generalizada y la propaganda en los medios de
comunicación, e incluso el encarcelamiento cuando la verdad que se quiere
propagar recibe demasiado entusiasmo.
Aun así, mi esperanza sigue inquebrantable. No porque prevea que alguno de esos enormes obstáculos vaya a desaparecer en un futuro próximo, sino porque veo una vía de escape que ninguno de ellos está bloqueando.
He tenido un número significativo de experiencias extrañas y totalmente imprevisibles, algunas persistentes y que me aseguran sin lugar a dudas que la humanidad tiene una capacidad muchísimo mayor de lo que nuestra visión consensuada del mundo lo permite. La mayoría de esas experiencias probablemente nunca las comparta públicamente, porque si bien es verdad que suelo aventurarme fuera del camino trillado en mis comentarios, el que hablara de esas experiencias haría que la gente me considerara aún más loca de lo que ya lo creen. Pero no me importa compartir aquí mi propia experiencia sobre la capacidad humana a favor de un cambio radical y permanente en cuanto a su relación con una narrativa mental mucho más sana y eficaz, la cual resulta ser el mecanismo por el que las estructuras de poder existentes nos mantienen confinados.
El hecho de que un individuo consiga salirse del tremendo estado de conciencia egoico que los propagandistas e ingenieros sociales explotan para manipularnos hasta conseguir nuestro consentimiento ante el statu quo, no significa que nadie más lo logre. La gente ha estado escribiendo sobre la iluminación espiritual por milenios, pero a nivel colectivo seguimos dormidos. Creer que ese cambio es posible a escala masiva es infantil y absurdo. ¿No es así?
Bueno, tal vez. Desde luego, esa objeción cobra sentido desde la perspectiva de nuestra visión consensuada del mundo que dicta lo que los humanos pueden lograr. Excepto para aquella gente que lleva mucho tiempo entrenando a otra gente en esta transformación ya que son rotundos en su afirmación respecto del interés cada vez mayor que se está produciendo alrededor de dicha transformación.
"Por primera vez, un despertar a gran escala se está produciendo en nuestro planeta", dijo el maestro espiritual Eckhart Tolle en una entrevista el año pasado. "¿Por qué ahora? Porque si no acontece un cambio en la conciencia humana en este mismo instante, nos destruiremos a nosotros mismos y quizás al planeta". La locura de la mente egoica colectiva, acrecentada por la ciencia y la tecnología, está llevando rápidamente a nuestra especie al borde del desastre. Evolucionar o morir: es la única opción que nos queda.
Sin contar con el mundo oriental, mi estimación es que en
estos instantes alrededor de un diez por ciento de norteamericanos ya están
despertando. Eso suma treinta millones de estadounidenses de por sí, además de
otros países como Europa Occidental con un diez por ciento de su población que
también estaría despertando. Quizás represente una masa crítica suficiente como
para dar lugar a una nueva tierra. Así que la transformación de la conciencia
es una realidad a estas horas, aunque esta información no saltará en las
noticias de esta noche.
¿Que si esta transición está ocurriendo lo suficientemente
rápido? Tengo esperanzas en el futuro de la humanidad, y mucho más ahora que
mientras escribía 'El Poder del Ahora'. De hecho, esa es la razón por la que he
escrito ese libro. No estaba seguro de que la humanidad fuera a sobrevivir.
Ahora pienso de forma diferente. Veo muchas razones para tener esperanza".
Tolle es uno de los maestros más conocidos desde décadas sobre el tema de la
iluminación en el mundo occidental. No hay mucha investigación disponible sobre
este tema, pero si hay alguien en Occidente con suficiente experiencia además
de un gran número de seguidores como para hacer una declaración como esta.
¿Y si estuviera equivocada? Bueno, una vez más, podría ser. Pero no es el único
que sostiene esta perspectiva.
"Está ocurriendo un fenómeno en el mundo actual. Cada vez más personas
están despertando, tienen visiones reales y auténticas de la realidad",
escribe Adyashanti,
otro popular instructor del despertar desde hace mucho. "Al principio de
mi labor como enseñante, la mayoría acudía a mí en busca de realizaciones
espirituales más profundas. Intentaban despertar de los sentidos limitantes y
aislados del yo que confundían con su auténtico Yo. Este es el anhelo que
subyace detrás de toda búsqueda espiritual: nuestro descubrimiento personal de
lo que ya intuimos que es real: que la vida es más de lo que percibimos en
realidad. Pero con el paso del tiempo, cada vez más personas que ya han
vislumbrado esta realidad mayor acuden a mí."
Adyashanti es un poco más específico que Tolle y comenta que son los
despertares no permanentes de tipo "vislumbre" en particular los que
se están volviendo más comunes, que a menudo ocurren espontáneamente sin haber
sido buscados.
"Este atisbo del despertar, que yo llamo despertar pasajero, es cada vez más
común", escribe. "Ocurre por un instante, una tarde, un día, una
semana - tal vez hasta un mes o dos. La conciencia se abre, el sentido del yo
separado se desvanece, y luego, igual que el diafragma del objetivo de una
cámara, la conciencia vuelve a cerrarse".
Jac O'Keeffe, otra instructora del despertar que lleva cierto tiempo enseñando
añade algo más sobre el tema. En una entrevista de 2015 dijo que
el proceso del despertar que solía ser una prueba difícil y mucho más agotadora
desde el punto de vista fisiológico para los seres humanos, está ocurriendo
ahora con mayor facilidad, no sólo como proceso, sino también en términos de lo
físicamente agotador que puede llegar a ser.
"Vivimos una época interesante, ya sea debido a un salto en la evolución
de la conciencia, o a la era industrial y a la aceleración que se ha producido
en nuestra manera de funcionar como seres humanos; si es algo inusual, o parte
del patrón, no estoy segura", dijo O'Keeffe. "Sin embargo, lo que
estamos experimentando es una mutación por no poder evolucionar lo
suficientemente rápido con los mecanismos cambiantes que hemos creado en el
mundo. Así que la transformación de la conciencia que se está produciendo
actualmente es espectacularmente más veloz que en el pasado. Las cosas no son
tan concretas y sólidas, no son tan difíciles de modular en la percepción de la
gente como antaño. No cabe duda alguna".
"Hablando del mecanismo a través del que esto se puede verificar también,
parece que hay menos traumas o cambios dramáticos", agregó O'Keeffe.
"Los cambios espirituales solían ser muy complicados para el cuerpo,
realmente difíciles en todos los niveles - ahora no lo son. ¿Y a qué achacarlo?
Es como si todas nuestras estructuras celulares fueran más susceptibles a la
transformación, a la encarnación de una frecuencia más elevada, a una vibración
más elevada. Y saben qué, aunque la toxicidad es cada vez mayor en este mundo,
también tenemos una mayor predisposición para estar alerta a lo que existe más
allá de todo eso, de la información, de las nuevas influencias, de la educación.
Por fin estamos aprendiendo a usar la mente. De allí que está surgiendo una
aceleración en la evolución de la conciencia".
El Dr. Jeffery A Martin, que ha estado recopilando datos sobre individuos
despiertos en el Centro para el Estudio de la Conciencia No Simbólica,
me comunicó que "notaban un repunte en los datos a partir de 1996 más o
menos. Con esto me refiero al número de personas que reportan haber hecho la
transición después de esa época frente a la anterior".
"Sin embargo, es importante señalar que nos estamos basando en un muestreo
de bola de nieve, no una muestra de población completa, por lo que esto podría
falsificar nuestros datos", añadió Martin. "Si este no fuera el caso,
la única correlación que se nos ocurre es que Internet habría alcanzado un
nivel de conectividad y de madurez en el intercambio de información a partir de
esta época. Así que las prácticas que antes eran secretas o realizadas en
solitario empezarían a ser más accesibles, y una de nuestras principales
conclusiones es que la mejor manera de progresar es encontrar el ajuste desde
el punto de vista de la práctica."
"Estoy razonablemente seguro que el número de personas que están
percibiendo la Verdadera Naturaleza es significativamente mayor comparado con
cualquier otra época de la historia de la humanidad", dijo el entrenador
del despertar Fred Davis cuando le pedí su
opinión sobre este tema y añadió: "Creo que en el planeta hay más seres
despiertos que hace apenas unos diez años."
Obviamente, el hecho de que el despertar sea más común que antes no tiene
especial relevancia; a grandes rasgos la humanidad sigue siendo profundamente
inconsciente y parece que estamos abocados a la extinción o a una distopía
orwelliana en nuestra trayectoria actual. Pero el hecho de que este fenómeno
parece ser cada vez más común y más sencillo por diferentes motivos indica que
algo está sucediendo. Algo tan inesperado que ni los revolucionarios, ni los propagandistas
han previsto.
Pero, ¿por qué íbamos a experimentar un cambio repentino de conciencia? La
evolución darwiniana no lo explica ya que si este fenómeno tiene algo de real,
su movimiento es demasiado rápido, y tampoco observamos cambios notables
achacables a la eliminación por parte de la selección natural de los no
iluminados del patrimonio genético humano.
Tal vez, y como sugirió O'Keeffe, puede que tenga algo que ver con la era
industrial y al cambio en nuestra forma de funcionar como especie, o como
Martin teorizó, a la mayor disponibilidad de enseñanzas espirituales en línea.
Al fin y al cabo, ahora contamos con más de 4.500 millones de cerebros
humanos conectados entre sí por internet y mucho más de la mitad de la
población mundial está en línea, lo que de por sí provoca un cambio en la
conciencia humana independientemente de cualquier tema imaginario o no sobre la
iluminación espiritual. Cuesta imaginar que un cambio tan drástico no tenga un
impacto significativo en la forma en que nuestras mentes operan colectivamente.
Eso podría ser parte de la explicación.
También podría tener algo que ver con el hecho que, como sugirió entonces Adyashanti,
todos somos conscientes en algún nivel de encontrarnos en un cruce de camino
con dos únicas opciones; o bien cambiamos o nos extinguimos.
"Las crisis suelen ser el catalizador para el cambio", dijo. "Y
creo que de acuerdo al estado general de la humanidad podemos empezar a estar
de acuerdo, al menos eso es lo que espero, en que nos estamos acercando a una
crisis. Que estamos conectando no sólo con nuestra propia mortalidad personal,
sino con nuestra mortalidad como especie. Que como especie puede que no
sobrevivamos. Y eso puede proporcionar, al igual que la mortalidad individual,
un cambio de conciencia por darnos cuenta de que el tiempo se ha agotado. No
queda más tiempo.
Así que en ese "no queda más tiempo" a veces la
conciencia puede transformarse. Y creo que la humanidad se está acercando
rápidamente a ese mismo tipo de imperativo. El tiempo se está acabando y,
naturalmente, una tremenda presión pesa sobre la humanidad y sobre la
conciencia de la humanidad en estos momentos. Todos lo sentimos, ¿verdad? Esta
tremenda presión por evolucionar, por despertar, porque aunque sólo sea
intuitivamente todo el mundo percibe que sin un cambio lo suficientemente
dramático en la conciencia esta oportunidad se perderá".
Otra posible explicación para nuestro aparente "despertar" es la
posibilidad de que todos estemos mucho más interconectados de lo que suponemos.
Algunas anomalías extrañas e inesperadas en los estudios científicos han
perforado algunos agujeros incómodos en la visión del mundo consensuada sobre
la existencia de organismos como individuos totalmente independientes en esta
tierra, lo que abre la posibilidad de que el despertar de una persona pueda
informar de alguna manera el nivel de conciencia de toda la humanidad.
El científico Rupert Sheldrake ha documentado la curiosa forma en que los
animales a veces parecen capaces de adquirir nuevas habilidades que ni el
aprendizaje ni la genética consiguen explicar, como el extraño
caso a nivel mundial de las ratas de laboratorio, las cuales muestran
una repentina mejora en su capacidad de navegación por los laberintos acuáticos
a medida que pasan de una generación a otra, según reporte de un estudio de
laberintos acuáticos en la década de 1920 por el psicólogo William McDougall.
Las teorías de Sheldrake suelen ser rechazadas por los científicos
convencionales con una emotividad
extrema, señal de una fijación egoísta en el dogma más que en la
objetividad científica; pero si tienes curiosidad por sus ideas, tuvo una
interesante aparición en The Joe Rogan
Experience hace unos años que resume su pensamiento más claramente que
cualquier otro vídeo que haya encontrado.
Si esto es cierto, si los humanos están interconectados de tal manera que el
despertar de una persona podría estar informando al resto de la especie,
entonces esto podría indicar que estamos en camino de experimentar un despertar
exponencial susceptible de transformarnos como especie de la noche a la mañana.
Cuando el futurista Roy Amara dijo que "tendemos a sobreestimar el efecto
de una tecnología a corto plazo y a subestimar el efecto a largo plazo",
no estaba haciendo una afirmación sobre la tecnología, sino sobre la cognición
humana. Somos criaturas en busca de patrones y nuestras mentes tienden a pensar
en términos lineales acerca de un futuro cercano, una tendencia que nos sirvió
a lo largo de nuestra historia evolutiva para predecir el momento óptimo de la
reproducción, la ubicación de los mamuts, pero que es absolutamente obsoleto
para predecir movimientos a gran escala que no son lineales.
Es posible que las
predicciones de los hippies sobre el "gran despertar" en los años
sesenta se deba específicamente a este sesgo cognitivo del que hablaba Amara.
Quizá sobrestimamos los efectos a corto plazo de ese cambio, y subestimamos sus
efectos ininterrumpidos a largo plazo.
Personalmente, no sé muy bien qué pensar de todo esto, algo que podría acabar
como algo positivo. Si nuestro futuro depende de que encontremos una salida a
este statu quo ecocida y omnicida que los propagandistas y manipuladores no
pueden anticipar ni quebrantar, su procedencia tendría que anunciarse desde un
lugar inesperado y misterioso. Algo parece estar agitándose en lo más profundo
de nuestra especie, y para mí eso es razón suficiente para mantener la
esperanza y seguir presionando a favor de un cambio real.
Puede que este cambio
no sea lo que aparenta desde mi punto de vista, e incluso si lo es, tampoco
implica que vaya a suceder necesariamente con la rapidez necesaria, pero es
suficiente para adoptar una posición. Creo que o trascendemos nuestros viejos
patrones autodestructivos o pereceremos, conque nada perdemos al mandar al
diablo los impedimentos, y apresurémonos al encuentro de dicha transcendencia
sin más dilación.
https://es.sott.net/article/81486-Los-humanos-estan-despertando
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