EL GRAN REINICIO ES LA AGENDA DEL CAOS
Con el tiempo, y solo con el tiempo, emerge la verdadera naturaleza del Gran Reinicio. Es el de la Agenda del Caos global donde, bajo la apariencia de un orden multilateral coordinado y armonioso, los pueblos son colocados en cortes regulados para enriquecer a una ínfima minoría de poseedores a cuyo sueldo trabajan sin reparos gobiernos corruptos y autoritarios.
No lo habíamos visto claro, pero la Agenda del Caos Global está en marcha, acelerada por el Gran Reinicio, desde hace varios años. Fue necesario un largo proceso de enfoque, una estrategia meticulosa y paciente para lograrlo. Y la Agenda está lejos de estar completa, aunque la aceleración del ritmo en los últimos meses refleja cierto pánico de la casta globalizada ante este giro de los acontecimientos.
Entendiendo la Agenda del Caos
Sé que muchos cuestionan la existencia de una Agenda, porque
no creen en la conspiración, o porque temen ser acusados de
conspiración. Por temor a ser ridiculizado, es temporalmente imposible
pensar razonablemente sobre la historia contemporánea, desenredar sus
complicados hilos.
Todo historiador serio está llamado a aceptar la propaganda
oficial como pura verdad, de lo contrario se expone a sí mismo a infames listas
negras.
Para restarle importancia a los temas, es útil comenzar con
un punto sobre la filosofía de la historia, para poner esta cuestión de la
conspiración en sus proporciones adecuadas y en un marco intelectual
coherente.
Toda la cuestión planteada en la Agenda del Caos Mundial es
la del lugar de las fuerzas sociales o colectivas y sus antagonismos en la
historia. ¿La historia evoluciona por casualidad o resulta del conflicto
de voluntades, posiblemente orquestado por fuerzas orgánicas?
La cuestión de la conspiración.
Según la propaganda oficial, pensar que la historia no es
una serie de decisiones políticas racionales y desinteresadas, no es un juego
libre del azar y la razón, en cierto modo, es ser conspirador.
Según la propaganda un pangolin en el mercado de Wuhan en
China mordió a un chino que pasaba y, sin conexión con el laboratorio
experimental ubicado cerca… que trabajaba con cepas de coronavirus, estalló la
epidemia, contaminando al mundo entero, sin tratamiento posible, excepto una
vacuna desarrollada en 300 días, que no presenta efectos secundarios peligrosos
y que debe ser de obligado cumplimiento en los meses siguientes a su
comercialización.
Al mismo tiempo, todos los gobiernos de los países
industrializados han optado racionalmente por confinar a su población, luego
imponer un pase de salud que opera desde un código QR y luego transformar este
pase de salud en un pase de vacunación. También han optado por endeudarse
masivamente con su banco central, hasta el punto de poner en peligro la
solvencia de las generaciones futuras.
En definitiva, se nos pide que aceptemos sin inmutarnos una
fábula según la cual, tras años de divergencias internacionales, el mundo
entero recuperó repentinamente su unidad y armonía para adaptar una respuesta
monolítica a una epidemia que surgió de la nada.
El más mínimo examen libre de esta fábula es inmediatamente
acusado de conspiración.
Esta fue, por ejemplo, la tesis defendida por la revista
científica supuestamente prestigiosa The Lancet, en 19 de febrero de 2020 , firmada
conjuntamente por un grupo de científicos que denunciaba cualquier escepticismo
sobre el origen animal del virus. “Las teorías de la conspiración no hacen
más que crear miedo, rumores y prejuicios que ponen en peligro nuestra colaboración
global en la lucha contra este virus”, escribieron.
Durante más de un año, la red social Facebook prohibirá sin
piedad cualquier publicación que ponga en duda la fábula del murciélago que
mordió a un pangolín que mordió a un chino.
Sin embargo, con bastante rapidez, es la Organización
Mundial de la Salud la que enviará una misión de investigación a China para
comprender el origen real del virus. En el equipo de investigación se
encuentra un tal Peter Daszak, coautor del artículo de Lancet, y vinculado desde
hace tiempo a la investigación sobre el coronavirus en China , quien
se apresuró a afirmar que el origen del virus es bastante natural...
rápidamente desmentido por el director general de la propia OMS.
Es pues obvio que la acusación de conspiración hecha por
Daszak el 19 de febrero de 2020, y la censura oficial puesta en marcha por los
GAFAM sobre el origen real de la epidemia, fueron y son pantallas para impedir
cualquier examen crítico serio del histórico preciso de las circunstancias en
las que se produjo este brote.
Es igualmente claro que publicaciones acreditadas como The
Lancet han prestado su apoyo a una empresa de propaganda deliberada, destinada
a evitar cualquier transparencia sobre cómo surgió la epidemia y cómo se manejó
posteriormente.
Lo que nos interesa aquí no es señalar, paso a paso, los
momentos en que la propaganda oficial mintió, y en que rechazó conspirativamente
cualquier oposición, incluso cualquier duda sobre la simple sensatez de los
discursos de los que ostentaban el poder, sus asociados, sobre la
epidemia.
Lo que nos interesa es entender con qué mecanismos se
construyó la historia, y saber si se trata de una trama urdida por unos
misteriosos personajes que mueven los hilos. ¿O es un poco más complicado?
Entre propaganda y conspiración, la realidad
Mi posición, por otra parte bastante común en la
investigación histórica, es considerar que los hechos no pueden ser explicados
ni por una conspiración ni por una secuencia transparente y desinteresada como
nos propone la propaganda.
La historia contemporánea se explica más bien por un inmenso
antagonismo de fuerzas colectivas, algunas de las cuales están más o menos
organizadas.
En otras palabras, la historia ciertamente no es esa obra
escrita de antemano que nos ofrecen los teóricos de la conspiración. No
están, acechando en las sombras, unos guionistas, unos titiriteros, que lo
planean todo y que mueven personajes de madera para desarrollar una trama de la
que saben el desenlace.
Por otra parte, es indiscutible que el hipercapital
inicialmente anglosajón y ahora globalizado, que se formó gracias a una
revolución digital mal controlada o mal “regulada”, ha alimentado durante una
buena década la tentación de sacar provecho de afortunadas circunstancias
históricas gracias a lo cual se ha llevado la parte del león en la
consolidación y extensión de su dominio sobre el mundo.
Este hipercapital, muchas veces resumido en la expresión
GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon), posee un verdadero ecosistema
organizado y diseñado para influir, de manera “suave” pero efectiva, en el
curso de los acontecimientos.
Las caras de este ecosistema son muchas. Muchos están
familiarizados con el Foro Económico Mundial en Davos, fundado por Klaus Schwab, cuyo Gran Reinicio analicé . Pero
hay muchos otros foros donde la casta globalizada se reúne para avanzar en su
dominio de los negocios.
Lo que importa destacar aquí es que la influencia de la
casta globalizada en el devenir de los acontecimientos históricos no corresponde
a una trama, sino a una especie de pulsión colectiva que encontró su
formulación en una secuencia relativamente bien secuenciada, que explicamos a
continuación.
Básicamente, no hay conspiración aquí. Hay una
comprensión sencilla del conflicto de voluntades del que hablaba Immanuel Kant
a finales del siglo XVIII. La historia no se explica por la manipulación
de todos por unos pocos, sino por la oposición de intereses entre unos y
otros.
A veces, como creen los liberales, esta oposición produce resultados
armoniosos. Este es el objeto del pensamiento de Bastiat. A veces se
convierte en conflicto. Este es el objeto del pensamiento de Marx. Es
este conflicto el que nos lleva al caos que estamos presenciando.
Dominación de castas y caos global
Antes de detallar las diez etapas claves de la agenda del
caos, sin duda debemos plantearnos la primera pregunta del por qué, es decir
del fin último que persigue la casta globalizada con su agenda hábilmente
compartida.
Este propósito podría ser discutido extensamente, y
probablemente existan diferencias fuertes y sustanciales dentro de la casta
misma entre los objetivos a alcanzar.
Por ejemplo, George Soros es muy hostil a China, mientras
que Klaus Schwab no duda en acercarse al Partido Comunista Chino. Podemos
pensar que la obsesión por las vacunas de Bill Gates no se corresponde con las
obsesiones virtuales de Mark Zuckerberg.
Dentro de la casta, la teleología de la dominación
difiere. Pero un punto común une estas aspiraciones o estas visiones
diferentes: el odio a los Estados-nación, que son los obstáculos para dar
vueltas y, en definitiva, el odio a la libertad.
No podemos decir lo suficiente cómo la ideología globalista
ha sufrido mucho por la evolución de los últimos veinte años: el ascenso del
"populismo" en Occidente, el fracaso de la Constitución Europea,
rechazada por referéndum, el Brexit, la elección de Trump, son todos amenazas
vitales a la globalización de los mercados y a la negociación de contratos sin
trabas soberanistas.
Basta leer el Gran Reinicio de Schwab para entender cómo el
populismo o nacionalismo constituye la principal amenaza que se cierne sobre la
globalización. Por ejemplo, hay esta oración reveladora en la página 87
del libro de Schwab:
“A medida que
aumentaron los costos sociales causados por los efectos asimétricos de la
globalización (especialmente en términos de desempleo en el sector
manufacturero de los países de altos ingresos), los riesgos de la globalización
financiera se hicieron cada vez más evidentes tras la gran crisis financiera
que comenzó en 2008. Combinados de esta manera, han desencadenado el
surgimiento de partidos populistas y de derecha en todo el mundo que, cuando
llegan al poder, a menudo recurren al nacionalismo y hacen la promoción de una
agenda aislacionista, dos nociones contrarias a globalización “
Saludamos la gran lucidez de Schwab sobre las desventajas de
la globalización, sus riesgos, sus desequilibrios, y saludamos la inteligencia
de las soluciones que propone para combatir la tentación proteccionista y
populista: esclavizar a los pueblos nivelándolos y haciéndolos entrar con
calzadores de acero en un zapato demasiado pequeño: el de un orden globalizado
donde una casta se enriquece tratando de hipnotizar a la gente con técnicas de
manipulación masiva.
Y es este horizonte insuperable el que se nos propone:
neutralizar por todos los medios los populismos para dejar el campo abierto a
la globalización.
En este objetivo común, en esta alianza táctica que une a
los antichinos y los prochinos, a los vacunacionistas y tecnolatras de todo
tipo, hay un cemento duradero, poderoso: el odio a las reacciones populares, el
desprecio por los “populistas” y “nacionalistas”, el miedo a las revueltas, y
la búsqueda de una dominación lo más fluida posible para que los negocios
puedan continuar e incluso crecer.
La lucha está ahí. La victoria a lograr no está en otra
parte. Debemos hacer la guerra a los estados-nación y sus defensores, y
atraer al mundo entero a la inequívoca jeringa de la gran familia humana
dirigida por una élite ilustrada.
Y lástima si, para llegar allí, se siembra el caos por
doquier, y si la dominación ignora los derechos naturales, empezando por la
libertad de elegir el propio destino, para asegurar su triunfo. Orden ab
chao.
Los 10 Pasos de la Agenda del Caos
Estas operaciones no surgieron de la nada, y bajo el
liderazgo de unas pocas mentes decididas, como la de Klaus Schwab, formaron
parte de un lienzo de malla gruesa cuya impresionante eficacia ahora
medimos.
Esquemáticamente, podemos dividir este lienzo, esta Agenda
del Caos, en diez pasos clave:
- Sindicalizar
la casta globalizada y tejer una colusión duradera: este primer paso
consistió, en la década de 2000, luego en 2010, en forjar una conciencia
de casta común y construir enlaces sólidos para la acción
concertada. Este fue, por ejemplo, el trabajo de Young Global Leaders
of Davos (lanzado en 2004)
- Concentrar
los medios para construir la hegemonía cultural: este paso decisivo
comenzó en la década de 2000 en las democracias occidentales, pero alcanzó
su punto máximo con el dominio abrumador de Google y Facebook, que
capturan el valor de la información y tienen una primacía sobre
ella. El desalojo de Donald Trump de las redes sociales revelará el
proyecto final
- Industrializar
la “narrativa” de protección para justificar la dominación: no
hay dominación hegemónica duradera, no hay lucha contra el populismo sin
una industrialización del discurso de la protección de los pueblos por
castas. Este fue, por ejemplo, el proyecto de Bill Gates, iniciado en
2010, sobre vacunación global, que se apoyaba en una impresionante
constelación de organizaciones que él mismo fomentó, como GAVI y
CEPI. Gracias a esta industria mundial, la casta puede amortiguar la
vigilancia de los pueblos convenciéndolos de que protege
- Conciencias
aturdidas con choques sistémicos: la ocurrencia de la epidemia de
COVID 19 ha demostrado lo que la casta es capaz de implementar en su
Agenda del Caos. El uso del choque epidémico, su instrumentalización
política, para domesticar a los pueblos y vencer las resistencias es una
hazaña prodigiosa que no hubiera sido posible sin la industrialización
previa de los medios, la connivencia entre intereses públicos y privados,
y del discurso dominante
- Generalizar
el miedo como modo de gobierno: el corolario esencial de esta
estrategia de choque es el miedo como modo de gobierno. La gestión
del COVID ha demostrado cómo este miedo fue hábilmente orquestado, por
ejemplo, mediante la escenificación de puntos diarios sobre el número de
supuestas muertes por el virus, incluso cuando, con toda probabilidad, las
cifras de muertes fueron infladas artificialmente para mantener la
'angustia'.
- Convertir
a los opositores en chivos expiatorios: esta maniobra ha estado en el
centro de la gestión de COVID desde el principio. Cualquiera que se
atreva a desafiar la propaganda es arrojado a la conspiración y acusado de
ser la fuente de todos los males de la sociedad. La política de
segregación con respecto a los no vacunados lo ha demostrado sobradamente.
- Acelerar
el traspaso de soberanía a organismos multilaterales bajo control:
este paso imprescindible se produjo gracias al derrocamiento de Donald
Trump. Con la llegada de Joe Biden al poder, la casta globalizada
pudo retomar sus aficiones: los COP, los G-7, 8, 20. En Europa, el
Consejo ha decidido numerosos traspasos de soberanía en diversos ámbitos,
incluido el sanitario
- Poner
a las poblaciones bajo vigilancia constante: esta dimensión esencial
de la Agenda del Caos no se limita a la implementación del rastreo de contactos
defendida por el Gran Reinicio de Schwab. Incluye diversas medidas
liberticidas, como la limitación de la libre circulación de personas según
su estado de vacunación, pero también la generalización del reconocimiento
facial, la autorización de drones en la vida cotidiana, el establecimiento
de ficheros únicos de población, la integración del registro de opiniones
filosóficas.
- Orquestando
el dominio financiero de las naciones: La crisis del COVID ha
resultado en una explosión de la deuda global, tanto pública como
privada. Quien dice deuda dice también acreedor y entrada del deudor
en dependencia frente a su acreedor. Mientras los GAFAM se han
enriquecido en decenas o cientos de miles de millones, los Estados han
perdido definitivamente toda autonomía financiera frente a los bancos
centrales y las finanzas estadounidenses al endeudarse para evitar la
derrota.
- Tomar
el control de las monedas: esta fase final, normalmente llamada Gran
Reinicio Monetario, se desarrollará en varias etapas, incluido el establecimiento
de monedas digitales y el establecimiento de una política fiscal en línea
con los puntos de vista de la Teoría Monetaria Moderna (MMT). Esta
política aplastará a las clases medias y creará paraísos fiscales para los
ricos. La implementación del euro digital está prevista para 2023,
pero es probable que el Gran Reinicio Monetario tenga lugar en 2024 si las
elecciones intermedias estadounidenses consagran una gran victoria para
los republicanos.
En última instancia,
la Agenda del Caos terminará cuando el sufragio universal se vacíe de su
sustancia y cuando la gobernanza global reemplace el concierto de las
Naciones.
En este universo distópico quedarán dos castas: los
“intocables” que viven del dinero del helicóptero pagado por la casta, y los
globalizados, que serán los únicos en acceder a las ganancias.
Distopía en acción
Como se puede apreciar, la Agenda del Caos tomó forma hace
unos quince años con la aparición de los Jóvenes Líderes Globales, cuya
culminación se mide ahora. Por supuesto, la sindicación de la casta
globalizada no debe limitarse solo a estos Jóvenes Líderes Globales, sino que
constituyen la cara emblemática de un sistema de cooptación que se ha puesto en
marcha a lo largo del tiempo para crear una profunda connivencia entre las élites
del mundo.
La Agenda se ha acelerado, como hemos dicho, con la
irrupción de Trump y el ascenso de la soberanía en todo el mundo. Sin
estas circunstancias, es probable que su evolución hubiera sido apenas
perceptible hasta 2030, año fijado para los primeros logros del Acuerdo de Río,
luego de París.
COVID ha brindado una gran oportunidad para acelerar el
ritmo. La historia dirá algún día cómo se produjo esta
aceleración. Mientras tanto, es muy probable que los próximos dos años
concentren nuevos hechos dolorosos que se supone quebrantarán la capacidad de
resistencia de los pueblos por mucho tiempo.
Al frente de estos eventos, una nueva crisis financiera
debería permitir el establecimiento de monedas digitales y el retiro de
efectivo completamente devaluado.
Es la estrategia del caos.
Al leer las siguientes páginas [en un libro futuro], no
debemos olvidar que esta Agenda es el hecho de una casta, de ninguna manera un
escenario inevitable.
Llama, por parte de los pueblos, a un esfuerzo de
conciencia, y al establecimiento de una verdadera estrategia de secesión, que
detallaremos en la segunda parte de este libro.
https://nouveau-monde.ca/pourquoi-le-great-reset-est-lagenda-du-chaos/
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