© NO PERDAMOS DE VISTA LA LIBERTAD
Todo lo que sea provocado o nos venga impuesto "por nuestro bien", no tiene credibilidad y esconde siempre intereses oscuros.
Si algo debe favorecernos debe partir de la transparencia y
la libertad de elección. Todo lo demás es trampa y engaño.
Al Poder, al que ya se le supone interesado, hay que
exigirle sin embargo claridad, propuestas definidas con sus pros y sus contras:
- Te aseguro el porvenir pero exijo tu libertad
- Puedes hacer lo que te parezca, pero no cuentes conmigo
Debemos ser realistas: No hay duros a cuatro pesetas. Todo en la vida tiene un precio y tanto la libertad como la seguridad tienen el suyo.
Lo que hay que reclamar es el derecho a elegir lo que más se
ajuste al talante de cada uno. Si no queremos que nos hagan trampa, tampoco
debemos hacerla nosotros.
No se puede pedir “libertad y seguridad” porque una excluye
a la otra.
Es cuestión de prioridades. En todo hay una escala de
valores y debemos decidir la nuestra para ser coherentes con nuestra vida y
nuestras aspiraciones.
Si somos conformistas querremos seguridad. Si somos
independientes querremos libertad. Son dos caminos diferentes, dos formas de
vivir.
La libertad comporta asumir riesgos, pero nos da opción a
tener experiencias. La seguridad nos garantiza una rutina pero supone
limitaciones y sometimiento.
Todas las decisiones, pequeñas o grandes, pasan por este
dilema básico por encima de otras emociones o intereses.
Por tanto, no nos auto engañemos y aclaremos cuál es nuestra
posición, nuestra disposición en la vida: Querer vivir libres o querer vivir
seguros, con la certeza de que no hay medias tintas.
Lo de un poco libres o un poco seguros no procede porque
entonces nunca sabremos con lo que contamos, ni donde estamos.
Y en cuanto a “contemporizar” (allí donde estemos hacer lo
que vemos hacer) no deja de ser una renuncia, una deshonestidad con la propia
forma de ser, con el propio vivir coherente.
Parece complicado pero basta con cogerle la práctica, si se
está convencido de lo que se quiere.
Por tanto, mirémonos bien en el espejo para descubrir cuál
es nuestro verdadero talante y seámosle fieles en todo momento.
Una vez instalados en la coherencia, todo nos resulta más
fácil y la vida deviene muy gratificante.
Joan Martí
10.11.2022
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