GUERRA DEL MAL CONTRA EL BIEN
Desde el principio, quiero dejar claro que el propósito de
este artículo no es imponerles un curso contrario a la pseudo-teología (porque
no estoy calificado, y ni siquiera soy creyente, aunque comparto los valores
del cristianismo), pero partiendo de un punto de vista cándido, sin
postular una u otra hipótesis, para tratar de dar una explicación lógica, pero
no necesariamente racional, al curioso espectáculo que se nos ofrece.
No necesariamente racional, simplemente porque las masas no
son racionales, y nuestras élites tampoco. Prefiero llamarlos gnósticos.
Agregaría que si la existencia de Dios o Satanás nunca ha sido probada o negada es una pregunta puramente retórica que nos lleva de vuelta a consideraciones mucho más profundas y antiguas, a saber, nuestra propia conciencia del bien y del mal. Mucho antes del cristianismo y el Islam, los hombres adoraban a otras deidades, o simplemente reconocían una presencia divina en todas partes de la naturaleza.
¿Es esta conciencia innata o adquirida por la
educación? Probablemente ambos, basta con observar un poco a los animales,
no hay en ellos un ápice de maldad, no conocen ni el mal ni el bien, pero sin
embargo respetan un orden natural que privilegia el bien.
En los humanos, esta discriminación entre el bien y el mal
se enseña a los niños desde una edad temprana, ya sea en la escuela o en la
familia, generalmente en la sociedad humana. Es este discernimiento el que
hace posible crear sociedad, vigilar el comportamiento, formar ciudadanos
respetuosos con los demás.
De la existencia del
diablo
El infierno está vacío, todos los demonios
están aquí. -William Shakespeare
Así como el mundo animal no tiene que saber de la existencia
del bien para vivir en armonía, el mal no tiene que estar encarnado para
estar presente, la consecuencia personificando el
principio. En la práctica, no importa si crees en la existencia del
Diablo, basta que suficientes personas acepten sus mentiras para que el mundo
caiga en la oscuridad.
Asimismo, y como corolario, independientemente de que creas
en Dios, si los valores del bien están en el corazón de la sociedad y son
compartidos por la mayoría, observarás un desarrollo armonioso de esta
sociedad, en la que todos encuentran su lugar y nadie se quedará atrás.
Al principio era el
gnosticismo
El gnosticismo es un movimiento de pensamiento centrado en
la noción de “conocimiento” (en griego: gnôsis) que reúne doctrinas variadas y
multifacéticas que se desarrollaron durante los siglos II y III dentro
de los límites del Imperio Romano. Estas doctrinas se caracterizan
generalmente por la afirmación de que los seres humanos son almas divinas
aprisionadas en un mundo material creado por un dios inferior malo o
imperfecto, el Demiurgo o Yahvé, frente al cual existe otro ser, trascendente y
perfecto, más lejano, un dios superior ligado al hombre por el conocimiento que
le ha dado.
Esta filosofía, que según algunos tomaría prestada del dualismo platónico, no pretendía negar la existencia de
Dios, ni "matarlo", pero muy pronto, Ireneo de Lyon vio en ella una
cuña clavada en el tronco del dogma cristiano y en su Dénunciation et refutation de la
gnose au nom liar, se propuso demostrar que era herejía, ni más
ni menos. Si juzgamos por lo que sucedió después, en términos de excesos
sectarios, está claro que tenía razón.
Porque de las almas divinas encarceladas, pasaremos
rápidamente a las almas iluminadas (las elegidas), y a deificar al demiurgo, al
arquitecto, más que a su principio trascendente. Y ya que estamos, ¿por
qué no emanciparse de Dios y declarar que el hombre puede ascender al rango de
arquitecto por la iniciación en los secretos? Finalmente, ¿por qué no
simplemente matar a Dios?
Como hemos visto, la única manera de matar a
Dios es matarlo en el corazón de los hombres, y para ello, el mejor aliado será
el Otro, también llamado Príncipe de este mundo. Se trata de
matar lo espiritual, lo trascendente, para sustituirlo por el materialismo,
dirigido por los hombres-dioses.
MASONERÍA
Dios está muerto. - Nietzsche
Podría haber hablado de los cabalistas ,
pero es solo un movimiento minoritario de visionarios plegables generalmente de
los entornos muy acomodados de la sociedad estadounidense. Perdido hasta el
punto de estar convencido de que basta ser rico para poder adquirir a un gran
costo los poderes de un dios a través de la iniciación.
Para la masonería es otra cosa, se ha infiltrado
absolutamente en todos los lugares de poder, en todos los niveles,
y su influencia es global. Ahora es un movimiento que se dice Gnosticismo
(gran arquitecto), cuyos iniciados, desde cierto grado, saben perfectamente que
en realidad veneran a Baphomet, que es solo una falsa imagen de Satanás.
¿Necesitamos recordarles las persecuciones a las que fueron
sometidos los católicos de Francia, después de la Revolución de 1789, plagada
en gran parte por la ideología masónica? Masacre de los vendeanos,
ejecuciones de sacerdotes, monjas, expolio de bienes, prohibición del culto,
esta larga letanía de abominaciones nos muestra que Dios ya era el enemigo
supremo. A continuación venía el Rey, que encarnaba la tradición de reyes
muy católicos reinando sobre Francia, la hija mayor de la Iglesia. Por lo
tanto, fue ejecutado.
Antes de pasar a consideraciones más prácticas, es decir,
cómo lo anterior influye directamente en la situación actual, me gustaría
desarrollar lo que creo que es la causa de las conexiones que muchos se han
sentido tentados a hacer entre los acontecimientos y la escatología .
EL CULTO A LA CARGA
La bestia del evento está ahí, viene. -Emmanuel
Macron
Las palabras tienen un significado, y la bestia del
acontecimiento del que habla Macron, al que difícilmente se podría calificar de
conspirador, remite al Apocalipsis
de Juan. Así, las conexiones entre el código QR y el número de la
bestia, por ejemplo, no han dejado de florecer...
El culto al cargo es un conjunto de ritos que aparecen a
finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX entre los aborígenes,
como reacción a la colonización de Melanesia. Consiste en imitar a los
operadores de radio estadounidenses y japoneses al mando de los suministros
(distribuidos por avión de carga) y, más generalmente, de la técnica y la
cultura occidentales (medios de transporte, desfiles militares, vestimenta,
etc.) con la esperanza de producir los mismos efectos, según lo que se ha dicho
han sido denominadas creencias "milenialistas"
De hecho, los nativos desconocían la existencia y los
métodos de producción occidentales; por lo tanto, atribuyeron al favor
divino la abundancia y sofisticación de los bienes traídos por cargueros. El
culto se originó en Melanesia. Casi toda Melanesia, desde las Islas Fiyi
hasta Papua Nueva Guinea lo adoptó simultáneamente (con la excepción de Nueva
Caledonia), pero este culto solo gozó de una longevidad excepcional en Tanna
(Vanuatu).
¿Y si esta referencia a la escatología fuera sólo una faceta
del mesianismo satánico, o más absurdo aún, que estuviéramos ante gente crédula
al punto de que imaginarían que crear artificialmente ciertas condiciones
presentes en el día del juicio bastaría para precipitar este enfrentamiento
esperando un resultado favorable para ellos?
En el análisis final, también podría ser solo una artimaña
para hacer creer a la gente en la inevitabilidad de nuestra condición bajo el
yugo globalista.
Omnipresencia de los
síntomas del mal en la sociedad actual
1. Desarraigo
Para destruir un pueblo, hay que destruir sus
raíces. -A. Solzhenitsin
Para someter a un pueblo y evitar que se oponga a la
instauración de una potencia mundial dirigida por unas élites ocultas, como si
de una empresa multinacional se tratara, es necesario desarraigar a los
ciudadanos. Esto requiere la destrucción minuciosa de cualquier
organización destinada precisamente a mantener la cohesión social:
- Estados en su forma
actual de naciones democráticas independientes, cuya soberanía se traslada
paulatinamente al nivel de organismos supranacionales ya bajo el control
de estas élites (Unión Europea, ONU, Banco Central Europeo, FMI, etc.).
- Religión esencialmente
cristiana en lo que a Europa se refiere. En un principio, será
suplantada por una religión importada (el islam) absolutamente
incompatible con la cultura europea, aunque sólo sea porque no respeta la
separación de poderes. El islam es tanto una ley que pretendemos
imponer (sharia), como una religión que no tolera ninguna otra e impone
sus códigos, incluso cuando la ley lo prohíbe (llevar velo, por
ejemplo). En un segundo tiempo, esta religión denunciada (el Islam)
será barrida en sí misma porque no es del todo soluble en el proyecto
globalista.
- Historia, cultura e idioma
porque son el vehículo de nuestra civilización. Presentes en todas
partes, forman la base de una conciencia colectiva de nuestro pasado y dan
sentido a nuestro presente. ¿No escuchamos a Macron afirmar sin
reírse que el arte francés no existía? ¿Por qué crees que la gente trata
de imponerte una escritura inclusiva, que no es más que un intento de
hacer el lenguaje ilegible? ¿Por qué cree que la enseñanza de la
historia es tan descuidada por la educación nacional? También
podríamos hablar de arte contemporáneo, como el género del plug anal verde
manzana en plena plaza Vendôme… O la sustitución obligada de la música de
variedades por el rap, ¿Quién es al arte lo que un artillero es al
derecho canónico? ¿Qué pasa con las series y películas de Hollywood
que no son más que una colección de estereotipos nauseabundos?
- La Familia que representa el
núcleo atómico de cualquier civilización, desde los albores de los
tiempos. Compuesto por hombre (esposo), mujer (esposa) y sus
hijos. Los niños están bajo la tutela de sus padres, quienes son
responsables de su educación. Ni que decir tiene que en el mundo
buscado por nuestros buenos amos, esto es impensable, por eso
se hace todo lo posible para destruir la unidad
familiar. Comenzaremos por negar cuál es su esencia, a saber, la
unión de un hombre y una mujer. ¿No estamos hablando de hombres
embarazadas hoy? ¿No podemos simplemente dejar que los atletas
nacidos masculinos compitan en eventos femeninos porque se identifican
como mujeres? ¿Qué pasa con las menciones "padre 1" y
"padre 2" que pronto reemplazarán las menciones
"padres" y "madres" en los documentos
oficiales? El objetivo final aquí, no se equivoquen, son los niños,
el sistema pretende transferir la tutela de los padres al estado. Los
niños solo serán propiedad (recursos humanos) de la sociedad que supervisa
la villa miseria querida por Renaud Camus.
2. Inversión
de valores
En todas partes asistimos impotentes a una perversión de
valores, bajo la presión de los medios de comunicación, los políticos y las
asociaciones que hacen campaña por una u otra causa.
- Justicia: las víctimas son
ignoradas cuando no son calumniadas, y los culpables son tratados con la
mayor indulgencia por una justicia que ya ni siquiera
oculta su iniquidad. Recordemos a este juez de Dijon que había sido condenado por
haber propuesto a los internautas violar a su hija de 13 años, que había
visto reducida su condena en apelación a dos años de prisión en
suspenso. También podríamos hablar del padre de la niña de 6 años de Roanne que
había golpeado duramente al joven migrante que había tocado sexualmente a
su hija el día anterior. Se arriesga a 7 años de prisión y una multa
de 100.000 euros. Tengo curiosidad por saber qué sentencia recibirá
el delincuente sexual, pero ahí nuevamente soy pesimista.
- Educación nacional: ahora se
enseña a los niños de 12 años prácticas sexuales, incluida la sodomía, y
mucho antes se les introduce en la teoría de género, llenándose la cabeza
con ideas que son más una patología mental que una
sexualidad. ¿Imagina si alguien hubiera hecho esto hace 40
años? Inmediatamente habría sido remitido a la fiscalía por desacato
a las buenas costumbres y condenado a pena de prisión.
- Políticos: hasta hace poco,
para ser ministro o secretario de Estado había que ser irreprochable, y
cualquier ministro investigado era casi automáticamente destituido del
gobierno. A partir de ahora, hay que creer que la acusación se ha
convertido, si no en condición sine qua non para entrar en ella, al menos
en recomendación seria, de modo que estamos literalmente ante un gobierno
de matones, sin que parezca mover a los medios de comunicación, y (por lo
tanto) a la opinión pública.
- Depravación/envilecimiento:
El paisaje audiovisual no es más que una cloaca abierta. Ya sea en la
televisión, en las producciones de Hollywood, en los videos musicales, e
incluso en las producciones especialmente destinadas a los niños (Disney),
el público se satura de pornografía, presentándola como arte
transgresor. ¿Y qué hay de la última campaña de Instagram de
Balenciaga que promueve la pornografía infantil?
3. Denegación
de derechos
Después de más de dos años de tiranía del covid, supongo que
habrás comenzado a darte cuenta de que ya no tienes derechos, solo deberes ,
así que sal del derecho a la libertad de expresión, del derecho a la protesta,
del derecho al trabajo (suspendido), y hasta el derecho a disponer de tu
cuerpo. Todo se hace para insinuarlos (y obligarlos a aceptar) que de
ahora en adelante ya no son ciudadanos sino sujetos de
poder. Incluso su derecho a la libre circulación puede ser cuestionado en
cualquier momento, con el pretexto de otro resurgimiento del frío-19, un
pretexto que será reemplazado en poco tiempo por el calentamiento climático
cuando el pequeño virus ya no sea creíble.
4. Desesperación
Estos ataques en todos los frentes tienen el efecto de
llevar a la gente a la desesperación, y créanme que es la intención. Una
vuelta de tuerca tras otra, la gente es exprimida como un limón, y tiene la
impresión de vivir la pesadilla de una noche que nunca conocerá un amanecer.
Es nada menos que una herramienta de guerra psicológica destinada a
someter la capacidad de las poblaciones para luchar contra el opresor.
¿Qué se puede hacer?
Mientras el pueblo no recupere el control de su destino, y
mientras siga dividido, cada uno encerrado en su rincón, la situación seguirá
empeorando. Los tiranos solo se detendrán cuando los detengamos nosotros,
el pueblo.
Nada es inevitable, y recuerda que los tiranos solo tienen
el poder que les damos. Si como cuerpo decimos que no, son
derrotados sin luchar.
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