EN JUEGO NUESTRA INTEGRIDAD MORAL
El avance de la agenda 2030 y el plan transhumanista
asociado ha alcanzado un hito indirecto, pero lamentablemente real y palpable
en las filas de la disidencia, donde el tema número uno se ha convertido en el
de las infiltraciones y las maniobras destinadas a neutralizar los movimientos
de protesta. Podemos lamentarlo u optar por ignorarlo y seguir resistiendo
tanto como podamos, con una fuerte autocensura.
Ver claramente en la niebla organizada
Pero la negación no nos llevará muy lejos, ya que el despilfarro de recursos humanos, técnicos y financieros es ahora evidente, al igual que la anticipación de las castas muy arriba para impedir que el pueblo tome el poder: la democracia es más que nunca un tabú absoluto en nuestras plutocracias al final de su carrera, convencidos de que están a sólo un paso del control absoluto de las masas.
¿Y por qué no iban a creerlo cuando sus planes llevan tanto
tiempo funcionando? ¿Cuántas revoluciones confiscadas, pseudovictorias del
pueblo o de un país contra otro, de un partido contra otro o de una religión
contra otra? Todas estas paletas amargas ofrecidas como recompensa a una
humanidad inmadura, encantada de ser tranquilizada y protegida de los
malos. “Se acabó, ganamos”…
En realidad ¿Esto realmente ya pasó?
Antes de que se nos repita nuevamente al revés, miremos con
un poco de lucidez los fracasos del pasado y dónde está esa propensión a
minimizar “el plan dentro del plan” y a seguir a los líderes con el sabor
nostálgico de antaño.
Sin ir muy lejos, tendremos cuidado de no ocultar cómo figuras tan conocidas
como François Mitterrand, Roland Dumas, Nicolas Sarkozy, Bolloré, Charles
Pasqua, Lafargue, Martin Bouygues e incluso Attali han trabajado para crear la
oposición tanto en Francia como en Franciafrique, mientras que al mismo tiempo
trabajan en beneficio de los vendedores de armas, las altas finanzas y el
poderoso cártel petroquímico que a su vez dio origen a las grandes
farmacéuticas.
¿Difiere tanto el grado de complicidad, miedo, corrupción, presión y omertá necesarios para los saqueos,
golpes concertados, malversaciones y abusos sociales fomentados del que fue
necesario para el plan Covid?, control, nanos y 5G que sucede hoy?
Esta misma casta cuya impunidad ya no necesita ser demostrada
desde que las condenas de unos y otros como las de sus agentes, hombres y
mujeres de matones y virtudes fáciles, no les han impedido en modo alguno
seguir haciendo daño, desfilando en los platós de televisión. Y ninguno de
ellos tiene que preocuparse por sus ingresos, su jubilación o su bonita casa.
Los únicos que se sorprenderán con estas observaciones son
aquellos que todavía minimizan el uso sistemático y sistémico de las redes
satanistas de pedófilos y proxenetas que ellos mismos orquestan o supervisan
para asegurar la sumisión de unos y otros. Y, por supuesto, su perversión
moral y su inclinación a apoyar una legislación cada vez más decadente y
degradante.
Saber pertenecer a la masonería y haber jurado respetar sus
secretos es en muchos casos suficiente para asegurarse el apoyo o el silencio
de los cómplices intermediarios, ya sean diputados, periodistas, médicos o
abogados. Alexandre Lebreton explicó muy bien los diversos castigos a los
que son sometidos quienes traicionan su hermandad. No hace falta decir que
no duran mucho, no los expulsan del juego ni disfrutan de un retiro tranquilo y
cómodo.
Por lo tanto, ya no debería sorprendernos ver también
colaboración entre aquellos que no han alcanzado un rango, un puesto de
responsabilidad o un mandato político lo suficientemente alto como para
quedarse atrapados con un “archivo” lleno de fotografías o vídeos de colores
oscuros, comprometedores y justicia subordinada.
Por lo tanto, sería evidentemente tan estúpido como
peligroso pensar que esas mismas redes ocultistas y políticas no siguen activas
hoy en día e incluso más que nunca implicadas en la disidencia y en la buena
marcha del plan que precisamente ha llegado a un punto de no retorno
históricamente... decisivo: el control total de las poblaciones por la
tecnología y la aniquilación de una parte intolerable de nosotros y de los
Vivos. Se trata de ser. Es ahora.
Y muchos de nosotros nos estamos dando cuenta gradualmente
del papel y el peso de Francia en este antiguo y global plan, incluso si todavía
desconocemos las raíces ocultas del por qué.
Vimos cómo el movimiento campesino fue personificado,
reducido a una figura, a una federación, para ser silenciado después de dos o
tres anuncios inconexos. Cómo pasan los bloques negros por donde no pasan
los chalecos amarillos. Cómo durante las últimas tres décadas las
revueltas también se han podido contener medicalizando el sufrimiento social de
los individuos mediante prescripciones masivas y exponenciales de
neurolépticos, ansiolíticos y, especialmente, antidepresivos que se encuentran
convenientemente en el agua del grifo. “¿Te han despedido, estás
arruinado, tu mujer te ha dejado y te sientes muy mal? Este es un
tratamiento que debería ayudarte, pero no conseguirás nada si te niegas a mirar
tu infancia y los problemas reales que están en la raíz de tu infelicidad
actual”
También hemos visto cómo los ciudadanos en general son
excluidos de los platós y del espacio mediático, especialmente si son
activistas o si plantean demandas. ¿Y cuántos títeres e idiotas útiles hay
en los movimientos políticos, en los medios de comunicación y en las
asociaciones establecidas?
¿Por qué el único discurso que tiene derecho a ser citado en
Francia es un elogio de la micronía o un discurso saneado, una opinión vaga y
sin interés? Porque el régimen autoritario elige a sus oponentes.
Pero, ¿puede sin embargo prescindir de ofrecer a la parte
más radical del pueblo un movimiento de disidencia dedicado a contenernos y
servirnos de salida? Por supuesto que no y es incluso el punto más
sensible y estratégico a resolver para ellos. Cualquier parodia de la
democracia necesita una oposición “real”, como las válvulas de seguridad de
nuestras ollas a presión. ¿Pero qué vemos?
El movimiento de Resistencia surgido gracias a la operación
psicológica del Covid se ha convertido de facto en el nuevo medio de
oposición que nuestros oligarcas necesitaban precisamente para
sustituir el de los partidos y medios de comunicación que perdía audiencia,
mientras que los franceses nunca se han sentido tan descontentos y
atacados. Y este punto es crucial para comprender lo que está en juego.
Al mismo tiempo y para ilustrar este punto, el Frente
Nacional creado en su momento para redirigir y contener a los manifestantes, ya
casi no cumple esta función y más bien poco a poco se está convirtiendo en la
alternativa que se nos podría imponer a Macron por la gracia y la magia de las
urnas. Pero al igual que los partidos de extrema izquierda, ahora es parte
de un juego político que una parte cada vez mayor de la población considera
manipulado y estandarizado.
Del mismo modo, la desautorización de los periódicos y otros
medios de comunicación dominantes por parte de los franceses está demostrado y,
por tanto, su impacto en la opinión pública está disminuyendo constantemente.
Tampoco es anecdótico añadir aquí el más que sospechoso
cuidado puesto por muchos agentes de la Nueva Era en promover, bien destacado
por YouTube, la desconfianza hacia los medios de comunicación en beneficio de
figuras de la Resistencia, ellas mismas apoyadas por los GAFAM que sólo
ocasionalmente los censuran para mejorar y dar credibilidad a su condición de
grandes disidentes, pero apoyarlos activa y masivamente.
El momento del punto de inflexión
No hace falta ser grandes visionarios para entender que el
mundo de dominación por el dinero que conocemos desde hace más de 2000 años y
generaciones de gremios de comerciantes de templos está llegando a su fin.
Varios factores impiden que este sistema continúe: podemos
mencionar la escasez de ciertos recursos minerales, la conciencia global del
sistema de explotación de los humanos por parte de los capitalistas y todos sus
corolarios como las guerras, la desesperación y el desencadenamiento de
impulsos, las hambrunas comprobadas y las agitadas como la espada de Damocles a
través de amenazas de escasez, campañas masivas de inyección experimental, pero
también el despertar de la conciencia y el consiguiente aumento de las tasas de
vibración, de la actividad solar y de los trastornos telúricos, climáticos y geomagnéticos,
etc.
Por no hablar de estas profecías autocumplidas y del
fatalismo inducido, a través de la circulación de información o del carácter
absolutamente incoherente, desespiritualizado y amoral del mundo en el que
vivimos. Y aquel al que nos gustaría impulsarnos negando la existencia
misma de nuestras almas.
La población debe permanecer lo suficientemente letárgica,
fatalista, dividida y estúpida para permitir que esto suceda. Se han
pensado y activado todas las palancas necesarias, como la adicción a las
pantallas con la ayuda de la neurociencia, los campos de frecuencia pulsada
para hacernos secretar felizmente dopamina y los contenidos estratégicos de
vídeo, animación y cine, que anticipan la realidad deseada y pervertida además
de permitir perfilar a cada persona según lo que verá. Y, sobre todo, la
moral y los valores se dan la vuelta y se invierten metódicamente. Tantas
señales que advierten de un inminente fin de la civilización mucho más que de
una distopía al estilo NOM.
Durante mucho tiempo, los arquitectos de este plan
centenario avanzaron disfrazados, pero todos observamos que la agenda se
apresura y que se optó por pasar a un método abiertamente autoritario.
Hemos llegado a un punto de inflexión porque el movimiento
es global: desde Bolivia hasta Sri Lanka, desde Sudáfrica hasta Finlandia, la
gente sabe que el mundo va de mal en peor y saben que esto sucede porque una
pequeña camarilla dirige la economía mundial y hace lo que quiere. Está
encarnado en los mandatos del Foro de Davos, la Comisión Europea, la OTAN, la
ONU, la UNESCO, la OMS y estas fundaciones “filantrópicas” que repiten su doxa
hasta el disgusto y por todos los canales posibles, incluida la “educación”
nacional.
Con el punto común de estar sistemáticamente en manos de una
misma casta cooptándose y asegurando la lealtad y fidelidad ideológica de todos
aquellos que pilotean y ejecutan estos programas tan eugenésicos como
racistas. De hecho, ya ni siquiera ocultan su propensión a considerar
inferiores a casi todos los humanos, tratados con desprecio como una “raza de
homo sapiens”, todos ellos aptos para ser implantados, torturados o controlados
remotamente, como los chimpancés que les precedieron. Esta ideología ha
sido llamada nazismo, neoliberalismo, wokismo, transhumanismo... y mucha gente
habla ahora abiertamente de satanismo.
El rechazo de este mundo, de este sistema, es cada vez más
visceral, particularmente en Francia (o lo que queda de ella). Pero
todavía no es radical, ni mucho menos.
Cómo garantizar una oposición sabia
Quienes controlan la narrativa también quieren controlar la
contranarrativa. Consideremos al público francés en dos categorías:
activistas y no activistas.
Entre los activistas hay quienes están politizados y quienes
no. Y entre los no activistas todavía hay dos grupos:
- Quienes
no se informan nada o mal no buscan información más allá de los grandes
medios oficiales.
- Aquellos que buscan información adicional para
comprender mejor el sistema y que posiblemente podrían ponerse del lado de
los activistas.
Es difícil evaluar las proporciones de cada grupo y menos
aún confiar en falsos barómetros de opinión para desmoralizar a los
manifestantes. Los franceses no son tan "borregos", admitamos
que los no activistas, desinformados o mal informados representan alrededor de
la mitad de la población. Afortunadamente para nosotros, sólo hace falta
un pequeño porcentaje para cambiar la situación, siempre y cuando el esfuerzo
sea lo suficientemente coordinado y reflexivo en el tiempo.
Es fácil anestesiar a quienes consideran que la propaganda
es información. En cuanto a los activistas no politizados, siempre pueden
hacer campaña por las ballenas o para salvar su fábrica, esto no cambiará nada
y no tiene ningún impacto en el buen funcionamiento del capitalismo.
La verdadera amenaza [para las élites] está, por tanto, en
dos grupos: los activistas politizados y los no activistas que buscan
comprender lo que está sucediendo. Y que, gracias al episodio delirante de
Covid, son cada vez más los que poco a poco van “hacia la oposición”.
Al menos así lo creen, porque hoy ese es el problema: no hay
oposición. Ningún movimiento fuerte y temible. Unido. Quienes
podrían construirlo están aislados y atacados. Lo mismo se aplica a
aquellos que quisieran intentar unir a los grupos existentes. Estas redes
y células se comunican poco entre sí y reina la desconfianza. Tampoco
surgirá una oposición estructurada y genuina detrás de un líder carismático del
que muchos automáticamente y con razón desconfiarán. Por tanto, debe
agruparse en torno a un objetivo simple, preciso y eficaz.
Aunque no sea para mañana, esta agregación que se produciría
automáticamente en tiempos normales es precisamente lo que nuestros autócratas
que sólo tienen plenos poderes deben evitar para alimentar a la fuerza a las
castas capitalistas, desarrollar el plan y reprimir cualquier disputa no
deseada. Pero cuidado: deben mantener una oposición como salida, el último
vestigio de democracia que les permite afirmar que la expresión es libre.
El método a implementar contempla 2 ejes:
- Invisibilidad y
si es posible aniquilar a las oposiciones más bochornosas y
subversivas. Lanzar campañas de difamación, impedir que la gente
hable, crear “dobles” (individuos que se ponen en órbita para decir casi
el mismo discurso, pero sin atacar el sistema o cuyo discurso será fácil
de desacreditar, o el mismo proyecto lanzado en paralelo, en versión
“soft”). También podemos asociar a ciertos opositores sin su
consentimiento con acciones, corrientes o comunidades que son cómplices y
promueven graves disparates o formas de actuar inaceptables para que
pierdan su credibilidad.
- Levanta
una oposición débil. Como dijo Lenin, "la mejor
manera de controlar la oposición es dirigirla nosotros mismos "
. Por lo tanto, hacemos visible a un líder, a un grupo creándolo,
financiandolo, dándole plataformas, o incluso mediante artículos de prensa
incriminatorios, pero poco corrosivos, en los que nos quedamos en
consideraciones superficiales. No atacaremos la financiación ni lo
que no se diga, por ejemplo.
Se puede crear una oposición blanda desde cero: financiar y
crear grupos y sitios web que se centrarán en una lucha única y anecdótica, o
que serán ineficaces porque se centran en un personaje, se alimentan de
información más o menos verificada, o en Guerra permanente con otros
grupos. También puede mantenerse mediante la infiltración de grupos ya
existentes, o cambiando a sus líderes de una forma u otra.
Lo esencial es que la visibilidad de esta oposición supera y
aplasta a la de los disidentes más problemáticos, para capturar a cualquier
nuevo francés decidido a cambiar su forma de obtener información y de confiar
condicionando a aquellos que parecen tener más seguidores en la
Resistencia. Aquí es donde los algoritmos, los trolls y las empresas que
ofrecen aumentar las visualizaciones y las suscripciones juegan un papel tan
importante como completamente injusto.
La débil oposición contribuye entonces a crear una cortina
de humo para que la opinión pública no tenga acceso a información relevante y
no se organice contra el sistema. Permitirá varias cosas:
- Centrar
la atención en líderes más o menos carismáticos que dicen tener las
soluciones, y así desmovilizar a las personas que podrían hacerse cargo y
colaborar.
- Polarizar
el debate, hacerlo girar en círculos, conducirlo hacia oposiciones
binarias en lugar de actuar de manera iterativa, lo que aleja a las
personas de estas luchas, reducidas a guerras internas estériles, y que
ahoga a la opinión pública en pequeños grupos de activistas, a menudo
compartimentados, en batallas de nichos y debates sin propuestas que no
cambiarán nada en esencia. Y esto es lo que estamos viviendo.
- Trasmutar
la falsedad en verdad, como una especie de veneno que nos permitirá tirar
el bebé con el agua del baño, es decir, desacreditar todo el tema, toda la
lucha.
- Constituir
el reservorio en el que la casta podría utilizar el
mañana para blandirnos a nuestros nuevos salvadores, consejeros y líderes,
si elige estratégicamente simular su derrota "completa" y dejar
que las poblaciones piensen que finalmente han vencido y que "Pfizer
y los políticos corruptos, finalmente se acabó ". Excepto que el
cambio sería una ilusión, un simple aplazamiento de las leyes más
criticadas como la educación sexual. Y las tecnologías de control
mental y esclavización nunca serían cuestionadas ya que esta débil
oposición generalmente no ve ningún problema o incluso una realidad en
ellas. Hacer justicia sería simplemente una parodia de Nuremberg
2.0. Y los héroes de la oposición blanda promovida sólo servirían
como nuevas fachadas para un plan que sigue fabricando todos los pretextos
y acontecimientos imaginables para llevarnos a pesar de todo hacia la
agenda prevista.
Y ahora ?
¿Dónde estamos en Francia? Si observamos atentamente lo
que sucede en la "Resistencia", podemos predecir sin demasiado riesgo
una inflación exponencial de falsas oposiciones sobre temas clave como el SIDA
entre los vacunados, los extraterrestres, las redes de pedófilos y satanistas,
las elecciones o la enfermedad X para dirigir al público hacia los cambios
deseados, dándole la ilusión de que la verdad está emergiendo y finalmente se
tiene en cuenta.
Y para muchos, éstas serán verdades nuevas.
Estos temas aparecerán en bucle en los medios de
comunicación "alternativos", algunos de los cuales son casi "corrientes"
de la oposición de salón, con disidentes blandos que se legitiman y felicitan
mutuamente como lo hace la casta mediática parisina, unidos por los mismos
secretos y compromisos con Salsa Epstein.
Les resultará cada vez más difícil encontrar, incluso en el
lado alternativo, fuentes de información realmente útiles, que lleguen al fondo
de las cosas y denuncien los procesos actuales.
Al final, sólo la oposición “autorizada” pudo permanecer en
el espacio público, para usar la expresión de Ariane Bilheran. Escenificaremos
batallas de personajes, divisiones innecesarias, y aquellos que ataquen el
sistema se verán sometidos a una presión cada vez mayor para tratar de
aislarlos o incluso empujarlos a la clandestinidad. Ya hay intrusiones en
casas, ordenadores, coches, con repetidos problemas mecánicos, por ejemplo: es
seguro que todo esto empeorará, como ataques administrativos y cierres de
cuentas bancarias.
Al mismo tiempo, aumentará su poder el seguimiento de las
oposiciones y de los grupos de discusión, así como la difusión de mensajes más
personalizados, creados por inteligencia artificial y distribuidos masivamente
y de forma selectiva, como se jacta la OTAN , encargada
sobre todo de un marco jurídico para la gestión y desinformación en la
UE. También hay que tener en cuenta el uso de la neurociencia, la hipnosis
y las armas psicotrónicas que permiten manipular los pensamientos, el estado y el comportamiento de grupos o individuos .
En este barullo, será cada vez más difícil acceder a fuentes
verdaderamente relevantes, aquellas que realmente nos permitan llegar al fondo
de las cosas. Por lo tanto, identificar falsos oponentes y sujetos
sesgados se convertirá en un deporte olímpico y requerirá hacerse algunas
preguntas:
- Intenta
identificar sus motivaciones: el ego, el dinero, el odio, la venganza y el
poder son muy malas motivaciones para luchar.
- Identificar
elementos de alerta y vigilancia reforzada, como la implicación pasada en
escándalos político-financieros, en grandes organizaciones y empresas
internacionales, en los principales medios de comunicación parisinos, en
la masonería, en la “comunidad” y la defensa de sus intereses, en la red
católico-satanista, Q y la Nueva Era de la CIA, las fraternidades
universitarias e internados, la inteligencia, o incluso el hecho de haber
ocupado cargos que implican cooptación masónica y las medidas y obstáculos
preventivos que siempre la acompañan.
- Pregúntate
¿quién les da eco? ¿Quién los apoya económicamente? ¿De qué
viven? Examina cuándo caen las vistas y los comentarios en los
vídeos y a qué ritmo en las transmisiones de YouTube. Compara con
otras plataformas más alternativas donde también tienen canales.
- Calcule
si su tiempo de intervención fue útil. ¿Su discurso nos permite
comprender los procesos en curso? ¿Recordamos los comentarios hechos
al final del programa o solo tenemos una sensación agradable, pero
totalmente vaga? ¿Alguna vez mienten descaradamente o validan
noticias falsas comprobadas? ¿Citan nombres y hechos específicos o
tienen cuidado de ser muy vagos? ¿Citan sus fuentes? ¿Están
asumiendo riesgos reales?
Pero más que nada y para no sólo superar estos tiempos, sino
cambiarlos: ¿a qué le decimos que no? ¿Y seguiremos valorando
colectivamente durante mucho tiempo a quienes han decidido decir sí a lo que ha
traído depravación y tiranía a nuestras sociedades? ¿Sí al dinero fácil, a
la intriga y manipulación política, al sexo por encargo, a las drogas, a la
lujuria, al lucro a costa de otros, a los arreglos entre poderosos, a la gloria
por cooptación y a las posiciones y posesiones para brillar en la sociedad?
¿Nos damos cuenta de que incluso hoy en día, la mayoría de
nosotros (incluidos los combatientes de la resistencia) prestamos mucha más
atención y valor a las personas que dijeron “sí” a este sistema pervertido y
desempeñaron papeles importantes en el desarrollo del plan que nos lleva a
donde estamos? ¿hoy? ¿No hay algo profundamente enfermizo en esta manera
espontánea de confiar primero en las palabras de quienes han sido “referentes”,
“autoridades”, “vistos en la televisión” o incluso “entre los poderosos”?
¿Cómo es fundamentalmente más juicioso, necesitar que nos
tranquilicen los títulos y el CV o pensar no sólo por nosotros mismos, sino
también explorando otras formas de ser y revisando nuestros juicios sobre lo
que es una persona?
¿No es también una forma inconsciente de dejar de lado la
culpa por el sí que dijimos nosotros mismos y la forma en que vivimos en el
sistema y participamos a través de nuestros impuestos, nuestros trabajos,
nuestro laissez-faire, nuestras compras y nuestros estilos de
vida? ¿Compartir tu vergüenza oculta entre personas que han fracasado como
nosotros, o incluso más que nosotros? ¿Personas que hemos sido dadas a
envidiar o incluso erigidas como modelos de nuestras sociedades y de lo que es
una vida verdaderamente “exitosa”? ¿Y persistiendo en mantener los mismos
códigos, perpetuando esa ilusión de “que todos éramos buenas personas” y que
“ellos son los responsables”?
Las personas que dijeron que sí, ¿no es hora de que, al
menos, desconfiemos de ello? No los rechaces, porque afortunadamente cada
uno de nosotros puede cambiar y también vivimos para verlo. Y tampoco
dejes de emitir juicios, porque te podrían sorprender personas que luego
demuestren que efectivamente son confiables y estúpidas. Es cuando la soga
se aprieta más cuando la gente se revela mejor. Ante el peligro, estamos
desnudos.
Pero, ¿deberíamos, no obstante, convertirlos en nuestros
guías o aliados cuando ya han fracasado y a menudo nunca han demostrado que han
evolucionado radicalmente y han comprendido aquello para lo que se
prostituyeron? Demuéstralo con lo que expresan y no con frases
grandes. Ya somos muchos los que ya no creemos en las palabras y sólo
buscamos la luz y la autenticidad. Este es un auténtico criterio de
selección para quien sabe verlo sin dejarse engañar. Incluso será
decisivo.
Entonces, ¿a quién y qué glorificamos todavía
individualmente? ¿No hemos fracasado lo suficiente colectivamente como
para elegir esta vez otros marcos de referencia, otros caminos y
enfoques? Haber rechazado el sistema aún debe valer esta etiqueta social
de seres "que no son nadie", como estos jóvenes que se echan a los
caminos, los que rechazaron sus "redes", tiraron sus diplomas o sus
puestos "envidiables" ¿Viejos
marginales, poetas sin dinero o amantes de los vivos que han renunciado a todo
para finalmente abrazar el Todo?
_____________
Sus estratagemas de oposición suave sólo funcionan porque
estamos colectivamente enfermos. Y aún estamos por curarnos si corremos
tras las personas más destacadas y glorificamos siempre los mismos perfiles,
las mismas trayectorias, las mismas desviaciones y adicciones al poder y a las
migajas que muchos todavía husmean, con las narices en el suelo, para recogerlas. Un
poco de altura y dignidad, ¡maldita sea!
Y moralidad. Hay “noes” que finalmente deben
convertirse en regla. La evidencia. Objetivo.
El mejor radar para saber en quién confiar y con quién
aliarse: Nuestra moral y nuestra integridad se han convertido en el único
camino para avanzar, evolucionar y unirnos. Sin mentiras ni
compromisos. Mirándonos a nosotros mismos tal como somos. Asumiendo
la responsabilidad de todo lo que hemos hecho y haremos. Porque realmente
tenemos mucho que hacer.
https://nouveau-monde.ca/lenjeu-de-notre-integrite-morale/
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