CÓMO ABORTARÁN LA REVOLUCIÓN
(1ª Parte)
(1ª Parte)
Seguro que
ya te has dado cuenta.
Lo puedes
notar a tu alrededor y percibirlo en las calles y en el ambiente…
Estamos al
borde de una REVOLUCIÓN.
Un completo
cambio de paradigma a escala planetaria y a todos los niveles.
El viejo
sistema, corrupto y putrefacto, se tambalea y los viejos equilibrios
socio-económicos y geopolíticos se hunden ante nuestros ojos, en vivo y en
directo.
Cada vez más
gente despierta de su letargo y levanta la voz reclamando justicia y una
redistribución más equitativa de las riquezas. Exigen un mundo mejor, más
limpio, solidario y transparente, y lo hacen cada vez con mayor rabia y
convicción.
Estamos
entrando en lo que podríamos llamar una Revolución Ética
Un momento
glorioso, una oportunidad única de cambio y transformación para la humanidad.
Una época de
grandes esperanzas…
Pero
desgraciadamente, nada es lo que parece.
Existen
indicios, cada vez más claros, de que nos encontramos en los albores de un
cambio de paradigma premeditado y pre-calculado.
Una gran
transformación planetaria planeada de antemano, en la que los líderes
revolucionarios serán títeres y las reclamaciones sociales, maniobras de
distracción.
A muchos les
parecerá una revolución auténtica…pero probablemente solo será una revolución
reconducida, hasta convertirse en el aborto de lo que podría haber sido una
transformación profunda de toda la humanidad.
¿En qué se
basan nuestras sospechas? ¿Cómo puede fabricarse y dirigirse una revolución?
MECANISMOS
DE CONTROL Y PLANIFICACIÓN
Mucha gente
lo sospecha ya: la crisis que estamos viviendo ha sido planificada por los más
altos poderes financieros y económicos del planeta.
Se trata de
una crisis económica que marca el inicio del derrumbe de todo un sistema y que
ha sido creada con el fin de poner en marcha el proceso de transformación
necesario e indispensable para establecer un nuevo paradigma adaptado a las
nuevas necesidades y a los nuevos tiempos; o dicho de otra manera, ha sido
diseñada para convertirse en el factor detonante de una gran transformación que
conduzca a un Nuevo Orden Mundial.
Lo que
quizás mucha gente no querrá aceptar es que la revolución o reacción masiva que
provocará como respuesta, también forma parte sustancial del plan.
Y ésta no es
una visión “paranoica” de la realidad, sino un punto de vista mucho más lógico
de lo que pueda parecer a primera vista.
Una Revolución Planificada
Si aceptamos
como cierta la premisa de que la crisis ha sido creada y pre-diseñada por una
élite financiera, entonces aceptaremos también que ésta élite dispone de los
recursos necesarios para provocar esa crisis cuándo y cómo le convenga.
Es decir,
van un paso por delante del resto de nosotros debido a que poseen información
privilegiada y una posición ventajosa.
Y por lo
tanto, si planifican de antemano el estallido de esta crisis, también pueden
estudiar anticipadamente cuáles serán los efectos que la crisis provocará: como
afectará a la economía de cada país, de cada corporación y cuál será la
respuesta de la población en cada región del planeta, teniendo en cuenta los
factores culturales y socioeconómicos de cada coyuntura específica.
Por su
posición, es de suponer que disponen de la información necesaria para aplicar
modelos predictivos con fines de ingeniería social.
Así pues, es
lógico pensar que si inician una maniobra que saben positivamente que provocará
una revuelta social, se prepararán adecuadamente para canalizar esa revuelta en
pos de sus mejores intereses y que no lo dejarán todo en manos de la improvisación
y la suerte.
Pensar lo
contrario sería ridículo. No seamos inocentes.
Al crear
esta crisis sabían perfectamente cuál sería la reacción de la población; sabían
perfectamente que llegaríamos a este punto de ebullición social y sabían
perfectamente cómo tenían que reconducir la situación.
Y reconducir
la situación significa adelantarse a los acontecimientos; crear anticipadamente
los movimientos clave que vehicularán la respuesta de la población y promover a
los líderes de tales movimientos, dotándoles de recursos que les ofrezcan una
posición de ventaja sobre los posibles líderes y movimientos que puedan
aparecer de forma espontánea.
El objetivo
es convertir los elementos controlados por ellos en los referentes que
arrastren a las masas, desplazando a los espontáneos a posiciones marginales.
Dicho de
otra manera: esos líderes deben conducir
al rebaño para que no se descontrole
A mucha
gente le puede parecer imposible gestionar maniobras tan complejas como la
creación de líderes y movimientos manipulados. Pensarán que eso implicaría a
demasiadas personas y que sería imposible mantenerlo en secreto.
Pero en
realidad no es tan difícil. Todo gira alrededor de una correcta gestión de la
información…
La Información Fragmentada
Como hemos
dicho otras veces, la clave del ejercicio del poder radica en la gestión de la
información de la que se dispone.
La
información es poder y mantener el monopolio de esa información significa
mantener el monopolio del poder.
Por esa
razón, en cualquier organización con estructura jerárquica, la información se
encuentra fragmentada y estratificada.
A medida que
ascendemos por los diferentes estratos de poder dentro de una estructura
jerarquizada, descubrimos que cada nivel superior posee informaciones que los
estratos inferiores desconocen por completo y que muchas veces, ni tan solo
pueden llegar a imaginar.
Cuando un
jefe da una orden a un subalterno, el subordinado está obligado a obedecer, sin
saber exactamente qué conlleva, en toda su magnitud, el cumplimiento de la
orden recibida. A su vez, ese jefe puede haber recibido la orden de un jefe
superior a él, sin saber tampoco qué conllevará tal acción en realidad.
Cada uno de
ellos puede recibir algún tipo de explicación o justificación de su inmediato
superior, pero ésta no tiene por qué ser la verdad completa…o puede ser
directamente una mentira.
El único que
tendrá una visión completa de las razones por las que el subordinado último
emprende tal o cual acción, será el jefe supremo, pues dispondrá del 100% de la
información al respecto y conocerá los objetivos últimos que se persiguen con
tal operación, así como las consecuencias generales que puede acarrear.
Comprendida
esta mecánica, es muy fácil deducir cómo podría llevarse a cabo una revolución
manipulada.
Y es que
para controlar el funcionamiento de todo un movimiento u organización, solo es
necesario controlar a sus dirigentes supremos y elegirlos cuidadosamente para
que representen un liderato fiable de cara a los demás.
Una vez
conseguido esto, el resto de componentes nunca sabrán que han sido manipulados.
Todo fracaso
en las iniciativas se achacará a las circunstancias adversas o a la actividad
del “enemigo común”.
Todos los
miembros del grupo creerán, orgullosos, que formaban parte activa de una gran
revolución, cada uno con su cargo, cada uno con su pequeña misión…cuando en
realidad trabajaban sin saberlo para abortarla…
Y lo que es
peor de todo: nunca querrán aceptarlo aunque lleguen a sospechar que eso ha
sido así…
El libre enfrentamiento entre facciones
He aquí uno
de los mecanismos derivados de la fragmentación de la información más
importantes y difíciles de asimilar.
Y es que uno
de los errores fundamentales que se cometen a la hora de exponer posibles
conspiraciones parte de una visión rígida de las dinámicas de poder.
Un punto de
vista rígido es creer, por ejemplo, que todas las personas involucradas en una
conspiración saben que están implicadas, precisamente, en una conspiración.
Algo que de
por sí resultaría absurdo e insostenible, pues significaría que un gran número
de personas son conocedoras de información secreta y por lo tanto, conllevaría
un elevado peligro de que se produjeran filtraciones e indiscreciones que
echaran al traste los planes.
Las cosas
funcionan precisamente al revés.
Por lógica,
ni los lugartenientes más fieles tienen por qué saber que forman parte de una
conspiración o una maniobra oculta.
Solo un
reducidísimo grupo de personas clave, repartidas por diferentes estratos de la
estructura, tienen una visión completa de lo que realmente acontece.
Pongamos un
ejemplo hipotético y bastante ilustrativo: Supongamos que una élite financiera
internacional en la sombra, pretende derribar el sistema actual y crear un
nuevo paradigma socio-económico y político más adecuado a las circunstancias
del progreso tecnológico y a sus propios intereses futuros.
Durante
años, ésta élite se ha aprovechado del sistema actual en beneficio propio, con
la colaboración necesaria de “lugartenientes” en los puestos de poder: líderes
políticos, gobernantes o grandes empresarios, que han ejercido de fieles
servidores de sus amos a cambio de pingües beneficios.
Pero llegado
un momento determinado, estas élites deciden que el sistema actual es
insostenible y planean un cambio radical: una revolución en la que un grupo de
nuevos líderes, controlados secretamente por ellos, sustituirán a sus antiguos
lugartenientes, con el fin de establecer el nuevo paradigma que ellos mismos
han planeado.
¿Tendría
alguna lógica que estas élites informaran a sus subalternos de sus auténticos
planes?
¿Sería
lógico que les confesaran a sus fieles lugartenientes que los líderes
opositores que tratan de arrebatarles el poder también están controlados por
ellos?
Si lo
hicieran, los antiguos lugartenientes sabrían que sus amos pretenden
sustituirlos por otros y sintiéndose traicionados, podrían dejar de colaborar e
incluso perjudicar gravemente sus planes.
Así pues,
revelar la verdad a los subordinados, no tendría ningún sentido desde un punto
de vista práctico. Resulta mucho más práctico permitir un enfrentamiento entre
facciones diferentes.
Como vemos,
estamos de nuevo ante un ejemplo de fragmentación práctica de la información.
Crear dos
facciones diferentes y enfrentadas de subalternos, cada una de ellas convencida
de recibir el apoyo de sus superiores, permite a la clase dirigente
garantizarse un amplio margen de maniobra que le permita reconducir la
situación según las circunstancias de cada momento.
Y no solo
eso: con ello se garantiza alcanzar la victoria gane quien gane, manteniendo
siempre su posición de privilegio.
De aquí
podemos deducir que los enfrentamientos, los conflictos y las guerras que
vemos, son auténticos. No se trata de ficciones teatralizadas. Los enemigos son
reales. Los odios son reales. Los contendientes luchan y mueren en una guerra
que para ellos es verídica, desconocedores de que los traidores y auténticos
enemigos, no son aquellos que están a su lado, sino los que están “arriba”.
Así es como
funcionan las cosas.
Y como
vemos, todo gira alrededor de la gestión efectiva de la información.
O mejor
dicho, de la gestión efectiva de la mentira…
Los
mecanismos básicos que acabamos de exponer, nos hacen pensar que probablemente
nos encontremos en el preludio de una revolución planeada previamente.
No tiene
ninguna lógica pensar que esta crisis ha sido planificada y a la vez cerrar los
ojos ante la posibilidad, más que plausible, de que la respuesta a la crisis no
haya sido también perfectamente trazada.
Y es que si
lo analizamos con detenimiento, la situación actual es realmente peligrosa para
los poderes que manejan el mundo.
Derribar un
sistema para instaurar uno nuevo, provocando con ello un punto de inflexión
social y económico, es algo muy arriesgado.
El principal
peligro que corren es el de provocar un despertar de la conciencia
generalizado, que lleve a una auténtica revolución en el interior de las
mentes.
Las crisis
sociales y económicas conducen a muchas personas a padecer profundas crisis
personales, crisis de creencias, crisis de convicciones y crisis de anhelos. De
repente, gran número de individuos se ven a sí mismos abriendo los ojos y
dejando de creer en muchas de las cosas que tenían asumidas como verdades
inamovibles.
Es entonces
cuando surge el despertar de la conciencia, la comprensión de lo que tiene
auténtico valor en la vida y lo que no lo tiene.
Cae la venda
que cubre los ojos y hace acto de presencia la auténtica realidad.
Ahí es
cuando el sistema está realmente en peligro.
Un grupo
demasiado elevado de personas abriendo sus conciencias puede desembocar en una
revolución que elimine para siempre las viejas estructuras mentales, y con
ellas, los pilares que realmente soportan el sistema.
Eso podría
representar el final de toda posición de autoridad y poder y el nacimiento de
un nuevo modelo de humanidad radicalmente diferente.
Es por esta
razón, que las élites centran tantos esfuerzos en crear líderes y movimientos
que reconduzcan la situación y vehiculen toda respuesta revolucionaria
dejándola circunscrita dentro del propio sistema.
Su objetivo
principal es provocar ruido y debates vacíos y enconados, centrados en
elementos circunstanciales a nivel social y político.
Con ello
consiguen que la energía y la atención se dispersen en aspectos meramente
externos; en corruptelas, pensiones y impuestos; en defensa y ataque a líderes
y movimientos; en siglas, proclamas electorales, discursos grandilocuentes y
propuestas de reforma de las leyes…
Sistema,
Sistema, Sistema.
Esa es su
gran preocupación: que las miradas no vayan, jamás, más allá del propio
sistema…
Y si no lo
creéis, fijaos bien y observad a vuestro alrededor, sin prejuicios ideológicos
de ningún tipo.
Los líderes
que están surgiendo, todos y cada uno de ellos, actúan DENTRO del sistema y
PARA el sistema.
Sin excepción.
Con ellos no
llega una auténtica revolución, sino un simple sucedáneo basado en elementos
superficiales.
Esa es su
gran jugada.
Nos harán
creer que le han cortado la cabeza a la gran serpiente; pero en realidad solo
veremos como muda de piel.
Como
siempre…
GAZZETTA DEL
APOCALIPSIS
Nota del autor: No saquéis conclusiones apresuradas sobre
quién o quiénes pueden ser los líderes mencionados en este artículo. En el
presente escrito no hablamos de nadie en concreto ni apuntamos en ninguna
dirección. En todo caso lo haremos en próximos posts…
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