16.7.14

El pueblo debe cambiar de paradigma buscando otro modelo político, donde las vergüenzas sean desterradas y triunfe la dignidad humana

MARCA ESPAÑA: La Vergüenza de las Vergüenzas

La sociedad debe despertar, enterrar bajo tierra los signos de izquierda o derecha, de PP o del PSOE, de la Monarquía o la República y concentrarse en levantar un modelo que no sea pisoteado por políticos que sólo buscan el bienestar propio y conservar sus privilegios a toda costa caiga quien caiga. El pueblo debe cambiar de paradigma buscando otra ruta, otro modelo político, donde las vergüenzas sean desterradas y la dignidad humana triunfe también en la política.

La tan nombrada marca España que nuestros representantes políticos quieren mostrar al mundo disfrazada en un cuento de hadas, solo es creíble por mentes inmaduras, que quieren hacernos creer que todo va bien, que ellos nos van a sacar del abismo y que la recuperación y normalidad en España es cuestión de meses y que los tan famosos brotes verdes están inundando la vida de los españoles. 

Este es su mensaje a los ciudadanos que perplejos ven como la corrupción invade todos los estamentos públicos, donde concejales, alcaldes, políticos de diversos signos, diputados, empresarios, miembros de la Casa Real se encuentran imputados sin que la justicia se pronuncie en largas investigaciones judiciales que dejan de ser noticia ante la aparición de nuevos casos, sin que dimitan de sus cargos, cobrando cantidades enormes de dinero público y donde encima, muchos eurodiputados no pagaban ni un solo euro por sus fondos de pensiones privados que era gestionado por una Sicav con sede en Luxemburgo. Por cada euro aportado, el europarlamentario recibía dos de dinero público en su fondo, llegando incluso según ‘Infolibre’, algunos de los representantes europeos a emplear la partida destinada a gastos de material, oficina o informática para alimentar su fondo de pensiones privado.


Y esto sólo es por desgracia la punta del iceberg, donde en esta España marcada por la corrupción en su sistema que todos creíamos que era democrático, está sacando los trapos sucios de numerosas “personalidades” que han visto en el sistema caduco político actual, un campo de cultivo para sus intereses utilizando dinero público y amparándose en una constitución caduca que esta siendo utilizada también para sus intereses, en lugar de cumplir con su artículo primero donde la soberanía de un país reside en el pueblo.

Existe en España 10.000 aforados, personas que por desempeñar un cargo público, están protegidos judicialmente. Es una vergüenza y un atentado contra las libertades de los ciudadanos ya que nuevamente se incumple el artículo primero de la constitución que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. 

Constitución caduca que sin embargo no está siendo cumplida por los políticos que nos gobiernan. Ellos solo blindan sus intereses, cuando deberían blindar los derechos de los ciudadanos, la sanidad, la libertad, la educación, la protección de nuestros mayores... y un sin fin de derechos que están siendo sistemáticamente violados por parte de la justicia y las decisiones políticas a base de Decretos que promulgan en contra de la mayoría de los partidos representantes del Congreso.

Por parte de muchos políticos y personas destacables de nuestra sociedad, se les quema la boca de anunciar que la marca España es importante para mostrar al mundo que estamos saliendo de una crisis que ellos mismos han originado. Sin embargo, la marca España es bien distinta de la que quieren hacernos creer, la marca España es la “marca de la pobreza y el desempleo”. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 26,6% de los españoles viven por debajo del umbral de la pobreza. Esto no lo dice ningún fundamentalista informativo para desgastar la actuación del gobierno, lo dice un organismo oficial que posee datos fiables y auténticos de nuestro país y en la que la mayoría de los políticos cierran los ojos y apartan su mirada ante esta realidad. 

Es la vergüenza de las vergüenzas, donde si no fuera porque existen personas voluntarias, bancos de alimentos, Cáritas, ONGs, Cruz roja, estaríamos ante una estampa típica de un país corrupto donde las Autoridades tienen a sus ciudadanos abandonados, mientras sus bolsillos están bien pagados, comen en restaurantes caros, despilfarran el dinero público y dicen encima que todo va bien. Debería ser las Instituciones Públicas las que se hicieran cargo de los españoles en riesgo de exclusión, que es como se llama ahora a los pobres para enmascarar la pobreza. Tres millones de personas no tienen acceso diario a la alimentación básica. Esto es muy grave en un país democrático.

La Defensora del Pueblo Soledad Becerril ha pedido que se abran los comedores de los colegios en verano para garantizar que los niños españoles “todos”, puedan comer. Sin embargo muchas Comunidades entre ellas las de Madrid, hacen oídos sordos y como alternativa simulada, informan que llevara comida a los hogares necesitados que lo pidan. ¿Qué requisito les van a poner? ¿Tanto cuesta abrir algunos comedores para las necesidades de los ciudadanos que se encuentran bajo el umbral de la pobreza como nos ha advertido el INE? 

¿Donde están los bancos a los que hemos rescatado y que continúan con sus grandes beneficios y acoso al pueblo?. Y mientras los corruptos, los imputados por centenares, continúan en sus cargos de privilegio, continúan las jubilaciones millonarias, continúan las puertas giratorias donde representantes públicos pasan a ocupar importantes cargos de empresas privadas... esta sigue siendo la España de la escopeta nacional, la España de la dictadura enmascarada con una democracia que sólo se aplica a las grandes fortunas, empresarios que han conseguido reformas laborables contra los trabajadores, políticos que deambulan bajo la dictadura de sus órganos ejecutivos, del despilfarro del dinero público empleado en megaproyectos que han caído sin que tengan que dar cuenta amparados por la constitución por su derroche y mala gestión y una justicia que bajo el mando de los intereses del gobierno está aplicando sentencias injustas a ciudadanos y condenando el derecho de manifestación que ampara la constitución. Pero la vergüenza de las vergüenzas en esta marca España continúa.

Más de dos millones trescientos mil niños (27,5%) viven en riesgo de pobreza, en nuestro país. El fracaso escolar es de un 23% y el abandono llega al 23,5% la mas alta de la Unión Europea. El número de hogares con niños y todos los adultos desempleados se ha triplicado desde 2007 y ya se acerca al millón de hogares. Desde 2008, la inversión en becas y en ayudas a comedor se ha reducido en 45%, haciendo imposible reducir la desigualdad en el acceso a la de educación. España es el segundo país de la Unión Europea con menos capacidad para recortar la pobreza infantil, por detrás de Grecia. La inversión española de protección social infantil es muy inferior a la media europea. Los presupuestos públicos para la infancia se han reducido en un 14,6%. España destina solo un 1,4% del PIB a políticas de protección social. Y mientras, a pesar de todo ello, las grandes fortunas y nuevos ricos aumentan en nuestro país. ¿Cómo se pueden leer estos datos sobrecogedores ante unas declaraciones por parte de nuestros representantes políticos de que la marca España está siendo vendida en el extranjero?

Cualquier político con un mínimo de responsabilidad y de cualquier signo, ante la acumulación de estos datos y muchos más que no podemos abordar, deberían dimitir de sus cargos si tuvieran un mínimo de dignidad y vergüenza. Pero por desgracia, estos calificativos no parecen ser las banderas de nuestros representantes que actúan solo bajo los hilos del poder económico y que como marionetas, solo saben responder a golpe de hilo y trapo, cerrando los ojos ante la pobreza de un país al que se le ha quitado hasta sus derechos constitucionales por los mismos representantes del pueblo y que amparan sus desmanes a los votos recibidos y no a la realidad de un país que grita con fuerza ¡Basta ya!.

Cientos de manifestaciones se realizan mensualmente en nuestro país pidiendo derechos básicos y la vergüenza de las vergüenzas es que a pesar de estar amparados por la Constitución en el libre ejercicio de protesta y manifestación pacífica, a muchos se les ha tomado la filiación por parte de la policía que ha sido enviada como instrumento de represión y se les ha sancionado con cantidades exorbitantes mientras que los cientos de imputados por corrupción, campan a sus anchas por los juzgados de toda España.

Amnistía Internacional ha denunciado el aumento de multas y de denuncias falsas presentadas por parte de la Policía contra personas que participan en manifestaciones con la intención de "limitar las protestas pacíficas de los ciudadanos". En el informe "España: El derecho a protestar, amenazado", Amnistía documenta, tras entrevistarse con una treintena de manifestantes, casos de violaciones de derechos humanos cometidos supuestamente por miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, así como la falta de investigación de estos abusos. La organización considera que "el Gobierno está utilizando todos los medios posibles para limitar por ley el derecho a la libertad de expresión y a la protesta pacífica" y que "La Policía actúa con total impunidad, mientras que los manifestantes pacíficos y los líderes de los movimientos sociales sufren acoso constante y son estigmatizados, golpeados y, en ocasiones, detenidos para enfrentarse a cargos penales, encarcelamiento y multas".

Y por si fuera poco, otra de las vergüenzas de este país es que cada día se realizan 500 desahucios en todo el territorio nacional, expulsando de sus viviendas a familias enteras, a mayores, a enfermos, con presión policial y en ocasiones con represión sin control por parte de unas Fuerzas de Seguridad del Estado que deberían estar al servicio de los ciudadanos.

¿Esta es la marca España que nos caracteriza fuera de nuestras fronteras? Esta es la vergüenza de las vergüenzas, donde la dignidad política esta por los suelos y donde la Constitución, a pesar de estar obsoleta y necesitar una profunda reforma que blinde los derechos de los ciudadanos y no a los políticos, está siendo pisoteada por los mismos que la deberían defender en la Casa del Pueblo.

La sociedad debe despertar, enterrar bajo tierra los signos de izquierda o derecha, de PP o del PSOE, de la Monarquía o la República y concentrarse en levantar un modelo que no sea pisoteado por políticos que sólo buscan el bienestar propio y conservar sus privilegios a toda costa caiga quien caiga. El pueblo debe cambiar de paradigma buscando otra ruta, otro modelo político, donde las vergüenzas sean desterradas y la dignidad humana triunfe también en la política.


PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)


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