Para
comprender de forma sencilla, como es el proceso evolutivo del alma,
en el cual, el alma crece y evoluciona en su experiencia, a través
de las distintas densidades, tomando distintos cuerpos físicos, en
múltiples y distintas formas dentro de esos entornos de densidad
distinta.
Debemos
entender por densidad, la capacidad de concentración de energía en
un mismo cuerpo. Dentro de los distintos cuerpos en diferentes
densidades, desde un mineral que tiene el 100% de densidad, a
nosotros que tenemos aproximadamente un 80% o en cuerpos más
sutiles, que este porcentaje baja considerablemente, hasta
desaparecer para nuestros cinco sentidos.
La forma mas didáctica de comprender
esto, es tomando el ciclo del agua. El agua, cuando toma la forma del
hielo, estaría haciendo su encarnación mas densa, mas o menos lo
que somos nosotros ahora, posteriormente y gracias a la radiación
solar, el agua se transforma y pierde su cuerpo físico mas denso y
toma un cuerpo mas sutil, como es su forma liquida, con la que puede
fluir y vivir de distintas formas, en distintos entornos de
experiencia, posteriormente y gracias nuevamente a la radiación
solar, el agua se transforma nuevamente y toma un cuerpo aun mas
sutil, en forma de vapor, este cuerpo puede ser tomado como una de
sus formas físicas mas sutiles, aunque el agua puede tomar aun
formas mas sutiles, como la humedad.
El agua gracias a la acción solar, va
transformándose y evolucionando de un cuerpo muy denso cuando es
hielo, hasta uno muy sutil, cuando es vapor, o humedad en el
ambiente. Nosotros no somos muy distintos y aunque el proceso se nos
antoje más lento, al igual que el agua, debemos pasar por un proceso
para que se lleve a cabo nuestra transformación. Somos agua en un
porcentaje muy alto y en nosotros la radiación solar juega un papel
decisivo en este proceso, ya que nos alimentamos de su luz y la
necesitamos para alimentar nuestra propia luz.
El agua como nosotros, puede llegar a
pasarse miles de años congelada en un iceberg, puede pasarse el
mismo tiempo, fluyendo a través de ríos y canales, ser bebida o
estancarse en un charco, pero sabe que tarde o temprano volverá a su
cuerpo mas sutil y subirá al cielo a fundirse con su grupo (nube),
el cual volverá a descargar y encarnar de distintas formas cuando
mas falta haga y donde mas falta haga.
Nosotros como en el agua, somos
inmortales y eternos, da igual si vivimos congelados, si nos toca
pasar por cloacas y ensuciarnos con lo peor, tarde o temprano, como
le sucede al agua, nos transformamos, tomamos nuestra forma física
mas sutil y nos desprendemos de toda suciedad que pudiera hacernos
permanecer estancados, finalmente nos elevamos y esperamos en el
cielo, para descargar nuevamente nuestro amor, allí donde mas falta
haga.
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