12.7.17

No hay tal cosa como un gobierno organizado para el bien de la gente

¿QUIERE USTED UNA DESCRIPCIÓN DEL FUTURO?           

"Si usted quiere una descripción del futuro, imagine una bota estampándose en una cara humana, para siempre" (George Orwell, "1984").
    "La Internet nos está mirando ahora. Si ellos quieren. Ellos pueden ver qué sitios visita usted. En el futuro, la televisión nos mirará, y se personalizará de acuerdo a lo que ella sabe sobre nosotros. Lo escalofriante es que nos hará sentir que somos parte de dicho medio. Lo espeluznante es que perderemos nuestro derecho a la privacidad. Un anuncio publicitario aparecerá en el aire alrededor de nosotros, hablándonos directamente"  (Director Steven Spielberg, Minority Report).

     Hemos llegado, mucho antes de lo previsto, al futuro distópico inventado por escritores de ciencia-ficción como George Orwell, Aldous Huxley, Margaret Atwood y Philip K. Dick.

     Muy similarmente al Gran Hermano de Orwell en su novela "1984", el gobierno y sus espías corporativos ahora observan cada movimiento nuestro.

     Muy similarmente al Estupendo Nuevo Mundo (Brave New World) de Huxley, estamos produciendo crecientemente una sociedad de observadores a quienes "les han sido arrebatadas sus libertades, pero... más bien disfrutan de ello, porque ellos [son] distraídos de cualquier deseo de rebelarse por medio de la propaganda o del lavado de cerebro".


     Muy similarmente al Cuento de la Criada (The Handmaid’s Tale) de Atwood, al pueblo se le enseña ahora a "conocer su lugar y sus deberes, entender que ellos no tienen verdaderos derechos, pero serán protegidos hasta un punto en que si ellos se conforman y piensan muy pobremente de sí mismos, aceptarán su destino asignado y no se rebelarán ni escaparán".

     Y de acuerdo con la visión oscuramente profética de un distópico Estado policial de Philip K. Dick, visión que se convirtió en la base de la película de suspenso futurista Minority Report de Steven Spielberg que fue estrenada hace 15 años, estamos atrapados ahora en un mundo en el cual el gobierno todo lo ve, es omnisciente y todopoderoso, y si usted se atreve a salirse de la línea, equipos policiales SWAT con trajes oscuros y unidades de pre-crimen fracturarán unos cuantos cráneos para mantener al pueblo bajo control.

     Minority Report está ambientado en el año 2054, pero podría haber ocurrido perfectamente en 2017.

     Aparentemente tomando su incentivo de la ciencia-ficción, la tecnología se ha movido tan rápido en el breve tiempo desde que Minority Report fue exhibida por primera vez en 2002, que lo que una vez pareció futurista ya no pertenece al reino de la ciencia-ficción.

     Increíblemente, a medida que las diversas tecnologías nacientes empleadas y compartidas por el gobierno y las corporaciones por igual —reconocimiento facial, exploradores del iris, masivas bases de datos, software de predicción del comportamiento, etcétera— son incorporadas en una compleja y entretejida ciber-red destinada a rastrear nuestros movimientos, predecir nuestros pensamientos y controlar nuestra conducta, la atemorizante visión del futuro de Spielberg está rápidamente convirtiéndose en nuestra realidad.

     Ambos mundos —nuestra realidad actual y la visión del futuro del celuloide de Spielberg— se caracterizan por una vigilancia generalizada, tecnologías de predicción de la conducta, minería de datos (data mining), fusion centers [centros de Inteligencia e información], automóviles sin conductor, casas controladas por la voz, sistemas de reconocimiento facial, cybugs [insectos cibernéticos] y drones, y vigilancia predictiva (pre-crimen) todo orientado a la captura de potenciales criminales antes de que ellos puedan hacer algún daño.

     Las cámaras de vigilancia están por todas partes. Los agentes del gobierno escuchan nuestras llamadas telefónicas y leen nuestros correos electrónicos. La "corrección política", una filosofía que desalienta la diversidad, se ha convertido en un principio director de la sociedad moderna.

     Los tribunales han triturado las protecciones de la Cuarta Enmienda contra allanamientos y confiscaciones irrazonables. De hecho, equipos SWAT que derriban puertas a golpes sin una orden de registro y agentes de la Brigada de Investigación Criminal (FBI) que actúan como una policía secreta que investiga a ciudadanos discrepantes, son acontecimientos comunes en el Estados Unidos contemporáneo.

     Estamos gobernados cada vez más por multi-corporaciones casadas con el Estado policial. Gran parte de la población está enganchada a drogas ilegales o prescritas por médicos. Y la privacidad y la integridad corporal han sido completamente dejadas de lado por una opinión prevaleciente de que los estadounidenses no tienen derechos sobre lo que le sucede a sus cuerpos durante un encuentro con funcionarios del gobierno, a los que se les permite buscar, agarrar, desnudar, palpar, explorar, curiosear, examinar, electrocutar y detener a cualquier individuo en cualquier momento y por la provocación más leve.

     Todo esto ha ocurrido con sólo algunos gimoteos de un despistado pueblo estadounidense en gran parte compuesto por gente que no lee nada y zombies de  Internet y de la televisión. Pero hemos sido advertidos acerca de un futuro tan siniestro en novelas y películas durante años.

     Las siguientes 15 películas pueden ser la mejor representación de lo que ahora enfrentamos como sociedad:

 Fahrenheit 451 (1966). Adaptada de la novela de Ray Bradbury y dirigida por François Truffaut, esta película describe una sociedad futurista en la cual los libros están prohibidos, e irónicamente se llama a los bomberos para quemar libros de contrabando, siendo 451º Fahrenheit [232º Celsius] la temperatura a la cual los libros se queman. Montag es un bombero que desarrolla una conciencia y comienza a cuestionar su trabajo de quemar libros. Esta película es una metáfora adecuada para nuestra sociedad  políticamente correcta de manera obsesiva donde prácticamente cada uno ahora censura de antemano el discurso. Aquí, un pueblo lavado de cerebro adicto a la televisión y las drogas hacen poco para resistir a los opresores gubernamentales.

 2001: Una Odisea Espacial (2001: A Space Odyssey, 1968). El argumento de la obra maestra de Stanley Kubrick, basado en un cuento de Arthur C. Clarke, gira alrededor de un viaje espacial a Júpiter. Los astronautas pronto se dan cuenta, sin embargo, de que la nave totalmente automatizada es orquestada por un sistema computacional conocido como HAL 9000, que se ha convertido en un ser de pensamiento autónomo que incluso asesinará para retener el control. La idea es que, en algún punto en la evolución humana, la tecnología en la forma de una inteligencia artificial llegará a ser autónoma y que los seres humanos se convertirán en meros anexos de la tecnología. De hecho, actualmente estamos viendo este desarrollo con bases de datos masivas generadas y controladas por el gobierno que son administradas por agencias sigilosas tales como la Agencia de Seguridad Nacional(NSA) que barre todos los sitios web y otros dispositivos de datos recolectando información de ciudadanos promedio. Estamos siendo vigilados desde la cuna a la sepultura.

 El Planeta de los Simios (Planet of the Apes, 1968). Basada en la novela de Pierre Boulle, los astronautas se estrellan en un planeta donde los monos son los amos y los humanos son tratados como bestias y esclavos. Huyendo de gorilas a caballo, el astronauta Taylor es baleado en la garganta, capturado y alojado en una jaula. Desde allí, Taylor comienza un viaje donde la verdad revelada es que el planeta fue controlado una vez por humanos tecnológicamente avanzados que destruyeron la civilización. El difícil y largo viaje de Taylor a la siniestra Zona Prohibida revela el hecho sorprendente de que él había estado en el planeta Tierra desde el principio. Experimentando un ataque de rabia por lo que él ve en la escena final, Taylor grita: "Finalmente nosotros realmente lo hicimos. ¡Ustedes, maníacos! ¡Ustedes lo hicieron volar en pedazos! Malditos sean". La lección es obvia aquí, pero ¿escucharemos? El guión, aunque vuelto a escribir, fue originalmente redactado por Rod Serling y tiene un final como los de la serie La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone) de Serling.

 THX 1138 (1970). El debut de George Lucas como director, se trata de una sombría visión de una sociedad deshumanizada y totalmente controlada por un Estado policial. A la gente se le administran drogas a la fuerza para mantenerlos pasivos, y ellos ya no tienen nombres sino sólo combinaciones de letras y números, como THX 1138. Cualquier ciudadano que se sale de la línea es rápidamente llevado a la docilidad por una policía robótica equipada con "aguijones de dolor", bastones de electrochoque. ¿Se parece a los tasers? [inmovilizadores eléctricos de personas].

 La Naranja Mecánica (A Clockwork Orange, 1971). El director Stanley Kubrick presenta un futuro gobernado por sádicas pandillas punk y un gobierno caótico que reprime a sus ciudadanos esporádicamente. Alex es un punk violento que se encuentra entre las ruedas aplastantes y moledoras de la injusticia. Esta película puede retratar exactamente el futuro de la sociedad occidental que detiene su funcionamiento cuando disminuyen los suministros de petróleo, se incrementa la crisis medioambiental, gobierna el caos, y la única cosa que queda es la fuerza bruta.

 Soylent Green (1973). Ambientada en una futurista y sobrepoblada ciudad de Nueva York, la gente depende de alimentos sintéticos fabricados por la Corporación Soylent. Un policía que investiga un asesinato descubre la espantosa verdad acerca de qué está hecho realmente el soylent verde [un nuevo alimento producido por Soylent]. El tema es el caos donde el mundo es gobernado por despiadadas corporaciones cuyo único objetivo es la avaricia y la ganancia. ¿Le suena familiar?.

 Blade Runner (1982). En Los Ángeles del siglo XXI, un policía cansado de la vida rastrea a un puñado de "replicantes" renegados (esclavos humanos producidos sintéticamente). La vida es dominada entonces por mega-corporaciones, y la gente camina como sonámbula a lo largo de calles empapadas por la lluvia. Éste es un mundo donde la vida humana es barata, y donde cualquiera puede ser exterminado a voluntad por los policías (o blade runners). Basada en una novela de Philip K. Dick, esta intensa película de Ridley Scott cuestiona lo que se piensa que es humano en un mundo inhumano.

 1984 (Nineteen Eighty-Four, 1984). La mejor adaptación del oscuro cuento de Orwell, esta película visualiza la pérdida total de la libertad en un mundo dominado por la tecnología y su mal uso, y la aplastante inhumanidad de un Estado omnisciente. El gobierno controla a las masas controlando sus pensamientos, alterando la Historia y cambiando el sentido de las palabras. Winston Smith es un escéptico que se vuelca a la auto-expresión por medio de su diario y luego comienza a cuestionar el comportamiento y los métodos del Gran Hermano antes de ser reeducado de la manera más brutal.

 Brasil (Brazil, 1985). Compartiendo una visión similar del futuro próximo con "1984" y la novela El Proceso de Franz Kafka, éste es posiblemente el mejor trabajo del director Terry Gilliam, repleto de una combinación de la realidad fantástica y la lúgubre. Aquí, un desdichado oficinista dominado por su madre, se refugia en sus vuelos de la fantasía para escapar de la monotonía ordinaria de la vida. Atrapado dentro de los caóticos tentáculos de un Estado policial, la añoranza de tiempos más inocentes y libres está detrás de la brutal superficie de esta película.

 Viven (They Live, 1988). La extraña película de ciencia-ficción de acción y sátira social supone un futuro que ya ha llegado. John Nada es una persona sin hogar que tropieza con un movimiento de resistencia y encuentra un par de lentes de Sol que le permiten ver el verdadero mundo que está en torno suyo. Lo que él descubre es un mundo controlado por seres siniestros que bombardean a los ciudadanos con mensajes subconscientes, como "obedece" y "confórmate". El director John Carpenter logra establecer un punto político efectivo sobre la clase baja, es decir, todos excepto aquellos que están en el poder. El punto: nosotros, los prisioneros de nuestros dispositivos, estamos demasiado ocupados tragando las trivialidades del entretenimiento emitidas en nuestros cerebros y atacándonos unos a otros hasta que comienza un movimiento de resistencia eficaz.

 La Matriz (The Matrix, 1999). La historia se centra en un programador de computación, Thomas A. Anderson, en secreto un hacker conocido por el alias de "Neo", que comienza una búsqueda implacable para aprender el sentido de "La Matriz", referencias crípticas que aparecen en su computador. La búsqueda de Neo lo conduce a Morfeo, el cual revela la verdad de que la realidad presente no es lo que parece y de que Anderson realmente está viviendo en el futuro, en 2199. La Humanidad está en guerra contra la tecnología que ha tomado la forma de seres inteligentes, y Neo realmente está viviendo en la Matriz, un mundo ilusorio, que parece estar ambientado en el presente, destinado a mantener dócil a la gente y bajo control. Neo pronto se une a Morfeo y sus cohortes en una rebelión contra las máquinas que usan las tácticas de los equipos SWAT para mantener las cosas bajo control.

 El Informe de Minoría (Minority Report, 2002). Basada en un cuento de Philip K. Dick y dirigida por Steven Spielberg, la ambientación es en el año 2054 donde Pre-Crimen, una unidad especializada de la policía, detiene a criminales antes de que ellos puedan cometer un delito. El capitán Anderton es el jefe del Departamento de Pre-Crimen de Washington DC que usa visiones del futuro generadas por "pre-cogs" (humanos mutados con capacidades precognitivas) para detener los asesinatos. Pronto Anderton se convierte en el foco de una investigación cuando los precogs predicen que él cometerá un asesinato. Pero el sistema puede ser manipulado. Esta película plantea la cuestión del peligro de la tecnología que funciona de manera autónoma, lo que sucederá finalmente si es que no ha ocurrido ya. Para un martillo, todo el mundo le parece un clavo. Del mismo modo, para un computador del Estado policial, todos nosotros parecemos sospechosos. De hecho, dentro de poco, podemos ser meras extensiones o anexos del Estado policial, todos sospechosos en un mundo usurpado por máquinas.

 V de Venganza (V for Vendetta. 2006). Esta película describe una sociedad gobernada por un gobierno corrupto y totalitario donde todo es manejado por una abusiva policía secreta. Un vigilante llamado V se pone una máscara y conduce una rebelión contra el Estado. El subtexto aquí es que los regímenes autoritarios por medio de la represión crean a sus propios enemigos —es decir, terroristas— forzando a agentes gubernamentales y a terroristas a un repetido ciclo de violencia. ¿Y quién está atrapado en el medio? Los ciudadanos, por supuesto. Esta película tiene seguidores que la consideran como un culto entre diversos grupos políticos subterráneos, como Anonymus, cuyos miembros llevan puesta la misma máscara de Guy Fawkes que es usada por V.

 Hijos de los Hombres (Children of Men, 2006). Esta película retrata un mundo futurista sin esperanza, ya que la especie humana ha perdido su capacidad de procrear. La civilización ha descendido al caos y es mantenida unida por un Estado militar y un gobierno que intenta mantener su control totalitario sobre la población. La mayor parte de los gobiernos han colapsado, quedando Gran Bretaña como una de las pocas sociedades intactas restantes. Por consiguiente, millones de refugiados buscan asilo sólo para ser acorralados y detenidos por la policía. El suicidio es una opción viable, ya que una droga para suicidarse llamada Quietus es promovida en vallas publicitarias y por la televisión y los periódicos. Pero la esperanza por un nuevo día llega cuando una mujer queda inexplicablemente embarazada.

 La Tierra de los Ciegos (Land of the Blind, 2006). Esta oscura sátira política está basada en varios incidentes históricos en los cuales gobernantes tiránicos fueron derrocados por nuevos líderes que demostraron ser tan malos como sus predecesores. Maximilian II es un gobernante fascista demente de una aproblemada tierra llamada Everycountry que tiene dos intereses principales: atormentar a sus subalternos y manejar la industria cinematográfica de su país. Los ciudadanos que son percibidos como cuestionadores del Estado son enviados a "campos de reeducación" donde el concepto de la realidad que promueve el Estado es machacado en sus cabezas. Joe, un carcelero, es emocionalmente conmovido por el prisionero y famoso escritor Thorne, y finalmente se une a un golpe para remover al sádico Maximilian, sustituyéndolo por Thorne. Pero pronto Joe se encuentra puesto en la mira por el nuevo gobierno.

     Todas estas películas —y los escritores que las inspiraron— entendieron que muchos estadounidenses, atrapados en sus Estados partidistas, patrioteros y zombificados, están todavía luchando para aceptar que no hay tal cosa como un gobierno organizado para el bien de la gente. Incluso las mejores intenciones entre aquellos que están en el gobierno inevitablemente ceden el paso al deseo de mantener el poder y el control a toda costa.

     Finalmente, como señalo en mi libro Battlefield America: The War on the American People, incluso las sonámbulas masas (que están convencidas de que todas las cosas malas que suceden en el Estado policial —las balaceras policiales, las palizas policiales, los allanamientos, los registros en las carreteras que incluyen el desnudamiento— le pasan a otra gente) tendrán que despertarse.

     Tarde o temprano, las cosas que le suceden a otras personas comenzarán a pasarnos a nosotros y a nuestros seres queridos.

     Cuando aquella dolorosa realidad haga su ingreso, golpeará con la fuerza de un equipo SWAT irrumpiendo por vuestra puerta, con una pistola taser dirigida a vuestro estómago, y un arma apuntando a vuestra cabeza. Y no habrá ningún canal para cambiar, ninguna realidad para alterar, y ninguna farsa fabricada tras la cual esconderse.

     Como advirtió George Orwell, "Si usted quiere una descripción del futuro, imagine una bota estampándose en una cara humana, para siempre".–

por John W. Whitehead
3 de Julio de 2017

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