25.9.17

Muchas de las cosas que damos por sentado no sean realmente así

NADIE VA A ESCUCHARTE. A NADIE LE IMPORTAS…


En uno de los primeros capítulos de House of Cards, un mendigo protesta frente al capitolio desnudándose. El congresista Frank Underwood (Kevin Spacey) se acerca a él y le dice: “Nadie va a escucharte… a nadie le importas”. Esta declaración es, en realidad, un símbolo y una metáfora al mismo tiempo. “¿Quién eres?”, es decir “qué lugar ocupas en la sociedad para que alguien te preste atención”; si estás abajo… a nadie le importas. Lo interesante es que este concepto nos cabe a casi todos nosotros.

Algunos ilusos todavía creen que todos somos iguales ante la ley, a los ojos de Dios, ante la constitución… no es así. Si caes en un proceso legal y no eres nadie, probablemente te apliquen la máxima de la ley, por el contrario, “si eres alguien”, aparecerá su mano protectora.

Cuantos pobres gatos están purgando largas penas en prisión siendo inocentes, cuántas mujeres divorciadas de hombres notables o “importantes” se han encontrado arruinadas de por vida por un sistema que “espía a través de la venda”.

Pero, sobre todo, cuánta justicia violada en manos del poder…

¿Cómo surge esto, en un sistema que pretende ser igualitario?
Tal vez la cuestión comenzó con los dioses gobernantes, estos que por alguna razón -seguramente el gozo que otorga el poder – se arrogaron el gobierno de la Tierra y la adoración de sus habitantes.

Lo más lejano que encontramos son los dioses sumerios, unos 5.000 años antes de Cristo y sus relatos transcritos en la Biblia como originales.

En Genesis 2 dice: Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.


Se aseguró Dios de que el hombre no fuera como “ellos”: sabio e inmortal. No pudo evitar lo primero, porque le fue robado, pero se aseguró de que viviera sólo unos pocos años.
Los dioses siempre tuvieron hijos inmortales y poderosos como ellos; ¿por qué éste puso tanto empeño en que fuéramos diferentes?

Porque, desde el principio, a nadie le importaba.

Ellos generaron sus castas de sangre azul. En los libros sagrados de la India, la advertencia de no mezclar las castas es clara, en Occidente las líneas de sangre real se mantienen aún a costa de matrimonios pactados y entre familiares.

Hay 13 linajes originales. Sin embargo, hay muchas otras líneas que derivan de éstos, al igual que los ríos de los océanos (Dialogo con un supuesto Iluminatti)

La misión de los verdaderos gobernantes de la Tierra es cumplir el mandato de su Dios, el cual no es necesariamente ninguno de los dioses adorados por la plebe; pero, principalmente, se sirven a sí mismos y a sus propios intereses.

El interés mayor no es el dinero como muchos creen, el verdadero valor que se juega es el PODER; y este llega a su cúspide en relación proporcional a la cantidad de almas que cosecha.

Las almas se alinean por “libre albedrío” de acuerdo a su misma intención: servirse a si mismo es un extremo, servir a los demás es el otro, ambos, negativo y positivo respectivamente, preparan al alma para ser cosechada.

Toda la Creación parte de un principio universal impersonal e increado, fuente de todo, absoluto, infinito e inteligente.

A partir de allí, todo se da en espirales descendentes por división del principio universal que se convierte en el Sol Central y de allí en soles secundarios que pueden experimentarse a sí mismos como creadores.

Estos diseñarán sus propias realidades físicas y estos elementos en bruto se combinarán para dar las diferentes realidades.

Por ejemplo, nuestra realidad fue creada por Yahvé quien es auxiliado por Lucifer que son un grupo de almas o una determinada conciencia colectiva, con el fin de crear la polaridad necesaria para la evolución de las almas.

Yahvé, de alguna forma, representa nuestra propia personalidad divina, es decir, es el Ego de la humanidad en conjunto (para verlo claramente, todos sus atributos descritos en la Biblia son típicamente humanos)

La humanidad, así, se divide, por libre albedrío hacia alguna de las polaridades o permanece neutra.

La cosecha se dará, entonces, según la característica adquirida por cada uno.

Obviamente, la clase que se ocupa del verdadero gobierno de la humanidad considera que lo hace por mandato de su Dios y muchos de ellos provienen de logos solares diferentes. Es decir, que no hay una familia sino varias y no todas, necesariamente, gobiernan. Lamento no poder ser más claro al respecto.

Esto hace que muchas de las cosas que damos por sentado no sean realmente así. Por ejemplo, consideramos que nosotros somos los habitantes naturales de la Tierra y que los reptilianos son extra-terrestres. La verdad puede ser diferente si sólo tomamos en cuenta que los reptiles estuvieron aquí antes que los mamíferos y que son ellos, los originales habitantes de la tierra.

El origen de cada uno de nosotros puede ser, entonces, tan variado como opciones hay.


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