SOLEDAD,
AISLAMIENTO SOCIAL Y SENTIDO DE VIDA
¡Es
paradójico que las cifras de sobrepoblación y aislamiento social se
eleven paralelamente!
En un mundo de ciudades sobre pobladas, encontramos cada vez más
personas que se deprimen, se enferman físicamente, se neurotizan por
su estado de aislamiento. Con miedo de buscar a otros, de "molestar",
con apatía para organizar o proponer actividades de convivencia;
ensimismadas, conectadas solamente a sus gadgets, al televisor y
totalmente desconectadas de los demás.
¡No
cabe duda de que algo que da un gran sentido a la vida es el
encuentro humano! La persona puede carecer de bienes materiales, de
lujos, de trabajo, ¡de salud incluso!, ¡si tiene vínculos
afectivos estrechos, su vida no carece de sentido!
Vemos
por el contrario, que muchas personas que tienen todas las
comodidades materiales, carecen de relaciones afectivas que den calor
a su vida. Pasan demasiado tiempo solas porque no cultivaron
relaciones valiosas.
Tener
momentos de soledad es nutritivo, sabroso, indispensable para poder
interiorizar, para estar con uno mismo. Muy distinto es el
aislamiento.
El
New
York Times presentó
recientemente este artículo que me parece digno de reflexión. ¡Urge
encontrar caminos de encuentro! Aquí te lo comparto.
El
aislamiento social nos está matando
Mi
paciente y yo sabíamos que él se estaba muriendo. No
era el tipo de agonía que se prolonga durante meses o años. Moriría
hoy, tal vez mañana. Si no mañana, entonces pasado mañana. ¿Quería
que me comunicara con alguien? ¿Había alguien a quien quisiera ver?
Nadie,
me dijo. No tenía familia inmediata. Tampoco amigos cercanos. Quizá
tenía una sobrina en el sur, pero no habían hablado en años. Para
mí, la tristeza de su muerte solo era superada por lo triste de su
soledad. Me pregunté
si su soledad era una de las causas de su muerte prematura y no únicamente
una circunstancia desafortunada.
Todos
los días soy testigo de variaciones del principio y el final de la
vida: un joven a quien abandonan sus amigos mientras lucha contra su
adicción a los opioides; una viejita que sobrevive con té, pan
tostado y vive en medio de la suciedad, pues ya no es capaz de
limpiar su abarrotado apartamento. En esos momentos, parece que lo
único peor que padecer una enfermedad grave es hacerlo en soledad.
El
aislamiento social se está convirtiendo en una epidemia: cada vez sereconocen
más sus nefastas consecuencias a nivel físico, mental y emocional.
Desde los años ochenta, el porcentaje de estadounidenses adultos que
dicen estar solos se ha duplicado de 20 a 40 por ciento.
Hoy,
cerca de un tercio de los estadounidenses mayores de 65 años viven
solos,así
como la mitad de aquellos mayores de 85. Es más probable que las
personascon
problemas de salud (en especial aquellos con trastornos como ansiedad
ydepresión)
se sientan solos. Es menos probable que quienes carecen de estudios
universitarios
cuenten con alguien para hablar de asuntos personales importantes.
Varias
investigaciones nuevas sugieren que estar socialmente aislados es
malopara
nosotros. Las personas con menos conexiones sociales presentan
patrones de sueño discontinuos, alteraciones del sistema
inmunitario, más inflamación y niveles más altos de las hormonas
relacionadas con el estrés. Un estudio reciente reveló que el
aislamiento aumenta el riesgo de cardiopatías en un 29 por ciento y
de infarto en un 32 por ciento.
En
otro análisis que agrupó datos de 70 estudios y 3,4 millones de
personas, se halló que las personas socialmente aisladas tenían un
riesgo mayor —un 30 por ciento más — de morir en los siguientes
siete años, y que este efecto aumentaba en aquellos de mediana edad.
La
soledad puede acelerar el declive cognitivo en los adultos mayores, y
las personas aisladas tienen el doble de probabilidades de morir
prematuramente que aquellos con interacciones sociales más sólidas.
Estos efectos comienzan a una edad temprana: los niños socialmente
aislados tienen una salud significativamente peor 20 años más
tarde, incluso después de haber controlado otros factores. En suma,
la soledad es un factor de riesgo de muerte prematura tan importante
como la obesidad y el tabaquismo.
La
evidencia del aislamiento social es clara. Qué hacer al respecto no
lo es tanto.
La
soledad es un problema en especial engañoso porque aceptar y hablar
de nuestra soledad conlleva una profunda estigmatización. Admitir
que estamos solos puede sentirse como aceptar que hemos fallado en
los terrenos fundamentales de la vida: la pertenencia, el amor, el
apego. Va en contra del instinto básico de mantener nuestra
reputación, y hace que pedir ayuda sea difícil.
Veo
esto muy claramente en la época de las fiestas, cuando atiendo a
pacienteshospitalizados,
algunos conectados a mangueras intravenosas en cuartos estériles,
sin amigos ni familiares, y su soledad amplificada por alegres
películas navideñas que pueden verse en las televisiones montadas
en las paredes. Además, hospitalizada o no, mucha gente dice
sentirse más sola, más deprimida y menos satisfecha con su vida
durante la temporada de fiestas de diciembre.
Las
nuevas investigaciones sugieren que la soledad no es necesariamente
elresultado
de falta de habilidades sociales o de apoyo social, sino que puede
sercausada
en parte por una sensibilidad particular respecto de las señales
sociales. Las personas solitarias son más propensas a percibir las
señales sociales ambiguas de manera negativa, y entran a un estado
mental de autoconservaciónque
empeora el problema. Así, la soledad puede ser contagiosa: cuando
una persona se vuelve solitaria, se aleja de su círculo social y
provoca que otros hagan lo mismo.
John
Cacioppo, profesor de psicología en la Universidad de Chicago, ha
probadodistintos
enfoques para tratar la soledad. Su trabajo revela que las
intervenciones más eficaces se enfocan en abordar la "cognición
de la inadaptación social"; esto es, en ayudar a las personas a
revisar cómo interactúan con los otros y cómo perciben las señales
sociales. Está trabajando con el ejército de Estados Unidos para
indagar la manera en que la capacitación en cognición social puede
ayudar a los soldados a sentirse menos aislados mientras están en
misión y después de regresar a casa.
La
soledad de los adultos mayores tiene otros orígenes, a menudo
derivados de que los miembros de la familia se mudan lejos y los
amigos cercanos mueren. Como dijo un anciano: "Tu mundo muere
antes que tú".
Idealmente,
según los expertos, los vecindarios y las comunidades deberían
cuidar a esos adultos mayores y tomar medidas para reducir su
aislamiento social. Asegurarse de que cuentan con fácil acceso al
transporte a través de pases de descuento para autobuses o servicios
especiales de transporte puede ayudarlos a mantenerse socialmente
conectados.
Se
debería animar a la gente mayor muy religiosa a continuar asistiendo
de manera regular a los servicios, pues podría beneficiarse de un
sentido de espiritualidad y comunidad, así como de la mirada
vigilante de otros feligreses. Quienes sean capaces de cuidar a un
animal podrían disfrutar de la compañía de una mascota. Los seres
queridos que vivan lejos de un padre o abuelo podrían pedir a un
vecino que vaya a visitarlo regularmente.
También
están surgiendo programas más estructurados. Paul Tang, de la
Fundación Médica de Palo Alto, comenzó un programa llamado
linkAges, un servicio intergeneracional de intercambio de servicios
inspirado en la idea de que todos tenemos algo que ofrecer.
El
programa permite que sus miembros publiquen en línea para qué
quieren ayuda: lecciones de guitarra, un compañero de Scrabble, que
los lleven al consultorio del doctor. Otros pueden ofrecer
voluntariamente su tiempo y habilidades para satisfacer esas
necesidades y "reservar" horas para cuando ellos necesiten
algo.
"En
Estados Unidos casi necesitas una excusa para tocar la puerta del
vecino", me dijo Tang. "Queremos eliminar esas barreras".
Por
ejemplo, una estudiante universitaria podría ver un post de un
anciano quenecesita
ayuda con su jardín. Lo ayuda a plantar una fila de flores y
"reserva" doshoras
al hacerlo. Unos meses después, cuando ella quiere cocinar comida
malayapara
su novio, un chef retirado viene a darle lecciones de cocina.
"No
necesitas un compañero de juegos a diario", dice Tang. "Pero
saber que eres
un miembro de la sociedad valorado y cooperativo te reafirma
increíblemente".
Ahora
el programa tiene cientos de miembros en California y hay planes para expandirlo
a otras zonas del país."Quienes
pertenecemos a la comunidad médica debemos preguntarnos: ¿Estamos
controlando la presión arterial o mejorando la salud y el
bienestar?", señaló Tang."Creo
que para hacer lo primero tienes que hacer lo último".
Una
gran paradoja de nuestra era digital interconectada es que, al
parecer, nos estamos
alejando. Sin embargo, las investigaciones confirman nuestra más
profunda intuición: la
conexión humana está en el centro del bienestar humano.Depende
de todos nosotros (médicos, pacientes, vecinos y comunidad) mantener
los vínculos ahí donde se están desdibujando, y crear nuevos donde
nunca han existido.
Comentario:
Una
de las cosas que más hemos perdido en los últimos tiempos es el
sentido de comunidad. Realmente resulta triste pensar en los
ancianos, particularmente, que terminan sus vidas solos,
prácticamente abandonados a las instituciones que lucran de la vejez
(y donde esta sociedad que solamente aprecia lo joven y lo nuevo no
necesita verlos y enfrentar la realidad de que todos envejecemos). En
otros tiempos, los ancianos siempre fueron respetados y cuidados por
la comunidad.
Ahora
bien, este es un factor importante: la comunidad. Para cualquier
núcleo familiar aislado probablemente es más difícil atender a los
niños y a los ancianos por sí solos, por eso, en sociedades
comunitarias está la ventaja de que todos los miembros (de distintos
núcleos familiares) pueden prestar ayuda y el peso del cuidado deja
de ser peso e incluso puede llegar a ser un placer. Es por eso que
con el desarrollo actual de las tecnologías de comunicación, las
iniciativas como la propuesta en el artículo de arriba podrían ser
bastante positivas, siempre y cuando se tenga el cuidado necesario
para evitar que individuos patológicos aprovechen estos sistemas
para sus propios fines nefastos y aquí, la comunidad también puede
ser de ayuda, ya que entre todos se pueden cuidar los unos a los
otros.
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