EL
UNIVERSO-PRISIÓN
Basado,
tal vez, en conceptos gnósticos y especulaciones alrededor de los
relatos bíblicos han surgido, últimamente, varias corrientes de
pensamiento que nos identifican como espíritus increados
prisioneros en un universo material. Yo mismo he escrito largo y
tendido sobre el particular y como he dicho muchas veces, mis
reflexiones continúan pues prefiero no quedarme aferrado a una
creencia para toda la vida.
Cada
quien explica según sus creencias. Los gnósticos, al deplorar a la
materia, condenan al dios que creo el universo, pero las cosas pueden
verse de otra forma.
Yaldabaoth
corresponde a un relato gnóstico que lo interpreta como un engendro
que es, luego, asociado a Yahve, Enlil, etc.
La
idea de Demiurgo se origina en la filosofía platónica y
neoplatónica. Demiurgo es sinónimo de “hacedor” o “artesano”
y se lo asocia a la creación del universo visible (y también, a
Yaldabaoth).
En
cuanto a Yahve, Jehova, Adonay, etc. es un personaje bíblico, un
dios o demonio tribal que alentaba al pueblo judío a ponerse por
encima de todos los demás habitantes de la tierra, así se ve en la
Biblia, pero en la Kabalah puede ser asociado al Creador.
El
Padre Creador de Yahshuah (Jesus) seria el Uno o la conjunción de
Uno y Demiurgo. Aplicarle cualidades negativas al Demiurgo por haber
creado el universo es un poco osado, pues nada esta fuera del plan
original.
Para
la teosofía, Uno (1) es el creador, Dos (2) es Lo Creado, pero,
ambos, son precedidos por Cero (0) lo increado.
Aún
así, Uno (1) guarda todas las características de Cero (0), pero Dos
(2) como reflejo opuesto, tiene las características opuestas (Uno y
Demiurgo). Dos es uno más uno (uno y su sí mismo)
Vemos
al Uno como bueno y al Demiurgo como malo, pero no es tan así, bueno
y malo aún no han sido definidos. Uno y Demiurgo son conciencia
original y su reflejo, sin cualidades negativas o positivas, pues,
ambos, tienen todas las cualidades inherentes a ellos.
Pero,
entonces, Demiurgo, como reflejo, es el universo tangible, en tanto
que Uno, como origen del reflejo, es el universo intangible o
espiritual.
Demiurgo
emana siempre del Uno, aquí sí, si lo equiparamos con las teorías
científicas, podemos relacionarlos –peligrosamente- con materia y
anti-materia respectivamente.
Demiurgo,
como contrapartida del Uno, tiene la capacidad de la diversificación,
como tal, es la madre de las diez mil cosas, cosas que por tener su
origen en el Dos (2) serán duales.
[Fragmentos
de mi libro On’Yomi, de próxima publicación)
VACUIDAD
El
concepto budista de vacuidad (sunyata) que engloba a los dos aspectos
de la vida
Si
somos espíritus increados y de la misma categoría que el Cero que
precede a la creación, difícilmente estaríamos aquí sin haber
dado nuestro consentimiento.
Si
somos “creaturas” creadas por algún dios caprichoso, estamos a
merced de él y pereceremos definitivamente en algún momento de la
existencia cíclica.
Pero
sucede que, al pensar que somos espíritus increados prisioneros se
genera en nosotros, en vida, una gran desazón que hace que enfrentar
la cosa cotidiana requiera de un gran esfuerzo de voluntad. Sería
algo similar a estar convictos de por vida en una prisión y tener
que trabajar todos los días para que nos den comida y no nos
maltraten, pero sin ningún futuro. El mal humor es inevitable.
Diferente
es creer que esta experiencia en el mundo material fue emprendida por
nosotros mismos como desafío o para probar la consciencia en
contacto con dimensiones de alta densidad.
Si
todo está compuesto de los mismos principios, lo que llamamos
materia es una expresión de ellos, por lo tanto no podemos estar
fuera de la ley básica universal que emana del Uno.
Si
somos de la misma naturaleza del cero increado, nosotros mismos
generamos este universo material, con la proyección de nuestra
consciencia.
¿Han
intervenido los extraterrestres en nuestra historia?¿Continúan
haciéndolo?
Sin
embargo, hay un episodio que puede ser real y es que la intervención
de seres extraterrestres o dioses, haya generado una deformación del
entorno que lo separa, temporalmente, de la idea original de la
creación.
Y
que en ese quiebre hayamos quedado en inferioridad de condiciones, de
manera tal que nuestro espíritu lumínico, alimentado eternamente
por el sol central de la galaxia, este siendo devorado por seres que,
por alguna razón desconocida, carecen de esa unión con ese sol.
Suena
extraño, lo sé. Pero lo que no es extraño es que nuestra condición
en la tierra es mantenida porque tenemos “algo” de lo que “ellos”
carecen.
Esto
ha creado una “elite” que gobierna ocultamente, manteniéndonos
dormidos, dentro de lo que les sea posible. Esto no es nuevo, se
habla constantemente de ello.
Pero
es muy diferente saber que el problema es exclusivo de la tierra y
alguna zona aledaña (tal vez el sistema solar) a creer que todo el
universo está contaminado por la oscuridad.
Sabiendo
que nosotros somos, primariamente, el origen de todo y que el sol
galáctico nos alimenta a través de nuestro sol, además de
comprender que el elemento de sometimiento que se nos impuso es una
venda sobre la consciencia original, formada de creencias, conceptos,
memorias, apariencias y todo lo que compone el ego, nuestro trabajo
no debiera basarse en “odiar” a la creación, sino en quitarnos
la venda.
Y
esto es un trabajo de limpieza donde dejamos de aferrarnos a cosas
por reconocer que son perecederas e ilusorias, lo cual, al mismo
tiempo, debiera liberar en nosotros nuestra bondad original.
Somos
eternos y este lapso de “existencia ilusoria” es un instante en
la vida infinita del todo. “Ellos” lo alargan para permanecer,
porque se saben condenados a la disolución.
La
visualización creativa, impulsada por nuestra firme intención
debiera abrirnos los caminos hacia una existencia grata en este mundo
material.
Hacer
esa limpieza de la que hablo, más ejercitar la proyección de
nuestra intención hacia objetivos concretos que nos beneficien sería
la descripción de nuestro trabajo aquí.
Cuando
hablo de ejercitar la proyección de la intención me refiero a
visualizar lo que queremos del universo con la certeza de que se va a
realizar. Y no parar de actuar hasta conseguirlo.
No
tienen que ser objetivos como “la paz mundial”, sino cosas que
nosotros deseamos y necesitamos, como vivir en el campo, o reunir
suficiente dinero para no tener que trabajar. Si alguien me hubiera
enseñado esto de joven, hoy mi vida sería muy diferente. Sin
saberlo, lo apliqué a mi práctica de artes marciales (con éxito),
pero obvié la parte de la recompensa material por haber sido,
erróneamente, educado en el rechazo a lo material… desapego no es
rechazo.
En
el futuro trataré de tomar esta experiencia actual como lo que es,
un viaje a la tierra de la materia densa y una práctica de
proyección de mi voluntad en un sitio donde no controlo el factor
tiempo. No perderé el tiempo odiando a Dios o a los cypayos del
Señor del Mundo, ellos tienen sus días contados…
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