JEHOVA – ANNUNAKIS: La adaptación de la consciencia
Si
concedemos como verdadero el relato de que la humanidad fue
intervenida hace 8.000 años (o más, eso no es importante para esta
cuestión en si misma) por los Annunaki (o Jehova) y se realizó una
manipulación de nuestro ADN con el fin de adaptarnos a sus
requerimientos y convertirnos en una especie esclava y asociamos esto
con el conocimiento de cierta simbología y prácticas esotéricas,
podemos llegar a algunas conclusiones interesantes sobre “el camino
de regreso”.
El valor de los mitos
sobre el Santo Grial, que la iglesia ha tratado de reducir a un
simple icono milagroso: la copa de la cual Jesús bebió en la última
cena, asciende a escalas mayores cuando lo relacionamos con la
cuestión de la sangre, no ya como aparece en Código Da Vinci,
vinculado a una conspiración atada a la descendencia del maestro,
sino como clave para la recuperación de la memoria genética del
humano.
El estatuto genético
humano, con la memoria de su origen espiritual y divino, se pierde
con la manipulación realizada por Annunakis y/o Jehová, de manera
tal que la raza adámica porta la combinación de Jehová y por eso
se constituye en su “pueblo elegido”, elegido por la condición
de la sangre. Una raza. Raza que, por provenir de línea sanguínea
con su dios, considera a éste como su antecesor, su padre.
Mientras tanto,
los que no han recibido esa manipulación deben ser destruidos, pues
son enemigos del dios Jehová. ¿Por qué? Porque portan un código
genético diferente, el que proviene de Dios Padre, son hijos de otro
padre, tal vez del mismo que presenta Jesús como dios verdadero.
Por otro lado, tal
vez el mismo Jesús no es siquiera el nazareno que nos presenta los
evangelios, sino alguien muy diferente, incluso, tal vez, de
diferente época y raza.
Algún
cientificista fanático va a asegurar que, morfológicamente
hablando, todos los ADN humanos son iguales, aun cuando, en verdad,
son tan absolutamente diferentes que sirven como la mejor
identificación conocida. Pero no estamos hablando de morfología,
sino de mensaje, del mensaje contenido en el ADN, que puede controlar
no sólo la forma que toma nuestro cuerpo, sino una serie de
elementos que nos vuelven diferentes unos de otros y por qué no
decirlo: con conservación parcial de memoria del pasado, también
diferente.
Es decir que el ADN
funciona como un ordenador, cuya funcionalidad es neutra hasta que le
agregamos programas y aplicaciones. En el caso del humano, ha
recibido un sistema operativo impostor, diferente al original y esto
hace que algunas aplicaciones no funcionen (por ejemplo la de
autogeneración).
Eliminado el
sistema operativo impostor (Jehová=matrix) recuperamos el original
(Padre Creador), que no han podido borrar, aunque lo han intentado
durante milenios y entonces, comienzan a funcionar las aplicaciones
espirituales, divinas.
La prueba de que el
condicionamiento de la consciencia es genético y basado en la
información introducida en él, radica en la cantidad de esfuerzo y
recursos que se invierten para mantenernos alejados de la verdad.
En este sentido
podríamos simplificar que la remodelación para adaptarnos a este
sistema, proviene de Jehová, mientras que el mensaje de regreso (la
salvación) proviene del Padre, a través de su hijo, el Kristos.
La iglesia secuestra
al personaje en la figura de Jesús de Nazaret, tergiversando su
mensaje y haciendo de él un ejemplo para atemorizar a futuros
rebeldes. El maestro, el hijo del verdadero Dios, es torturado y
crucificado por las huestes del dios impostor.
Transforman el
verdadero sentido de la transmisión de la sangre (la memoria de la
sangre, del ADN) en el acto de “comer” la carne y “beber” la
sangre del maestro, un acto canibalesco evidente
Factura demoníaca,
similar a la que practicaban muchas tribus guerreras que comían el
corazón o el hígado de sus enemigos “para absorber su valor”.
Simplificando la
cuestión, se trata de dos reyes diferentes, que sostienen arquetipos
opuestos y de los descendientes de esos reyes, que portan su
respectivo ADN. Los hijos de Jehová y los del Padre Bondadoso.
Claro que la
actualización del software de nuestro ADN no será algo fácil de
realizar, ni dependerá de una operación quirúrgica.
Sugiero que en la
medida en que el individuo, por sí mismo y no por obra de
agrupaciones o instituciones, logra elevar su estado de consciencia e
independizarse del sistema, obtendrá un mayor nivel de memorias del
pasado y capacidad para salir de la matrix al morir o si regresa,
hacerlo bajo otras condiciones.
Es posible que esto
pueda hacerse, también, en vida, si logramos deshacer la maraña de
engaños con que somos bombardeados.
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