19.10.18

Si somos una entidad eterna, no se puede entender el proceso de degradacón.

LA VEJEZ EN LA MATRIX                                                          

Hay varios aspectos importantes a tratar sobre la cuestión de la vejez en nuestro mundo, pero, tal vez, los más medulares sean: Uno, la razón por la cual envejecemos y Dos, el rol a jugar en el contexto social de un grupo de personas cada día más numeroso y carente de oportunidades.
DOS
En el modelo social de la matrix (1), se nos cataloga en función de la productividad, aunque no siempre se nos retribuye de acuerdo con ella. La experiencia es un buen elemento para negociar salarios, al menos en las áreas ejecutivas y de negocios, pero también se torna en contra del candidato a medida que asciende en la escala laboral, ya que los puestos más altos son los de menos demanda y comienzan a jugar una serie de factores como la influencia y procrastinación.

Desde el punto de vista del intercambio social, el adulto, después de los 60, ve reducido su entorno, ya sea por muerte de amigos o por una mayor exigencia en las relaciones. Al mismo tiempo, disminuyen sus oportunidades de conocer gente porque se ha retirado del ámbito laboral, no asiste a lugares característicos para reuniones donde acuden los jóvenes y no hay en nuestra cultura un espacio planificado para los ancianos, como no sean los asilos.


Por otro lado, empeoran las cosas ciertos conceptos sociales limitantes sobre edades tope para enamorarse, viajar, trabajar e interactuar.

En pocas palabras, el hombre y mujer adultos no encuentran oportunidades de sobrevivir dignamente en ninguno de los aspectos que brinda la matrixcomo alternativa.

Paradogicamente, si se ha mantenido saludable, el individuo mayor a los 50 años de edad es el que más puede aportar al aparato económico y a las relaciones sociales y disciplinas educativas. No en vano, encontramos que los empresarios más exitosos son, al menos, sexagenarios.

Es decir que, el sistema, a través de sus parámetros, descarta a individuos de gran capacidad que quedan en estado de suspensión, esperando la muerte.

Pero hay patrones más complicados todavía que son los que ejercen los mismos esclavos sobre sus iguales. Recuerdo, una vez más, el experimento de los cinco monos. Me refiero a las llamadas presión social y moral cultural. Ambas basadas en los constructos populares “siempre se hizo así” y “porque es voluntad de dios”, tan poco naturales como arbitrarios.

Estos contienen conceptos tales como la edad tope para casarse, parir, enamorarse y sobre todo, cuál es la mayor distancia de edades admitidas o si tienes derecho o no a sentirte atraído por un alumno o compañero de trabajo, afectando además el estilo de vestir, sobriedad, etc.

Dentro de la moral surgida de las religiones abrahámicas (2) este contexto llega a proporciones alienantes y calificativos ofensivos como “viejo verde” o “inmaduro” pesan sobre quienes osan ejercer el derecho de elección que todo individuo posee.

Resumiendo, la sociedad debería replantear sus ideas sobre los adultos, eliminar toda la parafernalia represiva y buscar aprovechar los conocimientos de estos en consultorías y centros educativos, tal vez en la forma de mentorías u otros recursos. Al mismo tiempo, generar suficientes alternativas de socialización (que en algunas localidades ya existen).

Dentro de estas modificaciones, no cabe la tendencia actual de convertir a los adultos en payasos de circo con modas estrafalarias, que afectan la dignidad de las personas.
Pongo énfasis en las tendencias de diseñador ridículas que surgen en estos tiempos y que afectan también a los hombres jóvenes.

Voto por un adulto maduro que guarde la compostura y la gala de los caballeros y damas que no pierden su atractivo, a la vez que exhiben los atributos propios de la experiencia y la sabiduría acerca de la existencia. Y que esto no se tome como una aceptación de las horribles cirugías a que algunos se someten para aparentar lo que no son.

UNO
Retomando el asunto de las cirugías y tratamientos de belleza alopáticos, paso a analizar el primer ítem importante, el que se refiere a las causas de la vejez.

Científicamente, se nos explica que el cuerpo tiene un proceso metabólico caracterizado por dos extremos: el anabolismo, que consiste en la síntesis de moléculas orgánicas (bio moléculas) más complejas a partir de otras más sencillas, orgánicas o inorgánicas, con requerimiento de energía (reacciones endergónicas) y de poder reductor, contrario al catabolismo, que es la parte del proceso metabólico que consiste en la degradación de nutrientes orgánicos transformándolos en productos finales simples, con el fin de extraer de ellos energía química y convertirla en una forma útil para la célula.

En el equilbrio de ambos procesos se basan las condiciones de crecimiento, madurez y envejecimiento.

Tratándose de procesos energéticos que procesan material compuesto, también, por energía, podemos sospechar que el ciclo “natural” de la vida depende de la regulación de la energía proveniente de “algún lado”, lo cual lo convierte en algo no tan natural.

Los humanos odiamos la vejez, la enfermedad y la muerte, pero aceptamos como natural y “decreto divino” que esto sea asi. Para las personas de naturaleza espiritual y librepensadores, sin embargo, esta aceptación no es tan clara. Porque consciente de ser una entidad eterna, no puede entender el proceso de degradacón.

Y es que, universalmente hablando, este ciclo no debería existir. Ni debería nuestra existencia estar tan limitada por el metabolismo celular.

Para dar una idea de lo que sucede (y por favor no tomen como específicas las relaciones numéricas que voy a dar porque son sólo a modo de ejemplo), imaginemos que el universo funciona con 15.000 voltios/hora. El espíritu, forma pura de este universo, tendrá a su disposición, también, 15.000 v/h. Pero una tecnología de adaptación de la consciencia en la tierra, determina que la criatura humana funcione con un promedio de  1.000 v/h, en una escala de 1.500 v/h (crecimiento), 1.000 v/h (madurez) y 500 a 0 v/h (vejez y muerte).

El “balance sobrante” de esta ecuación se utiliza en el mantenimiento del aparato tecnológico de adaptación de la consciencia (matrix) y para alimentar a las “criaturas” que favorecen la existencia de este sistema.

La razón es que estas criaturas se freirían con 15.000 v/h, así que necesitan alimentarse de fuentes de baja vibración y es por esto que mantienen a la humanidad en un nivel de vibración bajo, filtrando la energía proveniente del universo y creando condiciones de merma energética (depresión, miedo, inseguridad, dolor, angustia, etc).

Sus “soldados” (demonios), en tanto, succionan la energía de individuos hasta que le producen la muerte.

Por otra parte, si un humano accediera al menos a 10.000 v/h, se liberaría de inmediato de la cárcel que implica vivir en la matrix.

Esto implica la acción de depresores energéticos (emociones, pensamientos y acciones de baja vibración como los originados en el odio, temor, celos, envidia, egoismo, irresponsabilidad, intolerancia, etc.) y activadores energéticos (como el amor, alegría, valor, solidaridad, responsabilidad, tolerancia, etc.), como herramientas para permanecer o salir de la matrix.

Es decir, que el humano elije entre ser una criatura lujuriosa o un/a caballero/a inmortal, de acuerdo con sus intenciones, pensamientos, emociones y acciones.

Notas:

(1) Matrix: Tomado dentro del contexto de la película LA MATRIX, nos referimos a la tecnología de adaptación de la consciencia que utiliza el "sistema", modulación artificial que determina y limita las condiciones de la vida en el planeta.
(2) Religiones abrahámicas: Judaísmo, cristianismo e islamismo.

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