3.4.21

Está prohibido declarar que debemos vivir con paranoia e histeria por el bien de la vida.

INMUNIDAD GRUPAL O ENAJENACIÓN COLECTIVA?

Hemos sido reducidos a una comunidad de hipocondríacos paranoides, con miedo a que cada aliento nos mate, temerosos de que el contacto humano más básico sea un riesgo irracional, pensando que todo lo que una vez consideramos normal y hasta obligatorio debe estar fuera de los límites indefinidamente, y en algunos casos incluso para siempre.

     Esto es demencial. Está contra todo lo que la Torá nos enseña. No niego que el Covid-19 sea verdadero, y debería ser tomado en serio. Pero al mismo tiempo niego que el ángel de la muerte esté deambulando entre nosotros, talando a la gente a diestra y siniestra. Esto no es una plaga bíblica. Hay un millón de modos en que podemos morir, y el Covid-19 es simplemente otro más.

     No quiero contagiármelo, y no quiero transmitírselo a nadie, pero el terror con el que hemos estado viviendo durante el último año es injustificado. A causa de ese terror, un tercio de Israel está viviendo actualmente en la pobreza, con muchos otros apenas manteniéndose.

El abuso de drogas y alcohol aumentó, el maltrato doméstico aumentó, los suicidios aumentaron, los trabajadores sociales están abrumados, la gente mayor está muriendo de soledad, los niños están traumatizados, los padres se están separando, miles de negocios han cerrado para siempre, y muchísimo más.

     Ellos nos dicen que si esto salva una sola vida, vale la pena. Eso es una ridícula pieza de propaganda. No estamos salvando ninguna vida. Estamos destruyendo nuestra sociedad y a cada uno en ella, excepto por unos pocos muy privilegiados y poderosos.

     Lo peor de todo es que estamos perdiendo nuestras mentes, perdiendo nuestros espíritus, perdiendo nuestra misma humanidad.

     Nuestros sabios (Chazal) nos enseñan que una persona empobrecida es como una persona muerta. El gobierno no tiene ningún derecho moral a empobrecer a millones de personas, destruyendo sus vidas y sus familias, diciendo que con eso puede proteger posiblemente las vidas de otra gente. Ellos no tienen ningún derecho de decidir cuál modo de ganarse la vida es esencial y cuál no, ni la vida de quién es más esencial. Aquellos que "encierran" a sus poblaciones deberían en cambio ser ellos los encerrados.

     Si sabemos que alguien tiene Covid, no deberíamos compartir el aire que él respira. Sin embargo, no es la manera judía el vivir en el terror de que cada uno alrededor de nosotros esté infectado y de que cada objeto sea portador de un virus mortal. Está prohibido pensar así y vivir así.

     Está prohibido distanciarse de los seres amados, de los amigos y de los forasteros sólo porque usted tenga miedo del aliento de ellos o de que tocarlos lo matará a usted, o de que vuestro aliento los matará a ellos, cuando usted no tiene ninguna razón concreta para creer que alguien está infectado.

     No hay ningún precedente en nuestra historia para que los judíos vivan de esta manera, incluso durante la peor de las plagas. Durante un tiempo corto, tal vez. Y aun así, nunca fue como esto. Los enfermos eran puestos en cuarentena, y aquellos que tenían miedo de estar cerca de ellos eran exonerados de hacer eso. Pero nunca una cuarentena fue impuesta a cada uno; nunca se afirmó que fuera una obligación de la Torá que borrara el resto de nuestra existencia.

     En efecto, los reverendos (gedolim) y los santos (tzaddikim) a menudo atenderían a los enfermos cuando otros tenían miedo de acercarse a ellos. Algunos de aquéllos eventualmente se enfermaban y morían, pero muchos no. Eso es parte de la vida, y a veces así es cómo finaliza la vida. Si era el tiempo de que alguien partiera, al menos era ayudando a otra persona y realmente viviendo, ya que de otro modo, habría sucedido de una manera diferente.

     La noción de que debemos vivir en el terror, con todo nuestro foco dedicado a maximizar nuestras posibilidades de sobrevivir a costa de realmente vivir, nunca la hemos considerado. Ésa no es la manera judía. Eso es demencial.

     Se presume que un judío que es paranoide, que vive en el temor de peligros invisibles y completamente especulativos, es un pecador. Se supone que un judío debe temer pecar, pero no se supone que él redefina el comportamiento humano normal como un pecado, de modo que  pueda justificar el miedo que tiene. Se supone que un judío teme a Dios, pero no se supone que  afirme que Dios quiere que él viva temiendo a todos y a todo simplemente para prolongar su existencia en este mundo.

     Ésta es la condición que nos ha alcanzado a casi todos nosotros. Estamos atormentados por el comportamiento humano normal y por la compañía social, aterrorizados de que cada aliento o contacto podrían matarnos. Ésa no es una reacción apropiada ante un virus, incluso ante un virus severo. Ésa es una enfermedad mental, y nos está destruyendo.

     Es, en efecto, remotamente posible que el apretón de manos, el ir a trabajar, abrir un negocio, subirse a un autobús, y otros tales comportamientos humanos básicos sean indirectamente la causa de nuestra muerte. Sin embargo, según la Torá no nos está permitido preocuparnos de tales cosas, aun cuando haya un virus alrededor.

     Es probable que si nos abstenemos de tales comportamientos normales prolonguemos nuestras vidas. Sin embargo, debemos reconocer que aquellos que viven de esa manera están mentalmente enfermos. Está prohibido imponer la enfermedad mental a otros. Está prohibido declarar que debemos vivir con paranoia e histeria por el bien de la vida. ¿Cuál vida?

     La gran mayoría de nosotros por suerte ha sobrevivido al año que ha pasado. Pero algo dentro de la mayor parte de las personas está muerto. Pueda Dios  ayudarnos a despertar y traer a los muertos de vuelta a la vida.

Rabino Chananya Weissman

31 de Diciembre de 2020 

https://editorial-streicher.blogspot.com/2021/04/razones-para-no-vacunarse-y-enajenacion.html  

 

1 comentario:

  1. Todos vivimos en una mentira pero el pobre pueblo judío, los judíos árabes auténticos, no los que se autocalifican judíos, los askenazis, son los más engañados de todos, sobre ellos pesa las miserias de la historia y el victimismo... aparte de esto, leo este articulo por respeto a ti Joan, pero no me interesa nada lo que digan los "Rabinos" ortodoxos.

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