INMUNIDAD GRUPAL O ENAJENACIÓN COLECTIVA?
Hemos sido reducidos a una comunidad de hipocondríacos paranoides, con miedo a que cada aliento nos mate, temerosos de que el contacto humano más básico sea un riesgo irracional, pensando que todo lo que una vez consideramos normal y hasta obligatorio debe estar fuera de los límites indefinidamente, y en algunos casos incluso para siempre.Esto es demencial. Está contra todo lo que la Torá nos enseña. No niego que el Covid-19 sea verdadero, y debería ser tomado en serio. Pero al mismo tiempo niego que el ángel de la muerte esté deambulando entre nosotros, talando a la gente a diestra y siniestra. Esto no es una plaga bíblica. Hay un millón de modos en que podemos morir, y el Covid-19 es simplemente otro más.
No quiero contagiármelo, y no quiero transmitírselo a nadie, pero el terror con el que hemos estado viviendo durante el último año es injustificado. A causa de ese terror, un tercio de Israel está viviendo actualmente en la pobreza, con muchos otros apenas manteniéndose.
El abuso de drogas y alcohol aumentó, el maltrato doméstico aumentó, los suicidios aumentaron, los trabajadores sociales están abrumados, la gente mayor está muriendo de soledad, los niños están traumatizados, los padres se están separando, miles de negocios han cerrado para siempre, y muchísimo más. Ellos nos dicen que si esto
salva una sola vida, vale la pena. Eso es una ridícula pieza de propaganda. No
estamos salvando ninguna vida. Estamos destruyendo nuestra sociedad y a cada
uno en ella, excepto por unos pocos muy privilegiados y poderosos.
Lo peor de todo es que estamos
perdiendo nuestras mentes, perdiendo nuestros espíritus, perdiendo nuestra
misma humanidad.
Nuestros sabios (Chazal)
nos enseñan que una persona empobrecida es como una persona muerta. El gobierno
no tiene ningún derecho moral a empobrecer a millones de personas, destruyendo
sus vidas y sus familias, diciendo que con eso puede proteger posiblemente las
vidas de otra gente. Ellos no tienen ningún derecho de decidir cuál modo de
ganarse la vida es esencial y cuál no, ni la vida de quién es más esencial.
Aquellos que "encierran" a sus poblaciones deberían en cambio ser
ellos los encerrados.
Si sabemos que alguien
tiene Covid, no deberíamos compartir el aire que él respira. Sin
embargo, no es la manera judía el vivir en el terror de que cada uno alrededor
de nosotros esté infectado y de que cada objeto sea portador de un virus
mortal. Está prohibido pensar así y vivir así.
Está prohibido distanciarse de
los seres amados, de los amigos y de los forasteros sólo porque usted tenga
miedo del aliento de ellos o de que tocarlos lo matará a usted, o de que
vuestro aliento los matará a ellos, cuando usted no tiene ninguna razón
concreta para creer que alguien está infectado.
No hay ningún precedente en nuestra
historia para que los judíos vivan de esta manera, incluso durante la peor de
las plagas. Durante un tiempo corto, tal vez. Y aun así, nunca fue como esto.
Los enfermos eran puestos en cuarentena, y aquellos que tenían miedo de estar
cerca de ellos eran exonerados de hacer eso. Pero nunca una cuarentena fue
impuesta a cada uno; nunca se afirmó que fuera una obligación de la Torá que
borrara el resto de nuestra existencia.
En efecto, los reverendos (gedolim)
y los santos (tzaddikim) a menudo atenderían a los enfermos cuando otros
tenían miedo de acercarse a ellos. Algunos de aquéllos eventualmente se
enfermaban y morían, pero muchos no. Eso es parte de la vida, y a veces así es
cómo finaliza la vida. Si era el tiempo de que alguien partiera, al menos era
ayudando a otra persona y realmente viviendo, ya que de otro modo, habría
sucedido de una manera diferente.
La noción de que debemos vivir
en el terror, con todo nuestro foco dedicado a maximizar nuestras posibilidades
de sobrevivir a costa de realmente vivir, nunca la hemos considerado. Ésa no es
la manera judía. Eso es demencial.
Se presume que un judío que es
paranoide, que vive en el temor de peligros invisibles y completamente
especulativos, es un pecador. Se supone que un judío debe temer pecar, pero no
se supone que él redefina el comportamiento humano normal como un pecado, de
modo que pueda justificar el miedo que
tiene. Se supone que un judío teme a Dios, pero no se supone que afirme que Dios quiere que él
viva temiendo a todos y a todo simplemente para prolongar su existencia en este
mundo.
Ésta es la condición que nos
ha alcanzado a casi todos nosotros. Estamos atormentados por el comportamiento
humano normal y por la compañía social, aterrorizados de que cada aliento o
contacto podrían matarnos. Ésa no es una reacción apropiada ante un virus,
incluso ante un virus severo. Ésa es una enfermedad mental, y nos está
destruyendo.
Es, en efecto, remotamente
posible que el apretón de manos, el ir a trabajar, abrir un negocio, subirse a
un autobús, y otros tales comportamientos humanos básicos sean indirectamente
la causa de nuestra muerte. Sin embargo, según la Torá no nos
está permitido preocuparnos de tales cosas, aun cuando haya un virus alrededor.
Es probable que si nos
abstenemos de tales comportamientos normales prolonguemos nuestras vidas. Sin
embargo, debemos reconocer que aquellos que viven de esa manera están
mentalmente enfermos. Está prohibido imponer la enfermedad mental a
otros. Está prohibido declarar que debemos vivir con paranoia e histeria por el
bien de la vida. ¿Cuál vida?
La gran mayoría de nosotros
por suerte ha sobrevivido al año que ha pasado. Pero algo dentro de la mayor
parte de las personas está muerto. Pueda Dios ayudarnos a
despertar y traer a los muertos de vuelta a la vida.
Rabino Chananya Weissman
31 de Diciembre de 2020
https://editorial-streicher.blogspot.com/2021/04/razones-para-no-vacunarse-y-enajenacion.html
Todos vivimos en una mentira pero el pobre pueblo judío, los judíos árabes auténticos, no los que se autocalifican judíos, los askenazis, son los más engañados de todos, sobre ellos pesa las miserias de la historia y el victimismo... aparte de esto, leo este articulo por respeto a ti Joan, pero no me interesa nada lo que digan los "Rabinos" ortodoxos.
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