DESCAFEINAR LA EXPERIENCIA SIMULTÁNEA
En vista de que la EXPERIENCIA es el único TESORO para el espíritu Simultáneo, se analiza la estrategia secuencial de DESCAFEINAR la mayoría de ellas, cuando no PROHIBIRLAS directamente y sin más
Cualquiera que se haya paseado por las salas del Museo de El
Cairo habrá caído él solito y por su cuenta en la inutilidad de
amasar posesiones y riquezas. Básicamente porque, cuando palmas, se queda todo
en el mismo lugar y posición en que lo dejaron cuando te enterraron (salvo que
reposara sobre tu pecho, que seguro se hundirá cuando te devoren los gusanos).
Moraleja: lo único que te llevas a la siguiente pantalla son tus vivencias, de ahí que las experiencias que nos ofrece el escenario terrestre estén tan magníficamente reconocidas fuera de él
y que mi primer libro comenzase advirtiendo que la EXPERIENCIA era el único “ALIMENTO” del ESPÍRITU encarnado:Disertan un cuerpo, una mente y un espíritu tras una
opípara cena. Dice el primero:
– «He cenado de vicio, ¡ya no me cabe nada más!»
– «Pues yo” –responde la mente- «no tan bien ¿sabes? esperaba que fuese mi
asiento menos duro, mi filete más tierno, la cuenta más barata y el servicio
más atento.»
Ante la disparidad de opiniones, mente y cuerpo preguntan
al tercero:
– «¿Y tú? ¿qué tal has cenado tú?»
– «La EXPERIENCIA es mi único alimento»
–aclara el espíritu- «así que, pase lo que pase, [vivo o muerto] yo
SIEMPRE termino SATISFECHO.»
Demos sin embargo paso a los Secuenciales, con sus ansias
de arruinar y reconvertir la Tierra simultánea en una secuencial (a
imagen y semejanza de otras tantas extraterrestres para variar) y entenderemos
por qué se pasan el día poniendo pegas y aguándonos la fiesta a
los Simultáneos a cada ocasión.
Y si bien en entrada pasada señalaba idéntico ejercicio pero
con nuestra comida, con la presente sugiero que cada día son menores las oportunidades de
experimentación que se libran de las iras (y de la envidia) de los
putos “marcianos”.
Este verano, como de costumbre, cada des–informativo nos
recuerda que prácticamente las únicas opciones de ocio aquí en España son
aquellas que orbitan alrededor de las terrazas de chiringuitos
playeros, de botellones en fiestas patronales y de bares (atención,
mensaje: “gasta, gasta, gasta la pasta… y contamina de paso tu sangre”). Y todo
con el solo objeto, si lo meditas, de limitar nuevamente la
experiencia terrestre participando nada más que de las
actividades preescogidas por los directores de contenidos de
los telediarios.
Dicho esto, días atrás me encuentro con la polémica de turno
sobre la supuesta seguridad de cierto evento “taurino”.
Nos cuentan que el ayuntamiento de Mataelpino viene
celebrando su “bolo-encierro” desde hace quién sabe cuánto. A petición
seguramente de los grupos de presión animalistas (“minions”), el
espectáculo consistía en sustituir a vaquillas o toros y cabestros por un
boloncio de resina, de nada menos que entre 200 y 300 kilos de peso, que se
dejaba rodar calle abajo con la idea de poner a prueba la destreza de los
participantes… o todo lo contrario.
“Consistía” –en pasado- que decía, porque como en los últimos
años la bola ha conspirado con la inercia para atropellar a más de
un INCAPAZ, pues el equipo de gobierno asustadito ha
tirado de manual de estrategia secuencial para joder -a más no
poder- esta fiesta a los más aptos reduciendo el
peso y la física de la bola hasta los niveles irrisorios necesarios
para cargarse, por vez segunda, la experiencia del encierro
“original” (os recuerdo que los encierros genuinos se han
hecho siempre con bichos con cuernos).
Moraleja secuencial: “el peligro y el riesgo son
cosas muy malas, así que mejor evitarlas. Y para ello ya está papá Estado para
decirte lo que es mejor y más seguro para ti.” Por eso
funciona tan bien en el mundo el asunto del terrorismo y
otros millones de pavores por el estilo: para mantener
a raya a la población acojonada a cada ocasión.
Recapitulando, como UNA vez en la vida se ensañó la bola con los huesos de un borracho, de un despistado o de un incapaz, pues ahora le DESCAFEINAMOS el evento a TODOS los vecinos por IGUAL (os recuerdo que en las sociedades secuenciales son todos iguales… menos las élites, claro está); como una vez en la vida –o dos- alguien despistó una hoguera y prendió medio bosque dejando calcinados a 11 simultáneos (que seguramente habían escogido morir de tal guisa) pues prohibimos encender fuegos en el campo y le jodemos a la peña la sublime experiencia de una barbacoa para siempre.
Seguro que podéis seguir
poniendo otros ejemplos todo del día, como las restricciones a la conducción por las ciudades con la
excusa de salvar el planeta; el tener que ver a los críos montando en
bici forrados de arriba a abajo de protecciones cual
«Robocop», o incluso la pesca sin muerte sin ir más lejos. Yendo,
en pocas décadas los amantes de la caza deberán disparar a los animales con
munición de fogeo. Tiempo al tiempo.
Así los únicos que pican son los pescadores…
¿Lo pilláis? Cualquier excusa es buena para restringir y/o adulterar cada
una de las experiencias que la esfera terrestre nos ofrece, y si el hecho que
en teoría lo provoca resulta estadísticamente insignificante como en mis primeros
ejemplos ¿a quién le importa?
Putos secuenciales, a ver si se decide el Espíritu de la
Tierra de una santa vez y nos manda a todos de cabeza a la siguiente pantalla.
Mientras tanto, mi consejo es que hagáis cuanto esté en
vuestras manos para vivir vuestra vida a vuestra manera…
y ser vosotros mismos a cada ocasión.
Y si perecéis en el intento, pues mejor.
BIENVENIDOS A LA TIERRA
https://bienvenidosalatierra.com/como-maltratar-y-descafeinar-la-experiencia-simultanea/
En ocasiones hay que recordar lo obvio, porque “lo obvio” es lo primero que se olvida
ResponderEliminarLEYENDA NEGRA USA Y URSS... TROTSKI Y FIDEL (Memoria Histórica) https://anunnakibot.blogspot.com/2023/02/24-17-anunnakibot-leyenda-negra-usa-y.html
Saludos