LOS RENEGADOS DE LA LUZ
Desestabilizadores de sistemas
Representas al grupo de luz renegado y has aceptado regresar al planeta. Estás en una misión como miembro de la Familia de la Luz. Has encarnado en este planeta como entrenamiento para hacer tu trabajo: llevar tu frecuencia a sistemas que tienen una frecuencia de luz limitada. Si tuvieran que imprimir una tarjeta de presentación para ti, cuando tengas plena consciencia de tu identidad, ésta diría algo así:
Miembro Renegado de la Familia de la Luz. Desestabilizador de sistemas. Disponible para alterar sistemas de conciencia dentro del universo de libre albedrío.— Mensajeros del Alba, Barbara Marciniak
Empezaremos a revisar este contenido haciendo uso del discernimiento para evitar posibles contaminaciones por interferencia. A estas alturas del juego, ya somos conscientes de que todo material canalizado o filtrado por entidades exógenas, de las cuales no tenemos conocimiento previo, es susceptible de interferencia y, como tal, fuente de falsa información mezclada con información auténtica.
De forma que nos veamos obligados a hacer uso de nuestra capacidad de discernimiento, enfocándonos siempre en el origen primordial.Lo peligroso del material canalizado, es que siempre cumple
el patrón de satisfacción del ego de aquel que recibe la información. Y si bien
"Mensajeros del Alba" puede ser considerado, como una obra maestra
dentro del mundo de la consciencia, no está exento de cumplir con este patrón
de satisfacción del ego. Al publicar esta información, de forma que pueda ser
viralizada, debe adecuarse al contexto correcto o al menos revisado, para que
seamos capaces de tomar la información verdaderamente útil.
El uso de la palabra "renegado" marca dentro del
propio lenguaje, unas barreras y restricciones que someten a la dualidad de la
tercera dimensión el propio concepto, de forma que nos limita en el
entendimiento. Sabiendo esto, lo importante es que podamos entendernos en el
contexto adecuado, y siendo conscientes de la interferencia, podamos
trascenderla para hacer uso de la verdadera información.
Cuando te quedas en la misión de vida
Si bien ya hemos tratado con anterioridad el tema de la misión de vida, el libre albedrío y la
focalización necesaria de nuestros actos, voluntad y pensamiento desde el
origen primordial, nunca está de más mantener un estado de guardia. Ante la
tentación de la reactividad que sigue ubicándonos en un marco de dualidad,
debemos superar en nuestro pensamiento una guerra entre dos facciones. Podemos
entenderlo como tal, pero ya sabemos que en un infinito dimensional, más allá
del espacio y del tiempo, no solamente se trata de una pelea entre buenos y
malos.
Nuestra percepción ordinaria así nos condiciona, así como el
implante de la mente, al que consideramos como una herramienta vehicular de
supervivencia y desarrollo, que conjuntamente con el instinto nos permite
desenvolvernos por esta tercera dimensión. Más allá de una misión con un
sentido polarizado, hemos de verlo como la mera experiencia de la que hemos
elegido participar, no para salvarlos a todos, ya que esto supondría la
incapacitación del resto y de su libre albedrío en contraste a nuestros actos,
sino para asimilar nosotros mismos esta experiencia e incorporarla o saber cómo
enmarcarla dentro de nuestra naturaleza primordial.
No se trata de descubrir quién fuiste en una vida anterior,
a qué familia de luz original perteneces o a qué dimensiones fuiste capaz de
trascender. Si estás aquí y ahora, esa fue la opción que tomaste, asumiendo el
velo y la interferencia que debías superar, para manifestar el total de tus
capacidades dentro de este entorno de tercera dimensión. No le des más vueltas, porque aquí ninguno
parecemos superhéroes.
La grandiosidad del heroísmo y la épica, no dejan de ser
expresiones del ego mal entendidas, cuando de la propia manifestación se trata.
Queremos estar seguros, o mejor dicho: somos capaces de justificar
prácticamente cualquier cosa, en función de que nos cuadre el dibujo. El tema
es que, según nuestra propia evolución dentro de este periodo, somos mutables
en conciencia. No pensamos lo mismo que pensábamos, por ejemplo, cuando teníamos
16 años. ¿Acaso nuestra manifestación dentro de esta experiencia, es errática
solamente por el mero hecho de que nos convertimos en adultos?
¿Vidas pasadas? Estás aquí y ahora
La mente se queda pequeña, la madurez aquí no es tal, y como
ya hemos confirmado alguna vez: aquí no venimos a aprender, venimos por la
experiencia, porque lo que entendemos por aprender, es recordar lo que ya sabe
el alma. La experiencia consiste, en manifestar ese saber del alma en cualquier
tipo de paradigma, ecosistema, densidad, situación, allá donde exista esa
necesidad o ese llamado, o ese desequilibrio, o esa vocación. Los motivos son
tan numerosos como las almas.
Si me preguntas, qué es lo que pienso realmente acerca de
las misiones de vida, te responderé que eso es un contrato kármico, que has
decidido asumir en algún momento. No es lo mismo actuar según una deuda, que
encarnar o mejor dicho, manifestarse allí donde es necesaria tu intervención,
porque previamente has evaluado que tu intervención, puede ser necesaria para
equilibrar la situación, o bien garantizar el libre albedrío.
La idea romántica de salvar el mundo que tenía cuando estaba en la
universidad, llevada al extremo y con poder, puede llegar a confundirse con un
régimen dictatorial. Y si te das cuenta, si tu motivación es salvar a alguien
que no tiene los medios para salvarse a sí mismo, le estás impidiendo la
oportunidad de evolucionar, y por ende, de ejercer su libre albedrío.
Si caes en la
cuenta, de que cada uno somos responsables de nuestra situación, y que la idea
autoimpuesta de víctima, no es más que un engaño de la mente, de asumir
voluntariamente una intervención, esta debe ser sutil. Una intervención, siempre
encaminada a que sea el propio individuo, el que tome sus propias decisiones.
No puedes salvar a nadie, somos nosotros los que nos salvamos a nosotros
mismos. No es lo mismo una capacitación, que hacerle el trabajo a otro, que
debería hacer por sí mismo.
Saber el camino vs. Andar el camino
La palabra "renegado" siempre me ha llamado
bastante la atención, empezando porque es algo que me llamaban los profesores,
ya que siempre les discutía. Ahora lo recuerdo como algo anecdótico, pero si me
doy cuenta, muy pocas veces yo me daba por satisfecho con las explicaciones,
los castigos, las consecuencias que me aplicaban a mí, en contraste con el
resto. Era como si siempre lo tuviera todo en contra: en el colegio, en el
instituto, en la familia, en el trabajo…
Esto es muy personal. Obviamente, hay muchas personas mucho
más inteligentes que yo, que son más dúctiles, que tienen más mano izquierda,
que tienen mejores habilidades sociales o capacidad de negociación. A muchas de
estas personas les va mejor que a mí económicamente, profesionalmente, en la
familia o en la pareja. Pero, ¿a mí eso qué me quiere decir? Que están pagando
un precio de adaptación, renunciando a una parte de sí mismos, para poder
manejarse dentro de un escenario.
Y es ahí, justo donde me viene a la mente una de mis citas
preferidas, que ya me has oído alguna vez por aquí: "No es signo de buena salud el estar
bien adaptado a una sociedad profundamente enferma" (Jiddu Krishnamurti).
Para mí, el mero hecho de haber aceptado todos los filtros de entrada para
poder acceder a este entorno, a venir a hacer, o a manifestar, lo que sea que
yo haya venido a manifestar, es un precio al que no quiero añadir más
renuncias, deudas o contratos.
Asumo que en una parte puedo estar equivocado y yo mismo
puedo estar cayendo en los anzuelos de la trampa del ego. Lo asumo y lo acepto, de igual
forma que asumo la interferencia implícita por condición, que supone el estar
navegando por aquí en lo que conocemos como la tercera dimensión.
Lo que has venido a manifestar
Pero no por ello, voy a renunciar a aquello, que forma parte
de mí, y que me funciona… y que por más que veo, que abrasa y fricciona contra
el entorno que me rodea, en la mayoría de las ocasiones, es precisamente la
parte que hace que se salve la situación, se recupere el equilibrio, y se pueda
volver a avanzar. Quizás esa sea mi intervención necesaria. Quizás esa sea mi
parte.
Tendemos a mirar las cosas con ojos demasiado pequeños,
basados en el materialismo que nos rodea. No somos realmente conscientes de las
implicaciones de nuestras decisiones en lo pequeño y en lo grande, porque para
el alma no existe diferencia entre pequeño y grande. Esto es así porque el
alma, en su totalidad como fractal primordial, goza de la visión en conjunto.
Mientras que nuestra manifestación aquí se encuentra
sesgada por la perspectiva y las circunstancias, y nos vemos obligados a
desarrollar, a aprender y por ende, a recordar esa visión en conjunto que es
otra de las que yo llamaría manifestaciones del alma, con la creatividad o la empatía, esa capacidad de visión en conjunto, solamente
se puede tener cuando se conocen todos los elementos que forman parte del
tablero de juego.
Es verlo todo desde arriba, siendo consciente de todo lo que
se está dando a la vez, de forma simultánea. En lugar de estar centrado en el
movimiento de una sola pieza, abordas tus decisiones de una manera más
estratégica, más sutil y menos directa, porque sabes evaluar
situaciones y escenarios, y conoces las consecuencias de las acciones a pequeña
y gran escala, y por ende, dejas que el libre albedrío haga su función.
Las acciones solo tienen valor si salen de uno mismo.
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Artículo inspirado en el video-programa: La Familia de Luz, Wanderers o Errantes: Misión, Origen, Propósito, y Número de ellos en la Tierra, por Fran Parejo, de Un Salto Quántico.
https://www.desesperadostv.com/2024/04/los-renegados-de-la-luz.html
CARTA A LOS MUERTOS "DE MÁS" https://anunnakibot.blogspot.com/2024/03/anunnakibot-carta-abierta-los-muertos.html
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