LA SOMBRA DE LA IGNORANCIA
Hace menos de un año, UNICEF lanzó una campaña anunciando que tres
millones y medio de niños morían de infecciones en el mundo por no poder
lavarse las manos.
Recientemente
Sanjay Wijesekera Director de los programas mundiales de agua, saneamiento e
higiene de UNICEF, ha declarado que:
“El lavado de manos con jabón es una de las ‘vacunas’ más baratas
y eficaces contra las enfermedades virales, desde la gripe estacional al
resfriado común. Nuestros equipos sobre el terreno en Sierra Leona, Liberia y
Guinea están destacando la importancia del lavado de manos como de una serie de
medidas que son necesarias para detener la propagación del ébola. No es una
panacea, Pero es un medio adicional de defensa que resulta barato y es fácil de
conseguir”
En estas
campañas se pide dinero al ciudadano para que colabore y así poder llevar
equipos para potabilizar agua y de esta forma combatir las enfermedades.
Pues
bien, yo me puse en contacto con la Presidenta de UNICEF en España y le propuse
que porqué no se plantean en utilizar simplemente agua de mar para lavarse las
manos que recogida en camiones cisternas pudieran llevarse a los campos de
refugiados.
Un coste
mínimo y muy fácil de poner en práctica.
El agua
de mar es de por si desinfectante.
La
contestación recibida es que ellos siguen las directrices de la Organización
Mundial de la Salud, que era buena idea pero que no se podía poner en práctica.
De nuevo
la contesté que millones de personas que se bañan en los mares de la Tierra en
verano no tienen que pedir permiso de la OMS para hacerlo.
¿Porqué
se debería pedir para usar el agua de mar para lavarse las manos sin con ellos
se salvaba millones de vidas?
No he
recibido contestación.
Cruz
Roja, Cooperación Internacional y Cruz Roja Internacional, también callan. Sólo
les interesa el dinero que puedan recibir de la gente buena, pero no les
interesa soluciones factibles, baratas y muy fáciles de aplicar.
Que el
lector saque sus propias conclusiones.
Ante esta
situación me pregunto.¿Qué es lo que interesa a las grandes organizaciones que
dicen luchar contra el hambre y la desnutrición? ¿Dinero o soluciones?
Llevo
años escribiendo artículos, hablando con Instituciones, con Asociaciones…que el
agua de mar evita la desnutrición y es preventiva de numerosas enfermedades si
se toma tres vasos diarios recogida directamente de la playa, en zonas limpias
y transparentes.
Pero
parece que las soluciones sencillas, casi gratuitas y que no tienen ningún
beneficios económico; es mejor olvidarlas, enterrarlas y tachar de loco a quien
las propone.
Pero la
única locura es no aprovechar estas ideas que vienen de Rene Quinton, un sabio
francés que abrió decenas de dispensarios en París donde curaba con agua de mar
a los niños desnutridos y que en 1912 paro el cólera en Egipto.
Es mejor
olvidar que con algo tan sencillo y que es abundante y gratuito se pueden curar
enfermedades y alentar por contrario, que los fármacos y sus altos costes es la
mejor solución para combatir las enfermedades.
Puedo
entender este rechazo ante las Instituciones Oficiales de Salud que cabalgan
muchas veces sumidas en paradigmas obsoletos y que sólo reaccionan cuando la
OMS estornuda, pero no lo puedo entender en Organizaciones No Gubernamentales
que están trabajando en campos de refugiados y que se encuentren igualmente
sometidas a la ceguera de la OMS, que mantiene contactos con la industria
farmacéutica.
Por otro
lado, estos mismos organismos internacionales y los propios responsables de los
Estados civilizados se echan las manos a la cabeza por uno o dos contagios de
Ebola, alarmando a la sociedad, mientras que 825 millones de personas se
encuentran desnutridas en el mundo y 25.000 personas mueren de hambre al día.
¿Nadie se
echa las manos a la cabeza por este horrible asesinato de miles de personas?
Si,
asesinato, porque en la actualidad hay recursos suficientes para que nadie
tuviera que morir de esa forma terrible y sin embargo al permitirse la
especulación alimentaría, por culpa de los mercados y gobiernos que no
gestionan los recursos naturales con eficacia, permitiendo que multinacionales
arrasen los recursos, es un asesinato, un genocidio masivo que el mundo
occidental consiente y alienta.
Esta
sociedad, cada uno de nosotros, debemos cambiar de rumbo.
Lo vemos
en los medios informativos que continúan saliendo políticos y empresarios
imputados, sin que les de vergüenza en absoluto, justificando incluso sus
actuaciones como nobles y que han sido víctimas de un atropello político.
Este
sistema de odio, corrupción, negocio, riqueza para los más ricos, recortes en
la sanidad, en la educación, en los sueldos de los trabajadores, en la
precariedad de los mismos…es un sistema caduco que la propia sociedad tiene que
sanear o de lo contrario nos veremos inmersos en un caos donde el dinero público
será empleado para el beneficio de las grandes empresas y de los bolsillos de
algunos políticos.
En mi
libro “Efecto Esmeralda”, dediqué un capítulo especial a Proyecto Venus, un
mundo ideal, donde el bienestar de las personas en todos sus ámbitos es el factor
fundamental de una sociedad distinta, donde los recursos naturales son
propiedad de todos.
¡Hasta
donde puede llegar la arrogancia y la falsedad, cuando gobiernos apoyados a
veces por ONGs, para declarar Parque Nacional en países de África, Indonesia o
Latinoamérica, expulsan por la fuerza a nativos de sus tierras ancestrales para
abandonarlos en los límites del parque y después perseguirlos por cazadores
furtivos si se les encuentra dentro del Parque cazando como lo han hecho toda
la vida!
Confundimos
en muchas ocasiones términos e intereses que van contra la propia humanidad,
contra la vida.
Los
Pigmeos son un ejemplo de ello; un pueblo que habitaba en los Volcanes de
Virunga en la República Democrática del Congo y que al declararse Parque
Nacional y Patrimonio de la Humanidad, fueron expulsados de sus tierras con
grandes promesas y hoy malviven en los límites del parque y se les persigue por
ser cazadores furtivos, por realizar actividades en su propia tierra.
Todos
estos ejemplos me recuerdan que el hombre atraviesa un siglo de decadencia bajo
la sombra de la ignorancia, de la inutilidad de gobernantes que se rodean de
personas sin escrúpulos que sólo buscan la riqueza.
Menos mal
que la muerte no se puede comprar y que por mucho dinero que tengan, cuando
llegue su hora no la podrá comprar y espero también que exista un más allá y
que estos humanos mutantes de maldad por llamarlos de alguna forma, paguen por
todos los crímenes durante toda la eternidad.
¿Cómo
podemos llamarnos humanos ante tanto sufrimiento en guerras, en conflictos, en
corrupciones, en asesinatos masivos, en la especulación y en el robo?
La sombra
de la ignorancia borra las neuronas del cerebro.
¿Porqué
no aplicar agua de mar para lavarse las manos si con ello evitamos millones de
muertes? ¿Por qué cierran filas a algo tan sencillo y noble? ¿Qué ocultan?
¿A caso interesa que las enfermedades continúen y que la problemática del hambre e infecciones por falta de higiene no interese ser combatida?
¿A caso interesa que las enfermedades continúen y que la problemática del hambre e infecciones por falta de higiene no interese ser combatida?
No me
queda otra explicación y mis lágrimas sacuden la conciencia de la impotencia,
de los oídos sordos, de la sombra de la ignorancia, de humanos que son sólo
máquinas frías sin emociones y sin escrúpulos que sólo buscan el horror de la
muerte violenta.
Tenemos
que cambiar de ruta, de tomar todos juntos un cambio de dirección para
conquistar un mundo de igualdad y bienestar que nos quieren usurpar.
De
nosotros depende en gran medida que las cosas sigan igual que hasta ahora o
peor, o que por el contrario, podamos desempolvar la sombra de la ignorancia,
haciendo de este mundo un lugar de armonía, de amor a la naturaleza, de
protección a la biodiversidad de nuestro planeta y de conseguir que la sociedad
mundial abra los ojos y tomemos el destino de la dignidad humana.
¿Cómo lo
hacemos? Con una visión global y una acción local.
Las
elecciones están por venir, algunos políticos están perdiendo sus papeles, la
corrupción y los privilegios acampan en las sociedades mundiales, no solo en
España. Nuestra voz, nuestro voto, nuestro grito a la libertad debe de unirse
por el bien de nuestros hijos y de las generaciones futuras.
Tú
decides.
PEDRO
POZAS TERRADOS (NEMO)
Más información en: http://igualdadsimios.blogspot.com
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