EL REVOLTIJO
MUNDIAL
El
revoltijo mundial nos deja estupefactos cada día que abrimos Internet y
constatamos el avance de la descomposición de esta fase planetaria. Una
descomposición semejante -en la que la basura surge no ya de las guerras y las
hambrunas, si no de los propios gobiernos y entidades supranacionales que
supuestamente se fundaron para el bien común – tiene que ser signo
obligatoriamente de que un gran cambio social está a punto de desatarse o
mejor, que está sucediendo ya.
Igual
que un absceso crece hasta estallar o por fuerza hay que extirparlo, así está
ocurriendo en el planeta Tierra, y cada vez nos enteramos aterrados de que
aquel mundo que creíamos sólido y mantenido por gentes de bien, de justicia y
de honor, no es tal porque estas gentes llevaban engañándonos siglos con
diferentes disfraces y su felonía está llegando a tal lugar que definitivamente
han apostado por liquidar el negocio al mejor postor y …..¿largarse del
planeta?
Los
medios enmudecen ante la realidad y sólo nos muestran una pequeña grieta por la
que vemos cómo van cayendo algunos, no sabemos si será otra estrategia del
poder, o es que por fin están tomando las riendas los buenos.
Pero
¿quiénes son los buenos? ¿Hay buenos en alguna parte? ¿Existen siquiera el bien
y el mal? ¿Cuáles de entre todas las informaciones aberrantes que nos llegan
son ciertas? ¿Cómo separar el trigo de la paja? ¡Ay, cuán obvio se nos hace que
estamos viviendo el Apocalipsis !!. Palabra que no significa otra cosa que
Revelación.
Apuesto
por la certidumbre experiencial y personal ante este desafío: abra los
ojos y vea, por favor.
¿Vemos
las estelas cada día tapando el sol y transformando en neblina nuestros cielos?
Sí.
¿Vemos
el avance incomprensible de enfermedades nuevas y no tan nuevas, como el cáncer
para las que la ciencia (¡oh, sacrosanta!) no tiene remedio ninguno tras
gastarse millones y millones de nuestros bolsillos? Sí.
¿Vemos
el deterioro de los alimentos ya sea a causa de los químicos agrícolas, la
producción a gran escala, los aditivos tóxicos y ya nada sabe como debiera? Sí.
¿Vemos
que prohíben el uso de plantas medicinales que son patrimonio universal y
nos venden medicamentos a cambio, caros y poco efectivos? Sí.
Por
algo se empieza cuando uno mira y constata cosas que no pueden ser y menos
siendo aceptadas y sostenidas por nosotros mismos, porque se supone que los
pueblos son soberanos y a través de los electos gobernantes seleccionamos el
estado de cosas. ¿O es que ya no tenemos opinión? ¿O es que la opinión de los
ciudadanos ya no cuenta? ¿O es que están haciendo lo que quieren con nosotros?
Es
necesario empezar a pensar a pesar del alzheimer generalizado (¿tal vez
inducido por el aluminio que hay en el ambiente gracias a los chemtrails, por
ejemplo?. Es necesario leer, investigar, experimentar, opinar,
intercambiar, respetar otras opciones, aprender, arriesgarse, buscar, ser
solidario, permanecer en equilibrio, hablar unos con otros, buscar la verdad. Es
necesario ponerse en marcha porque es ahora o nunca. Pero hacerlo con criterio
y con cuidado.
Los
mismos que hicieron las profecías están dispuestos a cumplirlas. Ya se dijo que
aparecerían muchos mesías y que fuéramos astutos porque vendrían lobos con piel
de cordero. El engaño es constante. Es permanente. La gente ya no sabe a quién
creer. Si un líder despunta, enseguida se sospecha de su honestidad y de sus
intenciones. Nos creemos noticias espeluznantes que fluctúan por doquier,
igual que antes creíamos en Dios; así sin pedir explicaciones, porque ya nos lo
creemos todo: todo el horror que nos quieran vender.
Los
llamados conspiranoicos ya se mezclan con los ciudadanos que empiezan a
descubrir el Gran Engaño.
La
conspiración está empezando a ser vox populi: los escándalos de pederastia
están a la orden del día (¿cuándo empezaremos a ver el asunto de las sectas
satánicas tan solapadas en el poder de las élites, surgir de la nada?), la
Iglesia implicada en todas estas perversiones; la economía da tumbos mientras
las personas tienen cada vez menos recursos, incluso en los países
desarrollados; suenan ecos de guerras posibles entre los bloques, ¿a cuento de
qué? ¿Quién les autoriza a ello? ¿La gente quiere la guerra? ¿No será que a
estas alturas de civilización lo que la gente quiere es que la dejen hacer su
vida en paz?
Ya
estamos hartos de guerras, de hambrunas, de terrorismo, de violencia, de basura
televisiva, de venenos alimentarios, de polución, de pagar desorbitadas
facturas por la energía, de que nos saboteen el acceso al sol, al agua, a las
plantas, a la salud… Ya está bien de venderles a las personas la culpa de estar
como estamos. La mayor parte de las personas de este planeta no son sino
víctimas de una economía podrida y corrupta de la que se lucran las élites.
Ahora
quieren también que entremos en pánico, filtrando constantemente noticias
pavorosas de lo que va a suceder, de lo que están preparando, de la hecatombe
final, la traca final, y ¿luego qué? ¿Van a montarse en un ovni e ir a
colonizar Marte? ¿No va a ser que muchos de los ovnis que se ven sean también
terrícolas? ¿No va a ser que son ellos los primeros que ya están cayendo? ¿No
será que se avecina una gran tormenta, pero una tormenta que limpiará todo este
error fundamental en la conciencia de la humanidad?
El
error de creer que unos podían vivir sin los otros, a costa de los otros. El
error de dejar que unos pocos manejen el patrimonio de todos a su antojo. El
error de los gobernantes de creerse que son los dueños. Y resulta que no, que
los dueños de nuestro poder somos nosotros, las personas, y podemos decidir,
elegir, estar sanos, acorde a la naturaleza, ser felices, y no carecer de nada
de lo necesario. Sólo se necesita querer. Sólo se necesita ponerse en marcha.
Sólo se necesita abrir los ojos y ver.
http://derribandoelmuro.com/2015/10/01/el-revoltijo-mundial/
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