1. La Inteligencia cósmica ha dado un determinado sonido
a cada criatura con la finalidad de que pueda participar de la sinfonía
universal. Solamente los humanos tienen la posibilidad de sustraerse de esta
sinfonía, porque el Creador les ha dado también una voluntad libre, y si la
utilizan para dejarse llevar por sus instintos, sus pasiones y sus caprichos,
se alejan cada vez más de la armonía cósmica y se privan de sus bendiciones.
2. El día en que los humanos consideren que la unidad y
la armonía son el objetivo de su existencia, de sus trabajos, su conciencia se
expandirá. Al vibrar de nuevo en consonancia con el Todo, restablecerán el
canal por el cual las energías más puras del universo volverán a circular en
ellos para vivificarlos.
3. Existe una leyenda que afirma que hubo un tiempo en
que el hombre poseía una palabra mágica que, al pronunciarla, adquiría el
poder de realizar fenómenos maravillosos, tales como hacerse invisible,
obtener una alfombra mágica para transportarse a lugares lejanos, otorgar la
salud, multiplicar sus fuerzas, conocer lo oculto y lo manifestado, y
obtener todo lo que deseara su corazón. Pero el hombre de hoy olvidó la
manera de pronunciar esa palabra, desde el momento en que su codicia le
hizo olvidarse del buen uso que tal poder le concedía. Esta palabra se conoce
como “La Palabra Perdida”.
4. Pitágoras dijo: Dios geometriza. También se puede
añadir: por medio del Sonido. De acuerdo con esa teoría se puede deducir que
los sonidos están determinados por los principios absolutos de las
matemáticas.
5. Los sabios de la antigüedad se sirvieron de esa música
geométrica para explicar su concepción cósmica, aquella teoría que aclaró
la generación de los intervalos y los nodos por medio de la relación de
las distancias armónicas que existen entre los planetas.
6. Según esta teoría, el Do-Re corresponde
a la distancia de la Tierra a la Luna, el Re-Mi, a la de la
Luna a Venus. Mi-Fa, a la de Venus a Mercurio y así con las
demás notas y planetas.
7. El movimiento de cada planeta produce una nota
correspondiente a la posición que ocupa el astro y Pitágoras denominó
estos sonidos por “música de las esferas”. Esta música con sus
sonidos, regulan y reaniman las manifestaciones de la vida de cada mundo.
8. Cada cuerpo vibra y según sea el número de ondas
emitidas por segundo, indica la clase del sonido que produce al vibrar.
9. La ciencia ha obtenido la Escala de Vibraciones y
comprobó que sus valores progresan desde 0 a 16.000.000 de ciclos por
segundo. Solamente nuestro órgano auditivo puede percibir desde 16 hasta
32.000 ciclos y así sucede con los sonidos como con los colores: tenemos
super-sonido y también infra-sonido, que no excitan nuestro oído, como el
ultra-violeta y el infra-rojo no afectan nuestro órgano visual.
10. Todos los sonidos, audibles o no para nuestro
oído, provocan reacciones que, al repetirse, irán con el tiempo, modelando
nuestra personalidad y nos sugestionan para sentir y pensar según la propia
índole de los sonidos. Una marcha fúnebre nos entristece; una marcha
guerrera provoca y excita el ánimo. Esto demuestra y fue comprobado que el
sonido afecta, provoca y activa determinadas reacciones químicas y ejerce una
influencia en nuestro organismo que modula las características de nuestra
personalidad.
11. Todos los cuerpos son sensibles a las vibraciones
sonoras, con la diferencia de que cada uno tiene su propia frecuencia
vibratoria, y no todas las frecuencias son audibles para el oído
humano.
Hay infinidad de cuerpos que emiten sonidos que nuestro
oído no percibe. Ahora bien, si pasamos el arco sobre una cuerda vibrante de
violín, produce una vibración que es proporcional a su longitud y será tanto
más baja o más alta cuanto mayor sea el número de vibraciones que emite por
segundo, y resultarán más agradables al oído sus sonidos si son más variados.
Los acordes que acompañan la nota fundamental son los que proporcionan mayor
riqueza de sonidos.
12. Todos los cuerpos son sensibles a las vibraciones
sonoras y todos tienen capacidad para generarlas y ser afectados por
ellas. Si pasamos el arco de violín por el borde de una copa, la copa suena y
podemos reducir su sonido vertiendo agua en ella y, mejor que agua alcohol
o éter. Si en tales condiciones pasamos el arco nuevamente por el borde,
además de producir un sonido que corresponde al espacio vacío de la copa,
se formará en el líquido una serie de gotas que saltan y forman una
especie de estrellas.
13. Aquí tenemos una placa de cristal sostenida sobre un
cono de corcho de forma que sus extremos queden en el aire, recúbrase la
placa con polvo de licopodio o de arena muy fina y pásese el arco de
violín por uno de sus lados; el sonido o la resonancia hará que la arena forme
una estrella parecida a la que fue producida en la copa de agua.
14. Tapando la parte superior de un recipiente con un
parche de tambor o con una placa de caucho y colocando un dispositivo en
forma de embudo que comunique con el interior, ya tenemos un instrumento
admirable para la resonancia. Al esparcir sobre el caucho una finísima capa de
arena y emitir un sonido, colocando la boca cerca del embudo, la arena formará
una serie de figuras de caprichosos dibujos. Al modificar la nota, se
modificarán los dibujos. Al sustituir la arena por polvos de licopodio y un
poco de glicerina y al emitir el nombre propio sobre la boca del embudo,
la voz formará un cuadro que retrate gráficamente el conjunto de los sonidos
emitidos. Hay más: cada letra del alfabeto forma al vocalizarla, un conjunto
diferente de la otra y según el tono de voz que la pronuncie. Todo esto
justifica científicamente la influencia del sonido sobre la materia.
15. El Dr. Knudsen, de la Universidad de California,
disponiendo de una cámara subterránea y aparatos de física adecuados a la
generación de frecuencias más bajas y más altas, obtuvo una larga serie de
fenómenos, entre ellos son los siguientes:
a) Atacado un recipiente de agua con ciertas frecuencias ultrasonoras obtuvo
su ebullición sin producir calor.
b) Colocada una varilla metálica en el interior de un circuito y atacado con
ciertas frecuencias ultrasónicas, no acusará aumento de temperatura si
le aproximamos un termómetro; pero produce una quemadura intensa si
la tocamos con el dedo.
c) Con la misma frecuencia y por determinados sonidos, el aceite que flota
sobre el agua, se convierte en un líquido homogéneo con el agua.
d) Sin aumentar la temperatura de un huevo se le transforma en estado de
cocido y así es posible conservarlo fresco durante algunos meses. Lo mismo
ocurre con las frutas.
e) Determinadas bacterias que resisten al calor y al frío intensos, mueren
rápidamente al someterlos a ciertas frecuencias ultrasonoras.
f) Las semillas de algunas plantas aceleran el proceso de germinación y
madurez al ser sometidas a determinadas frecuencias vibratorias.
g) El ultrasonido, en química, actúa en la fécula descomponiéndola en dextrina
y en diversos vegetales que los convierte en acetileno.
16. De todo lo expuesto se deduce:
a) Todo cuerpo tiene la propiedad de generar y reproducir frecuencias que armonizan
con su propio sistema vibratorio.
b) Todo sonido actúa con sus vibraciones sobre los demás cuerpos.
c) Que el sonido afecta el ordenamiento molecular.
d) Que influye en los procesos físico-químicos.
e) Que modela formas geométricas.
f) Que provoca fenómenos de atracción y repulsión.
g) Que influye en la cohesión orgánica de la materia.
17. Se puede imaginar o considerar al sistema planetario
como una gigantesca cítara y cada planeta emite en su posición una nota
correspondiente al sector que ocupa en la longitud de su cuerda; de esta
manera, podemos imaginar lo que Pitágoras denominó Música
de las Esferas.
18. Esta música, además de ejercer influencia sobre la
materia, como hemos visto antes, ejerce también influencia en las
correspondencias físicas y mentales del ser humano.
18. El ser humano está compuesto de 200 quintillones de
células cada una con su correspondiente citoplasma y su núcleo. Cada
célula es un circuito resonador y todas (las 200 quintillones del
individuo), con todas las frecuencias oscilatorias obedecen y determinan
sus reacciones por el principio del pensamiento-vibración.
19. En cada ser hay mente, y una mente en cada célula o
partícula. Cada mente cumple una finalidad distinta a través de las
funciones propias de su organismo; pero las 200 quintillones de mentes que
constituyen la unidad de nuestro ser, obedecen todas a una sola y misma
inteligencia y vibran todas al sonido de nuestro verbo.
20. En el principio era el Verbo, dijo San Juan. Es
completamente seguro que el Verbo, por virtud de la resonancia universal tiene
la propiedad de despertar lo que está latente en el ser, y que al emitirse
ciertos sonidos, ponen en vibración por resonancia también, los poderes ocultos
en el fondo de nuestra subconsciencia. Esta es la Magia del Verbo, por la cual
todas las cosas fueron hechas.
21. Las letras o los signos gráficos, que interpretan ese
lenguaje, no tienen otro objetivo que representar por medio de figuras,
los misterios que la palabra hablada interpreta por sonidos. Es evidente que
ambas modalidades de expresión deben tener una correspondencia común en
nuestro subconsciente y por medio de cada una de ellas podemos descifrar
esos misterios mediante la mirada o el oído.
22. Ya sabemos que primero existió el sonido y después la
figura y el número que lo interpretan. Un idioma es un conjunto de sonidos
articulados cuyas vibraciones pueden ser medidas al emitirlos. Cualquiera que
sea el tono en que hablamos, el sonido puede descomponerse en alguna
frecuencia y reducirse a una cantidad determinada de vibraciones que
establece la primera relación entre el número y el idioma.
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