HUMANO Y GUERRERO
Que
ya vienen. Montados en el enorme planeta Nibiru a chocarnos. En naves
espaciales super avanzadas a abducirnos, cenarnos, reducirnos,
esclavizarnos, manipularnos, gobernarnos, etc. Ya vienen, están
aquí, poderosos, incólumes, después de haber perdido la memoria
por medio millón de años y permitido que autómatas grises nos
hagan la vida a cuadros.
Aparte
de los dioses benignos que, de verdad, nos enseñaron cosas para
mejorar nuestro paso por la vida, y hablo de Lugh, Apolo, Hermes,
Brigidh y todos los que se apiadaron de estas criaturas atrapadas en
cuerpos de barro por el capricho de un dios enajenado; todos los
demás pueden subirse a sus naves y volver a sus planetas
respectivos.
Porque,
finalmente, ¿qué es lo que se requiere de nosotros? ¿Que seamos
conscientes? ¿Que rompamos las cadenas de la materia, cosa que nadie
se atreve a hacer?
¿No
se cansaron ya de las críticas, las amenazas de destrucción masiva,
los consejos del Papa, los mensajes telepáticos de las naves que
merodean cerca de la tierra, los “perfectos” que viven en el
centro de la tierra, las acusaciones de pecados, los abusos de los
poderosos…?
Personalmente,
esta cuestión de que “alguien” vaya a juzgar, quienes son el 15%
que se va a ir a “un planeta mejor”, o si Jesus viene a llevarse
a sus cristianos, o si nos van a arrasar con un tsunami con olas de
500 metros; me tiene hasta la coronilla.
Si
van a ayudarnos, que lo hagan de una vez. Y si lo que vienen es a
jodernos (de nuevo) que se suban a sus naves y se vayan, porque nadie
nos jode mejor que nosotros mismos. O sea… ¿capisce?
Ante
tanto misterio y ocultismo, elijo vivir en la Tierra, elijo los
cultos y fiestas paganas y la medicina natural. No necesito pirámides
en mi jardín, ni a un Dios obsesivo, ni naves observándome.
Ya
estoy harto también de los intermediarios, los que traen los
mensajes, siempre en fotos borrosas o versos truncados. Ninguno sabe
todavía para quien trabaja y si es fiel a la humanidad o a algún
ángel caído.
Que
me perdonen Lucifer y sus ángeles caídos, no desconozco su lucha,
simplemente alguien se ocupó de hacerla oculta e increíble, no es
culpa mía. Pongámosla en papel de manera que todos puedan
entenderla. Y si somos ustedes, díganlo, para que no sigamos
sintiéndonos la última mierda de la creación.
Soy
humano… desde hace mucho. Si tengo sangre hiperbórea, no me
acuerdo, pero la mía hierve en mis venas.
He
sido, también, guerrero. He navegado barcos vikingos, luchado,
ensangrentado mi espada y si tengo que combatir, combatiré.
Después
de todo, los humanos tenemos esa rara costumbre de unirnos cuando
todo parece perdido y dar la batalla final.
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