LA SOCIEDAD HUMANA ES UNA GRAN EMPRESA: La gran Conspiración Social
Nuestra sociedad
es un lugar muy extraño. ¿No habéis tenido alguna vez la sensación
de que no pertenecéis a este mundo? O simplemente, ¿de que no
estáis haciendo lo que realmente os gustaría? Todos desde pequeños,
o sino la gran mayoría, somos incentivados a tomar una senda en
particular en nuestra vida, nos instauran obstáculos
constantes para desmoralizarnos, y así tomar caminos distintos. Hoy
me gustaría compartir esta pequeña tesis sobre la perfecta
estructura de cristal en la que nos han enjaulado sin que nos demos
cuenta.
Llegamos a este
mundo y naturalizan que nuestra función no es más que la de jugar y
vivir, hasta aquí nos dan un margen, para después a temprana edad
ponernos en un pupitre en grupos de 20 para pretender que, cual
rebaño, nos quedemos sentados y quietos. Y es aquí, tan temprano,
cuando empieza nuestro adoctrinamiento.
Pensadlo un
momento: grupos de 20 niños agrupados en estos pequeños colectivos.
Es bien sabido que el ser humano en colectivo, suele dar cómo
resultado lo que podemos llamar instintos grupales, entre los cuales
comprenden: Desprenderse del concepto individuo para ponerse a
trabajar en grupo, competitividad, y discriminación para los niños
que no son tan productivos ( sacar buenas notas, integrarse en el
grupo, etc.) en contraste con los que si que lo son.
¿No te recuerda eso,
amigo lector, al funcionamiento de una empresa? En efecto, es nuestra
infancia la etapa en la que comienza nuestro adoctrinamiento.
Vamos a aparcar
un momento el ámbito escolar y vamos a irnos al ámbito familiar.La familia, esa
figura que se ha encargado durante siglos de transmitir valores y
conceptos éticos y morales a las generaciones siguientes (de aquí
conceptos tan generales como: ”A mi de pequeño me enseñaron que…”
o ”A mi mis padres me enseñaron que…”) . De todo lo que nos
han inculcado en la vida, la familia (o al menos la mayoría de
estas) es quizás el único concepto sano y natural que hay en
nuestro día a día. ¿O quizás debería decir ”había”?
Seguro que muchos os habéis percatado de la deformación del concepto familia que existe por parte de los medios. Vayamos por un momento al ámbito de la publicidad: En la década de los 80s y los 90s era muy común ver en los anuncios almuerzos, comidas y cenas familiares; en general las familias eran las protagonistas del anuncio de cualquier empresa. Hoy en día, en cambio, solemos ver una figura maternal ocupada, y la ausencia de una figura paternal (dando por supuesto que esta en el trabajo o apunto de irse).
Es como si las grandes empresas y las entidades que mueven dinero supieran que una parte de la educación más importante cómo individuos se halla en el entorno familiar, por consiguiente parece que estén poniendo todos sus esfuerzos para publicitar un modelo de familia divorciada en todos los aspectos de la palabra.
Regresando al
ámbito de la educación; al final de nuestra adolescencia ( y en
parte durante ella) la inculcación de la competitividad ya carece de
disimulo, hasta el punto de que la gente cambia su mirada hacía ti
dependiendo de los estudios que tengas; pasando de ser individuos, a
simples curriculums andantes.
Aquí quiero
hacer un pequeño paréntesis: es correcto atribuir importancia a los
conocimientos a partir del esfuerzo aplicado para adquirirlos, y por
ello dar reconocimiento a todas las personas que han dedicado su vida
a estudiar algún ámbito con devoción e ilusión. El problema
reside en que sin enterarnos los grandes poderes que controlan
nuestra sociedad han monopolizado los conocimientos que podemos
adquirir a nivel académico ( es decir se da por supuesto que solo si
te has sacado una carrera puedes hablar de ciencias) y lo que es peor
aún: se ha monetizado el saber; de tal forma que una persona sólo
podrá obtener ”conocimiento” ( es decir, una carrera) si
tiene el poder adquisitivo suficiente para ello, siendo la devoción
académica y la ilusión relevadas totalmente del ámbito académico.
Este
aparentemente corto trámito perfectamente estudiado para inculcarnos
un funcionamiento a nivel grupal y empresarial nos ha ocupado
nuestros primeros 18 años de vida, y por consiguiente, ahora viene
la parte práctica: el mundo laboral.
Es aquí cuando ponen
el último candado a nuestras cadenas. Es aquí, insistiendo, cuando
ya somos nosotros mismos totalmente sometidos a las inculcaciones de
toda nuestra vida, los que nos empezamos a regocijar en nuestras
cadenas sin darnos cuenta:
Empezamos a pensar
que regalar 8 horas de nuestra vida (o más) a una empresa no
sólo es necesario, sino también dignificante. Empezamos a
naturalizar que nuestro sentido en la vida es cotizar sin ni siquiera
pensarlo de forma racional. Aquí es cuando empiezan a pasar los años
pareciendo meses, esperando sólo con ilusión el último día de
cada mes.
Y si viniera una
persona a nuestros 50 años y nos dijera que hemos perdido el tiempo;
nuestro cerebro, inconsciente, se encargaría de poner como excusa
un: ”No soy yo el que ha perdido tiempo de mi vida, eres tú el
parásito de la sociedad que no aporta su mano de obra para alimentar
al sistema”. Son muchas las personas que después de decir esta
triste autojustificación se quedan satisfechas y no otorgan ni un
minuto de reflexión a unas palabras que quizás si las pensáramos
todos o les diésemos una segunda oportunidad, nos ayudarían a
desesclavizarnos y darle un sentido propio a nuestra vida; porque no
malinterpretemos:
En un colectivo
construido de forma sana, es positivo que cada uno ponga su grano de
arena para el crecimiento de este, si tiene objetivos nobles tales
cómo la protección de sus habitantes y el cuidado de los individuos
que participan en el colectivo; pero si la sociedad algún día fue
algo así, dejó de serlo hace mucho tiempo, ya que es muy diferente
cooperar a vender nuestras vidas a precio de 5 monedas la hora.
Me gustaría que este
texto sirviera para que te preguntes si realmente estas de acuerdo en
utilizar tus horas de vida de la forma en que lo estás haciendo
ahora mismo. En caso que estés satisfecho, no hay debate, pero en el
caso contrario no le des poca importancia a una hora, ya que estas
conforman la columna vertebral de tu vida, desde la primera, hasta la
última; y estamos seguros de que cada una de las tuyas vale más que
5 monedas.
Equipo de Notanlejos.
Artículo escrito por
Gess Martínez
http://granmisterio.org/2016/02/25/la-sociedad-humana-es-una-gran-empresa-la-gran-conspiracion-social/
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