¿ Encontraría
el alma otra forma de manifestarse?
¿ O desaparecería, perdida en
el éter?
Y
si somos un espíritu atrapado en la materia ¿cuál es el motivo?
¿Por qué y cómo fue atrapado? ¿Por qué no tenemos memoria de
vidas anteriores?
¿Fuimos,
alguna vez, “algo
más”? ¿O somos el resumen de lo máximo que la evolución puede
dar?
Tantas
preguntas… y tan pocas respuestas para complacerlas.
Si
no nos resignamos a ser solamente una bolsa de huesos y carne, cabe
preguntarnos todas estas cosas, sobre todo cuando nos sentimos
incómodos e insatisfechos dentro de este envase.
Pero,
sucede que no llegamos nunca a buenas conclusiones, porque hemos sido
inoculados con medias verdades, con creencias que nos ahuecan e
impiden que arribemos a conclusiones más reales.
¿Qué
pensarías si te dijera que fuimos reseteados, tal como haces con tu
computadora, para que funcionemos con un “sistema operativo”
diferente al que, originalmente, corresponde al universo?
Ese
sistema operativo general, al que llamaremos Dharma,
fue realizado para que, en el cosmos, la vida se expanda y fluya
incesantemente, alcanzando los rincones más recónditos de una
dimensión donde el espacio y el tiempo no existen, pero que han sido
adoptados convencionalmente, de manera tal que no existen y existen…
al mismo tiempo…
Sé
que esto último es difícil de digerir, pero acéptalo por unos
minutos, sólo para que podamos comprendernos.
En
determinado momento, la historia del hombre, pensado como
singularidad exploradora, como unidad consciencia-memoria dispuesta a
explorar ese cosmos, fue secuestrada por una entidad extraña,
diferente.
Para
lograr su objetivo, esta entidad cambió el sistema operativo Dharma,
por uno semejante, pero defectuoso, al que llamaremos Samsara.
Samsara ubicó
al explorador en una realidad donde espacio y tiempo son la única
opción, donde, en apariencia, no existe otra cosa.
Así,
el explorador dejó de ser explorador, para convertirse en
trabajador.
Y
para contenerlo dentro del sistema operativo y que no se haga
demasiadas preguntas, proveyó de tres antivirus muy fuertes,
llamados Familia, Nación y Religión.
El
antivirus Familia,
funciona a partir de varias bases operativas: figura materna, figura
paterna, hermanos, familia secundaria e hijos. Con la promesa del
amor filial se crea una célula de limitaciones, dependencias y
obligaciones que finalmente resultan en el incumplimiento de alguna
de las partes.
El
llamado Nación opera
con fronteras, patriotismo, banderas, estado, leyes, etc. componiendo
un organismo basado en la represión, bajo la promesa de seguridad y
pertenencia. En verdad somete al individuo a un cuerpo mayor que
resulta ser más importante que la criatura misma, determinando,
inclusive, su obligación de morir por él.
La Religión,
en tanto, maneja los niveles de frustración producidos por un
sistema opresor y utilitario, con la promesa de recompensas después
de la muerte o en futuras vidas (karma).
En
todos los casos, si lo vemos bien, el individuo es reducido a un
plano secundario y a la categoría de servidor, respetando el
dicho: el
que no vive para servir, no sirve para vivir.
Aclaremos
que servilismo no es lo mismo que consideración hacia el prójimo,
la perspectiva es completamente diferente, porque la consideración
no implica la renuncia a uno mismo.
Y
por otra parte, la negación a renunciar a uno mismo no implica
tampoco el culto al ego, el cual proviene de una deformación basada
en la ignorancia de la entidad esencial de vida.
Todas
estas limitaciones confunden y menoscaban al individuo, sumergiéndolo
en un mundo monótono y angustiante, reforzado con un método
educativo y una cultura mediática poderosos, todos coordinados en el
mismo sentido.
¿Qué
pasa si el sujeto se niega a formar familia, a ser útil al estado y
a arrodillarse ante una deidad tiránica?
Pues,
sencillo, es rechazado por toda su especie, considerado un
proscripto, anormal y hasta delincuente. En breve se ocuparán de
encerrarlo y destruirlo.
Y
esto es porque el sistema responsable del reseteo, necesita de la
energía y mano de obra del trabajador,
no del explorador.
Pero,
de ninguna manera, considera la expansión de la experiencia del
sujeto, misma que está determinada por la Ley Universal, el Dharma…
VISTO EN: https://centinelanocturno.wordpress.com/2018/11/19/familia-nacion-y-religion-la-triada-del-engano/
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