Mostrar buen nivel de domesticación y hacer “lo que se espera de ellos”
NORMOPATÍA:
Enfermedad
pandémica
Estamos
ante una terrible enfermedad de proporciones pandémicas.
La
percepción es unánime. Especialistas de Reo Virtual, tras reunirse
para celebrar las primeras Jornadas sobre Trastornos de la Existencia
y Pensamiento Único, afirman de manera rotunda que:
La
normalidad se ha convertido en una seria amenaza para la salud e,
incluso, la vida de las personas y coinciden en la necesidad de tomar
medidas urgentes.
La
civilización normalizadora
La
normopatía es una enfermedad de la mente que en la actualidadafecta
a millones de personas. Este grave trastorno inducido por el
conductismo de masas que se difunde a través de los medios de
comunicación, la propaganda comercial-política, la cultura, etc.,
se ha expandido hasta convertirse en una nueva forma de totalitarismo
moderno.
El
doctor Ernesto Samsa destaca que “la presión es excesiva. Los
mensajes, los sondeos y las estadísticas que marcan el criterio de
normalidad son omnipresentes en nuestra sociedad, forzando a
desviados e indecisos a alinearse con la mayoría. Existen además
importantes factores de riesgo como la escolarización obligatoria,
el código penal, la policía, las instituciones para excluir a los
incorregibles (residencias, psiquiátricos, prisiones,…) y muchas
otras formas de coacción.”
No
es de extrañar pues que el fenómeno de la normalidad se haya
universalizado en las últimas décadas. Actualmente no conoce
barreras sociales ni orgánicas y afecta por igual a mujeres,
hombres, pobres, ricos, niños, adultos, blancos, negros, celíacos,
pelirrojos, sindicalistas… “Una vez moldeados por la enfermedad
parecen todos cortados con el mismo patrón”, afirma el doctor
Samsa.
Perfil
del normópata
La
doctora Virginia Strangelove lleva varios años dedicando todos sus
esfuerzos a la investigación. “Enseguida los reconozco. Tal
como entran por la puerta de la consulta me digo a mí misma: mira,
un tipo de lo más normal. Un aburrido ciudadano sin iniciativa, un
cívico y hueco autómata que paga religiosamente su hipoteca y
obedece al imbécil de su jefe en el trabajo”.
Para
la doctora Strangelove estos son algunos de los rasgos comunes que
mejor ilustran la personalidad del normópata.
“Son
aquellos que hoy en día desean triunfar social y profesionalmente y
que, para alcanzar sus objetivos, han de mostrar necesariamente
ciertos niveles de domesticación y limitarse a hacer “lo que se
espera de ellos”. Son individuos que han perdido todo sentido
crítico de la realidad.
Nada
más peligroso, pues con el tiempo esta autocensura tiende a
evolucionar de manera expansiva y maligna hasta necrosar el encéfalo
de los aspirantes que, finalmente, acaban asumiendo esta conducta
‘que se espera de ellos’ como la normal, la correcta y la única
posible.
La
mayoría han estado sometidos largos periodos de tiempo a
manipulación audiovisual por parte de los mass media, donde les
bombardean sin tregua los sentidos con publicidad, columnismo e
ideología subliminal.
“Los
pacientes nos llegan aturdidos. En el examen inicial que les
realizamos al ingresar tan sólo encontramos actividad neurológica
en la espina dorsal”.
Ortopedia
conductual
Según
la doctora Strangelove, la primera infancia es una etapa clave en el
desarrollo de la normopatía.“Los bebés nacen originales. Cada uno
es diferente. Sin embargo, los empiezan a moldear desde edades muy
tempranas. Podríamos decir que el contagio de normopatía se da en
los primeros meses de vida por contacto directo con la familia.
“Quítate
el dedo de la nariz, duérmete ya, eso no se dice, aquello caca no se
toca…- y así todo el santoral.”
Posteriormente,
los mecanismos se van perfeccionando y la sintomatología se agrava
con la exposición continuada a las películas Disney, la escuela, la
universidad, los medios de comunicación y la cultura en general.
La
normopatía se considera totalmente estructurada con la entrada en el
mercado laboral, donde se desarrolla con toda su virulencia y los
últimos rasgos diferenciales del afectado acaban de extinguirse por
completo.
Resultado:
un adulto normal
Tenemos
como resultado de este proceso a un individuo ‘normal’. Un
adulto-consumidor domesticado. Un vegetal sin profundidad que
simplemente se dedica a ver lo que le rodea sin intentar comprender
nada. Un mero espectador pasivo de ‘lo que pasa’, y que forma
parte de un gran rebaño teledirigido.
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