Como todo niño que empieza a andar,
necesita de asideros, avanza con paso torpe, se agarra a todo lo que
encuentra a su alcance y finalmente cae, una y otra vez. Así hasta
que su cuerpo se fortalece, su equilibrio mejora y sus extremidades
responden como su mente ordena. Este periodo es corto en la vida de
un ser humano, un periodo breve en el que debe aprender el juego de
prueba error, hasta que es lo suficientemente fuerte como para no
necesitar de nada para moverse por su entorno. Sin embargo en el
aprendizaje espiritual, ese periodo en el que necesitamos de esas
muletas hasta que aprendemos a valernos por nosotros mismos, nos
dura toda una vida y aun así, no logramos aprender lo suficiente
como para no necesitar un punto de apoyo, un tutor o un guía, que
nos ayude a no tropezar y caer una y otra vez.
¿Qué sucede cuando nuestro sistema
y las personas que nos educan, solo nos adoctrina y no nos enseñan
a madurar espiritualmente?
Que o bien seguimos a rajatabla esa
doctrina impuesta sin plantearnos nada más allá de ese cercado
mental, o bien si en el caso hipotético despertamos de esa ilusión,
lo que nos sucede es que nos movemos torpemente agarrándonos a
cualquier cosa con visos de autenticidad, cayendo en una trampa tras
otra, empujados por la inexperiencia, la necesidad de creer y esa
sensación de abandono perpetua que en un principio no ayuda a
replantearnos nuestra existencia, pero que también nos empuja a los
brazos de cualquier desaprensivo con ansias de llenarse el bolsillo.
Esto no pinta un panorama halagüeño,
y ciertamente es así, puesto que nos educan para trabajar, producir
y competir. La ciencia y la religión usan métodos similares
tutelándonos a través de sus fórmulas, los unos basadas en un
mundo puramente físico y material, y los otros basados en una
espiritualidad basada en el sacrificio, la culpa y el miedo. Al
final la combinación de ambas, nos deja plenamente capacitados para
cargar con pesadas y esclavas tareas, sin posibilidad de escape,
puesto que todo lo que conocemos es lo que vemos y lo que no vemos,
hemos de temerlo y entregarnos a ello en sacrificio.
Despertar a esto y madurar
espiritualmente, supone responsabilizarnos de nosotros mismos, saber
que nuestros actos tienen consecuencias, y pueden dañar a terceros,
que somos soberanos, tenemos libertad de elección, tenemos
conciencia y somos algo más que un cuerpo físico, que nuestra
libertad no debe sobrepasar el respeto a los demás seres vivos, que
somos individuos independientes dentro de un inmenso colectivo, y
que no somos ni más, ni menos que nadie.
¿Qué nos enseña actualmente la
pseudo-espiritualidad que propaga de distintas formas este sistema?
Básicamente no nos enseña nada,
pero si podemos aprender. Aprendemos a base de errar, de tropezar y
caer, de decepcionarnos con nosotros mismos y de no volvernos a
perdonar caer en otra trampa más.
Repasemos algunas de las doctrinas
que aún se imparten a través de gurús, médiums, maestros,
contactados, personal coaching y otras formas distintas de
etiquetarse para continuar captando gente inquieta con un gran
potencial, y un miedo y una culpa que aun arrastran de su paso por
la religión institucional.
Jerarquía
piramidal: Vayas
donde vayas, estudies la corriente que estudies, texto al que te
enfrentes, allí donde te acerques, siempre hay un ser superior, un
hermano mayor, un ser ascendido, un ángel o cualquier otro rol que
utilicen, este siempre será superior a ti, tu existencia y sus
circunstancias. Esta forma de entender la espiritualidad y el rol
que tomamos al seguirla, nos empuja al sometimiento, a no cuestionar
y obedecer, y a colocarnos nuevamente en la base de la pirámide. Lo
que aprendimos de este error es que todos tenemos un mismo origen, y
por lo tanto no existe en el universo (sea o no físico, en este u
otro plano) un Ser superior a otro. El respeto a las decisiones y
las consecuencias del otro son absolutas, y en base a ese respeto es
como se logra una evolución espiritual sana y sincera, además de
una interrelación que supera cualquier frontera física, cultural y
espiritual.
Ahora sabemos que cualquier
organización, ideología o movimiento que tenga una jerarquía es
una trampa, y nunca querrán de nosotros más que los recursos que
les proporcionemos, ya sean económicos o energéticos. En un futuro
nada debe ser jerarquizado si queremos que llegue a buen puerto, la
colaboración y el bien común es avanzar, aprender y crecer en
comunidad, las jerarquías son regresivas y absolutamente negativas
y condenadas al fracaso, son un sistema control muy básico y
primitivo.
Comprender lo que es nuestra
soberanía existencial, implica no caer en falsas esperanzas y
empezar a caminar solos hacia nuestro propio propósito espiritual,
sin instituciones, sin guías, sin muletas. Conseguir esto implica
no solo creer en nosotros mismos, sino que implica superar la
tentación de delegar nuestra responsabilidad en cualquier verdad
que nos quieran vender.
Ceremonia y
ritual: Es
raro encontrar un movimiento espiritual que no tenga un ritual, y
alguien (un maestro, sacerdote, brujo o mago) que lo lleve a cabo.
El ritual en sí mismo implica una forma cerrada, un procedimiento
metódico y estricto, de cómo debe de hacerse aquello que se
persigue. Es cíclico y repetitivo, y siempre, siempre beneficia a
un tercero. Siempre nos deben saltar las alarmas cuando nos
enfrentemos a un ritual, esto siempre está ligado al sacrificio, a
la entrega y al sometimiento voluntario por nuestra parte ante una
entidad o persona representante física de esa entidad. Por supuesto
un ritual siempre es una forma de brujería o magia, tenga la forma
que tenga, sea aparentemente inocente o no, es muy probable que
escape a nuestra comprensión a priori, y por lo general nos dejemos
llevar por la confianza que nos trasmite la persona o personas que
nos invitaron a participar.
El ritual siempre implica un
sacrificio y por su carácter cerrado, también implica que no somos
libres de elegir otras vías, y si estas nos interesan o no, o nos
enseñan o no. Este es uno de los motivos por los que las religiones
están destinadas a desaparecer, porque un Ser cuando madura
espiritualmente sabe que existen forma infinitas de lograr un
objetivo sin dañar a un tercero, ni sacrificarlo en una ofrenda.
Existen posibilidades infinitas de lograr lo que te propones sin
tener un método, un ritual o una ceremonia, internamente solo tú
sabes que es lo correcto, escúchate y no sigas a nadie.
Dualidad:
Este es
otro de los típicos clichés que nos hacer errar y caer en la
trampa, la eterna dualidad. Es la tergiversación de esta dualidad,
la que nos perjudica y nos hace caer, ya que estamos programados y
adoctrinados a no ver más allá de dos posibilidades, vemos la vida
en unos y ceros, y esa es la Matrix. Buenos y malos, blanco y negro,
vamos de un extremo a otro como siempre, dando bandazos y
equivocándonos de forma inexorable. Es una forma de control muy
útil, ya que es una forma de pensamiento simplista y de fácil
desarrollo para dominar a un colectivo. Esto nos ciega empáticamente
y nos desconecta de los múltiples matices que existen en cada una
de nuestras decisiones. Con un pensamiento dual, jamás detectaremos
a un manipulador, jamás detectaremos una conspiración, ni una
intención aviesa y oculta.
La madurez espiritual nos enseña que
vivimos en un océano de probabilidades, todo es posible y nuestra
intención contamina el resultado, por lo tanto hay tantas
posibilidades como seres existen, y hay tantos matices como colores
o números, por lo tanto nos enfrentamos a una infinita cantidad de
caminos posibles para lograr aquello que nos proponemos. No tenemos
por qué definirnos, ni encerrarnos mentalmente, siempre
podemos encontrar la forma de dar con aquello que nos proponemos, el
error solo nos dice, que no calculamos de forma correcta, o que no
vimos más allá de lo dual. No es mala suerte, no existe el azar,
solo tu elección y los resultados y consecuencias de estas.
Ego:
Es una de las herramientas indispensables dentro de la
espiritualidad, el control del ego es un pilar esencial desde el que
se ha construido todas las nuevas corrientes espirituales de nueva
era, y es lógico, ya que el que controla y domina el ego, domina a
la persona, domina y controla su mente, y su voluntad. Es así como
estos movimientos espirituales han dominado y controlado el
despertar de la gente. El ego es el yo, y esas dos letras (YO)
engloban todo lo que somos, luchar por el control del ego es luchar
contra nosotros mismos, y mientras nos autoaniquilamos, dejamos de
prestar atención a todo lo que nos rodea, ya que el constructo
programado en nuestra creencia dice que es nuestro ego quien nos
sabotea. La falsa espiritualidad ha utilizado el ego como
herramienta de control de aquellos que con ansias de búsqueda,
escapaban a las religiones institucionales, y caían en las redes de
movimientos que con aires positivistas. Programaban el control del
ego, para dominar y reducir a esa gran cantidad de rebaño
descarriado que llegaba a ellos indefensos y con ansias de creer.
El ego encierra tu individualidad, tu
personalidad, tu sensibilidad, tu creatividad, aquello que te hace
distinto y a la vez único, el ego es aquel que hace aportar a la
comunidad global. Lo contrario es la mente colmena, un rebaño
manipulable y fácilmente controlable, es por ello que todas las
corrientes que abogan por el control del ego, son intrusivas y
sectarias, no buscan tu iluminación sino tu control, apoderarse de
tu voluntad, para fines muy oscuros.
Otro engaño del ego que es muy
utilizado también, sobretodo sobre aquellos que ansían el
contacto. El engaño consiste en potenciar el ego de aquel que se
desea controlar, diciéndole lo especial que es, lo distinto y
diferente que es del resto de personas, el típico rol del “elegido”
el cual ha propiciado que durante miles de años exista un
porcentaje muy pequeño de población que se crea distinto del
resto, esto es muy útil, y pocas veces el sujeto logra darse cuenta
del engaño, lo que lo convierte en un títere perpetuo.
El siguiente paso será asignarle una
etiqueta asociada a un rol (trabajador de luz, guerrero, semilla
estelar, índigo…) y ese ego programado hará el resto, porque esa
persona se creerá distinta y jamás se sentirá parte de una
comunidad, y trabajara solo para sí mismo (y para aquellos que la
programaron y controlan), para recibir su dosis de
expectación/adulación/aprobación del resto de mortales que están
varios escalones por debajo de él. En ambos casos la meta es la
misma, control, o bien creando ganado a través de la lucha contra
el ego, o bien adulándolo hasta convertirlo en otra cosa para
posteriormente controlarlo, y usarlo contra aquellos que llegan
buscando respuestas.
La Sombra:
Forma parte de la dualidad anteriormente mencionada, pero es un
sistema de control tan potente que merece una mención propia. El
lado oscuro del ser humano, o lo que algunas corrientes llamaron la
sombra. Esta sombra fue ampliamente difundida y provechosamente
usada, si bien es cierto que se usa para controlar al ser humano
desde que tenemos memoria, unos camuflándola en forma de culpa,
otros como una especie de lado oscuro inherente al Ser, incluso la
ciencia saca provecho, etiquetándola de mil formas en la moderna
psicología.
Todos se empeñan en culpar al Ser
humano y a su lado oscuro, de todos los males que asolan el planeta,
la guerra, el hambre, la codicia, y la enfermedad, forman parte del
Ser desde que nace, y todo forma parte del paquete. Es su lado malo
y espiritualmente hay que lidiar con ello y responsabilizarnos de
esa carga. Evidentemente esto es completamente falso, y a pesar de
que este sistema lleva miles de años inculcándonos esto, se
desmonta fácilmente.
Vivimos en un sistema depredador, que
nos inculca desde la más tierna infancia que solo los más fuertes
sobreviven, tratan de matar nuestra sensibilidad, y nuestra empatía,
a base de programarnos para competir, racionalizar y relativizar,
diciéndonos que no existe el bien y el mal, y que no importa el
medio sino el fin. Con estos ingredientes de partida, no se nos
puede culpar de nada, adaptarse a un medio hostil para sobrevivir,
es nuestro único pecado, por lo tanto no hay lado oscuro, sino que
ese lado oscuro lo creamos para no ser devorados por el propio
sistema.
El mero hecho de que existan personas
que hacen el mal en sus formas más horrendas, no puede ser ápice
para meternos a todos en el mismo saco, habría que cuestionarse que
son realmente esas personas, y por supuesto, si realmente se las
podría llamar Humanos. Es evidente que debajo de una apariencia
común, puede haber múltiples y dispares orígenes los cuales aún
están por ser demostrados, pero que muchos intuimos. Solo su forma
de ejecutar sus horrendas acciones sin arrepentimiento, con una
frialdad que abruma, demostrando una total falta de empatía o
arrepentimiento, también nos indica que algo falta en su interior.
Lo que aprendemos aquí, es que somos
puros e inocentes, que el mal y la oscuridad no son parte de
nosotros sino que es una influencia, y por supuesto alinearse y
reconocer a esa sombra es una elección. Lo correcto, lo humano, lo
que dicta la conciencia es no alinearse a esa influencia maligna,
resistirla y superarla.
Karma:
El Karma es otro de los pilares sobre el cual se sustenta la falsa
espiritualidad que nos adoctrinan. El karma solo tiene sentido
dentro de una espiritualidad fuertemente jerarquizada,
culpabilizadora y con un sentido del perdón inexistente. La clave
es la deuda, y el sentimiento de culpa, que es lo que nos empuja a
tener que reponer el supuesto daño infringido, esto si es encima
acumulativo, vida tras vida, nos encontramos ante algo que responde
a un interés, y como en nos enseñó el capitalismo, el interés
solo corresponde a la banca y la banca siempre gana (el gestor del
karma, juega el mismo papel que el usurero).
Si aplicamos este mismo sistema a la
espiritualidad veremos que aquellos que gestionan el karma como una
moneda fiduciaria sin asentamiento en nada real, o material, ni
siquiera espiritual, concluiremos con que solo es algo mental, una
creencia que nos empuja a delegar nuestra voluntad en terceros, los
cuales a través de contrato, nos imponen unas normas abusivas que
se sustentan únicamente en nuestra creencia de que no hay
alternativa, lo que nos atrapa en esa famosa y eterna rueda del
Samsara. El karma y cómo se gestiona tras la muerte, es muy similar
a un esquema Ponzi, si conoces este esquema basado en una estafa
piramidal, no necesitaras saber nada más sobre el karma y
entenderás perfectamente como se ha estado gestionando esta ilusión
de deuda.
El karma tal y como lo predican las
distintas corrientes espirituales, no existe. El karma no responde a
ningún tipo de equilibrio que tenga que ser compensado, ni responde
al ojo por ojo y diente por diente, las consecuencias de nuestros
actos son asumidas por ambas partes, y estas consecuencias no tienen
que ser directas e instantáneas, una misma experiencia puede servir
a las dos partes de formas distintas, las posibilidades son
infinitas, y los resultados no tienen por qué ser públicos y
notorios, la conciencia misma, es quien balancea la situación y da
a cada parte lo que les corresponde, y no es otra cosa que una
valiosa lección. Si elegimos ofuscarnos y repetir, la lección será
más y más severa (puede que no entendamos la forma y ni el
lenguaje que emplea nuestra conciencia para hacernos ver el error,
pero esto no implica que no se aplique de forma justa), pero es la
conciencia la que otorga a cada uno a través de nuestros actos lo
que es justo, no un gestor, ni un maestro, ni un representante de
dios en la Tierra.
Con esto aprendemos que somos y
siempre fuimos libres de elegir y no debemos nada a nadie. Tener la
capacidad de soltar ciertas emociones y sentimientos es la llave, no
necesitas venganza, solo permítete no quedar atrapado en
situaciones de dolor, desesperanza o trauma.
Muerte y
reencarnación: La
muerte es un recurso del cual todas las religiones conocidas sacan
rédito, así como todas las corrientes espirituales surgidas
después. El miedo a la muerte y nuestra total ignorancia sobre
ella, es lo que llena los templos y sus arcas. La reencarnación es
un recurso útil para aquellos que necesitan esperanza, igual que
los que creen en la resurrección, pero esto finalmente no tiene
ningún sustento.
Si tenemos un sistema espiritual y
metafísico fuertemente jerarquizado, donde existen unas entidades
que tras la muerte, nos reevalúan y nos dicen siempre, pase
lo que pase, vivamos como vivamos, seamos como seamos, que tendremos
que volver si o si, imponiéndonos unas condiciones cada vez más
espartanas, salvo que estemos dispuestos a realizar ciertos roles, a
cambio de no seguir viviendo en la miseria (en la mayoría de los
casos) tendremos que llegar a la conclusión de que por desgracia
vivimos en un sistema antinatural, una rareza, la cual no sabemos
cómo, pero existe y la vivimos vida tras vida.
La reencarnación es una elección,
no un sistema de reciclado de almas, y esta debe responder a un
propósito muy bien definido, no tiene sentido repetir una y otra
vez sin poder sacar nada de esa experiencia. Puesto que olvidamos de
una vida a otra, y no tenemos posibilidad de recordar, ni saber dato
alguno de quien somos y qué y para que nacemos aquí, qué sentido
tiene un sistema de reciclado como este.
El propósito real de la
reencarnación lo elegimos conscientemente y en conciencia, y según
el propósito de la misma podremos elegir recordar o no, quien
somos, para finalmente y a lo largo de esa vida que elegimos o al
finalizar la misma, recordar y poder continuar nuestro libre
albedrio, para que la experiencia tenga sentido y tenga una
justificación, si no se atesora experiencia carece de sentido y
justificación. Evidentemente esto no es así, y se ha creado un
sistema de reciclado con nuestra conciencia y los recursos que manan
de ella, que es sano y lógico, cuestionar absolutamente todo lo que
concierne a este tema y concluirás que ni un solo libro o texto
antiguo que hable de la reencarnación sirve absolutamente para
nada, si no cuestionas el propósito tras esta imposición.
Meditación:
Se ha
vendido que la meditación yoghi es la única forma de lograr la
iluminación, o cualquier meta que queramos conseguir como camino en
nuestra espiritualidad. Reducir todas la posibilidades a una
única posibilidad tiene un único propósito, control. No estoy en
contra de la meditación, pero si estoy en contra del método. No
puede ser, que solo haya una manera universal de meditar, que
curiosamente es el método que se usa en la kabbala, quizás
deberías sospechar, pero nadie cuestiona. Existen infinitas
posibilidades de lograr una meta en un universo infinito de
probabilidad, ¿por qué se insiste tanto desde absolutamente todas
las corrientes espirituales, en usar un tipo de meditación
concreto? quizá porque todo queda canalizado en una única forma de
control.
Una reflexión
profunda, llega al discernimiento, que no es otra cosa que la
comunicación entre la conciencia y la mente consciente, la cual nos
dice que, y que no, es correcto. Esto es meditación, pero
curiosamente lo que se suele pedir es vaciar la mente y apagar el
ego, o sea ser una vasija vacía, un vehículo orgánico dispuesto a
ser manejado por otras entidades. Si esta es encima grupal, con un
rito marcado, con fecha programada y un propósito un tanto
abstracto, puede llegar ser un arma. Es por ello que no recomiendo
meditar de forma guiada, grupal, o con personas que no tengan un
propósito definido. Lo ideal sería que cada uno actúe en
conciencia y sabiendo que esto no es un entretenimiento, ni es algo
que se practique deportivamente, o por conocer gente y compartir
actividad.
Quizá me repita y aun a riesgo de
ello, vuelvo a recalcar que todo lo que sea metódico, programado y
calculado, con un maestro guía, y una forma concreta de conseguir
un objetivo (por lo general pintado muy bonito, y muy enmascarado)
no suele ser correcto, si aun así dudas, siempre puedes y tienes la
opción de elegir.
Mitos, métodos y errores comunes
en la espiritualidad
Dentro de las creencias espirituales
colectivas, existen algunas que en algún momento fueron tomadas
como verdades absolutas y que no tienen ningún sentido, aun así
hoy día es muy común verlas extendidas y asumidas como algo, que
forma parte del patrón o programa dentro del común adoctrinamiento
social.
A continuación voy a desgranar
algunas de ellas, y ver como en realidad no responden a ninguna
verdad.
“La vida es
un juego lleno de experiencias”
Es uno de los
programas más exitosamente vendidos por los movimientos nueva era,
que no es otra cosa que una forma de relativizarlo todo y así
evitar una implicación directa por nuestra parte, lo que nos
desconecta, nos disocia y anula nuestra voluntad, de la realidad.
Como con casi todas las enseñanzas adoctrinadoras de estos
movimientos espirituales se esconde el control tras ese halo de
positivismo, abrazo fácil y sonrisa boba. La vida y las
experiencias que contraemos al relacionarnos unos con otros, podrían
ser tomadas como un juego, fuera de este sistema carcelario
impuesto. Sí podríamos tomarnos las experiencias vividas como
parte de un juego, si pudiéramos elegir las reglas del mismo, y
recordar esas experiencias, pero como no es así, es estúpido
siquiera sugerirlo.
“Solo importa
el aquí y ahora”
Uno de los Mantras más populares,
repetido hasta la náusea, propagado por gurús de todo tipo.
Cuantas mansiones se habrán vendido gracias a estas pocas y simples
palabras. Al colocar a las personas en un único tiempo, ese aquí y
ahora, los condenas a repetir sus errores del pasado, y le eliminas
las posibilidades de un futuro distinto. Si no hay pasado y no hay
futuro, y solo existe el ahora, puedes controlarlos fácilmente
porque no tendrán referencia alguna, y acabaran por vivir en una
perpetua relatividad moral. Esto unido al otro mantra que decía que
no existe el tiempo, obtenemos la cuadratura del círculo del
control de la voluntad.
Esto es
básicamente, barrer para casa, como tomar algo que en según qué
situaciones y según qué personas puede ser útil este mantra
(sobre todo para aquellos con tendencia a la depresión o la
ansiedad, que son trastornos en los que el individuo quedó anclado
en el pasado o se anticipa demasiado) lo utilizan para condicionar
la percepción de las personas y así eliminar su sentido común. Al
igual que al propagar que el tiempo no existe, algo que desde el
punto de vista del espíritu es así, pero que no se aplica a una
vida orgánica sujeta a ciclos, en los que el tiempo existe y está
marcado por esos mismos ciclos biológicos. Otra cosa es como han
usado el tiempo para convertirnos en seres productivos, mostrándonos
el tiempo de forma lineal, esto no tiene nada que ver con la
existencia del tiempo en sí.
“Puedes
atraer lo que desees…”
Somos frecuencia y vibración, todo
lo vivo tiene pulso, y este pulso está en una frecuencia. Este dato
básico y puramente elemental, ha trascendido toda lógica y sentido
común, y ha sido transformado en distintas creencias y formas de
manipulación. Un conocimiento que una vez fue hermético y oculto,
porque da pie a entender la mecánica universal de la realidad, hoy
es una especie de método para hacerse rico sin esfuerzo. Hay que
ser muy torpe, para creerse que podemos atraer el dinero y la
riqueza, usando el principio de atracción, y si alguna vez lo
creíste, es que no entendiste nada. Si toda tu búsqueda de
conocimiento, e iluminación se reduce a buscar comodidad, tampoco
entendiste nada. Muchos usaron esto para engañar a los incautos y
ellos no atraían el dinero, sino a los que se lo dejaban en el
último atajo de moda.
Esto también se
usó para el amor, el trabajo y la salud, más de lo mismo. Este
sistema está acotado y hay quien controla el flujo de dinero, y
todo lo que rodea al hecho de tener o no tener dinero. Se propagó
la creencia que el dinero es una energía y como tal podemos
atraerlo. El dinero no existe, ni es real, es un diseño para
controlar la mente del hombre, no existe en el cosmos y no es un
recurso natural, por lo tanto esto no se puede atraer. Tampoco
podemos asociar el concepto de abundancia a la riqueza material,
porque la abundancia en la espiritualidad no tiene nada que ver, con
casas, yates o ferraris, y menos aún con fama o poder. Por lo tanto
“el secreto” es solo un timo más, surgido de una
malformación de la información malintencionada para hacer el
enésimo negocio.
“Lo que comes
eleva tu frecuencia”
Al igual que en el punto anterior
existe la creencia de que la comida vegetal orgánica, puede elevar
nuestra frecuencia. Esto no solo es falso, sino que carece de
sentido, ya que proviene de un planteamiento un tanto snob y
elitista. De entrada una dieta de esas características, solo sirve
para hacer que nuestro cuerpo este más saludable y vital, evitando
ingerir ciertos tóxicos de la alimentación industrial, pero hasta
aquí, tu frecuencia por lo demás seguirá siendo la misma, porque
esta, está sujeta a un ritmo planetario. Si esto fuera totalmente
cierto y real, sería injusto para todos, ya que impediría que
aquellos que no pueden o no tienen los recursos para acceder a ese
tipo de alimentos, no van a poder ascender o elevar su frecuencia,
lo cual implica algo más que un problema ético y moral, que per
se, va en contra de la conciencia.
También está el clásico atajo de
aquel que se niega a trabajar en su propia conciencia y compra
barato el último atajo que alguien se invente. Elevar la frecuencia
significa haber hecho un trabajo interno inmenso, y haberse deshecho
de toda la programación, miedos y traumas emocionales, que son
realmente los que nos bajan las frecuencias, habernos desecho de los
prejuicios, los anhelos y las necesidades mundanas. Por lo pronto no
veo casi nada de esto en quienes comparten en redes sociales su
última dieta orgánica, pero la frecuencia solo la elevan en su
mente y su pensamiento pijo, el resto sigue vibrando igual que
siempre.
Me alegra que la gente se quiera
alimentar de una forma ética y sana, pero no que pretendan ascender
solo por esta vía, que nada tiene que ver con su frecuencia, para
esto requiere tener una conciencia activa y consciente.
“El poder de
la palabra”
Muchos se
perdieron en esto y lo entendieron erróneamente. La palabra tiene
poder, pero el poder está en quien la usa, no en la palabra en sí,
ni en su significado etimológico, o gramatical. Los signos son
neutros y es la intención del que los usa lo que imprime la fuerza
y el poder en ellos. Nosotros impregnamos estos símbolos de la
energía que necesitan para que tengan un valor o un poder, mientras
tanto las palabras no son más que eso, palabras. Las palabras se
usan para programar y controlar las mentes, pero hay que saber que
esa era la intención primaria de aquel que diseñó la terminología
específica, o programación neurolingüística,
es igual que cuando cargamos nuestras frases de odio, o ternura,
dolor o cariño, es nuestra intención y la carga de energía que
imprimimos en ella, la que hace el trabajo, las palabras solo son
vehículos. Como reza la sabiduría popular “No es lo que dices,
sino como lo dices”.
“Nadie tiene
la verdad, todos están equivocados”
Es una de las
frases que más he oído, muchas veces casi como una disculpa
obligada a la hora de argumentar, pero es falso. Todos tenemos la
verdad, y todos la conocemos, otra cosa es como unos y otros la
interpreten, y como unos y otros la mezclen con mentiras para sacar
provecho, tener control o ganar poder. Por lo tanto no estaríamos
hablando de la posesión de la verdad que es un bien natural que
todos tenemos intrínseco en nosotros, sino en cuál es la vía
correcta para llegar a reencontrarla, y esto es la síntesis de
tanto debate, odio y rencillas volcados en múltiples debates. La
verdad no requiere de explicación, interpretación, dobles
lecturas, terminología específica o conocimiento previo, es
universal y todos la llevamos dentro. Deberíamos centrar nuestros
esfuerzos en recuperar la memoria y averiguar porque a alguien le
interesa que seamos seres amnésicos, en vez de malgastar recursos
en buscar un conocimiento que ya portamos, pero que se nos privó de
él.
Conclusión:
Si tuviéramos que resumir en tres
palabras toda la confusión y la desinformación acumulada durante
miles de años sobre el verdadero carácter de nuestra
espiritualidad, serian CONTROL, CONTROL y CONTROL.
No hay más, no
olvides el papel que juegas en todo ello, por qué naces, vives y
mueres completamente amnésico, y por qué tu experiencia de vida se
resume en rutinas absurdas y vacías, que no aportan nada a tu
crecimiento interior, ni te enseña nada, ni te ayuda en nada. Tu
papel es el de un simple recurso humano. Mano de obra y banco
genético, para las elites un esclavo, y para otras entidades un
ratón de laboratorio.
El mundo en el que
vives no sirve para incrementar tu experiencia espiritual puesto que
ésta es completamente borrada y empiezas de cero una y otra vez,
por lo tanto este concepto (crecimiento a través de la experiencia)
queda desterrado, tampoco queda patente en la conciencia colectiva
cualquier motivo para creer en una evolución, puesto que seguimos
siendo empujados a ideologías y creencias que nos empujan a su vez,
al enfrentamiento mutuo constantemente, esto es prueba de una
inducción y de una infiltración, más que de un propósito de
experiencia espiritual.
Seguro que todos tenemos una
interpretación distinta de todo según la experiencia que hemos
tenido, según lo hemos vivido, según lo intuimos o lo
comprendemos, múltiples matices para un mismo concepto que fluye de
fondo. Nos han engañado, nos engañan y nos engañaran, porque
somos amnésicos, crédulos e inmaduros y es la mayor tara que
arrastramos, y nos hace caer una y otra vez en el error.
Somos sobretodo, inocentes, y esa
pureza es estratégicamente una desventaja cuando sales a un mundo
potencialmente depredador en el que el egoísmo campa a sus anchas.
También la irresponsabilidad nos lastra la mayoría de las veces,
pues buscamos y seguimos a personas en las que creemos y confiamos,
que nos van a dar la clave, y esa clave no es otra que hacernos la
vida más fácil, esta era de pseudo comodidad propicia que el
esfuerzo no sea valorado, y busquemos siempre alguien que nos saque
las castañas de fuego.
No implicarse, no
mancharse, no responsabilizarse, no concienciarse, pero sí quieren
evolución y ascensión, vivir la edad dorada del hombre y volar en
una nave espacial sin haberse siquiera arrugado la camisa. Es de
sentido común que los atajos implican tener que errar, nadie ha
conseguido construir una casa sin tener que mancharse las manos, la
espiritualidad es igual, no conseguirás nada si no haces nada, nada
ocurrirá y nada trascenderá de ti.
Detrás de todos estos movimientos
espirituales de nueva era, está la misma causa que detrás de la
religión, las ideologías políticas y sociales… control, control
y más control. Para el sistema somos ganado, un simple recurso, sin
más valor que ese, y cualquier disidencia que surja debe ser
apagada, y métodos los tiene de sobra. Nosotros solo intuimos lo
que somos y el sistema lo sabe, por eso nos quiere controlar, porque
de lo contrario, es este sistema el que corre peligro.
Tenéis lo que a mi parecer son las
herramientas básicas para no caer en manos de cualquier timador,
secta o grupo, que quiera controlar tu mente y convertirte en parte
de otro rebaño más, ahora eres tú quien debe saber elegir.
No olvides:
Eres libre de elegir, pero
también eres responsable de elegir lo correcto.
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