Cuando todo el mundo se esconde detrás de mascarillas y tú vas a cara
descubierta te hace sentir extraño, provocador, insubordinado y a ojos de la
mayoría, insolidario.
Valores como libertad, dignidad, respeto y estima para uno mismo han
desaparecido o se han tergiversado.
Dar testimonio, rechazar normas opresoras de forma práctica y visible, más
que suponer un mérito se ve como una ofensa y una falta de respeto por los
demás.
En el fuero interno, se hace pesado actuar fuera de la sintonía general. A
primera vista puede pasar por una "rabieta" cuando no por una
irresponsabilidad.
Las preguntas que a menudo te haces son: Vale la pena? Sirve de algo? ¿Qué
sacas de no llevar mascarilla, aparte de correr el riesgo de ser multado y mal
visto?
Para mí, además de ser más cómodo y saludable, es un afianzarme en la defensa
de mi dignidad, mi libertad... mi vida!
Es querer denunciar la falsedad y las malas intenciones de los que se ungen
en salvadores nuestros, cuando lo que son es cómplices descarados y voluntarios
del atentado social más grande y perverso de los últimos tiempos, doblemente
miserable por el hecho de querer hacerse pasar por los "buenos de la película".
El paisaje es deprimente cuando contemplas tantos seres humanos
aniquilados, ocultos, asustados por una cosa u otra, que han renunciado a ser
dueños de sus vidas aceptando unas instrucciones oscuras, incoherentes,
abusivas y que nos menosprecian.
Estamos ayudando a configurar un mundo
sombrío, desagradable, antipático, lleno de recelos imaginarios y carente
de esperanza, de coraje, de ganas de vivir.
Como echo de menos el amor verdadero, la sana alegría, la confianza, la ilusión...
Nadie hará nuestro trabajo: Si queremos ser libres tenemos que creer en
ello y debemos serlo, pese a quien pese. Y no se necesitan más armas que la
voluntad de serlo y la perseverancia de querer serlo.
No hay nada imposible, sólo es cuestión de ponerse a ello con toda el alma
y con el corazón bien dispuesto.
No hay nada más impresionante que saberse en el camino que te corresponde,
viendo como tu vida toma sentido y justifica el haber nacido.
Creo que la tarea principal del ser humano es amar y para poder hacerlo
tienes que empezar por ti mismo. Si te amas a ti mismo, entonces podrás seguir
con lo de "amar a los demás como a ti mismo"
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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com
2 de junio de 2020
Ya somos dos, estoy totalmente de acuerdo contigo... Saludos
ResponderEliminarNo hay dos sin tres.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola hermano, algo habrá que hacer. No podemos quedarnos mano sobre mano.
EliminarSi miras la barra del lado podrás leer lo que llevo escrito sobre este atentado que sufrimos.
Y si accedes a la barra superior a la pagina Nueva Elite Humana podrás leer un texto que me fue remitido y que encontré muy interesante.
Un abrazo
Joan