PARA
CAMBIAR EL MUNDO, TENEMOS QUE CAMBIAR NOSOTROS
¡Cuántas veces hemos escuchado esta
frase!
Preguntémonos, ¿hemos entendido cómo?
En el mundo occidental, la magia con frecuencia
es ridiculizada y situada en los dominios de la fantasía y de los trucos. Hasta
que no desechemos nuestras creencias no veremos el mundo que existe más allá de
ellas.
Todo es mágico y, tal vez, nos inspiraremos para tratar más eficazmente las
viejas memorias y energías bloqueadas conforme vayamos comprendiendo el significado
de nuestras creencias. La energía acelerada puede sacar lo mejor del potencial
humano al presentar situaciones que nos retan a traspasar los límites de las
creencias.
El propósito y el punto de estos tiempos consisten en que la humanidad
cumpla con ciertos destinos escondidos dentro de nuestra heliografía de la
existencia y, para lograr este resultado, la aceleración de la energía nos
empujará a cualquier área de nuestra vida que necesite ser revisada.
Se requiere nuestra total presencia física para manejar eficazmente tanto
el mundo interior como el exterior, algo que lograremos si queremos estar aquí, presentes, alertas y vivos, plenamente conscientes y honrando fielmente a
nuestro cuerpo.
Si estamos presentes y somos responsables, también nos
mantenemos en contacto más estrecho con todo lo que llevamos dentro.
Nuestra columna vertebral y la estructura ósea contienen importantes
cantidades de información clave de nuestras experiencias de la vida presente,
así como conexiones con memorias que están almacenadas en la red de la
existencia; hasta cierto punto, las memorias almacenadas determinan el proceso
de las experiencias que hemos acordado vivir. Una buena postura es una señal de
alineamiento estructural del cuerpo, algo que es mucho más fácil de mantener
que una mala postura.
Una columna vertebral flexible crea una mente flexible. Los huesos también
pueden almacenar memorias de gran dolor y debido a que el dolor es a veces
demasiado difícil de manejar, puede que salgamos de nuestro cuerpo para evitar
una profunda asociación con el hecho de conocer y recordar determinadas
experiencias.
El dolor siempre tiene un propósito y un significado. En primer lugar, el
dolor es una fuerte señal que procede del interior del centro de inteligencia
del cuerpo, y que indica que nuestra salud emocional está fuera de equilibrio.
Emociones almacenadas y atascadas ejercen gran influencia en nuestro cuerpo,
momento en el que la energía acumulada tiene que ser liberada bajo la forma de
manifestaciones físicas dolorosas.
Si sentimos dolor y no lo liberamos y no dejamos que el pasado se disipe,
nuestro cuerpo nos mostrará fielmente los resultados de los sentimientos
reprimidos. Al igual que la mejor manera de superar los miedos es
enfrentarlos cara a cara, también podemos manejar los sentimientos más
profundos reconociendo su existencia. Las emociones proporcionan energía a los
pensamientos y, cuanto mayor sea la intensidad, mayor será el combustible que
hay detrás de los pensamientos.
Encontrar una manera segura y creativa para expresar nuestras emociones,
como escribirlas, o mejor aún, contar hasta tres y entonces verbalizar
pacientemente cómo nos sentimos en ese momento, nos liberará para disfrutar de
la vida y recibir una buena dosis de la energía acelerada. Nos guste o no nos
guste, llegará un momento en que tendremos que encender la linterna y mirar lo
que hay en los rincones más oscuros para entender lo que no hemos comprendido.
La energía acelerada empujará todo lo que hay que solucionar en nuestra vida,
incluidos, claro está, los temas no resueltos de otras vidas.
Acceder al ser emocional es como tocar nuestro piano interior y saber cómo
tocamos; la pregunta es: ¿qué tonos estamos eligiendo? Sea lo que sea lo que
hagamos aquí (más importante aún qué emociones tenemos), nuestras acciones se
infiltran en nuestra realidad, así como en las capas interiores del lugar
multidimensional.
El acceso a nuestro ser emocional y la habilidad de sentirlo todo a niveles
muy profundos es uno de los componentes clave para manejar la energía
acelerada.
Todo el mundo, en un momento u otro, tiene que ocuparse de las emociones
enterradas que están ligadas a creencias no examinadas que bloquean el flujo de
la energía en el cuerpo. Una persona que puede sentir y conocer ese dolor que
rechina en el alma también tiene la habilidad de trascender la dificultad y
vivir estados puros de alegría y éxtasis.
La gente que no tiene acceso a las profundidades emocionales es insensible,
con frecuencia está encajada en ciertas estructuras, o sus experiencias
interiores y exteriores están separadas en su mente debido a algún tipo de
trauma. Su determinación, proyección y percepción de la realidad son, por ello,
bastante rígidas y fijas.
Los controladores de nuestro planeta (aquellos que han asumido el papel de
villanos) con frecuencia recurren a los traumas para guiar a las masas por un
sendero de miedo y confusión y lo hacen debido a numerosas razones; no
obstante, pueden hacerlo porque carecen de conexión emocional entre la realidad
interior y exterior.
No tienen inteligencia emocional como nosotros. Por eso tenemos más poder
que ellos para cambiar todas las cosas. Reconozcamos que tenemos el poder!
Si no sabemos cómo nos deberíamos sentir, nos estamos perdiendo un lugar
muy importante para actuar en este juego.
Transmisiones galácticas muy intensas abrirán las puertas de la mente
inconsciente y liberarán poderosas emociones antiguas. Utilicemos esta energía
galáctica para estructurar de manera creativa nuestro pensamiento. Hasta qué
punto nos apreciamos de verdad como persona, establezcamos nuestro valor y
nuestra autoestima.
Cada vez que nos sentimos bien con nosotros mismos, ganamos valor. Podemos
afirmar que nuestro cuerpo es digno de confianza. Cuanto más nos queremos a nosotros mismos, mejor realizamos lo que
estamos haciendo, ya que quererse a uno mismo muestra el núcleo de la
creencia que se tiene con respecto a la propia persona.
Podemos aprender a confiar en nosotros y a seguir nuestros impulsos,
observando las sincronicidades y honrando nuestros sentimientos y corazonadas.
Y si no sabemos cómo nos deberíamos sentir, nos estamos perdiendo una
oportunidad muy importante para actuar en este juego. Los sentimientos se activan en el momento que nos damos permiso y,
entonces, cuando nos abstenemos de juzgar, disfrutamos la fuente del
sentimiento emergente. Si tenemos miedo a que se desborden los sentimientos y a
perder el control, soltemos ese miedo reconociendo que nuestras emociones
sirven a un importante propósito y después liberemos el apego.
Nuestros sentimientos son muy valiosos a la hora de evaluar la realidad, al
mismo tiempo que nos ayudan a saber en qué punto estamos con respecto a la
aceptación de la responsabilidad de nuestra creación. Si no reconocemos cómo
nos sentimos verdaderamente, porque bloqueamos y negamos nuestros sentimientos,
entonces proyectaremos a otros a nivel subconsciente aquello que no queremos
aceptar de nosotros. Realmente, no es una tarea fácil reclamar algo nuestro que
ni siquiera reconocemos que, en este caso, es algo almacenado en lo más
profundo de nuestra mente subconsciente. Podemos entendernos a nosotros mismos
cuando observamos lo que estamos creando en nuestra propia vida.
Aunque todo esto constituye un terreno resbaladizo, si trabajamos y
perseguimos nuestros objetivos con el corazón y la mente abierta y una
intención clara, no existe razón terrenal que nos impida desentrañar los
misterios de nuestra mente cultivando lo mejor de las realidades.
La inteligencia emocional es un añadido rico y valioso en la realidad
física y es la clave determinante para un desarrollo espiritual. Abrámonos para
explorar nuestras emociones y asumir el riesgo dando la bienvenida a cualquier
sentimiento profundo y a cualquier memoria que podríamos haber disociado o
encasillado o escondido.
Hace falta una enorme cantidad de energía para mantener bloqueadas las
memorias emocionales. (Eso nos agota)
Todo nuestro ser está repleto de memorias de eventos, tiempos y lugares que
no hemos hecho más que vislumbrar. Hemos sido entrenados para ver sólo aquello
que esperamos ver y desechar todo lo que no tiene cabida en nuestras creencias.
Conforme va aumentando la presión de la energía acelerada, tendremos que
hacer un hueco y prescindir de los «despojos» que llevamos dentro (las
emociones no elaboradas y antiguas vibraciones de temor que están almacenadas
dentro y entre nuestras células, átomos, huesos, músculos, tejidos, órganos y
ADN). Cada parte de nuestro cuerpo está repleta de memorias.
Visualicémonos siendo flexibles, organizados, espaciosos, claros, fluyendo
con la energía acelerada y moviéndonos con facilidad por nuestro cuerpo físico,
para mejorar, a su vez, nuestras vidas.
Aunque parezca que la realidad esté a veces colocando un obstáculo en
nuestro camino, esa manera de pensar surge siempre que nos atascamos en un
concepto limitante de nosotros mismos. Las creencias limitantes, con
frecuencia, irán acompañadas de sensaciones de frustración.
La humanidad todavía tiene que entender verdaderamente la aceptación de los
efectos dañinos de las creencias inútiles y sin valor con respecto al cuerpo
físico.
Cada vez que nos sentimos retados por la vida (dinero, sexo, salud,
trabajo, relaciones personales o creencias religiosas) normalmente todo se
resume al final en cómo manejamos nuestra energía. En las áreas en las que
luchamos y en las que aparece la ansiedad, el enfado, la frustración y donde
cosechamos resultados pobres, aparecen creencias negativas con respecto a
nosotros mismos y nuestra manera de pensar no actúa en nuestro favor.
A veces, nuestras creencias con respecto a asuntos importantes en nuestra
vida la gobiernan entre bambalinas y ésas son precisamente las áreas que hay
que investigar, examinar y liberar. Sentimientos de vergüenza dañan nuestro
cuerpo, ya que actúan como termitas que se comen la estructura del edificio.
Se va a ver muy duro para algunas personas lo que se dice a continuación,
pero aquí estamos viendo las cosas tal como son.
Cuando avanzamos en edad depende de nosotros vernos
Así… O vernos de esta otra forma…
Si simplemente reconocemos la existencia de un tema espinoso, los bloqueos
y muros se van soltando para permitir que fluya más energía en nuestro cuerpo.
No hace falta que dispongamos de antemano de todas las soluciones (estemos
dispuestos a prestar atención y tomar nota). Observar los patrones y
preguntarnos a nosotros mismos: ¿A qué cosas está ligado el tema en cuestión?
¿Qué oportunidades y propósitos me están esperando si observo este asunto bajo
otra óptica?
Con una actitud abierta y positiva, la energía galáctica fluirá en nuestro
cuerpo y entonces podremos sentir el impulso de buscar un trabajo físico o un
masaje, escribir una nota en una revista o anotar cosas en un diario; también
puede que tengamos ganas de dar un paseo en solitario por el bosque o llorar un
rato. Las lágrimas sanas eliminan los obstáculos que bloquean nuestra memoria y
pueden abrir un camino para liberar lo que estamos reteniendo en el interior.
Siempre y cuando lloremos sin sentirnos víctimas y no nos limitemos al
«pobrecito yo», nuestras lágrimas pueden ofrecer un bálsamo que surge del
corazón con el valor de palpar puro sentimiento.
Para recuperar el poder y usar conscientemente la energía de la fuerza
vital cósmica, debemos reconocer que nuestros miedos contribuyen regularmente
al estado global de la polución emocional.
Puede parecer que una fuerza externa nos esté tiranizando; sin embargo,
nuestras señales internas deben hacer patente esa solicitud al éter para que
creemos la experiencia. El miedo tiene una frecuencia energética fácilmente
reconocible y que se siente tan claramente como la frecuencia del amor. Puede
que pensemos que nadie desea el miedo, pero si consideramos cuánta atención y
consideración producen las frecuencias del miedo, tal vez podamos ver por qué
parece que es esta versión del mundo la que la mayoría de los humanos crea.
Los miedos colectivos van mucho más allá de las amenazas de guerra y de
déspotas tiránicos; por el contrario, están asentados en un sentimiento
profundamente enraizado: el miedo de ser un ser poderoso.
Un uso sano del miedo tiene su sentido y puede servir como una voz de
alarma para que no nos acerquemos demasiado a un precipicio, sino que demos
unos pasos atrás. Cuando nos aproximamos a una situación que entraña un
verdadero peligro, nuestro cuerpo siente un auténtico sofoco de energía, pues
la amígdala, situada en el centro del cerebro funciona como un centro de poder
con respecto al sistema de defensa del cuerpo y envía señales de «luchar o huir»,
junto con señales de conexiones neuronales que internamente disparan las luces
rojas de emergencia y ponen en marcha las sirenas. Este sistema interno de
alarma siempre está en alerta; por ello, es perfectamente posible que sintamos
una sensación de miedo en respuesta a señales internas de las células si éstas
sospechan una verdadera amenaza para la supervivencia.
Desde un punto de vista práctico, un miedo sano emite una señal de alarma
para mantenerse al margen de situaciones de peligro.
Nuestra mayor prueba consiste en que el cuerpo supere el miedo. Cuando el
centro del miedo se activa continuamente y se convierte en un hábito, la mente
no puede pensar claramente y el pensamiento racional se queda paralizado.
Proyecta sensaciones de miedo cuando no hay un peligro inminente, distorsiona
el sentido de integridad del cuerpo y crea un estado interno de caos; asimismo,
envía ese miedo a la conciencia colectiva y a todo el mundo en general.
Nuestro sistema natural e inteligente de recolección de datos del cuerpo
trabaja a gran velocidad y en excelente colaboración con nuestras actitudes y
expectativas.
Cuando cambiamos de actitud, sin duda alguna cambiamos nuestra experiencia.
Millones de células ayudan y evalúan sin cesar una miríada de elecciones
que hemos tomado para ir al encuentro de nuestros deseos. En cada momento,
nuestro cuerpo procesa gran cantidad de datos muy sofisticados relacionados con
el pasado, el presente y el futuro. Debemos aprender a prestar mucha atención a
las señales que enviamos y a darnos cuenta y examinar cómo nos sentimos con lo
que estamos creando y con lo que nos encontramos.
Reconocer nuestros sentimientos nos puede llevar a una mayor
autorrealización porque los sentimientos siempre son la clave para descifrar
nuestras creencias.
Recordemos que los sentimientos remiten a las creencias, de modo que
deberíamos buscar los sentimientos sintiéndolos verdaderamente. Una vez que
hemos identificado la creencia que hay detrás, reconozcamos el papel de esta
creencia y luego liberémosla, y remplacémosla por una visión que nos aporte más
poder.
A lo largo de eones de tiempo, varias fases de desarrollo en la evolución
del ser humano han adoptado sorprendentes giros y carices.
El gran cambio en la percepción consciente que está barriendo el planeta
establecerá los nuevos parámetros de la naturaleza de la inteligencia y destacará cuestiones, durante mucho tiempo ralentizadas sobre el
potencial de la mente humana. La energía procedente del espacio y de nuestro
Sol puede crear mutaciones a nivel físico, además de orientar la conciencia
humana a nuevas áreas de percepción.
La mayor parte del mundo occidental identifica la inteligencia basada en la
habilidad de descifrar símbolos (letras y números) en el mundo físico. Hoy en
día, quizás tan sólo un tercio de la población en el mundo sabe leer y
escribir; no obstante, numerosas culturas han desarrollado a lo largo del
tiempo habilidades únicas para traducir las ideas a símbolos sin necesidad de
la palabra escrita.
Las ideas operan con la modulación de frecuencias específicas, y pueden ser
interactivas desde una realidad a otra. Las ideas también se transmiten
mediante los rayos gamma emitidos por el Sol para ser descifrados y, a lo largo
de los próximos años, la naturaleza íntima de la inteligencia, que se basa con
frecuencia tan sólo en interpretaciones lógicas de la realidad se volverá a
considerar de nuevo.
La flexibilidad de la percepción incrementa nuestra habilidad de ver y
vivir la realidad desde una óptica nueva y refrescante, es decir, debemos estar
atentos para reconocer creencias personales con respecto a nuestra propia
inteligencia. La disposición de aceptar nuevos conceptos e ideas aporta
grandes ventajas para el crecimiento personal. Las energías aceleradas
potencian una importante expansión de conocimiento y cada día más gente está
estableciendo la conexión entre el poder de la mente y sus efectos sobre el
medio ambiente físico.
El repentino reconocimiento de cómo se manifiesta una situación se
extenderá cada vez más. A veces, cuando el espíritu interior se libera para
obtener una nueva visión de la perspectiva, pueden aparecer sentimientos de
frustración o descontento.
Una energía inquieta puede convertirse en una señal que indique qué cambio
es inminente.
Un método para determinar la inteligencia reside en cómo interpretamos
nuestras experiencias y la sabiduría que cosechamos de las experiencias
creadas. En muchos aspectos, parece que la gente de las palabras escritas ha
aprendido a utilizar símbolos para traducir los eventos en insignificantes
asuntos o se ha distanciado de la idea de que los pensamientos tienen conexión
con el mundo sólido. El resultado es que los humanos se han encarcelado debido
a su propio proceso de pensamiento. Por favor, consideremos cada una de las
experiencias como una elección válida para acumular mayor conocimiento.
Existe mucha libertad para ver más allá de los confines de nuestras
limitadas y temerosas interpretaciones de la realidad, y la libertad comienza a
adquirir un nuevo significado cuando aprendemos a utilizar a nuestro cuerpo con
mayor facilidad tanto en los mundos físicos como no físicos.
Consideremos durante un momento cómo se estructura la mente: nuestras creencias y sentimientos modelan la percepción y continuamente
estamos emitiendo una frecuencia energética que evita o atrae eventos vitales.
A veces un evento se ignora como si estuviésemos ahuyentando a una mosca; sin
embargo, todavía está impregnado con una tinta invisible y fijado en nuestro
subconsciente.
Otros eventos no los olvidamos nunca porque tenemos una memoria de
experiencias similar a una bombilla que se enciende y se apaga. No importa si
reconocemos un evento de manera consciente o no, ya que la situación y nuestras
creencias proyectadas se almacenan fielmente según nuestra percepción en los
bancos de datos de la memoria. Ampliar la mente para considerar el simbolismo y
el significado de cualquier evento puede hacer que literalmente cambiemos de
punto de vista si realmente intentamos conocer los intrincados significados de
la vida.
Conforme nuestras ideas con respecto a la naturaleza de nuestra mente
continúan extendiéndose, el eslabón natural entre las realidades físicas e
interdimensionales se vuelve mucho más evidente. Nuevas ideas son, de
hecho, frecuencias electromagnéticas que aumentan, al igual que las radiaciones
solares incrementan el campo energético alrededor del globo. Para adaptar y
acomodar las nuevas ideas sobre la energía, ocurre un cambio en nuestras
células a nivel subatómico gracias a las sutiles interpretaciones de las moléculas
proteicas que liberan los códigos almacenados de percepción. Un proceso muy
complejo entre proteína y aminoácidos afecta al ADN en un nivel muy profundo
que cambia nuestra manera de percibir la realidad.
Por un mundo mejor.
Todos juntos en La Victoria de La Luz!
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