18.11.20

La deuda de los desempleados se cancelará a cambio de entregar sus activos al Estado

¿ESTAMOS ANTE UN GOLPE DE ESTADO MUNDIAL? 

Introducción

Zonas bajo “semáforo rojo”, usar mascarilla, distanciamiento social, cierre de escuelas, colegios y universidades, no más reuniones familiares, no más celebraciones de cumpleaños, tampoco música ni artes: no más eventos culturales, eventos deportivos se suspenden, no más bodas, “el amor y la vida” están totalmente prohibidos.

En varios países, la Navidad está en suspenso…

Estamos ante la destrucción de la vida de las personas. Ante la desestabilización de la sociedad civil ¿Para qué?

Las mentiras se sustentan en una campaña masiva de desinformación por parte de los medios de comunicación. “Alertas por coronavirus” una y otra vez las 24 horas del día, los siete días de la semana a lo largo de los últimos 10 meses… Es un proceso de ingeniería social.

Manipulación de los datos. Las pruebas de RT-PCR son engañosas.

Lo que quieren es incrementar las cifras con tal de justificar el confinamiento. Millones de pruebas positivas. 

De acuerdo con el Dr. Pascal Sacré en su artículo, “La prueba de RT-PCR de la COVID-19: Cómo engañar a toda la Humanidad. Utilizando una “prueba” para encerrar a la sociedad”:

"Este mal uso de la técnica de RT-PCR es utilizado como estrategia implacable e intencionada de algunos gobiernos, apoyados por consejos científicos de seguridad y por los medios de comunicación dominantes, para justificar medidas excesivas como la vulneración de un gran número de derechos constitucionales, la destrucción de la economía a través de la quiebra de sectores enteros de la sociedad, la degradación de las condiciones de vida de un gran número de ciudadanos, bajo el pretexto de una pandemia fundamentada en una serie de pruebas de RT-PCR positivas, y no en un número real de pacientes."

La COVID-19 es presentada como un “virus asesino”.

Falsificación de los certificados de defunción

En Estados Unidos, los certificados de defunción se falsifican siguiendo las instrucciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

COVID-19: “Causa subyacente de muerte”. Este concepto es fundamental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “la enfermedad o lesión que comenzó una serie de eventos que condujeron a la muerte de forma directa”.

Se han cambiado los criterios. Las instrucciones de los CDC son muy claras. La COVID-19 será la causa subyacente de muerte “la mayoría de las veces”.

Destruyendo a la sociedad civil 

La gente está asustada y perpleja “¿Por qué harían esto?”

Escuelas vacías, aeropuertos vacíos, supermercados en quiebra.

Toda la economía de servicios está en crisis en las ciudades. Tiendas, bares y restaurantes están en quiebra. Se suspenden los viajes internacionales y las vacaciones. Las calles están vacías. En varios países, los bares y restaurantes deben tomar nombres e información de contacto “para respaldar el rastreo de contactos en caso de ser necesario”.

Se coarta la libertad de expresión

La narrativa del confinamiento está apoyada por la desinformación de los medios de comunicación, la censura en directo, la ingeniería social y la campaña de miedo.

Los médicos que cuestionan la narrativa oficial están siendo amenazados. Pierden sus trabajos. Sus carreras son destruidas. Aquellos que se oponen al confinamiento del gobierno son clasificados bajo la etiqueta de “psicópatas antisociales”:

En varios países se están llevando a cabo “estudios” psicológicos revisados ​​por pares utilizando encuestas por muestreo.

Acepta la “gran mentira” y te etiquetan como una “buena persona” con “empatía”, alguien que toma en cuenta los sentimientos de los demás.

Exprese sus reservas con respecto al distanciamiento social y el uso de la mascarilla, y será etiquetado (según la “opinión científica”) como un “psicópata insensible y engañoso”.

En los colegios y universidades, se presiona al personal docente para que se ajuste y respalde la narrativa oficial alrededor del coronavirus. Cuestionar la legitimidad del cierre de las “aulas” podría llevar al despido.

Google está comercializando la “Gran Mentira”. Se “elimina” la opinión de destacados científicos que cuestionan el confinamiento, la mascarilla o el distanciamiento social:

YouTube no permite contenido que difunda información médica ‘errónea’ que contradiga la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de las autoridades sanitarias locales sobre la COVID-19, incluidos los métodos para prevenir, tratar o diagnosticar la COVID-19 y los medios de transmisión de la COVID-19.”

Lo llaman “verificación de hechos”, sin reconocer que tanto la OMS como las autoridades sanitarias locales caen en contradicciones sus propios datos y conceptos.

11 de marzo de 2020: Depresión económica orquestada

¿Estamos ante un golpe de Estado mundial?

La pandemia fue declarada por la OMS el 11 de marzo de 2020, lo que llevó al confinamiento y cierre de las economías nacionales de 190 (de 193) países, estados miembros de la ONU. Las instrucciones vinieron de arriba, de Wall Street, el Foro Económico Mundial (WEF) y fundaciones multimillonarias. Este proyecto diabólico es descrito casualmente por los medios corporativos como un esfuerzo “humanitario”. La “comunidad internacional” tiene una “Responsabilidad de proteger” (R2P). Así, una “asociación público-privada” no elegida bajo los auspicios del Foro Económico Mundial ha venido al rescate de los 7,800 millones de personas del planeta Tierra. El cierre de la economía mundial se presenta como un medio para “matar el virus”.

Es absurdo. Cerrar la “economía real” del planeta Tierra no es la “solución”, sino más bien la “causa” de un proceso de desestabilización y empobrecimiento en escala mundial.

La economía nacional junto con instituciones políticas, sociales y culturales constituye la base de la “reproducción de la vida real”: ingresos, empleo, producción, comercio, infraestructura, servicios sociales. Desestabilizar la economía del planeta Tierra no puede constituir una “solución” para combatir el virus. Pero es la “solución” impuesta en la que quieren que creamos.

“Guerra económica”

Desestabilizar de una sola vez las economías nacionales de más de 190 países es un acto de “guerra económica”. Esta agenda diabólica está socavando la soberanía de los Estados nacionales. Orilla a la pobreza a personas de todo el mundo. Conduce a una deuda global denominada en dólares que no para de crecer.

Las poderosas estructuras del capitalismo global, el “gran dinero” (‘Big Money’) junto con su inteligencia y aparato militar son la fuerza impulsora. Mediante el uso de tecnologías digitales y de comunicaciones avanzadas, el confinamiento y cierre de la economía global no tiene precedentes en la historia mundial.

Esta intervención simultánea en 190 países deroga la democracia. Socava la soberanía de los Estados nacionales en todo el mundo, sin necesidad de intervención militar. Se trata de una guerra económica que eclipsa otras formas de guerra, incluidas las guerras convencionales.

Escenarios de gobernanza global: ¿Un gobierno mundial en la era post-COVID-19? 

El proyecto “Confinamiento” lanzado el 11 de marzo de 2020 usó mentiras y engaños para finalmente imponer un régimen totalitario en escala mundial, titulado “Gobernanza global” (por funcionarios que no fueron elegidos). En palabras de David Rockefeller:

“El mundo ahora es más sofisticado y está preparado para marchar hacia un gobierno mundial. La soberanía supranacional de una élite intelectual y de los banqueros mundiales es seguramente mejor a la autodeterminación nacional practicada en siglos pasados”.  (Aspen Times, 15 de agosto de 2011)

El escenario de “gobernanza global” impone una agenda de ingeniería social y sometimiento económico.

“Constituye una extensión del marco de política neoliberal impuesto tanto a los países en desarrollo como a los desarrollados. Consiste en eliminar la “autodeterminación nacional” y construir una serie de regímenes de poder a favor de Estados Unidos controlados por una “soberanía supranacional” (Gobierno mundial) compuesta por instituciones financieras de élite, multimillonarios y fundaciones filantrópicas “. (Véase Michel Chossudovsky, Capitalismo global, “Gobierno mundial” y la crisis del coronavirus, 1 de mayo de 2020).

Simular pandemias

La Fundación Rockefeller propone el uso de la planificación de escenarios como medio para llevar a cabo la “gobernanza global”. En el Informe de 2010 de Rockefeller titulado “Escenarios para el futuro de la tecnología y el área de desarrollo internacional” se contemplan escenarios de “gobernanza global” y las acciones a tomar en caso de una pandemia mundial.

Más específicamente, el informe contemplaba la simulación de un escenario “Lock Step” que incluía una cepa de influenza virulenta global. El informe Rockefeller de 2010 se publicó inmediatamente después de la pandemia de gripe porcina H1N1 de 2009.

Otra simulación importante se llevó a cabo el 18 de octubre de 2019, menos de 3 meses antes de que se identificara el SARS-2 a principios de enero de 2020.

El Evento 201 se llevó a cabo bajo los auspicios del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, patrocinado por la Fundación Bill y Melinda Gates y el Foro Económico Mundial.

Inteligencia y “arte del engaño”

La crisis del coronavirus es un instrumento sofisticado de las élites del poder. Tiene todas las características de una operación de inteligencia cuidadosamente planificada que utiliza “engaño y contra engaño”. Leo Strauss: “veía la inteligencia como un medio para que los responsables políticos alcanzaran y justificaran objetivos políticos, no para describir las realidades del mundo.

Intervención macroeconómica. Evolución de la economía global

Historia del “tratamiento del shock” económico.

Del Programa de Ajuste Estructural (SAP) al “Ajuste Global (GA)”

El cierre (simultáneo) de las economías nacionales de 190 estados miembros de la ONU a partir del 11 de marzo de 2020 es diabólico y sin precedentes. Millones de personas han perdido sus trabajos y sus ahorros de toda la vida. En los países en desarrollo prevalecen la pobreza, el hambre y la desesperación.

Si bien este modelo de “intervención global” no tiene precedentes, tiene ciertas características que recuerdan las reformas macroeconómicas a nivel de país, incluida la imposición de una “medicina económica” potente por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Para abordar este problema, examinemos la historia del llamado “tratamiento de choque económico”.

Regresemos a Chile, el 11 de septiembre de 1973.

Como profesor invitado en la Universidad Católica de Chile, me tocó vivir el golpe militar dirigido contra el gobierno democráticamente electo de Salvador Allende. Fue una operación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) dirigida por el secretario de Estado, Henry Kissinger, junto con un conjunto de devastadoras reformas macroeconómicas.

El mes siguiente al golpe de Estado, el precio del pan aumentó de 11 a 40 escudos en una sola noche. Este colapso tanto de los salarios reales como del empleo bajo la dictadura de Pinochet condujo al empobrecimiento en todo el país. Si bien los precios de los alimentos se dispararon, los salarios se congelaron para garantizar la “estabilidad económica y evitar presiones inflacionarias”. De un día para otro, todo un país se había sumergido en una pobreza abismal: en menos de un año el precio del pan en Chile se multiplicó por 36 y un 85% de la población chilena había quedado por debajo del umbral de la pobreza. “Ese fue el “Reinicio” (‘Reset’) de Chile en el año 1973.

Dos años y medio después, en 1976, regresé a América Latina como profesor invitado de la Universidad Nacional de Córdoba, el corazón industrial del norte de Argentina. Mi estadía coincidió con otro golpe de Estado militar en marzo de 1976. Detrás de las masacres y violaciones de derechos humanos, se prescribieron reformas macroeconómicas de “libre mercado”, esta vez bajo la supervisión de los acreedores argentinos de Nueva York, incluido David Rockefeller, quien era amigo del ministro de Economía de la Junta Militar, José Alfredo Martínez de Hoz.

Chile y Argentina fueron “ensayos generales” para lo que vendría: la imposición del Programa de Ajuste Estructural (SAP) del FMI y el Banco Mundial se impuso a más de 100 países a partir de principios de la década de 1980. (Véase Michel Chossudovsky, The Globalization of Poverty and the New World Order , Global Research, 2003).

Un ejemplo notable de “libre mercado”: ​​en agosto de 1990 Perú fue castigado por no cumplir con los dictados del FMI, el precio del combustible subió 31 veces y el precio del pan aumentó más de doce veces en un solo día. Estas reformas, realizadas en nombre de la “democracia”, fueron mucho más devastadoras que las aplicadas en Chile y Argentina bajo el puño del gobierno militar.

Y ahora, el 11 de marzo de 2020, entramos en una nueva fase de desestabilización macroeconómica, que es más devastadora y destructiva que 40 años de “tratamiento de choque” y medidas de austeridad impuestas por el FMI en nombre de los intereses financieros dominantes.

Hay ruptura, ruptura histórica y continuidad. Es “neoliberalismo a la enésima potencia”

Cierre de la economía global: Impactos económicos y sociales en todo el planeta

Compare lo que está sucediendo hoy en la economía global con las medidas macroeconómicas “negociadas” país por país impuestas por los acreedores bajo el Programa de Ajuste Estructural (SAP). El “Ajuste Global” del 11 de marzo de 2020 no se negoció con los gobiernos nacionales. Fue impuesto por una “asociación público-privada”, apoyado por la propaganda de los medios de comunicación, y aceptado, invariablemente por políticos cooptados y corruptos.

Desigualdad social y empobrecimiento “orquestados”. La globalización de la pobreza 

Compare las “pautas” del “Ajuste Global” del 11 de marzo de 2020 que están afectando a todo el planeta con lo que pasó en Chile el 11 de septiembre de 1973.

Es una amarga ironía, los mismos intereses del “gran dinero” (‘Big Money’) detrás del “Ajuste Global” de 2020 participaron activamente en Chile (1973) y Argentina (1976). Recuerde la “Operación Cóndor” y la “Guerra Sucia”.

Hay continuidad. Son los mismos intereses financieros poderosos. Las burocracias del FMI y del Banco Mundial están actualmente involucradas en la preparación y gestión de las operaciones de deuda postpandemia de la denominada “Nueva Normalidad” en el marco del “Gran Reinicio” (‘Great Reset’).

Henry Kissinger estuvo involucrado en la coordinación del “Reinicio” del 11 de septiembre de 1973 en Chile.

Al año siguiente (1974), estuvo a cargo de la redacción del “Memorando de Seguridad Nacional 200 Estratégica (NSSM 200) que hizo del exterminio de la población “la máxima prioridad en la política exterior de Estados Unidos hacia el Tercer Mundo”.

Hoy, Henry Kissinger es un firme partidario junto con la Fundación Gates (que también está comprometida con el exterminio de la población) del “Gran Reinicio” (‘Great Reset’) bajo los auspicios del Foro Económico Mundial.

No es necesario negociar con los gobiernos nacionales o realizar un “cambio de régimen”. El proyecto del 11 de marzo de 2020 constituye un “Ajuste Global” que desencadena quiebras, desempleo y privatizaciones a una escala mucho mayor, que afecta de un solo golpe a las economías nacionales de más de 150 países.

Y todo este proceso se presenta a la opinión pública como un medio para combatir el “virus asesino” que, según los CDC y la OMS, es similar a la influenza estacional. (Virus A, B).

La estructura de poder del capitalismo global 

El “gran dinero” (‘Big Money’), incluidas las fundaciones multimillonarias, son la fuerza impulsora. Es una alianza compleja de Wall Street y el establishment bancario, las grandes empresas del petróleo y la energía (‘Big Oil and Energy’), los llamados “contratistas de defensa, las grandes farmacéuticas (‘Big Pharma’), los conglomerados biotecnológicos, los medios de comunicación corporativos, los gigantes de telecomunicaciones, comunicaciones y tecnología digital, junto con una red de centros de pensamiento (‘Think tanks’), grupos de presión, laboratorios de investigación, etc. La propiedad intelectual también juega un papel fundamental.

Esta compleja red de toma de decisiones involucra a las principales instituciones bancarias y acreedoras: la Reserva Federal, el Banco Central Europeo (BCE), el FMI, el Banco Mundial, los bancos de desarrollo regional y el Banco de Pagos Internacionales (BPI) con sede en Basilea, que juega un papel estratégico clave.

A su vez, los escalones superiores del aparato estatal de Estados Unidos (y los aliados occidentales de Washington) están involucrados directa o indirectamente, incluidos el Pentágono, la inteligencia de Estados Unidos, las autoridades de salud, Seguridad Nacional y el Departamento de Estado.

Apropiación de la riqueza por parte de los súper ricos 

Se dice que el “Virus” es el responsable de la ola de quiebras y desempleo. Es una mentira. No existe una relación de causalidad entre el virus y las variables económicas. Son los poderosos financieros y multimillonarios, quienes están detrás de este proyecto que ha contribuido a la desestabilización (mundial) de la “economía real”.

En el transcurso de los últimos nueve meses, han amasado miles de millones de dólares. Entre abril y julio, la riqueza total de los multimillonarios de todo el mundo pasó de 8 billones a más de 10 billones de dólares.

El reporte de Forbes no explica la causa real de esta redistribución masiva de la riqueza:

“La riqueza colectiva de los multimillonarios ha crecido al ritmo más rápido en comparación con cualquier otro período de la última década”.

Es la mayor redistribución de la riqueza en la historia mundial. Se basa en un proceso sistemático de empobrecimiento mundial. Es un acto de guerra económica.

Los multimillonarios no solo fueron los destinatarios de generosos “paquetes de estímulo del gobierno”, la mayor parte de sus ganancias financieras desde el inicio de la campaña de miedo a principios de febrero fue resultado del uso de información privilegiada, conocimiento previo, comercialización de instrumentos derivados y manipulación de mercados financieros y de materias primas (‘commodities’).

La riqueza combinada de los multimillonarios estadounidenses aumentó en 850,000 millones de dólares desde el 18 de marzo de 2020 hasta el 8 de octubre de 2020, un aumento de más de un 28 por ciento. Esta estimación no tiene en cuenta el aumento de la riqueza durante el período anterior al 18 de marzo, marcado por una serie de desplomes bursátiles. (Véase Michel Chossudovsky, Economic Chaos and Societal Destruction, 7 de noviembre de 2020)

El 18 de marzo de 2020, los multimillonarios estadounidenses tenían una riqueza combinada de 2.947 billones dólares. Para el 8 de octubre, su riqueza había aumentado a 3.8 billones de dólares.

Esta clase multimillonaria manipuló los mercados financieros a partir de febrero y luego ordenó el cierre de la economía mundial el 11 de marzo, cuyo objetivo declarado era combatir la COVID-19, que, de acuerdo con la OMS, es similar a la influenza estacional.

La “economía real” y el “gran dinero” (‘Big Money’)

¿Por qué las políticas de confinamiento por el coronavirus son la punta de lanza de las bancarrotas, la pobreza y el desempleo?

El capitalismo global no es monolítico. De hecho, existe un “conflicto de clase” “entre los súper ricos y la gran mayoría de la población mundial.

Pero también existe una intensa rivalidad dentro del sistema capitalista. Es decir, un conflicto entre “el gran dinero” (‘Big Money’) y lo que podría denominarse “capitalismo real”, que consiste en corporaciones en diversas actividades productivas a nivel nacional y regional. Incluye también a pequeñas y medianas empresas.

Lo que está en curso es un proceso de concentración de riqueza (y control de altas tecnologías) sin precedentes en la historia mundial, por el cual el “establishment” financiero (es decir, los acreedores multimillonarios) busca apropiarse de los activos reales de las empresas en quiebra y de los activos del Estado.

La “economía real” constituye “el panorama económico” de la actividad económica real: activos productivos, agricultura, industria, servicios, infraestructura económica y social, inversión, empleo, etc. La “economía real” a nivel mundial y nacional es el blanco de las políticas de confinamiento y cierre de actividad económica. Las instituciones financieras del “dinero mundial” (‘Global Money’) son los “acreedores” de la “economía real”.

“La segunda ola”. Otro confinamiento

La segunda ola es una mentira más. Se presenta a la opinión pública como un medio para combatir el virus y salvar vidas.

Eso es lo que nos dicen los gobiernos. La campaña de miedo se ha acelerado y aplicado simultáneamente en diferentes partes del mundo.

Pruebas, pruebas, pruebas. En el Reino Unido, las Fuerzas Armadas están a cargo de la realización de pruebas de PCR en escala masiva, cuyo objetivo es aumentar el número de los denominados “casos positivos”.

No hace falta decir que, al comienzo de esta “segunda ola”, la economía global ya estaba sumergida en el caos. Si bien los informes no destacan la profundidad y la gravedad de esta crisis global, las evidencias (que aún es tentativa e incompleta) hablan por sí mismas.

El fundamento de esta “segunda ola” es prevenir y posponer la reapertura de la economía nacional, sumado a la imposición del distanciamiento social, el uso de la mascarilla, etc.

Los blancos son la economía de servicios, las aerolíneas, la industria turística, etc. Mantener restricciones estrictas a los viajes aéreos equivale a llevar a las principales aerolíneas a la bancarrota. El programa de quiebras está diseñado e impuesto. Únicamente en la industria del turismo y los viajes de Estados Unidos podrían perderse unos 9.2 millones de puestos de trabajo mientras que “entre 10.8 millones y 13.8 millones de puestos de trabajo están en grave riesgo”.

La “segunda ola” tiene la intención de permitir que los multimillonarios adquieran partes por separado de las empresas en quiebra, adquiriendo la propiedad de sectores enteros de actividad económica a precios bajísimos.

El dinero que se apropiaron en el curso de la crisis financiera (a través de una manipulación directa) será utilizado después para comprar corporaciones en quiebra y gobiernos en quiebra.

Gobernanza global: Hacia un estado totalitario

Los individuos y las organizaciones que participaron en el ejercicio de simulación Evento 201 el octubre 18 de 2019, están involucrados en la gestión de la crisis una vez que se puso en marcha el 30 de enero de 2020 bajo la “declaración de emergencia de salud pública de importancia internacional” de la OMS, que provocó después la crisis financiera de febrero.

El confinamiento y el cierre de las economías nacionales está provocando una “segunda ola” de desempleo masivo junto con la quiebra orquestada (aplicada en todo el mundo) de pequeñas y medianas empresas.

Todo está dirigido hacia la instalación de un Estado totalitario global que tiene la intención de romper todas las formas de protesta y resistencia.

La vacuna

El programa de vacunación contra el coronavirus (incluido el pasaporte digital integrado) es una parte integral de un régimen totalitario global.

¿Qué es el infame ID2020? Es una alianza de socios público-privados, incluidas las agencias de la ONU y la sociedad civil. Es un programa de identificación electrónica que utiliza la vacunación masiva como plataforma para la identidad digital. El programa aprovecha las operaciones de registro de nacimiento y vacunación existentes para proporcionar a los recién nacidos una identidad digital portátil vinculada biométricamente: zonas bajo “semáforo rojo”, uso de mascarillas, distanciamiento social, confinamiento (Peter Koenig, 12 de marzo de 2020).

El “Gran Reinicio” (‘Great Reset’)

Los mismos poderosos acreedores que desencadenaron una “crisis de deuda global” por coronavirus están ahora estableciendo una “nueva normalidad” que consiste esencialmente en imponer lo que el Foro Económico Mundial (WEF) describe como el “Gran Reinicio” :

Haciendo uso de confinamientos y restricciones por la COVID-19 para impulsar esta transformación, el “Gran Reinicio” (‘Great Reset’) se está llevando a cabo bajo el disfraz de una ‘Cuarta Revolución Industrial’ en la que las empresas más antiguas serán llevadas a la bancarrota o absorbidas por grandes monopolios, cerrando amplios sectores de la economía pre-COVID. Las economías se están “reestructurando” y muchos trabajos serán realizados por máquinas impulsadas por la inteligencia artificial.

A los desempleados (y habrá muchos) les será asignado algún tipo de ingreso básico universal y sus deudas (el endeudamiento y la quiebra a gran escala resultado deliberado de cierres y restricciones) se cancelarían a cambio de entregar sus activos al Estado, particularmente a las instituciones financieras que contribuyen a impulsar este “Gran Reinicio” (‘Great Reset’). El WEF dice que el pueblo “rentará” todo lo que necesite: se trata de despojarlo del derecho de propiedad bajo el disfraz de un “consumo sostenible” y “salvar el planeta”. Por supuesto, la pequeña élite responsable de este “Gran Reinicio” (‘Great Reset’) será dueña de todo. (Colin Todhunter, Dystopian Great Reset, 9 de noviembre de 2020)

Para el 2030, los acreedores globales se habrán apropiado de la riqueza del mundo bajo el escenario de un “Ajuste Global”, mientras grandes sectores de la población estarán hundidos en la pobreza.

En 2030 “No tendrás nada y serás feliz”.

La ONU: Instrumento de gobernanza mundial en nombre de una asociación público-privada no elegida

El sistema de la ONU también es cómplice. Ha respaldado la “gobernanza global” y el “Gran Reinicio”.

Si bien el secretario general de la ONU, António Guterres, reconoce, con razón, que la pandemia es “más que una crisis de salud”, no se ha realizado ningún análisis o debate significativo bajo los auspicios de la ONU en torno a las verdaderas causas de esta crisis.

De acuerdo con un informe de la ONU de septiembre de 2020:

“Se han perdido cientos de miles de vidas. Las vidas de miles de millones de personas se han visto afectadas. Además de los impactos en la salud, la COVID-19 ha expuesto y exacerbado profundas desigualdades… Nos ha afectado como individuos, como familias, comunidades y sociedades. Ha tenido un impacto en todas las generaciones, incluidas aquellas que aún no han nacido. La crisis ha puesto de relieve las fragilidades dentro y entre las Naciones, así como en nuestros sistemas para dar una respuesta global coordinada a las amenazas compartidas.”

No se mencionan las decisiones que provocaron la destrucción social y económica en todo el mundo. No hay debate en el Consejo de Seguridad de la ONU. Consenso entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

El “Virus” es el responsable.

“Reimaginar y reiniciar nuestro mundo” en una asociación público-privada ha sido respaldado por la ONU.

Recuerde a George Kennan y la Doctrina Truman a fines de la década de 1940. Kennan creía que la ONU proporcionaba una forma útil de “conectar el poder con la moralidad”, utilizando la moralidad, como un medio para llevar adelante las “guerras humanitarias” de Estados Unidos.

La crisis de coronavirus es el fin de un proceso histórico.

El confinamiento y el cierre de la economía global son “armas de destrucción masiva”. Nos enfrentamos a amplios “crímenes de lesa Humanidad”.

Joe Biden y el “Gran Reinicio”

El “presidente electo” Joe Biden es un político preparado, un representante de confianza que sirve a los intereses del “establishment” financiero.

No olvidemos que Joe Biden fue un firme partidario de la invasión de Irak con el argumento de que Saddam Hussein “poseía armas de destrucción masiva”. “El pueblo estadounidense fue engañado en esta guerra” (Senador Dick Durbin). No se deje engañar de nuevo por Joe Biden.

Acrónimos en evolución. 11/9 (11 de septiembre), Guerra contra el Terrorismo, Armas de Destrucción Masiva y ahora coronavirus: Biden fue recompensado por haber apoyado la invasión de Irak.

Fox News lo describe como un “socialista” que amenaza al capitalismo: “La inquietante conexión de Joe Biden con el movimiento socialista ‘Great Reset’. Si bien esto es una gran tontería, muchos “progresistas” y activistas contra la guerra han respaldado a Joe Biden sin analizar las consecuencias más funestas de una presidencia de Biden.

El “Gran Reinicio” genera divisiones sociales, es racista. Es un proyecto de capitalismo global. Representa una amenaza para la gran mayoría de los trabajadores estadounidenses, así como para las pequeñas y medianas empresas. Una administración Biden-Harris abocada en llevar a cabo el “Gran Reinicio” es una amenaza para la Humanidad.

Con respecto al coronavirus, Biden está muy comprometido con la “segunda ola”, es decir, mantener el cierre parcial tanto de la economía estadounidense como de la economía mundial como un instrumento para “combatir el virus asesino”.

Joe Biden impulsará la adopción del “Gran Reinicio” del Foro Económico Mundial tanto a nivel nacional como internacional, con devastadoras consecuencias económicas y sociales. El Foro Económico Mundial de 2021 programado para el verano de 2021 se centrará en la implementación del “Gran Reinicio”

Una administración de Joe Biden perseguiría abiertamente el plan totalitario del “gran dinero” (‘Big Money’): el “Gran Reinicio”

A menos que haya una protesta significativa y una resistencia organizada, a nivel nacional e internacional, el “Gran Reinicio” forma parte de las agendas de política exterior tanto nacional como estadounidense de la administración Joe Biden-Kamala Harris.

Es imperialismo con “rostro humano”.

Michel Chossudovsky

The Covid “Pandemic”: Destroying People’s Lives. Engineered Economic Depression. Global “Coup d’Etat”?

Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para Global Research

VISTO EN: http://www.verdadypaciencia.com/2020/11/la-pandemia-de-la-covid-19-estamos-ante-un-golpe-de-estado-mundial.html  

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