IMPARABLE LUZ... SOMOS VIDA !
Respirar aire limpio es nuestro inalienable derecho fundamental para vivir
Una reflexión personal acerca de la integridad y soberanía
individual/colectiva, en el marco de los acelerados e intensos acontecimientos
que estamos viviendo como sociedad planetaria
"Todo individuo
tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión;
este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de
investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin
limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".
(Artículos 3 y 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos)
Desde hace meses en España y, de manera similar, en muchos otros paises alienados, entre las "medidas" impuestas "legalmente" a la sociedad para dar cobertura al ataque “de guerra de última generación” contra la población, iniciado a través de un arma biológica en forma de virus (todo ello diseñado, perpetrado y usado por la élite globalista para instaurar un régimen mundial totalitario al estilo chino), encontramos las siguientes:
Por un lado, toda la gente (incluidos niños desde los 6
años) debe llevar puesta mascarilla (bozal de esclavos) en la vía pública, al
aire libre (aún con “distanciamiento social”) y en espacios cerrados de uso
público. Por otro lado, como principales excepciones a lo indicado, está
permitido que las personas se quiten la mascarilla en el momento de beber,
comer o FUMAR.
De modo que, las "autoridades y expertos"
oficiales permiten que una persona se quite la mascarilla para intoxicarse con
el humo del tabaco -en cuyas cajetillas figuran, por ley, lemas como “Fumar
mata”- y acaso también con bebidas alcohólicas o comida basura, pero en cambio prohíben
(bajo amenaza de multas exorbitantes) que la gente se quite esa mascarilla para
RESPIRAR AIRE LIMPIO en espacios abiertos, incluso en parques y jardines.
Cuando es impepinable que una buena oxigenación del organismo -respirar aire
puro- es ESENCIAL para la integridad y viabilidad de toda VIDA...
Ante tamaña incongruencia, sinsentido o perfidia, entiendo
yo, caben 5 posibilidades respecto a la conducta y condición de dichas
"autoridades y expertos":
A) Que son completamente incompetentes, incapaces de ejercer
con sensatez las funciones de sus cargos.
B) Que están trastornados, desquiciados, mal de la cabeza.
C) Que, en su pusilánime tibieza o complicidad, se limitan a seguir ciegamente
los protocolos dictados por sus amos globalistas y sus adláteres y títeres en
todas las instituciones (con la colaboración inestimable de los medios de
comunicación masivos).
D) Que, además de vender su alma por un triste salario (traicionándose a sí
mismos, a sus familias y a toda la sociedad), son lo que se conoce vulgarmente
como hijos de puta; y saben muy bien lo que hacen porque comparten los
intereses y objetivos de sus jefes.
E) La suma de las anteriores.
En cualquier caso, cada uno de nosotros -la gente- ha de
decidir por sí mismo entre seguir su propio SENTIDO COMÚN, escuchando la voz de
su conciencia o corazón (y de su inteligencia), o, en vez de eso -que es a
todas luces lo saludable, natural y honesto-, plegarse a los nocivos y
perversos dictados de unos cuantos cobardes incompetentes o, en su caso, de
unos bastardos psicópatas, que así cumplen su papel en esta colosal puesta en
escena.
Pero ellos, constituidos a sí mismos en los únicos
depositarios y garantes de lo correcto, de lo científico, de la verdad absoluta
sobre estos u otros temas, se asumen como lo “oficial”, eso sí; siendo que todo
lo que no se acompasa con la línea o versión oficial es directamente
descalificado como “negacionista”. Por cierto, esa y otras etiquetas, como
“teorías conspirativas” “antivacunas” o
“radicales antisistema” son, por supuesto, auténticos diseños lingüísticos de
ingeniería social destinados a producir una reacción emocional (visceral,
irreflexiva) de rechazo y descrédito hacia toda auténtica disidencia (médica y
científica incluidas) por parte de las masas indocumentadas cuya ignorancia,
servilismo, ingenuidad y superficialidad son fomentadas y aprovechadas por los
controladores.
Estas enormes muchedumbres, de prejuicio fácil, curiosidad
escasa, corto discernimiento y gran ansia de aprobación externa, que merced a
sus formateadas mentes creen en lo que dice “la tele” e incluso pretenden rara
vez cotejar cualquier información en fuentes o agencias (“fact-checkers”)
creadas o financiadas por aquellas mismas élites (generadoras de bulos
-versiones- oficiales) y actúan siguiendo los lineamientos marcados por las
"autoridades" Esas masas -digo- son la base de la pirámide sobre la
que se sostienen (y defecan) el exiguo número de depredadores sociales que
conforman el pináculo elitista (cuya parte visible, subordinada a las
sociedades secretas y el “Estado profundo”, son los grandes lobbies
corporativos y sus sociedades o clubes de representación, tales como el
Bilderberg), así como los muchísimos colaboradores, “cumplidores de órdenes” o
“seguidores del guion establecido” de los niveles intermedios, arriba de los
cuales están la práctica mayoría de jefes de Estado, gobiernos, partidos
políticos, instituciones, medios de comunicación, multinacionales y
organizaciones internacionales de todo el mundo.
Pero todo esto no es, en realidad, extraño, sino -más bien-
lógico y esperable en función del todavía actual e inmaduro nivel de
consciencia de nuestra especie.
Entonces, si asumimos que la situación mundial es, en cualquier momento dado,
el mero reflejo o proyección de la consciencia colectiva en el planeta (es
decir, de la suma o resultante del conjunto de perspectivas o esquemas de
creencias de cada uno de los individuos que componen la raza humana), entonces
empezaremos realmente a comprender por qué las élites aplican de manera sistemática
y científica las estrategias, técnicas y discursos de ingeniería social que
fomentan y amplifican el miedo, la confusión, desempoderamiento y atomización
(división, conflicto) entre las personas, en el seno de las comunidades y
sociedades de este mundo.
De igual modo, nos daremos cuenta también que de esta
situación se puede salir justo por donde se entró, esto es, recuperando lo que
les fue cedido masivamente a esa élite de granjeros de seres humanos: la
consciencia, la soberanía, la confianza, la fraternidad, la cohesión, la
serenidad. Pues bien saben los controladores que es muy difícil manipular y
someter a personas y sociedades conscientes, íntegras, seguras, unidas,
soberanas.
Este es, precisamente y en mi sentir, el reto acuciante,
perentorio, que tenemos por delante, por el tiempo que nos quede antes de que
la naturaleza -de la que formamos parte, como es obvio- apriete el acelerador
en el actual proceso planetario: nada ni nadie puede detener la natural
progresión de la espiral de la consciencia en nuestro mundo, sistema solar,
galaxia y -en suma- en toda la Vida manifestada.
Puesto que somos parte de esta Vida y la Vida misma expresada en forma
humana, afirmamos y protegemos nuestra integridad y bienestar naturales. Esto
no admite condiciones ni es negociable. Es nuestro derecho inalienable. Somos
Vida y afirmamos nuestro derecho esencial a vivir en bienestar y armonía;
rechazamos todo ataque, amenaza o perjuicio a nuestra integridad. No
necesitamos la “autorización”, el “permiso” ni la “venia” de nadie ni de
ninguna institución para vivir en paz y en un modo saludable según nuestros
propios criterios, sin perjudicar a nadie y respetando igualmente la
perspectiva de quienes decidan no hacerlo así.
No en vano, Gandhi, en línea con su firme e inalienable
intención de promover la desobediencia civil pacífica ante la iniquidad de un
“orden” corrupto y abusivo, dijo: "En cuanto alguien comprende que
obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de ser humano, ninguna
tiranía puede dominarle".
Es cierto que la noche -en determinados ámbitos de este proceso- se ve
muy oscura en este momento; pero no temas ni te desanimes, confía en ti, confía
en la Vida, sé fuerte, y aunque sea vacilante, tan solo sigue caminando en este
último tramo; porque está amaneciendo, como es natural. A cada instante aumenta
la luz.
La luz no sólo brinda claridad, calor y confort,
contribuyendo a que la vida prospere. La luz también es portadora de
información, a niveles desconocidos para el ciudadano medio, siendo por ello
símbolo de conocimiento. La información, sabemos igualmente, es poder. Y todos
aquellos que, aupados en posiciones de gran influencia o dominio sobre las
masas, retienen, ocultan, manipulan o distorsionan la información acerca de
cualquier hecho, generando opiniones, estados de conciencia y controlando así a
las gentes conforme a sus intereses particulares, en vez de a los del mayor
bien común, son agentes de la oscuridad, en mayor o menor grado; lo sepan o no.
Te invito ahora a ti, personalmente, a indagar, descubrir,
compartir y expandir por ti mismo, a través de tu discernimiento y
desarrollando tu propio criterio, la luz de los hechos y la tuya propia en
cualquier área o aspecto de la vida. Somos ya muchos, muchos millones de
personas resonando en este paradigma más consciente y armónico, abriendo una
nueva línea temporal colectiva que se va bifurcando de aquella -gris,
tecnocrática, tiránica- que las élites tratan de imponer.
Constituimos una auténtica y masiva infiltración de luz en el seno de
esta mátrix oscura que está hoy desintegrándose para dar paso, paulatinamente,
a esa Vida y ese mundo posibles que todos sentimos, con mayor intensidad cada
día, en nuestro corazón.
Nada ni nadie puede detener al sol que está naciendo,
despuntando al fin tras una larga y oscura noche, para llevar nuestra
experiencia a una nueva y más plena dimensión que sintonizamos y actualizamos
en cada aquí y ahora, al paso que nos mantenemos centrados, conectados, en
apreciación y gozo. Así hacemos tangible entre todos esa dimensión elevada de
la vida, acorde a nuestros íntimos sentires, intenciones y propósitos,
alineados con la Vida que somos.
Estamos juntos, el alba comienza a vislumbrarse... y así ES.
Integridad, consciencia y paz,
Alan James,
Planeta Tierra – Gaia - Tonantzin
26 de noviembre de 2020
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