NUESTRO VERDADERO PODER
CUANDO UN MOSQUITO SE
POSA EN TUS TESTÍCULOS
Esto realmente me hizo reír, pero también me hizo pensar y
me recordó lo que he estado diciendo todo el tiempo; lo que se requiere de
nosotros ahora no es que levantemos nuestros puños, sino que levantemos nuestros
espíritus.
El otro bando trata constantemente de incitar a la violencia
y a la división, porque les da la excusa perfecta para implantar controles y
normativas más estrictos, se suma al caos que les permite implantar su
orden.
Pero nosotros no queremos su orden, queremos el orden natural de Dios, en sincronía con la naturaleza, con la madre tierra, con nuestras propias almas y con nuestros corazones.
No debemos caer en sus artimañas, en sus incitaciones y
engaños, debemos ser más sabios, más fuertes y más ilustrados que repetir las
mismas respuestas que nunca nos han servido.
Esta vez no jugaremos a su juego, simplemente debemos
negarnos a ser peones en su tablero de ajedrez, ya no ovejas sumisas, nunca más
víctimas maleables, ahora lo sabemos mejor, ahora sabemos quiénes somos, ahora
sabemos que tenemos el poder.
Pero no hay que confundir poder con fuerza. Ellos tienen la
fuerza, nosotros tenemos el poder. El poder que nos fue concedido en virtud de
ser almas eternas que nunca pueden ser restringidas, ni destruidas.
Somos la definición de la libertad, de la conciencia sin
límites y de la energía ilimitada.
Somos el universo en uno y uno en el universo, no
necesitamos rebajarnos a su nivel, cuando hacemos eso, simplemente perpetuamos
el status quo.
Ha llegado el momento de un cambio radical en el mundo, de
un nuevo tipo de revolución, no de violencia y derramamiento de sangre, sino de
conciencia y conocimiento.
Una vez que recordemos y comprendamos quiénes somos
realmente, trascenderemos a una realidad diferente en la que el mal simplemente
no puede existir; ahí es donde reside nuestro poder. Así es como venceremos.
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