ENTREVISTA A PHILIPPE BROQUÈRE
AUTOR DE AUTOPSIA
DE UNA MENTIRA OCCIDENTAL
1. Su libro desmiente la narrativa oficial sobre Irán.
¿En qué momento la crítica se vuelve lúcida, en lugar de simplemente invertida?
Philippe Broquère: La lucidez comienza donde termina la reacción emocional y surge la preocupación por la realidad. No se trata de sustituir una narrativa ideológica por otra, sino de oponer lemas a la inflexibilidad de los hechos. La verdad no necesita bandera: se yergue alta, desnuda, en la claridad de los hechos, lejos de lemas, lejos de bandos. Durante décadas, Irán no ha invadido a sus vecinos ni ha lanzado una guerra de agresión. No ha enviado a sus ejércitos a sembrar la muerte a miles de kilómetros de distancia, ni ha destruido capitales extranjeras con el pretexto de la seguridad. Esto no es ingenuidad; es una observación.
Por el contrario, Estados Unidos y sus compinches —en primer lugar, Israel— han alimentado metódicamente la inestabilidad global, armado grupos fanáticos, bombardeado hospitales y arrasado ciudades. Lo que hago en este libro no es «tomar partido», sino devolver la realidad a su textura cruda. No estoy construyendo un contramito: estoy demoliendo una ficción.2. Criticar a Occidente sin caer en la ingenuidad
proiraní o prorrusa: ¿misión imposible?
Es precisamente esta trampa binaria la que rechazo. No es
porque desmantele los mecanismos de la propaganda occidental que santifico a
Teherán o Moscú. Pero debemos dejar de manipular la disidencia interna dentro
de los estados para justificar su aislamiento o destrucción. Las luchas del
pueblo iraní pertenecen al pueblo iraní. No deben servir de pretexto para
sanciones asesinas decididas en los silenciosos salones de Bruselas o
Washington. El verdadero escándalo es esta pretensión de juzgar, intervenir,
castigar, incluso cuando quienes predican son incapaces de limpiar su propia
casa. No, ni Rusia ni Irán son democracias ideales. Pero caricaturizarlos como
amenazas existenciales, cuando son nuestros propios líderes quienes saquean,
censuran, violan y desintegran nuestras sociedades, es moralmente patológico.
Rechazar las mentiras de un imperio no significa venerar a quienes demoniza;
eso se llama pensar libremente.
3. Describes un «teatro trágico» montado por Washington y
Tel Aviv. ¿Pero no es esa una interpretación parcial?
¿Parcial? No. Solo estoy abriendo el telón. ¿Quién arma a
los grupos más fanáticos? ¿Quién convirtió a los presos de prisiones secretas
en agentes del caos? ¿Quién destruyó Libia, desmembró Irak y asfixió a Siria?
El discurso occidental es un juego de manos. Mientras caen las bombas, nos
hablan de una «transición democrática». Mientras la gente muere, nos venden la
idea de una «misión humanitaria». La OTAN es hoy una empresa bélica de
normalización. Ya no es un escudo: es la espada. Es una espada blandida por
manos temblorosas de orgullo y obsesión imperial. Y frente a este mecanismo,
países como Irán y Rusia, aunque muy imperfectos, aparecen más como resistencia
a la violenta estandarización del mundo que como sus amenazas.
4. ¿Cuál es el propósito estratégico de esta puesta en
escena antiiraní? ¿Miedo real o gestión de la percepción?
El miedo a Irán es una ficción rentable. Lo que tememos no
es un ataque iraní —que nunca ocurrió—, sino una insubordinación duradera. Un
país que no cede, que rechaza el orden unipolar, se vuelve inmediatamente
"peligroso". Esta narrativa alimenta una industria: la de la guerra,
la inteligencia y la vigilancia. Y en la sombra, los intereses financieros se
nutren de ella. Irán es útil porque justifica presupuestos militares
desproporcionados, permite que ciertos estados se conviertan en víctimas
estratégicas (pienso en Israel) y distrae de una Europa, y de Occidente en
general, en plena descomposición política. Detrás de cada bomba lanzada,
de cada sanción impuesta, no hay moral ni justicia, solo el pánico de un
imperio que sabe que su reinado ha llegado a su fin. La
demonización no es un accidente; es una estrategia.
5. A menudo citas fuentes marginales. ¿Por qué no confiar
en los medios de comunicación tradicionales?
¿Son mis fuentes marginales? Voces como las de periodistas
de renombre como Vernochet, Izambert o geopolíticos como Claude Janvier son hoy
mucho más valiosas que todas las columnas editoriales de Le Monde o France Info
juntas. Además, me parece que, en medio del bullicio de los loros mediáticos,
Geopolintel investiga donde otros se postran. Y sobre todo, porque los medios
de comunicación "establecidos" ya no son instrumentos de información,
sino órganos de persuasión. Ya no informan, orquestan. Subvencionados,
respaldados por grupos industriales o bancarios, no tienen ni la independencia
ni la voluntad de desafiar el orden establecido. Prefiero periodistas de campo,
investigadores disidentes, documentos en bruto, informes desclasificados. Lo
que busco no es la comodidad del consenso, sino la consistencia de los hechos.
6. Denuncias el lenguaje sin sentido: «huelgas
humanitarias», «sanciones a cambio de paz»… ¿Qué se debe hacer?
Debemos desintoxicar el lenguaje. Reconstruirlo. Vivimos en
una neolengua militarizada donde las palabras se vuelven contra su propio
significado. La guerra se convierte en paz. El bombardeo de poblaciones civiles
en cirugía. El robo en ayuda... Debemos volver a la radicalidad de la realidad
porque un misil mata, una sanción priva de alimento y una ocupación destruye.
Debemos rechazar la composición léxica que sirve para anestesiar la opinión.
Debemos devolver a las palabras su capacidad de denuncia, claridad y ruptura.
Porque las palabras siempre preceden a las acciones y a veces las cubren de
silencio. No hay lugar para la indiferencia en el mundo geopolítico. Debemos
deconstruir las mentiras, exponer los hechos crudos y devolver a las palabras
su verdadero peso, antes de que se conviertan en armas contra la verdad.
7. ¿Occidente realmente teme a Irán o fabrica su miedo
para gobernar mejor?
Occidente no teme a Irán. Teme el desorden que no puede
controlar. Irán es un pretexto, un espejo en el que proyectamos nuestros
propios miedos, como el miedo a la pérdida de influencia, el miedo a un mundo
multipolar y el fin de la comodidad imperial. El miedo aquí es una herramienta
de domesticación. Nos permite censurar, restringir y reprimir. Creamos
monstruos para justificar políticas que no tienen nada que ver con la
seguridad, sino con el control de mentes, flujos y recursos. Este miedo no es
instintivo ni se basa en una amenaza real. Más bien, surge de la manipulación
mediática, de la ansiedad de Occidente ante el auge de un despertar popular que
escapa a su control.
8. Arabia Saudita, Turquía, Israel: ¿meros peones o
coautores de la narrativa antiiraní?
Son actores secundarios en el caos globalista, donde cada
uno desempeña su papel, pero la partitura se escribe en Washington. Son los
coguionistas de la historia, a veces incluso los directores. Israel necesita un
enemigo permanente para legitimar su estado de excepción. Arabia Saudita
exporta fundamentalismo mientras finge combatirlo. Turquía, por su parte,
maneja el doble discurso con virtuosismo. Estos regímenes han forjado una
alianza tácita con Occidente: si nos dejas gobernar, te entregamos al enemigo
útil. Es una danza morbosa donde todos fingen estar asediados mientras
bombardean.
9. Su tono es agudo y militante. ¿No contradice esto su
exigencia de un análisis riguroso?
Este sería el caso si la indignación excluyera la precisión.
Pero a menudo ocurre lo contrario. El tono no es un obstáculo para el rigor; a
veces es su extensión natural. Lo que rechazo es la neutralidad blanda, esa
postura cómoda de "no tomar partido" cuando uno sabe. La
neutralidad ante las mentiras no es una virtud, sino una cobardía disfrazada de
cortesía académica. Soy un hombre libre, sin afiliación. Ni periodista
colegiado ni investigador contratado. Hablo como ciudadano que aún reivindica
su humanidad. Con hechos, pero también con la voz de quienes están hartos de
ser engañados, saqueados y explotados en nombre de una verdad vacía. Mi tono es
directo, porque las mentiras son brutales.
10. ¿Quién está creando el caos, si no Irán?
Quienes siembran el caos son quienes han transformado la
guerra en negocio, la diplomacia en provocación, la paz en un argumento de
mercado. Quienes bombardean en nombre de la paz, se arman en nombre de los
derechos humanos y matan... en nombre del orden. Irán no destruyó Kabul, Bagdad
ni Trípoli. No orquestó un golpe de Estado en Latinoamérica ni asesinó a
científicos en suelo europeo. Son nuestros aliados, nuestros gobiernos,
nuestras industrias de defensa, quienes estructuran la guerra moderna. El caos
es su arma. El orden es su fábula. Y nosotros, los pueblos de Occidente, somos
sus cómplices silenciosos... o sus testigos furiosos.
11. ¿Por qué decidieron confiar en las publicaciones
de Geopolintel, en lugar de en los llamados medios "reconocidos"?
Porque Geopolintel hace lo que otros ya no hacen:
investigar, cruzar referencias, nombrar y obtener información importante. Los
temas se abordan a fondo, las fuentes son verificables y los informes suelen
ser tan rigurosos que los grandes medios de comunicación los han sacrificado
hace tiempo en el altar de la política editorial. Su trabajo sobre los "7
sacrificados por las mentiras" fue una auténtica mina de oro para mí, una
base preciosa para construir el marco documental de mi libro. Pero más allá de
este informe, toda su investigación constituye un tesoro para cualquiera que
desee comprender, no pasar por alto, este mundo atrapado en la fiebre de la
arrogancia y las mentiras sistémicas.
Durante años, he librado una batalla de luz contra la
oscuridad de la hipnosis colectiva gracias a mi "Blog del Despierto".
La oscuridad tejida, día tras día, por los medios subvencionados, al servicio
de una narrativa tóxica. ¿Mi esperanza? Que todos finalmente abramos los ojos,
que dejemos de morir y de hacer guerras para alimentar la codicia insaciable de
quienes gobiernan sin pagar jamás el precio de sus decisiones. Este libro es,
por tanto, una advertencia contra la hipnosis colectiva. No una lección, sino
una alerta. Ni una súplica por Moscú ni un panegírico por Teherán: un acto de
restitución. Restaurando los hechos, los equilibrios traicionados, las voces
acalladas por el estruendo mediático. Soy un autor independiente y
autopublicado, porque las editoriales ahora participan en la mentira colectiva.
Es la última brecha por donde puede infiltrarse la libertad de expresión. Por
supuesto, decir la verdad tiene un precio. Pero el silencio cuesta mucho más:
corroe, corrompe, mata. Libérate de la ilusión mediática y descubre la verdad
incómoda. Este libro no es una opción, es una advertencia, e ignorar esta
alerta es condonar las mentiras y la guerra. Por fin, atrévete a ver y actúa en
consecuencia.
En conclusión, diría que en un mundo donde las mentiras se
disfrazan de verdades oficiales y donde reinan la propaganda, la mentira, la
corrupción y la manipulación, restablecer la verdad a través de los hechos se
ha convertido en un acto de resistencia. Mi trabajo no tiene otra ambición que
romper este monopolio narrativo tóxico que criminaliza la verdad y santifica la
agresión. Irán, como otras naciones soberanas, está pagando el precio de su
independencia ante un imperio en decadencia. Pero mientras haya voces libres
para denunciar las cosas, habrá esperanza para una expresión justa y un mundo
menos cínico.
Phil BROQ.
Página del autor: https://www.thebookedition.com/fr/34715_philippe-broquere
Enlace libro:https://www.thebookedition.com/fr/autopsia-de-un-hombre-occidental-p-419709.html
https://jevousauraisprevenu.blogspot.com/2025/07/entretien-avec-philippe-broquere-propos.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario