28.10.21

Se está produciendo un cambio de época y de costumbres -forzadas o necesarias-

 © Y LA NAVE VA... (Y nosotros dentro)                      

Del paño en la cara hemos pasado al documento en el bolsillo. Todo de forma progresiva pero persistente... para volverlo rutinario.

Ya podemos ir a bailar, pero sin quitarnos la mascarilla y enseñando el salvoconducto del Certificado Covid: Escarnio y control, todo a la vez.

Aparte nos van mentalizando de la nueva batería de acciones que ya han ido activando en paralelo al show del Covid.

Ahora ya no se trata sólo de la privación de libertad sino que incide de lleno en la supervivencia: Ahora quieren matarnos de frío y de hambre además de la angustia de la incomunicación.

Hay miradas de algunos que vislumbran un final feliz con la victoria de las “fuerzas del bien” que se impondrían a “las del mal”.

La señal de este posible desenlace optimista se adivinaría al constatar el atrevimiento de las medidas que se quieren imponer y la prisa en su ejecución, en claro conflicto con todo lo establecido: Derechos, leyes y costumbres.

Solo tenemos dos opciones: Confiar o desconfiar, creer o no creer, porque no hay garantías de nada, no hay credibilidad en ninguna parte. El engaño impera y lo empapa todo.

Podríamos reflexionar en lo de ver el dedo en lugar de la luna cuando alguien la señala; en cualquier caso vamos del todo vendidos y estamos a merced de todos los vientos.

Pese a la negrura aparente de lo que nos rodea también podemos pensar que todo lo implantado puede desmontarse o, al menos, “civilizarse” recuperando derechos y libertades... pero esto siempre está al albur de las luchas en las "alturas".

Entre tanto tendremos que seguir moviéndonos entre los dilemas de la obediencia o la resistencia y con el añadido de los cargos de conciencia éticos correspondientes.

Cada vez es más difícil ser del todo estricto con las propias convicciones mientras dure esta anomalía que ha revuelto nuestras vidas.

Pero no podemos desfallecer. Pensemos en aquello de: No hay daño que cien años dure, a pesar de que mientras dura va haciendo mella en nosotros y nos desangra llevándonos a un espacio de conformismo letal.

Es evidente que se está produciendo un cambio de época y de costumbres -forzadas o necesarias- que nos empujan a salir de un sistema de vida inadecuado y pernicioso.

Aquí podríamos volver a recurrir al refranero popular... No hay daño que por bien no venga


Y LA NAVE VA

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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com

28-10-2021

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